Me harta el poema que es cíclico, y no me recreo
en el camino que aquí lleva y allá a multitud.
Odio también al amante promiscuo, ni bebo de fuente
pública; asco me da
todo lo que es popular.
Lindo, sí, lindo tú eres, Lisanias; mas antes que dicho
lo haya, el eco ya
“anda con otro” silbó.
***
Un cazador, Epicides, acecha en los montes a toda
liebre y rastrea cualquier huella de corzo que ve
aun soportando la nieve y la helada. Y si alguien le
dice:
“¡Pieza abatida ahí!”
nunca la toma a su vez.
Y es de esta clase mi amor: perseguir acostumbra lo que
huye;
y lo que está a su merced deja volando escapar.
Tomado de:
https://santaclaraclasica.blogspot.com/2018/05/epigramas-de-calimaco-i.html
¡QUÉ BUENO, EL REMEDIO DE AMORES QUE HALLÓ POLIFEMO!…
¡Qué bueno, el remedio de amores que halló Polifemo!
No, no, por la Tierra, no era necio el cíclope.
Cicatrizan las Musas, Filipo, la llaga amorosa;
la poesía es droga que todo lo cura.
Esta ventaja también, creo yo, tiene el hambre,
que erradica el mal de la pederastia.
Y así me es posible, sanado, decir al maligno
Eros: “Puedes, niño, cortarte las alitas.
Me importan un bledo tus tretas, pues tengo en mi casa
dos medicinas contra tus heridas crueles”.
Traducción de Manuel Fernández-Galiano.
Tomado de:
Versión de Willis Barnstone: "Greek Lyric Poetry", 1962.
Me trajeron palabra de tu muerte,
Herakleitos,
y lloré por ti
recordando cuantas veces vimos ponerse el sol
mientras hablábamos.
Querido amigo Halikarnásseo,
tú yaces en otra parte ahora
y no eres más que cenizas;
sin embargo tus cantos -tus ruiseñores- vivirán,
y nunca el mundo subterráneo
que lo destruye todo,
podrá tocarlos con su mortífera mano.
Tomado de:
http://inutilesmisterios.blogspot.com/2010/12/el-mas-perfecto-epigrama.html
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