(1934, Ceiba, Puerto Rico - 2009)
Es hermano del día...
Es hermano del
día quien tropieza,
hermano de la
rama
busca al árbol
y muere de un
golpe de rueda mal situada
hermano de la
sílaba
anda en pos de
gargantas
y muere
asesinado
por cuchillos a
sueldo.
¿De quién las
etiquetas
el muro con el
alto nombre
la tierra con
su dueño y sus mastines
los libros al
revés
su filo de oro
poniendo
zancadillas
al que canta
por otros
al que dice el
dolor y se lastima?
¿De quién las
etiquetas
el ojo relamido
el mañana feroz
con sus
puntales
bien ganado el
olvido?
Los hermanos
del día
tienen fecha en
el surco,
en la mina su
certidumbre afincan.
Camaradas del sueño
camaradas del
sueño, os reconozco,
los de la luna
repartida en el rostro,
los del rostro
sin comienzo,
pero con un
final rotundo y envolvente.
los de las
llagas sonrientes en el cuerpo,
los que
endulzan espinas
y clavan
esperanzas
los del rabo
del ojo doloroso y
tierno
como hoja que
cae,
como estrella
fugaz,
como lamento
que llega antes
del dolor
o después, siempre a destiempo
y justamente
cuando se necesita.
voluntarios de
la risa,
multiplicadores
de las
atmósferas,
inventores del
juego
que ganan sin
ganar y
aun perdiendo.
hermanos de la
carne,
compañeros del
diente feroz
que deja
huella.
conocedores del
ombligo
y su música, os
saludo.
**************************************
¿Por dónde anda
mi nombre?
Con sangre de
palomas
apretada en el
pecho
y desgarrando
penas arrugadas,
en mitad del
camino
le ha
sorprendido el viento.
Un ruido de
gendarmes
le atravesó la
cara
que traía
sostenida en la diestra.
En medio de la
noche
le ha
sorprendido el tiempo
y un coro de
medios-niños
le señaló la
ruta
que lleva hasta
el dolor
de las fieras
hambrientas.
¿Por dónde anda
mi nombre?
Por las
esquinas duras
de los jueces
sin carne
y sin dolor en
el cerebro.
Por entre
pequeños abogados
de túnica
sangrienta,
por entre
soldados
con la mitad
del cuerpo
hecha de roca
estéril
y entreabierta.
¿Por dónde anda
mi nombre?
Por entre las
piernas rígidas
de un esqueleto
musical
y la barriga
sonora
de un contador
público.
Mi nombre anda
por entre
las estepas
cerebrales
de un
magistrado
hecho de
manteca celeste.
Mi nombre baila
en la cabellera
de un ángel
hecho plomo y
pólvora.
(Mi nombre se
sostiene peligrosamente en
la nariz de un
obispo honrado que estu-
dia el
movimiento de la bolsa cuando le
queda tiempo
después de comer niños.)
Mi nombre tiene
una arruga
en la frente
y tirita de
frío
bajo la planta
de un coloso indigestado.
Mi nombre tiene
un ojo antiguo
que parpadea de
vergüenza
frente a las
nalgas
del odio
empaquetado,
envuelto en
papel de regalo, transparente.
Pero mi nombre
es nombre
y nada más.
Se gasta.
Se va
consumiendo poco a poco
en la moneda.
Mi nombre no
resiste
la avalancha de
sombra
que inventó el
abuelo
o quién sabe si
antes
cuando alguien
golpeaba la piedra
y hacía los
templos
que después le
cayeron encima.
Mi nombre tiene
la mejilla
cubierta de
musgo
y una flor
amarilla muy pequeña
deshechada en
su pelo.
Tiene hábito de
dormir
debajo del
dolor congelado
que heredó de
los siglos.
¿Por dónde anda
mi nombre?
Muy oscuro,
dormido,
enmohecido,
disuelto en cigarrillos
de larga
longitud,
en estandarte
rígido,
en copa de
árbol ciego,
en inodoros de
plata centelleante.
Mi nombre
dividido
se me cayó del
rostro
y después de un
largo
proceso de
evolución
apareció
redondo e inútil
en el escaparate
de una tienda
adonde venden
penas por docena.
-----------
¿qué culpa
tengo yo, peregrinando
con esta boca
amarga?
¿y quién le
dijo al grano,
a la piedra,
a todos los
heridos del mundo,
al que me
socorre
y al que me
deja su uña en el pellejo:
“mira, ése es
tu hermano,
en tu sal se
levanta,
en tu espejo se
mira,
oye por tu oído
y es casi tuyo.
muérdelo –sabes
morder-
y penetra su
sangre
y deja tu
retrato en sus arterias”?
¿hasta dónde me
sigue
ese dedo teñido?
escupan,
caballeros,
orinen con
orden
y dejen en su
esquina
el diente que
les sobra.
yo no quiero
escribir
encima de otros
huesos.
yo no quiero
hacer
con células
ajenas
caminos,
ni montañas,
ni
habitaciones.
sólo sé que en
mi casa
al llegar me
saludo
y me despido al
salir,
pregunto por mí
y contesto:
“acaba de
llegar y está dormido”
y si acaso
despierto
con un gusto a
pasado en la garganta
me lo trago y
digo:
“estoy enfermo,
no puedo más,
me muero”.
después, con
mis manos cargadas,
con trucos en
mi piel,
juego al
presente
sin preguntar,
sin hablar
nada,
dejo caer el
músculo al tablero
y pierdo.
siempre perdí,
desde antes,
porque quiero
perder,
porque es justo
perder,
porque es de
hombres perder,
porque
perdiendo gano.
¡sujétenme!, después
díganme “ahora”.
-----------------
1. El lenguaje es antes que nada algo como un
cuchillo o una soga.
1.i Aplicado a una porción de la realidad la
transforma para nuestro beneficio. La guía hacia el sujeto.
1.ii Se hace llegar a algo para transformarlo
conforme a un deseo o necesidad.
1.iii El lenguaje antes de decir, hacía.
2. La expresión, o la situación o la
particular conformación de la materia “puede que…” es a veces algo como el
sueño o el reposo. Porque la indiferencia es reposo y sin ella duele el
movimiento.
2.i Se hizo el cuchillo de las conchas y las
piedras y la dureza de ambas. Se hizo el lenguaje de estas mismas cosas y
además del color de las conchas y la blandura del aire y de ciertos olores y de
la humedad que los abrigaba. Se hizo del deseo de permanecer que es el sexo y
la osadía y la cautela que son deseo de permanecer.
El lenguaje mienta, miente y
enmienda, pero mendaba antes de enmendar y esto último antes de mentar o
mentir. lo que quiere decir que llenamos ciertos agujeros y estamos en actitud
de sentir la separación y nos duele y hay que separarse para sentir la alegría
de la separación que es promesa de futuros encuentros. Eso es hablar.
El lenguaje es sexo. Que nadie lo
olvide. Opinión subjetiva y parcial pero correcta.
El olvido es
muerte que es también reposo porque así lo deseamos. Somos los inventores del
olvido. Recordar es sabernos, casi en el sentido cartesiano. Porque sabernos es
ser. La sé (a la hembra) cuando recuerdo su hondura húmeda y caliente y los
accidentes que me la proporcionan y las muertes en ella.
No podemos
reducir la realidad al lenguaje porque estaríamos reduciendo el todo a una de
sus partes, y aún cuando fuera cierto que no vamos a caer en contradicción
haciéndolo, conocimiento y consistencia no son sinónimos. Pensar una estrella
no es tocarla.
Si la contradicción
formal es anatema sea, pero siempre ha habido equivocaciones y en el desarrollo
del pensamiento algunos cráneos rotos. Ciertos regalos hay que desenvolverlos
rompiendo la envoltura. Todo virgo destrozado es una contradicción formal.
La totalidad
del saber humano no se reduce a Principia Mathematica ni a Tractacus
Logico-Philosophicus. Si así fuera ya nos hubiéramos atrevido a quemar todo lo
otro.
El lenguaje es
camino sujeto a todas las contingencias del desarrollo y viviendo de sus
contradicciones internas. Ser lógicos es admitir que sabemos en que consiste,
que tal vez nunca lo sepamos pero que tal vez lo somos en mayor medida.
La lógica es un
camino encontrado y otros que nos vamos haciendo, atrechos o enmiendas a los
obstáculos reales o imaginarios.
Ser lógicos es
alcanzar, cubriendo camino, creciendo en conocimiento y concordancia con todo
lo que es menos que yo o que no sea yo en absoluto.
Pensar es
también pensar sobre el pensamiento y pensar que pensamos sobre el pensamiento.
Aturdirnos y abandonar el pensamiento, tal vez para no volver a él. La locura
pudiera ser una parte exquisita del pensar o espinosa o ambas. Muchas veces
sentimos que tenemos derecho a la locura otras veces que tenemos la
responsabilidad de eludirla. Esa misma relación guardamos con muchas otras
cosas como el amor desenfrenado por ejemplo.
El lenguaje es
una espada con el mango al rojo vivo. Lo de dos filos ya está gastado.
El lenguaje me
separa de las cosas y al mismo tiempo me permite caminar entre ellas.
El lenguaje es
coraza, lanza, gancho y balsa. Por supuesto que ni víboras ni águilas ni
pirañas lo resisten pero la piraña no es, entre otras cosas, su mordedura hasta
el hueso. Y también cultivar margaritas desde el lado oscuro. Por ese saber no
lo queremos. Por eso lenguaje es mampara y que se joda. En esa pared nos
rascamos con fruición la espalda y tenemos orgasmos. Como la niña en la
bicicleta o la dulce llaga en el tobillo.
¿Qué es la raíz
de la lengua? ¿Qué es la fuente de la lengua? ¿Qué es la multitud de
condiciones que la engendraron? Las diferentes texturas que el movimiento
muestra en su desarrollo. Por eso se mostraba antes del lenguaje. El dedo
índice y los labios impulsaron los movimientos especiales de la lengua. Quizá
también los no-tan-especiales. Puede que se deba al hecho de que la adquisición
y la admisión del sustento material depende en gran medida de ellos. Porque
queremos ser eternos antes que sentir que lo somos. Y los seguimos deseando
después de sentir que no lo somos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario