domingo, 13 de abril de 2025

POEMAS DE SAMUEL BECKETT -SIEMPRE VIGENTE-


Alba

 

antes de que amanezca aquí estarás

y Dante y el Logos y todos los estratos y misterios

y la luna marcada

allende el blanco plano de la música

que establezcas aquí antes del alba

 

solemne suave seda cantarina

inclínate hacia el negro firmamento de areca

lluvia sobre bambúes flor de humo callejuela de sauces

 

quienes, aunque te inclines con dedos compasivos

para abonar el polvo

en nada aumentarán tu generosidad

cuya belleza ante mí será como un sudario

informe de sí misma que se extiende sobre la tempestad de los emblemas

de modo que no hay sol ni hay revelaciones

ni víctima tampoco

yo solamente y el sudario luego

y un bulto muerto ya

 

 

Los huesos de eco

 

Asilo bajo mis huellas todo este día

sus sordas francachelas mientras la carne cae

hendiendo sin temor ni viento favorable

guantílopes del sentido y el absurdo transcurren

tomados por los gusanos por lo que en verdad son

 

 

Malacoda

 

tres veces vino

el hombre de las pompas fúnebres

impasible bajo el bombín de piel

para medir

¿no está acaso pagado para medir?

a este incorruptible en el vestíbulo

a este malebranca que los lirios cubren hasta las rodillas

Malacoda con lirios hasta las rodillas

Malacoda no obstante el experto terror

que felpa su perineo extingue su señal

suspirando hacia arriba por el aire pesado

¿debe ser así? debe ser debe ser

encuentra los crespones cógelos del jardín

escuchar puede ver, pero no es necesario

 

sepultar en el féretro

con unos ayudantes ungulata

encuentra los yerbajos reclama su atención

escuchar debe ver, pero no es necesario

 

cubrir

estar seguro de cubrir cubrirlo todo por encima

tu escudo déjame coge tu azufre

vidrio canicular divino hermoseado

espera Scarmilion espera espera

coloca este Huysum en la caja

y observa bien la imago eso es él

escuchar debe ver ella debe

todos a bordo todos los espíritus

a media asta sí sí

 

no

 

 

Por ahí

 

por ahí

un grito lejano

para alguien

tan pequeño

bellos narcisos

luego marzo

 

luego ahí

luego ahí

 

entonces desde ahí

narcisos

otra vez

luego marzo

otra vez

para alguien

tan pequeño

Tomado de:

https://www.zendalibros.com/5-poemas-samuel-beckett/

 

 

1. Vienen...

 

vienen

diferente e iguales

con cada una es diferente y es igual

con cada una la ausencia de amor es diferente

con cada una la ausencia de amor es igual

 

vienen

diferentes e idénticas

con cada una es diferente y es lo mismo

con cada una la ausencia de amor es diferente

con cada una la ausencia de amor es la misma

 

 

2. Para ella el acto sosegado...

 

para ella el acto sosegado

los poros sabios el sexo inocentón

la espera no muy lenta los lamentos no demasiado largos la ausencia

al servicio de la presencia

los pocos jirones de azul en la cabeza las punzadas al fin muertas del corazón

toda la gracia tardía de una lluvia que cesa

con la caída de una noche

de agosto

 

para ella vacía

él puro

de amor

 

 

3. Estar ahí sin dientes y mandíbulas...

 

estar ahí sin dientes ni mandíbulas

adónde se va el gozo de perder

con el apenas inferior

de ganar

y Roscelin y esperamos

adverbio oh regalito

vacío vacío salvo jirones de canción

padre me dio un marido

o al arreglar las flores

que moje cuanto quiera

hasta la elegía

de los zuecos herrados aún lejos de Les Halles

o el agua de la canalla apestando por las tuberías

o nada más que moje

porque es así

que pula lo superfluo

y venga

con la boca idiota y la mano hormigueante

a la cavidad hundida alojo que escucha

lejanos tijeretazos argentinos

 

 

4. Ascensión

 

a través del estrecho tabique

ese día en que un hijo

pródigo a su manera

volvió con su familia

oigo la voz

conmovida comenta

la copa del mundo de fútbol

 

siempre demasiado joven

 

al mismo tiempo por la ventana abierta

por los aires a secas

sordamente

la marejada de los fieles

 

su sangre salpicó en abundancia

sobre las sábanas sobre los olorosos guisantes y sobre su amigo

con dedos asquerosos cerró él las pupilas

sobre sus grandes ojos verdes sorprendidos

 

ella gira ligera

sobre mi tumba de aire

 

 

5. La mosca

 

entre la escena y yo

el cristal

vacío salvo ella

 

vientre a tierra

ceñida por sus negras tripas

antenas enloquecidas alas atadas

patas ganchudas boca sorbiendo en el vacío

sableando el azul aplastándose contra lo invisible

impotente bajo mi pulgar hace que zozobren

el mar y el cielo sereno

 

 

6. Música de la indiferencia...

 

música de la indiferencia

corazón tiempo aire fuego arena

del silencio desmoronamiento de amores

cubre sus voces y que

no me oiga ya

callarme

 

 

7. Bebe solo...

 

bebe solo

come quema fornica revienta solo como antes

los ausentes ya muertos los presentes apestan

saca tus ojos vuélvelos sobre las cañas

discuten quizás ellos y los ays

no importa existe el viento

y el estado de vela

 

Versión de Jenaro Talens

Tomado de:

http://amediavoz.com/beckett.htm

 

 

Cascando

 

1

por qué no simplemente no esperar

a ser ocasión de

un vertedero de palabras

 

¿no es mejor abortar que ser estéril?

 

después de tu partida las horas son tan tristes

siempre empiezan a rastras demasiado pronto

los garfios desgarrando con ceguedad el lecho de miseria

rescatando los huesos los amores antiguos

cuencas una vez llenas con ojos como tuyos

¿es mejor siempre demasiado pronto que jamás?

negra necesidad salpicando los rostros

diciendo una vez más nunca flotó lo amado nueve días

ni nueve meses

ni nueve vidas

 

 

2

diciendo una vez más

si no me enseñas tú no aprenderé

diciendo una vez más existe un último

atardecer de últimas veces

últimas veces de mendigar

últimas veces de amar

de saber no saber simular

un último atardecer de últimas veces de decir

si no me amas nunca seré amado

si no te amo ya no amaré nunca

 

un batir de palabras gastadas una vez más en el corazón

amor amor amor golpe de un émbolo antiquísimo

moliendo el suero inalterable

de las palabras

 

una vez más aterrado

de no amar

de amar pero no a ti

de ser amado y no por ti

de saber no saber simular

simular

 

yo y todos los otros que te amen

si te aman

 

3

a menos que te amen

 

 

Whoroscope (Horóscoño) su primer poema

 

¿Qué es esto?

¿Un huevo?

Por los hermanos Boot, apesta a fresco.

Dáselo a Gillot.

 

Cómo estás, Galileo,

¡y sus terceras sucesivas!

¡Asqueroso viejo nivelador copernicano hijo de vivandera!

Nos movemos, dijo, al fin nos marchamos- ¡Porca Madonna!

como un contramaestre o un Pretendiente saco-de-patatas cargando

                contra el enemigo.

Esto no es moverse, sino conmoverse.

 

¿Qué es esto?

¿Una tortilla acerba o una que ha florecido?

¡Dos ovarios revueltos con prosticiutto?

¿Cuánto tiempo lo invaginó, la emplumada?

¿Tres días y cuatro noches?

Dáselo a Gillot.

 

Faulhaber, Beeckman y Pedro el Rojo

venid ahora en un alud de nubarrones o en la cristalina nube de

               Gassendi, roja como el sol,

y os limaré todas vuestras gallinas-y-medio

o limaré una lente bajo el edredón en la mitad del día.

 

Pensar que era él, mi propio hermano, Pedro el Bravucón

y que no usaba de silogismo alguno

como si Papi aún estuviera con vida.

¡Ea!, pásame esa calderilla,

¡dulce sudor molido de mi hígado ardiente!

¡Qué días aquéllos, sentados al lado de la estufa, arrojando jesuitas

                por el tragaluz!

 

¿Y ése, quién es? ¿Hals?

Que espere.

 

¡Mi adorable bizquita!

Yo me escondía y me buscabas.

¡Y Francine, precioso fruto mío de un feto casa-y-gabinete!

¡Vaya una exfoliación!

¡Su pequeña epidermis grisácea y desollada, y rojas las amígdalas!

Hija única mía

Azotada por la fiebre hasta en el turbio restañar de su sangre…

¡sangre!

¡Oh, Harvey de mi corazón!

¿qué harán los rojos y los blancos, los muchos en los pocos

(querido Harvey sangre-girador)

para arremolinarse por este batidor resquebrajado?

Y el cuarto Enrique llegó a la cripta de la flecha.

¿Qué es esto?

¿Desde cuándo?

Incúbalo.

 

Un viento de maldad empujaba la desesperación de mi sosiego

contra las escarpadas cimas de la señora

única:

no una vez ni dos, sino…

(¡Burdel de Cristo, empóllalo!)

en una sola anegación de sol.

(Jesuitastros, copien, por favor.)

Por lo tanto adelante con las medias de seda sobre el traje de punto

               y la piel mórbida…

qué estoy diciendo, la suave tela…

y vámonos a Ancona, sobre el brillante Adriático,

y adiós unos instantes a la amarilla llave de los Rosacruces.

Ellos no saben qué es lo que hizo el dueño de todos los que hacen,

que a la nariz le toca el beso del aire todo fétido y fragante

y a los tímpanos, y al trono del orificio fecal

y a los ojos su zigzag.

De esta manera Le bebemos y Le comemos

y el Beaune aguado y los duros cubitos de pan Bimbo

porque Él puede danzar

igual cerca que lejos de Su Esencia Danzante

y tan triste o tan vivo como requiere el cáliz, la bandeja.

¿Qué te parece, Antonio?

¡En el nombre de Bacon, me empollaréis el huevo!

¿O deberé tragarme fantasmas de caverna?

 

¡Anna María!

Ella lee a Moisés y dice que su amor está crucificado.

¡Leider! ¡Leider! Florecía pero se marchitó,

pálido y abusivo periquito en el escaparate de una calle mayor.

No, si creo desde el Principio a la última palabra, te lo juro.

¡Fallor, ergo sum!

viejo frôleur esquivo

Toll-ó y legg-ó

y se abrochó el chaleco de redentorista.

No importa, pasémoslo por alto.

Soy un niño atrevido, ya lo sé,

luego no soy mi hijo

(aunque fuese portero)

ni el de Joaquín mi padre,

sino astilla de un palo perfecto que no es viejo ni nuevo

pétalo solitario de una gran rosa, alta y resplandeciente.

 

¿Estás maduro al fin

pálido y esbelto tordo mío, de seno desdoblado?

¡Qué ricamente huele

este aborto de volantón!

Lo comeré con tenedor para pescado.

Clara y plumas y yema.

Me alzaré luego y empezaré a moverme

hacia Raab de las nieves,

la matinal amazona asesina confesada por el papa,

Cristina la destripadora.

 

Oh Weulles, no derrames la sangre de un franco

que ha subido los peldaños amargos

(René du Perron…)

y otórgame mi hora

segunda inescrutable sin estrellas.

Versión de Jenaro Talens:

“Escrito en el verano de 1930 para participar en un concurso de poesía sobre

el tema del Tiempo, organizado por Nancy Cunard, con un premio de 10 libras,

que ganó

 

 

Muerte de A. D.

 

y ahí estar ahí aún ahí

apretado a mi vieja tabla picada en negro como de viruela

durante días y noches molidos ciegamente

de estar ahí de no huir y huir y estar ahí

inclinado a confesar un tiempo que agoniza

haber sido lo que fue hecho lo que hizo

de mí de mi amigo muerto en el día de ayer con el ojo brillante

con los dientes largos jadeando en su barba

devorando la vida de los santos una vida por día de vida

reviviendo de noche sus negros pecados

muerto ayer mientras que yo vivía

y estar allí bebiendo por encima de la tormenta

la culpa del tiempo irremisible

aferrado a la vieja madera testigo de partidas

testigo de regresos

Tomado de:

https://poesiamaspoesia.com/83-poesia-mas-poesia-samuel-beckett/

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