miércoles, 16 de diciembre de 2015

POEMAS DE EUGENIA SÁNCHEZ NIETO





Circulo


Un cuerpo en el asfalto
dos pieles deseosas de tacto
en el bar alguien se acerca con un beso en la mano
una joven corre seguida por perros blancos
adolescentes siniestros esperan el gran momento
una navaja se adentra, un cuerpo en el asfalto
gritos en la noche
la danza del viento eleva cuerpos, prendas, mugre
cuánta multiplicidad de actos.

Dos pieles deseosas de tacto se adentran
espejos invisibles hieren un cuerpo
un hombre trasnochado recorre un largo corredor
amenazado abre puertas
ellos en el lecho no vieron el alba
cuánta multiplicidad de actos, un círculo, un círculo de miedo.

En el bar la sensual se entrega al ritmo
desde la oscuridad alguien observa
espera el justo momento de asirla a su piel
ojos, ojos, lamparones en la noche
el vino se derrama en los manteles
los ebrios se buscan y se adentran
cuánta multiplicidad de actos, un cuerpo en el asfalto.

Perros blancos ansían la carne más pura
vapores indeseables recorren un barrio sin luz
una joven corre seguida por perros blancos
adolescentes siniestros fuman
                           tranquilamente a la sombra del frío 
un centinela desde su banco hace siluetas de humo
perros blancos desgarran la carne más pura
un cuerpo en el asfalto, un círculo, un círculo de miedo.

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El Olor del Océano


Hay un hilo que entrelaza a los paseantes
el calor prepara sus dragones
negros ondulan a mediodía
el ritmo en sus perfectos muslos
las prendas vuelan, liberan los hermosos cuerpos
el calor prepara sus dragones
hembras beben jarras de agua
gruesos labios muerden mangos maduros
siento el olor del océano
mi piel se dispone al fastuoso encuentro
hombres fuertes bajo el sol deslizan su húmeda lengua
el calor prepara sus dragones
arena, arena caliente, el trópico en su esplendor
pieles aceitadas en manos del océano
perpleja me sumerjo en el abismo.

::

Evocando a María Luisa Bombal


Al amanecer ebrio aún le conoció
desde ese día quiso atarlo a su cuerpo
                                        por todos los costados
pero él hábil y enamoradizo se escabulló
extranjero en Bogotá, en Estambul, en Florencia
a cualquier lugar donde llegaba
su habla inagotable enamoraba a viejos y jóvenes
las mujeres ofrecían su desnudez para cualquier desvarío.

Un día en una céntrica calle una mujer olvidada por él
le llamó por su nombre
él la miró, sorprendido trataba de memorizar un pasaje perdido
al lado de aquella hermosa quien le apuntaba con un revolver.

Herido en medio del delirio y el gentío
balbuceaba : es la loca, la poeta, la mujer que me inventa.

PAISAJES SECRETOS


En el espejo se miró mil veces y fue bella
tres viudeces sombrearon su camino
en lustrosos recintos fue el centro de atención
sus hijas observan desde la primera fila.
El tiempo fue un soplo
el frío quebranta mis pulmones
mil veces fui bella, el espejo ya no es el mismo
un ser invisible traza un camino que no deseo
no logro detenerme
lámparas iluminadas, noches suntuosas
en el hotel todos somos extranjeros.
En el espejo se miro mil veces y fue bella
tres rostros visitaron su lecho
desde el fondo de la noche hay labios, amor y sonrisas
sus hijos tiemblan en su sueño, tienden puentes movedizos.
Temo mirar el espejo, allí el ser invisible
alguien oculto me empuja
crece el corazón, golpea a cada instante
en fatigosas noches rostros blancos me visitan
mis hijos tienden puentes movedizos
en mi dedo la alianza entre la soledad y la noche
no logro detenerme
extraños ángeles elevan mi cuerpo
alguien murmura al oído el adiós sobre mis ojos.



SEÑALES PARTICULARES


Al mirarme al espejo no estaba allí
alguien que no reconocía me observaba
de aquel rostro sólo poseía mi pensamiento
levantaba los brazos como pidiendo auxilio
mis brazos se reflejaban
pero aquel rostro continuaba en silencio
ningún gesto delataba un rasgo común.
El día, la noche caía uno a uno
permanecí largo tiempo procurando recuperar mi imagen
a cambio diversos rostros me atrapaban
no tenía certeza de nada
en varios espejos a la vez me buscaba.
Diversas imágenes hacían gestos, reían
fui asumiendo uno tras otro los múltiples rostros
me acostumbre a ellos
la que fui se perdió irremediablemente
ni la memoria lograba retener un gesto
Alguien murmuraba suave al oído : Nada es, nada es
observe mis dientes transformados al filo del espejo.



FILIACIÓN DESCONOCIDA


Me perdí en el piso trece de un edificio de Manhatan
mujeres sin rostro dan la bienvenida
un coro hermoso sobrecoge mi ser
una flauta un piano me induce por un largo camino
olor a palo santo embriaga la atmósfera
bellos hombres muestran sus cuerpos.

La noche besa mi mejilla
en el largo corredor figuras escurridizas
se mueven ágilmente
¿A dónde me conduce este camino?
un concierto de murmullos tensiona mi espera
la tristeza construye un rostro bello pero extraño
sombras huidizas tocan mi espalda
un hombre negro sonríe y muestra sus blancos dientes.

El viento sopla por un balcón
las cortinas se mecen provocando una danza
reiterada y extraña
un bello hombre observa un lugar perdido
en su imaginación ama, penetra, se extasía
mujeres pequeñas sonríen desde diversas puertas
hombres generosos ofrecen su desnudez
la noche para el encuentro, la danza talentosa,
el piso trece, Manhatan sin miedo.



TALISMÁN


Vagaba por calles de polvo
con los ojos perdidos y una obsesión
no tenía un lugar donde llegar
siempre que veía uniformes
buscaba el rostro del oficial que la había traicionado
aquella afiebrada recorría las calles de Argelia
los niños la perseguían asombrados
ese rostro no era de estas tierras
Ella vivía el amor como una entrega absoluta
para él arrobamiento de máscaras
El oficial amaba su juventud
en extrañas fotos sonreía con un fusil
al lado de cuerpos aun calientes sin vida
las emanaciones de lo perdido y lo recuperado
disfrutaba esas tierras
bellas jovencitas habían besado sus ojos azules
por qué no, solazarse en estas tierras ajenas
y esas muchachas abandonadas
Ella vivía el amor como una entrega absoluta
para él sólo arrobamiento de mascaras
tanto desamparo tanta pasión
un talismán contra la oscura sentencia
un disfraz más para enfrentar los rostros
suma de nuestra extrañeza y estupor.



LO INASIBLE


Aún siento el frío de aquella noche
en la puerta del beso
la noche nos cubría con su manto de seducción y miedo
tus fuertes manos recorrían aquél cuerpo palpitante
extasiados traspasaban sus pieles
las tenebrosas calles perdían fuerza
no había más
la noche presenciaba fascinada aquella entrega
en la puerta del beso
el amor tenía su lugar.

FUNDACIÓN INVISIBLE


Sombras negras me siguen, me persiguen
empujada por el viento
la nada el silencio se instala dramáticamente
sombras huidizas buscan la fundación invisible
casas destrozadas, concierto de gritos insostenible
la tierra recorrida, arrasada, abusada
el hilo de dolor cose unos cuerpos rotos, heridos
el miedo sopla en los corazones
las furias abrazan, se adentran, pisotean
lo que trae la noche asusta al más valiente
los caballos lloran
mi corazón roto busca la casa, la fundación invisible.


CAÍDA EN EL SILENCIO


El viento borra huellas, levanta tejas, arrasa lugares
soledad sin violencia, sin voces
no se escucha ni el latido del corazón
figuras perdidas
si te quedas en la misma posición
el pensamiento no funciona, la sangre no circula.
Nadie detrás de la puerta
el ser invisible odia esa realidad
nadie encuentra su lugar
los hombres quieren ser mujeres  las mujeres
quieren ser hombres
lugar vacío, lugar perdido, resbala la mentira
los cerros se trasladan
fosas comunes bordeadas de múltiples cuerpos
la paz sobre la muerte
No hay una puerta, el corredor atravesado
la dicha robada
los rostros al acecho, el rostro partido
la luz que se fuga, la vida que se inicia
silencio sobre la herida
¿Quién lamentará la perdida?
Soledad absoluta que me hiere
ni espantos ni voces, una puerta gira sobre sí misma
una puerta se abre, nadie llega
arrojada al vacío
puertas cerradas, puertas abiertas a la nada
el horizonte infinito poblado de seres vistos a través de múltiples espejos
que toman rumbos diversos y propios
espacios verdes, amarillos, azules
bocas rojas, bocas negras
Múltiples rostros sonrientes
nadie quiere a nadie
simulación, impostura
en el rostro, en la risa, en el cuerpo, en la palabra
casa vacía de voces, de soledad y deseo
el viento borra huellas, levanta tejas, agrede corazones.







Señora del manto negro


 ¿Quién es aquél que ausculta la verdad?
Vamos donde el viento susurra al oído
donde el amor es la ceguera y el olor el encuentro
todos amamos un ilusionista
en las noches busco un lugar donde descargar el pensamiento
en la tiniebla lo persigo.
 ¿A dónde van las palabras?
Al estremecimiento que provoca la muerte
al lugar de la simpleza donde un niño escribe sin reír
atúrdelos, ellos dejarán escaparte.
 ¿Por qué te abriste la camisa?
Por el aire, por el rumor del mar
el océano repetido de muertos
por el viento incansable, que trae remotos secretos
¿acaso no valía la pena
La dificultad de superar lo repetido?
 ¿Para qué todo este tiempo?
Para mirarnos, para atravesar la cuerda más floja
para descubrir la dificultad, los mil rostros sonrientes
¿Quién te nombró señora del manto negro, señora del juicio?
Sorpréndelos, ellos dejarán escaparte.

 Liturgia


 I
El hombre colgado con los brazos en cruz
suplicios, desalojos, desprecio por el cuerpo del otro
no hay ni conmoción ni horror
la cultura de la desvergüenza
los prisioneros muestran sus cuerpos derrotados, apaleados
sangre en la pared, en el piso, en las manos
un gran manchón en la fiesta de los encapuchados
muertos con el horror en sus miradas
el abuso como forma de vida, de placer
rostros feroces y sonrientes
imágenes del horror y la risa como aleteo, aleteo bárbaro.
 II
Miradas entrecruzadas, cargadas de perplejidad
el agua nos invade, nos ahoga, nos arroja
el miedo sube una escalera sin fin
el hombre contra la tierra y contra el mar
el saqueo, la tierra no aguanta más.

 Exposición permanente


 Templar la piel hasta reventar
golpear, pisotear, horadar hasta el extremo
moretón, hinchazón, herida que sangra
gritos, bostezos, murmullos
el puñal barrena el cuerpo
templar la piel hasta reventar
con sus propias manos, manos que acarician
que golpean como tambor en la noche
manos que esculpen, que fijan lentamente la cicatriz.
Siglos de horror, de trampas, de indiferencia
nadie se opone, todo se vuelve natural
caída lenta  desde la montaña
hasta el azul infinito y la profundidad del océano
con sus bestias maravillosas.
Pieles expuestas, atravesadas
exposición abierta a la mirada
bocas abiertas
templar la piel, colgarla de extremo a extremo
ponerle color, exposición de cuerpos abandonados, ruinosos.

 Galería


 Protégeme noche
me interno por  pasadizos interminables
con sombras bailarinas sobre  muros
sin silencio pleno, sería la muerte
sonidos a lo lejos, voces llamando a alguien
sigilosa la noche abre la puerta
los nocturnos, a veces, caminan por una cuerda floja
esperan un roce o un jalonazo
empujados vamos, la noche no tiene fin
siempre vuelve puntual
evocando…voces, palabras, lugares, rostros
la máscara de cada cual
voy abriendo puertas
el hilo tendido hacia el sueño
sin centinelas, sin juicios
el sueño y sus mil puertas abiertas.

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