domingo, 19 de enero de 2020

POEMAS DE SANIYA SALEH

 
(Mesyaf, Siria, 1935 – Damasco, 1985)

SOLA SOLA




I

Desnuda bajo el silbido del sol,

sola en el desierto cuartel

te paras

y te extiendes como una pregunta

ahorcada que oscila sin respuesta

en el vacío, más allá del vacío.



II

Sola te mueres, alma,

sola te entierras en la tumba,

escandalizó este mundo, la muerte,

no dejó lucidez a ningún genio.
Tomado de:

Alguna cosa




¿Qué haces en tiempo de guerra?

...... Yo huyo

...... Yo canto como un cuervo

...... Me enferma

...... Tal vez muera

¿Y tú?

...... Me aferro

…………… .. cada vez más cerca de los que amo.
Tomado de:

Los lagos condenados


Traducido por Marilyn Hacker

Los lagos condenados
fueron suspendidos de una brecha en el mapa
Como perlas africanas
Balanceándose entre un viento hostil
Y uno amistoso

Oh, hijas mías
, muchas mujeres,
Oh, pequeños centinelas del mar.
¿Estás observando la comida perfecta del mar,
la Cena del Salvador?
Ustedes dos pequeños pequeños
Por encima de los puentes que conectan las pecas
Que se extienden sobre una nariz y a través de los pómulos
Y los pequeños besos que me ponen
Triste como los campanarios de la iglesia
Te creé en tu cama de beduinos
El mundo derrama su agua en lo desconocido
El corazón es el guardián de violencia
y el diluvio mordisquea tus rodillas.
Tomado de:

La estación del amor

Vivimos la estación del amor como la hierba
buscamos un pedacito de tierra
y un pequeño sueño
y cuando cae la tarde
nos levantamos como la niebla sobre las plantas
buscando nuestros poemas
y nuestras lágrimas secas

Guárdame, como guardas los poemas
como las mariposas guardan sus secretos
para un largo viaje
y ve hacia la cima de los mares
donde el amor y el llanto
son sagrados.

Traduccion Maria Luisa Prieto
Tomado de:


ÁRBOLES QUE ANDAN EN EL SUEÑO


¡Oh noche!
Pasas sobre el aliento de las imprentas
y no desarraigas aquella historia coja.
Mi tembloroso pie me pertenece a mí,
y no a los altos árboles de libros.

Barco de nube seguido por gritos de piedra
penetra los tejidos en una guerra ficticia.
No oscuridad en los ojos, no engaño
todo se desnuda,
y azul azul es la historia.

El agua de la historia es fría, sus árboles siguen andando en el sueño,
y solo cantan la batalla las bocas de los árboles.

Se acabó la era del hacha,
y ahora la guerra se ha vuelto ficticia
de ojos vacíos y boca firme.
Sube a los estantes y baja hacia los hormigueros.
Ya no se oyen gritos en las ciudades y reinos.

Se arranco la boca quejosa de la cara,
y los árboles extintos inclinan sus cabezas
y roban las miradas
hacia aquellas pequeñas balas de espuma,
celebrando la boda de una historia coja.
Tomado de:

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