jueves, 28 de enero de 2021

POEMAS DE LUIS ALBERTO CABRALES

(2 de diciembre de 1901 Chinandega /1974 Managua, Nicaragua)


Piches entre la luna y las nubes

 

Pasa el viento, pasan las nubes,

pasa la luna con las nubes.

Gritos de aves sollozantes rasgan el silencio:

Piches entre la luna y las nubes.

 

Año con año pasan,

y sus gritos llenan de tristeza el mundo

y mi vida.

¿Estaré contigo, estarás conmigo,

cuando pasen de nuevo

entre la luna y las nubes?

 

 

Primer aguacero

 

Anoche, toda la noche,

cayó el primer aguacero.

 

Por eso

alegre estaba el campo en la mañana

con su camisa blanca de todos los domingos

y el pantalón azul de la Semana Santa.

 

Alegre estaba el campo

de azul y de blanco.

 

Silbando se fue a la ciudad

con su nuevo sombrero de pita;

trascendía a hierba, a fruta y a humedad.

 

Como viera los árboles todos llenos de trino,

como viera las nubes todas llenas de sol,

compró para el colocho un centavo de olor

en la venta que puso mayo en el camino.

Tomado de:

http://poesiabreve-briefpoetry.com/luiscabrales.html

 

 

CAMPOSANTO RURAL

 

En este camposanto rural descansar quiero

 

para siempre,

 

aquí, junto a los míos.

 

Cubierto de altas hierbas

 

con nidos de palomas y conejos,

 

los árboles hojosos

 

agobiados de flores y de mieles,

 

los pájaros brillantes

 

tirando, chupando, revoloteando,

 

la tierra olorosa siempre tierna

 

como tierra de mayo,

 

y los lentos mugidos de las vacas

 

llegando a yacer sobre las tumbas de los amos.

 

 

 

Aquí descansar quiero,

 

muy cerca de los muertos de los barrios,

 

de mis compañeritos de vagancia,

 

Luis Campos, José Castro, los Lagunas,

 

que envejecieron y murieron,

 

y se vinieron aquí desde hace tiempos,

 

y acostados están oyendo el río,

 

las aguas oyendo de sus baños y sus risas,

 

oyendo y recordando para siempre.

 

        Aquí descansar quiero,

        aqui junto a los míos,

        no en polvo convirtiéndome:

        en tierra fresca y tierna de mi tierra.

Tomado de:

http://www.antoniomiranda.com.br/Iberoamerica/nicaragua/luis_alberto_cabrales.html

 

INVITACION A MIRIAM

 

¿Te has dado cuenta, Miriam, de que las lluvias han llegado?

El sol rabioso del verano se enterneció de pronto,

y amanecieron charcos,

y caballitos de San Vicente y mariposas

sobre las aguas de los charcos.

 

Y de nuevo ese canto en la noche,

el lejano canto de las ranas en la noche,

el dulce canto de amor entre la noche.

 

Recuerdo, Miriam, cuando ya desfallecida,

desfallecidos los dos en la orilla del sueño,

ese canto oímos lejano,

y en la sombra caíamos, hundiéndonos, hasta el fulgor del alba.

 

Ha venido el tiempo del amor, amada mía,

los más pequeños animalillos de Dios se están amando,

y tú, terca, en tu rincón, enfurruñada.

 

Piensa en los poetas tontos que al ruiseñor cantaron,

oye ese dulce canto de los nocturnos charcos,

ven a oírlo conmigo en el revuelto lecho.

 

La pobre carne busca el arrimo de otra carne.

No es bueno que el hombre esté solo, dijo el Señor compadecido.

Y Eva, nuestra madre, y tú, vinieron a la vida.

Obedece al Señor, Miriam querida.

Tomado de:

http://poetasfamososnicaraguenses.blogspot.com/p/luis-alberto-cabrales.html

 

 

CARTA A MI MADRE

 

Te escribo para decirte

 

que tengo un nuevo conocido,

 

el Otoño, con la fría brisa nordeste

 

soplando sobre álamos y plátanos de la India

 

en las aceras de Madrid;

 

y hojas cayendo unas sobre otras amontonándose

 

o llevadas por el viento a media calle

 

o agarradas en el aire por mis manos;

 

hojas secas, amarillas, crujientes,

 

recogidas por barrenderos en la madrugada

 

y más tarde en un montón

 

quemándose

 

y el humo grueso subiendo

 

entre las ramas desnudas, blancas, húmedas,

 

al mediodía.

 

Ya es la época de Navidad.

 

Estamos en Diciembre,

 

y cómo está la casa?

 

Estará florecido el pastor

 

junto al muro negro?

 

No se ha secado el pozo

 

y el alcaraván va por el patio?

 

Ya has pintado -por supuesto-

 

el cuarto de Clarence del color crema

 

que aún quedaba en el tarro.

 

Ya habrás hecho las diligencias de la casa

 

para esta época

 

y comprado el mantel blanco para la mesa

 

y llenado el florero de narcisos rojos

 

del traspatio

 

y encendido el cesto de rosas eléctricas

 

en la noche, para Nuestro Señor,

 

y cubierto de cortinas el cuarto de Alberto y su esposa

 

esperando al nieto

 

por primera vez abuela

 

y estarás contenta con la llegada del nieto

 

que conocerá tu Buen Olor

 

que yo conocí entonces.

 

Y te veo en las tiendas acompañándote

 

como lo hacíamos siempre

 

rodeados de arbolitos cubiertos de luces

 

y el cielo negro pellizcado de estrellas

 

y ese olor de purísimas

 

olor de madroños y triquitraques quemados;

 

manzanas y uvas y juguetes en el Mercado San Miguel

 

y sus alrededores;

 

candelas romanas en manos de los niños

 

y villancicos de pastores y del Niño Jesús

 

en la Catedral Metropolitana

 

y mi luna de Nicaragua que es grande y dulce como tú.

 

https://lanuevaprensacr.com/julio-cabrales-el-incendio-de-su-voz/

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