jueves, 29 de enero de 2015

UN CHOCOLATE EN SUS LABIOS

UN CHOCOLATE  EN SUS LABIOS

Como no pensar que un día cualquiera se pueda convertir en “EL DÍA”.

Igual que siempre llegué al paradero den transporte a las 6:30 de la mañana, reconocí los rostros de siempre, los hermanos Díaz que van al colegio, el mecánico del centro y la secretaria de la textilera del sur, también Helena, la veinteañera que estudia medicina y siempre lleva puesto un impermeable sobre su bata blanca de médica, ella, una trigueña de estatura media, ojos oscuros como su cabello, siempre parecía húmedo, pese a su impermeable y a que hace muchos días la lluvia no nos acompaña. Siempre me pareció amistosa, decían que era una chica problemática, pero como aquí nunca se habla, solo hay codazos y empujones a la hora de arribar el transporte.
Los hermanos estudiantes discutían severamente, por unos paquetes dorados que llevaban, Helena, que erra su nombre se les acercó, les preguntó por qué tanta algarabía, y ellos contestaron que no sabían cómo dividir unos chocolates que su abuela les había enviado, ella les dijo que podría ayudarlos si le participaban del tesoro. Ellos se miraron por un segundo, y antes de reiniciar su disputa asintieron de mala manera… Helena sacó de su bata blanca un afilado bisturí, tomó el chocolate luego de quitarle la cubierta, y lo intentó partir, pero el bisturí resbaló, y cortó su mano hasta la muñeca, un trozo del chocolate saltó hasta el pavimento, y ella salto sobre él su mano estaba ensangrentada, y los estudiantes se reían, ella, resbaló de su lugar, y al caer tomó su trozo de chocolate, cayó en mitad de la avenida, le di la mano, y vi en su rostro sangre… mucha sangre, entonces ella tomó su chocolate, lo puso entre sus labios, y al despedirse se volvió y me dijo adiós con la mano.


Un fuerte sonido inundó el sector, la última imagen de Helena fue su cabello al aire, y entre sus labios el chocolate, atravesado por un hilo de sangre…Este es mi último recuerdo, y el que me acompaña, desde siempre, la he pensado, ahora aparece en mis sueños, y escucho su grito… y recuerdo sus labios, y la imagen del chocolate en sus labios atravesado por un hilo de sangre.

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