lunes, 7 de marzo de 2022

TEXTOS DE MARCELO FOX QUE SON POEMAS

 



Invitación a la Masacre

Soy un genio. Nadie lo dude. En los 4 puntos cardinales la humanidad entonando cánticos de adoración delante de mis altares. Pero los que me persiguen. Pero los que odian mi luz lo impiden. Tienen miedo. Tiemblan. No quieren verse reducidos a la Nada de la cual son hijos por el brillo con que desnudo su insignificancia.

 

Yo no entiendo lo que pasa. Mancho con furia día y noche superficies blancas. Vuelco los huesos en lo que creo. Qué más puedo hacer para que proclamen mi nombre a todos los rumbos. Es que no entienden que soy verdaderamente un genio. Un Dios.

 

 

 

No. Es claro que no entienden. Son inferiores. No pueden ascender hasta mí. Descender al abismo desde el que arrojo alaridos de basura a sus rostros indiferentes. Huecos. Qué saben de esta oscura luz. Del placer de sentir las bocas de los bichos carcomiendo despacio los nervios. Los tendones. La médula. Qué saben del infierno y sus goces. De la hermosura del mal y los sutiles ritos de la Peste. Exterminarlos sin contemplaciones. Que no quede ni un idiota para seguir contando el cuento lleno de furia y sonido de la vida.

 

 

 

Estoy herido. Piedad. Pido sólo un poco de amor. De comprensión. Miren otra vez. Digan que son genialidades. No. No digan que no. Es injusto. Vamos. Vamos. Sí. Sí. Así que definitivamente no. Fuera antes de que llame a los criados y los haga echar a empujones. Antes de que los entregue a mis verdugos para que aprendan a apreciar la excelsitud de la obra que vomito sin descanso y que no cesará jamás de fluir. Nunca terminaré de devolver el cadáver de Dios que me produjo una grave indigestión luego de habérmelo almorzado.

 

Ser mayor que Satán. Soy la encarnación más perfecta de la Peste. Atrás. Atrás. Paso a mí. Paso a Dios. Debo actuar pronto. El bien aún mantiene sus castillos de azúcar y olvido sojuzgando el mundo. Los hundiré. Los disolveré. Que se extienda victoriosa sobre la tierra la única verdad. El Mal. No más barreras para la destrucción. Imperaré sobre los campos arrasados. Sobre los cadáveres. Sobre los escombros que deje la muerte. Muerte. Fiel compañera. Casta prostituta que todo introduces en tu sexo ávido donde acaba el dolor. La ronda infinita. La incomunicación. La angustia.

 

 

 

Escupen sobre los cuadros que pinto. Se ríen de las églogas fúnebres que escribo. Las obras van acumulándose en la oscuridad de los cajones del escritorio. El terror me desmenuza en fragmentos áridos que claman por la blandura del Sol. Se niegan a comprender. Me hacen a un lado. Se ríen. Siempre se ríen palmeando los hombros sobradoramente. Yo no hice nada. Que un ser humano sea superior no es motivo para perseguirlo sin tregua. Por qué excluyen. Por qué esconden las claves. Por qué abofetean con el vacío. No tengo la culpa que en las tramas de mi cuerpo corra sangre de infinito. Mátenme. Viólenme. Hiéranme. Pero este silencio no. Esta sombra no.

Tomado de:

http://inmaculadadecepcion.blogspot.com/2006/01/marcelo-fox-invitacin-la-masacre.html

 

 

Mutilación

 

 

 

MU

 

Me corté los labios al afeitarme. La sangre salía. Era dulce. Me gustaba. Después traté de que la pequeña herida se cerrara. No lo conseguí. Dormí con un esparadrapo sobre la boca. A la madrugada desperté.La almohada estaba manchada de rojo. Las sábanas. El piso. Miré un espejo. Por la mejilla izquierda se extendían granulos escarlatas.

Un día u otro habría tenido que suceder. Me lo habían avisado. Una cuestión genética, hereditaria, dijeron. Fui al médico.

 

TI

 

-Por el momento la única forma de salvación es que le amputemos la cabeza.

-Pero doctor.

- No se preocupe. La ciencia avanza. El cerebro, los ojos y demás centros vitales le serán transplantados a la cavidad abdominal.

 

LA

 

Ahora salgo aunque nada más que de noche, cuando las gentes tienen menos oportunidad de distinguir que sobre mis hombros hay solamente un masacote de yeso reproduciendo rasgos humanos. Desprendiéndome la camisa puedo ver. Me alimento por el ombligo. Logro articular sonidos mediante un aparato injertado un poco más arriba. Con algo también por el estilo oigo.

Adaptarse. Resignarse. Una psicóloga me ayuda a ello.

 

CIÓN

 

La cosa volvió a comenzar por un pié y una mano del mismo lado. Del mismo lado izquierdo.

-Seguir amputando. No veo, no hay otra salida

-Pero doctor.

-Cálmese, hombre, cálmese. Considere que el problema técnico de amputar cuatro extremidades es mucho más simple que el separar una cabeza del tronco y trasladar los órganos de los sentidos a…

-Comprendo, quiero comprender. Esta bien …Lo que no entiendo es por qué las cuatro, mis cuatro extremidades deben ser…

-Bueno…Es que total tarde o temprano…En fin. Usted sabe como son las cosas…Perdóneme, pero hay otros pacientes que…Venga, salga por la puerta trasera.

Casi inmóvil. En un rincón. La psicóloga me habla de los fines de la humanidad, de las consecuencias siempre funestas del pesimismo. Me lee también a Parménides. Y me lo interpreta. Si el Ser está inmóvil y el movimiento es mera apariencia, para qué preocuparse de mi inmovilidad.

Los había oído nombrar a Freud, Marx, Hegel, San Lactancio. Nietzche, antes de decidirse por Parménides como más conveniente para mi caso.

Lo único que lamento es no poder masturbarme. A veces trato de refregar el miembro contra las paredes. Sólo consigo laceraciones. Les pedí que me castraran. Lo hicieron.

-Disculpen que les cause tantas molestias, es que…

-No. No se preocupe. Nosotros estamos aquí para ayudarlo.

He acabado siendo un cerebro que flota en un líquido de no se que color. Sólo quedan conectados con el exterior mis centros auditivos. Oigo una voz que repite los evangelios que hablan de la fatuidad del mundo y la carne y de reinos infinitos.

Trato. Debo estar contento. Se ocupan de mí hasta lo último.

En el lóbulo occipital ya empiezo a sentir otra vez los síntomas conocidos. Pronto será el fin. Gracias por todo.

Tomado de:

https://www.taringa.net/+apuntes_y_monografias/marcelo-fox-hallazgo-en-el-olvido_1305bt

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