jueves, 19 de mayo de 2022

POEMAS DE HARRY MARTINSON

 



DESCRIPCIÓN DE UN VIAJE

 

 

 

         Buscaba lo puramente desnudo.

 

         Llegué a Senegambia-

 

         pero la tela de algodón había llegado antes que yo

 

         a rayas, de lunares y estampada

 

         como falsas pieles de serpiente amarillas.

 

 

 

Negras desnudas solo las había en los burdeles.

 

 

 

Pero una tarde una pobre aguadora estaba desnuda

 

mirando el río.

 

 

 

Allí pasaba el agua desnuda

 

y la luna desnuda luchaba con las ropas de las nubes.

 

Allí me cantó la mujer muy tarde por la noche

 

su terrible y desnuda canción.

 

 

 

Y había un gramófono afónico que cantaba

 

un estúpido cuplé erótico

 

para todo el polen que arrastran los vientos alisios

 

en la punta más extrema del Cabo Verde.

 

 

 

 

 

El bosque y el mar tienen idiomas diferentes.

 

Yo aprendí los dos.

 

Existían las mitades divididas que aunque cortadas de un trozo y separadas

 

No tenían suficientes heridas.

 

Esto pasa con el mar y el bosque.

 

El mar me enseñó una unidad

 

El bosque otra.

 

De los hombres rara vez aprendí algo tan sabio

 

como la unidad del mar y la unidad del bosque, separadas.

Tomado de:

https://antoncastro.blogia.com/2009/042902-harry-martinson-dos-poemas-del-autor-sueco.php

 

 

Poder Terrenal

 

El poder no necesita símbolos. Es omnívoro.

Ahí radica su poder. Su fuerza combativa radica

en que al igual que los gigantes o los malvados de entre los dioses

se apodera violentamente de cualquier cosa

y combate empleando trozos desprendidos del caos:

rocas informes,

corrientes que solamente fluyen,

mares que ondean gratuitamente ante manos gigantescas.

 

 

El poder no necesita más que utilizar la realidad

tal como es, tal como se presenta,

con su fuerza de confusión, de desorden,

así como el torrente es agua desconcertada

así como el crisol es hierro desconcertado.

 

 

El poder también atrae en remolinos los frutos de la paciencia y los frutos de la investigación

El que de esta manera sea contradictorio no le incomoda.

Considera a la lógica como su esclava

y a la verdad como una de sus esclavas.

Al final coge los antiguos símbolos

como trofeos para adornar el sombrero. Por capricho.

Sin ninguna necesidad.

Y el mundo sigue rodando.

La realidad continúa su camino.

El omnívoro continúa su camino.

 

 

Poema estelar

 

Recuerdo que una vez el resplandor de la luna estuvo aquí

trabajando de plateador.

Aquí estaba el sol con una peineta de oro en su cabellera.

Pero lo más inmenso era la noche con su cola de luz estelar

grandiosamente arremolinada en torno a la visión de los fantasmas

envolviendo todos los horizontes para protegerlos.

 

Una tarde en un sendero de un bosque de abetos

camino de las casas de torreones ayelmados

encontró la hija del astrónomo

la hermosa Deneb

en la hierba

el probable peine de plata

con el que el príncipe de la Torre había peinado una vez el cabello de Berenice.

Tomado de:

http://www.davidzuker.com/wikilydia/2012/05/04/harry-martinson-poemas/

 

«La mejor solución»

La resignación se encarga de arreglar casi todo:

poco a poco se forma una suave costumbre del dolor.

Eso acontece sin protestas y sin vivas.

 

 

Uno se esfuerza hacia arriba

y se acostumbra hacia abajo.

 

No son las revoluciones, sino las resignaciones

las que han permitido al hombre que viva,

si es que en realidad ha vivido.

Nadie, sin embargo, ha sobrevivido.

 

Es posible arreglar las jubilaciones,

pero las resignaciones se arreglan sin nadie.

Alivian poco a poco y sin cesar todas las instituciones

de las obligaciones y de las opiniones.

Y el ocaso, sonríe.

 

 

«Albatros»

Como mensajero del hambre y del amor

saliste

del estrecho de las boyas de campana.

Con célere y rumoroso aleteo

atravesaste nadando el monzón.

Todo para gritar tu tempestuosa hambre

ante el acantilado pajarero de Comia

—que surge manchado de apareamientos

oteando desde las nieblas al oeste de Falkland—

Y para encontrar

a una vieja ave amada de Kamchatka.

Después de días de espera llegó

tempestuosa, lluviosa

saliendo de un viento aullante del este.

Y vosotras, aves de tormenta:

una vez muerto el júbilo del apareamiento

os zambullisteis tristes gritando hambrientas

de nuevo en las nieblas que envuelven el mundo.

Albatros y aves de fragatas,

hijos extraviados de las tempestades de Dios.

 

 

«Gaviota muerta»

Nunca más atravesará

mi hambriento pico

la calma de la niebla.

Nunca más me meceré ansiosa de grasa de foca

en la ola que juega en la luz del sol;

ya no me deleitaré

—en la escarpada escollera—

con el hígado del gran bacalao —

nunca, — oh, nunca.

 

Pero en la niebla vive mi grito extraviado.

Tú lo has oído, pescador,

y el sonido de una boya ondulante,

el solapado oleaje

te extravió en el mar.

Nunca más chirriarán ansiosos tus escálamos allí fuera.

—Silenciosa es la noche—

¡Vive, oh, grito mío solitario!

Tomado de:

https://trianarts.com/?s=Martinson#sthash.ygPmgTQm.bt1NHWsc.dpbs

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