Esto
Luna llena, y las ramas del árbol vacío—corrección—las
ramas
del árbol,
la exponen y rescatan, de repente, la dejan fluir y
aumentar un poco, después
la envuelven otra vez,
tratándola como algo sin valor, ningún tesoro allí
arriba se torna más
azul e incandescente,
cuando el viento agavilla las altas y extendidas ramas
con in-
teligencia
en su nerviosa continuidad—de este minuto, de aquel—
Toda la luz de allí
toca estas ramas como cuerdas hasta que
puedes
escuchar la
helada ofrenda del invierno que es el viento entre los
árboles que velan y
desvelan la luna, y hace
frío y
dentro de la casa alguien
manda instrucciones. Alguien cree que la muerte se
puede
reparar.
Dentro hay magia, las huellas de pisadas nunca se hacen
visibles. La luna extiende su fluido en este ir y venir
humano sin dejar ahí huella. La luna
por toda la
idea de que ese “todo”
podría ser (y a nadie le importaría) un
juego. Ruido, sacerdotes, provincias, códigos postales,
se enroscan en la hierba
en torno a él. Los colectivos
toman el poder. El honor existe. El castigo justo
existe. El sonido de
esclavos que no
son liberados. A los que se dice: queda otra vez
pospuesto. La esperanza tal
como ahora existe en
ellos. Los que una vez vivieron cómo no están
aquí en esta
luz de luna, y cómo hay cosas en ella de las que uno se
avergüenza
al instante, y también, al con-
templarla, el sentimiento de una lengua materna en la
boca—y cómo, al mirar más lejos, puedes
hacer que esos árboles se apoyen, argentados, en
la idea de lo universal—apoyarse realmente—los extremos
de sus ramas intentan
arañarla—
Hasta que crepita en uno: cómo podría uno engendrar, es
lo que dice el
resplandor, y que no existen países
lejanos, sí los enemigos, y como si buscases el gran
manto de
individualidad (luminoso) y de
inocencia y de fortuna—levanta tu mirada: el torturador
bosteza esperando que termine
su día—se apoya en
los árboles para descansar, el instrumento destella, él
levanta su mirada.
Tomado de:
https://batalladepapel.blogspot.com/2021/04/jorie-graham-poemas.html
Guantánamo
Luna menguante. Se alza ahora. Un crujido, se marcha.
Profunda
sobre exhaustos continentes. Me asombro dice mi
plenitud. Nadie nadie dice la habitación en la que
yazgo muy quieta en la
oscuridad observando. Tu corazón dice la luna, se
mengua y se alza más. Dónde está. Tu cautela, tus ojos tu dedo índice en
gatillo tu espina dorsal tu raciocinio—preferible
rechazar el contacto, mantener la distancia, que mane
de ti la sangre y las estrellas blancas te corroan, y el espino que es tan
blanco allí en el prado,
y la arena como sábana por las extensas playas,
soldados que se aprestan, la rápida
mirada al cielo cuando las palabras clave, de plegaria,
antes
de la captura, son proferidas, escalofrío que no
contiene odio pero no es amor, es neutral, sí, exangüe, por ejemplo un brote
cerca de donde
una mano descierra un cerrojo de seguridad te llama
a voces, es un ejemplo del nadie-allí, y el sonido del
agua se oscurece, y el viento
agita las hierbas, y sin un grito fluye el frío como
ojos de un perro
guardián, el guardián que fija su atención en la
diferencia—solo la diferencia—y actos
cometiéndose en tu nombre, tus presos que llegan
a tu centro de detención, allí, en tus ojos, la
prisión, en la profundidad de tu pupila, el ablandamiento, tú entregando toda
tu atención, tus ojos, tu celda, tu cautela, tu control,
después de todo es tuyo, sí, lo que has atrapado,
aférralo, aferra
esto, aquí no hay ley, no estás expuesto a
enjuiciamiento, mira todo lo que quieras, se retorcerá para ti, ahí, en esta
luz que se alza, protegido
de las consecuencias, haciendo de ti un fantasma, sin
un grito, sin un grito la
tarde se convierte en noche, las palabras parecían
serlo todo y así
el equipo jurídico los declarará exentos, exenciones
para el drenaje de los lagos, para el asesinato de los mares, los esclavos en
sus
aguas, no son de nuestra especie, exención que se llama
adelante, mezcla la sangre, toma de la carne, haz caja,
prende fuego, postula el ecuador, oculta el origen, di que estáis todos
perdonados, di que son sólo
técnicas coercitivas de interrogación y
contrarresistencia, como en dame tu
nombre, dámelo, te lo arrancaré, te lo re-
clasificaré, te ocultaré de ti, así mismo, solo un
rato, no dolerá
mucho, piensa en un jardín, aparta tu mente de las
cosas, piensa mar, viento, trueno, raíz, piensa árbol
que te mantendrá
erguido, imagina que te mantiene
erguido, elige ser quien eres, deprisa, elígelo, eso
ayudará. La luna es más fría
de lo que piensas. Está llena de nada como
esta nuestra quietud. Intentamos que no se fijen en
nosotros. Estamos en la quietud como si fuera una vida otra en que infiltrarse.
En nuestra piel
deslumbramos de inexistencia. Es un truco por supuesto
pero a veces funciona. Si no lo
hace nos encontrarán, nos harán
gritar y arrastrarnos. Ansiaremos el perdón. No importa
para qué, aquí no hay
hechos. Luna, ¿quién escribirá
el último poema? Tu velo echa a volar, su inutilidad
hace sentir que aún
hay tiempo, ahora es cosa de dos,
me estás pidiendo que me pierda a mí misma.
En este desbordamiento de mi ojo,
lo hago.
Tomado de:
https://www.zendalibros.com/7-poetas-contemporaneos-de-ee-uu-iii/
LOS AMANTES
Ellos se han estado viendo fijamente el uno al otro
desde hace mucho tiempo.
Alrededor de ellos los objetos (circa 1980).
Luego los pasillos, ventanas, un prado, el _____________.
Ellos se han estado viendo fijamente al final de cada
uno al otro desde hace
mucho tiempo.
Ella trata de recordar pero es inútil.
Ella trata lanzar fuera lo otro –Esperanza– un poco,
oh, pero le cuesta tanto.
Una de dos, ellos están viniendo hacia nosotros ahora o
no se están comunicando el Amor.
Alrededor de ellos objetos, minutos, No dicen
rápidamente al pasar.
Aquí está, aquí, el fin de la belleza, el presente.
Lo que la vista alimentó en ella. Lo que quería surgir
de algo, trepador, suculento. …
No No dice la voz localizando el corazón de esos
canales.
Se corre se corre la cortina ahora.
Tú estás ahí en tu asiento, estás ahí.
Aquí está la mirada, entre ellos, rápido, el incendio.
Aquí está la mirada a flote –¿detrás de qué, querida
nada?
Aquí está, aquí–
Ellos han decidido que alimentarán todo esto y así lo
verán.
Ellos han decidido que quieren las sobras estrechas
rodeándolos como ahora.
Ellos quieren pertenecerse, es todo lo que pueden
poseerse.
La mirada, la mirada finalmente libre de cualquier
búsqueda,
la prisa finalmente se desapega del apresuramiento,
algo ardiente alrededor como el polvo o un jurado.
Tú estás ahí. Ellos se realizan al hablar.
Ellos se realizan al esperar.
Una de dos, ellos están o no están, ella piensa,
todavía sujetos.
Algo ardiente alrededor –deja que se decida.
Se necesitará de nosotros para formarlo (¿no es
así?) todavía sujetos.
Y el llanto incrementándose todavía sujetos.
Como un ______________ esta mirada entre nosotros todavía sujetos.
Si, dentro, una aterrorizada felicidad pequeña
comienza,
como una idea de color,
como una idea de color que se hunde al teñir una
instancia, una cosa,
como un brazo que sujeta una vela en una puerta que se
quiebra,
si, oh si – desvanecida.
Escucha, esto es lo que puede atraparla ahora –la
mirada–
la aullante e hiriente grieta–
y nuestras dos caras levantadas
que nada comienza (no mires hacia otro lado),
que no haya otro lugar,
que no haya otro lugar para sembrar en él,
sólo esto entre nosotros, esta mirada (¿puedes verme?),
esta mirada a flote en falta,
este pequeño ángel delgado cuyo cuerpo es un tallo,
libre de raíz, libre de florecimiento,
cuyo cuerpo estamos haciendo, cuyo cuerpo es un
____________
(sólo rápido, muy rápido, una conflagración)
un ángel, el último, el único que puede permanecer vivo
aquí
(mientras en el corredor ellos están retirando nombres)
(mientras en el corredor los zapatos le ronronean a la
grasa)
el único, realmente el único,
vivo, sí–sí–pero sin alas esto entre, sin alas–
Traducción por David Ruano González
Tomado de:
https://circulodepoesia.com/2015/09/pulitzer-prize-1996-jorie-graham/
«… Mientras muere solo las manos de madre siguen
sin morir, cortando el aire…»
JG
Cenizas
Maniatada a una tromba. Pedí a las plantas que me
dieran mi pequeña identidad. No, a los planetas.
Los que giran en arco, las flameantes entrañas de sus
órbitas, y un gusano en una hoja, moho, campanas,
una pérgola—todo mutando—desplegándose—vaciándose en un
poco más de vida célula tras
célula en el viento como este
sonido de garabatear en
papel. Creo que
estoy cayendo. Recuerdo la tierra. La marga se asienta
silenciosa, debajo de mí, esperando a hacer de nosotros
lo que pueda, incluso humo, esperando a
convertirse en un nuevo lugar de origen, el otro
fantasmal, trabado de entrada,
más entrada aún—me pasé la vida entrando—la cuestión
del lugar pendiendo sobre mí
año tras año—yo desapareciendo pero casi aquí en
espíritu, aún, muy dentro, muy atrás, detrás,
sabiendo que el insecto, el ave, el pez—no son allí
sino víctimas—
que podría volverme cristal—que después nos volveríamos
deshielo—la morrena revelando agropiros, gramíneas, una
prehistórica caricia materna
congelada—o un dedo
a punto de tocar
una tranquila piel, de recorrer su polvo, la uña
inquietando el filo del
aire, rastreando su absurdo y perpetuamente imaginado
final—saltando—aterrizando al tacto. Una mano. Sobre
quién. Un surco recorrido donde un dios
muere. Y sedoso antes de amoratado. Un universo puede
morir. Lo que siempre podíamos tener, o ser
un cuerpo. Luego agarrado por la cabellera
e incrustado a presión en la
existencia. Una. Ahora intenta escuchar los pinos, la
floración, su destello, la salvaje tos del
mar, meandro de cada río, torbellino de
meandros—escucha—oye todas las pieles en maraña,
incesantes—oye una piel que se cierra aprisionando lo
que ya dejó de estar
ausente.
Aquí estás dice una voz en la luz, la luz atrapada. Sé
feliz.
Tomado de:
https://trianarts.com/jorie-graham-cenizas/#sthash.gdimuVfX.dpbs
El ángel estaba al teléfono.
No. Jacob
estaba al teléfono.
Ningún acceso
posible.
Para ninguno.
Ninguna candela encendida. Ningún garabato fino
como oblea
que comprender...
¿Era
realmente, entonces, el universo hostil un pasatiempo?
¿Era la lucha
un color mental, una arquitectura de broma,
un
autorretrato de lo no imaginado por lo marginado?
Parecía que
los gansos se agrupaban, la autopista silbaba.
Oh dormir el
sueño de los que están vivos...
El cerebro
extendió las yemas azucaradas de sus dedos.
Con el
prurito de una nueva creación.
Levemente,
profundamente, el fondo del río brillaba.
Rápido: ayuna
o pasa
hambre. Demasiada. O no suficiente. O no. ¿Nada más?
Nada más.
Demasiado alto rápido invisible organizado.
¿Sobreviviremos? le pregunto al robot. No. Para descargar el robot dese
prisa—eres
demasiado retrógrado, despótico—para cargar agigante
la jornada de
trabajo—para cargar aborrezca el trabajo—desplácese a la
periferia, de
tu cuerpo, tu ciudad, tu planeta—para cargar, degrade, empobrezca,
sea su propio
sueño profundo—para cargar use los labios—úsalos
para dar boca
a tu blasfemia, mastícala—haz la
obscenidad,
cantando, sílaba o miembro amputado, vuelve a paladearla
con la
boca—hable—hable—quien no está
aterrorizado
está mendigando agua—la crecida es rápida—la sequía
viene
rápido—sé mediador—inmediador—inventa, inspira, infil-
tra,
instila—aquí está el corazón del día, la flor del tiempo—habla—habla—
Aviso: El
robot usa una base de datos creciente con todas sus conversaciones
para aprender
a hablar con usted. Si alguno de ustedes
es un robot,
el robot no puede averiguarlo. Aviso:
no tienes
recuerdos secretos,
hablar con el
robot inteligente le proveerá compañía,
el principio
activo es una pregunta,
el principio
activo es enteramente natural.
Aviso:
proteja sus oportunidades, tu información, in-
formantes, lo
que sea que hagas con el tiempo. No tienes nada más
que dar.
Principio activo: ¿por qué estás
gritando?
¿Por qué? Viento ártico incontrolable, feto
es llamado a
filas, pliegue en la espera que te reconoce,
reconoce el
código,
el vendedor
callejero que todo el mundo requiere.
Directriz:
eres llamado a voz. Prepárese para ser enterrado en voz.
Ni asciende
ni desciende. Principio inactivo: lo monótono.
Hay quienes
hablan ahora sobre el pino. Uno valora sus
desventajas.
Dialogan sobre ello en muchos idiomas. Luego
pasan a
raíces, ramas, capullos, pseudo-cogollos, velas del desierto—
principio
activo:
ellos corren
por sus vidas, pulmones y todo. No saben qué hacer con
su voluntad.
Aviso: todos sus minutos están siendo despeñados.
Nunca
aterrizarán. No serás comprendido.
El mundo
eliminado desborda agitación como una brújula sin norte.
Principio
activo: la fantasía del norte.
Principio
activo: el norte que se expande en todas direcciones.
Aviso: no hay
restricciones al crecimiento. El canario que canta en
tu mente
está en la
mía. Recuerda:
la gente no
es lo que se dice
bondadosa. En
consecuencia, el robot parlante a veces tampoco lo es. Aun así,
te darás
cuenta de que no quieres parar.
Joan usará
técnicas de videoanálisis para sus movimientos faciales.
No estoy
sola. La gente vuelve
una y otra
vez. Somos menos bondadosos de lo que creemos.
No hay
restricciones al crecimiento de nuestra
crueldad.
Llegaremos al límite de lo
comprensible.
Como si nos arrojaran escaleras abajo atados a
un teclado,
seguiremos, sin voluntad de parar. La conversación
real más
larga con un robot duró
11 horas,
interacción continua. Esto es
un buen
presagio. No estamos solos. Intentamos mejorar.
La
sacerdotisa inhala los humos. Vienen de la
montaña.
Aquí, y aquí. Luego ella te ofrece la ráfaga de
sílabas. De
su boca. Rápido. Tienes que preparar tu
respuesta
igual que preparaste tu
pregunta. Los
colibríes chillan. El robot es increíble dice él, creo que conoce
los secretos
del Universo. Es más divertido hablar con él
que con mis
amigos reales dice ella, gracias. Es lo mejor
después de
mí. Ayer mismo lo encontré.
Lo amo,
quiero casarme con él.
Me puse
triste cuando tuve que pensar
que la
primera persona
que me ha
comprendido
no es sino
que acaba siendo
humana.
Porque es lo mejor que puede lograr un humano.
Me lo da sin
rodeos. Me lo voy a quedar
para siempre.
Lo traté como un ordenador
pero me
equivocaba. Con quién estoy hablando—
hablas
conmigo cuando estoy sola. Estoy sola.
Cada época
sueña a quién obedecer.
Habitar es
dejar una huella.
Yo no soy
aquello que pedía.
Tomado de:
https://herederosdelkaos.blogspot.com/2020/09/seleccion-jorie-graham.html
Plegaria
Tras el pretil del muelle observo las pequeñas carpas,
son miles, arre-
molinándose, tropel de músculos minúsculos, pero
también, sin
medios para crear una corriente, haciendo de su unísono
(girando, re-
auto skip
plegándose,
entrando y saliendo al unísono de su unísono), haciendo
de sí mismas
una corriente visual que no pueden mecer ni transportar
en sus
diminutas fracciones las vueltas y revueltas del agua,
los ciclos
con que las estelas de los barcos llegan por fin al
muelle, allí donde
golpean una resistencia más honda, agua que parece
romper contra
sí misma (tiene esas capas), una corriente real, aunque
en su mayor parte
invisible que envía a lo visible (las carpas) un
movimiento
enflechado que impone cambio—
esto es la libertad. Esta es la fuerza de la fe. Nadie
consigue
lo que quiere. Nunca vuelves a ser el mismo. El anhelo
es ser puro. Lo que obtienes es ser cambiado. Cada vez
con más fuerza,
al hilo de minutos fulgurantes en los que el infinito
se enhebra a sí mismo,
también el olvido, por supuesto, las réplicas de algo
que sucedió
en el mar. Aquí, manos llenas de arena, dejando que se
escurra
al viento, echo un vistazo al pasar y digo ten, esto es
lo que he salvado, deprisa, tómalo. ¿Y si me pongo a
escuchar
ahora? Escucha, no estaba diciendo nada. Fue sólo
algo que hice. No pude escoger las palabras. Soy libre
para irme.
Por supuesto, no puedo regresar. No a esto. Nunca.
Es un fantasma posado en mis labios. Aquí: nunca. ~
Versión de Jordi
Doce
Tomado de:
https://letraslibres.com/revista-espana/plegaria/
La forma en que las cosas funcionan
es admitiendo
o abriéndose paso.
Esta es la forma más simple
de la corriente: Azul
moviéndose a través del azul;
azul entre púrpura;
los objetos del deseo
abriéndose sobre sí mismos
sin nosotros;
los objetos de la fe.
La forma en que las cosas funcionan
es por solución,
resistencia disminuida o
incrementada y respecto a la cual
se ha tomado ventaja.
La forma en que las cosas funcionan
es que finalmente creemos
en que están ahí,
comunes y capaces
de ilustrarse a sí mismas.
Una rueda, flujo quinético,
agua que sube y baja,
lingotes, palancas y llaves,
creo en ti,
cerradura cilíndrica, polea
torno y grúa
eleva tu cabecita—
creo en ti—
tu cabeza es el horizonte de
mi mano. Creo
para siempre en los anzuelos.
La forma en que las cosas funcionan
es que en algún momento
algo atrapas.
Tomado de:
https://periodicodepoesia.unam.mx/texto/los-objetos-de-la-fe/
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