(1901, Salónica, Grecia - 1998, Grecia)
LA HOMBRE
Yo mujer, la
hombre,
siempre
buscaba tu rostro,
que hasta
ahora fue masculino.
De otra
forma no puedo imaginarlo.
¿Quién es y cómo
está uno más
solo,
furiosa,
desesperadamente solo,
ahora, yo o
aquel?
Creo que
existo, existiré,
pero ¿cuándo existí sin él?
y ahora, ¿cómo estoy de pie, en qué luz,
cuál es aún
mi propo lamento?
Oh,
doblemente sufro,
de continuo
me pierdo
cuando tú no
eres mi guía.
Cómo veré mi
rostro,
mi alma cómo
la aceptaré,
cuando lucho
tanto
y no puedo
adaptarme.
"Dado
que la mujer
se adapta al
hombre".
No se
distingue aún lo trágico
de lo
impersonal, ni yo
puedo
imaginármelo aún, aún.
Qué me
ocurrirá conociendo tantas cosas,
ya sé en
este momento
que de su
flanco no me has sacado.
Y digo que
soy persona íntegra
y sola. Sin
él no crecía
y ahora soy
y puedo
y somos
pareja separada, aquél
y yo, tengo
mi propia luz,
alguna vez
la de la luna.
Dije: no
desciendo del sol;
tengo tanto
orgullo
que trato de
llegar a él,
de
superarlo, yo
que ahora me
aprendo y plenamente
aprendo mi
deseo de resistirlo
no quiero
recibir
nada de él
ni espero.
No lloro ni
canto una monótona canción.
Pero
resultará penoso
el propio
desgarrón que premedito,
para conocer
el mundo por mí misma,
para
expresar mi propia palabra,
ya que hasta
ahora existí
para
admirar, respetar y querer,
ya no le
pertenezco
debo
permanecer sola,
yo, la
hombre.-
MUSICALIDAD
Bella música
de los días
otoñales en Tesalónica
cuando la
lluvia cae, a veces, densa
o también
ligera, y después nuevamente
se
intensifica esa lluvia plateada
de los
primeros días otoñales,
tan diáfana
y delgada como
una
conversación lenta y musical de mujeres
en el otoño de su vida.
De aquellas
mujeres que permanecen
tranquilas y
en silencio,
un poco
orgullosas y melancólicas
y que, a
veces, cuando hablan
se apresuran
a decir aquello
que tal vez
quisieran olvidar.-
EL ÁRBOL
Me extiendo
como las ramas, como las hojas,
sensaciones
tengo alrededor de mi cuerpo,
recuerdos
murmullan,
se tocan, se mueven
tranquila o
fuertemente.
Parecen
iguales las ramas,
el viento de
la vida
con juegos y
luces,
muestra su
diferencia.
Se doblan
las ramas, las hojas,
los
recuerdos, las sensaciones chocan contran mí,
pájaros
hacen su nido en secreto,
voces
escondidas en las más densas
y frondosas
ramas de la fantasía.
Como si se
avecinara una tormenta,
el
embellecimiento de las cosas me golpea.
Mi cuerpo
recto se sostiene,
se queda
inmóvil el alme y crece
como si no
leimportara mi atavío...
que se va y
regresará,
se marchita
y se cae
para brotar
otra vez mi vida.-
Tomado de:
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