EN TI, EN TI, EN SÓLO TU.
(Thee, Thee, Only Thee)
El amanecer de la mañana, la luz del día declina,
Las largas horas de la noche todavía me encuentran pensando
En ti, en ti, en sólo tu.
Cuando los amigos se reúnen, y en copas consumidas,
Y en sonrisas cercanas, que una vez encantaron,
No alcanzadas por toda aquella luz del sol,
Mi alma, como una mancha oscura, es perseguida
Por ti, por ti, por sólo tu.
Todo lo que en la ruta de la alta fama podría despertar
Mi espíritu una vez, ahora está abandonado
Por ti, por ti, sólo por ti.
Al igual que en las costas, por las cuales algunos
precipitadamente gritan
Por las prisas del océano, nunca descansando,
Escenas de la vida van por mí, brillantes u oscuras,
No sé, no prestar atención, apurado cada vez
Por ti, por ti, sólo por ti.
No tengo un gozo, sino de tu interposición,
Y el dolor en sí parece dulce cuando brota
De ti, de ti, sólo de ti.
Al igual que los hechizos, que nada en la tierra pueden
romper,
Hasta los labios, que conocen el encanto, lo he dicho,
Este corazón, sin embargo, puede despertar al mundo
Su dolor, su desprecio, puede ser roto
Por ti, por ti, sólo por ti.
Balada: El Lago del Pantano Sombrío.
(A Ballad: The Lake of the Dismal Swamp)
Escrita en Norfolk, Virginia
"Hicieron su tumba, muy fría y húmeda
Para un alma tan cálida y verdadera;
Y ella se ha ido al Lago del Pantano Sombrío,
Donde, durante toda la noche, con una lámpara de cocuyo,
Ella remó su blanca canoa.
"Y su lámpara de cocuyo pronto la veré,
Y su remar muy pronto lo oiré;
Larga y afectuosa nuestra vida será,
Y ocultaré a la doncella en un ciprés,
Cuando los pasos de la muerte estén cerca."
Lejos del pantano sombrío él acelera-
Su camino era accidentado y acuciante,
A través de enebros enmarañados, de lechos de juncos,
A través de más de un pantano donde la serpiente se alimenta,
Y el hombre nunca pisó antes.
Y cuando en la tierra se sumergió en un sueño,
Si, a dormir sus párpados lo sabían,
Se tendió en la funesta vid que lo hizo llorar
Sus lágrimas venenosas y escabrosas todas las noches
¡La carne con ampollas rocío!
Y cerca de él, la loba agitada, frenó,
Y la serpiente de cobre musitó a su oído:
Hasta que despertó de su sueño, empezó a gritar,
"¡Oh! ¿cuándo veré el lago oscuro,
¿Y la canoa blanca de mi querida? "
Vio el lago, y un meteoro brillante
Raudo, jugaba sobre su superficie-
"Bienvenido", dijo, "¡luz de mi amada!"
Y la tierra se hizo eco tenue para muchos una noche
El nombre de la doncella muerta de frío.
Hasta que un barco ahuecado en la cubierta de abedul,
Qué lo lleva a la costa;
Lejos, muy lejos, siguió el rastro luminoso del meteoro,
El viento era fuerte y las nubes eran oscuras,
Y el barco nunca más volvió.
Pero muchas veces, desde el campamento del cazador indio,
Este amante y doncella tan verdaderos
Se ven en la hora de la media noche húmeda
Para cruzar el lago con una lámpara de cocuyo,
¡Y remar su canoa blanca!
Tomado de:
http://centaurocabalgante.blogspot.com/2013/04/poemas-de-thomas-moore.html
Acuérdate de mí
(Traducción de Miguel Antonio Caro incluida en el libro
Traducciones poéticas, 1889)
Ve do la gloria te llama,
Y entre el rumor de la fama
¡Ay! Acuérdate de mí.
Cuando más grato a tu oído
Fuere el popular ruido,
Aún acuérdate de mí.
Te ceñirán otros brazos,
Anudarás nuevos lazos,
Y del corazón pedazos
Dejas dolientes aquí.
Cuando entre amigos te vieres
Gozando íntimos placeres,
¡Ay! Acuérdate de mí.
Si errabundo por la tarde
Vieres la estrella que arde
Dorada en fondo turquí,
Piensa que en mi compañía
La contemplabas un día;
¡Ay! Acuérdate de mí.
Si en el verano reposas
Las miradas deleitosas
Sobre las tardías rosas
Que siempre cual tuyas vi,
Piensa en los floridos ramos
Que muchas veces cambiamos;
¡Ay! Acuérdate de mí.
Cuando caer vieres flojas
En el otoño las hojas,
¡Ay! Acuérdate de mí.
Y en la noche, cuando mires
Dichoso hogar, y suspires,
¡Ay! Acuérdate de mí.
Entonces música y canto
Quizás con su hechizo santo
Dulces volverán del llanto
A abrir las fuentes en ti,
Y en tu mente aquellos sones
Despertarán mis canciones;
¡Ay! Acuérdate de mí.
Arriba
Contigo
(Traducción de Miguel Antonio Caro incluida en el libro
Traducciones poéticas, 1889)
Cuando estoy a par contigo
Se renueva la creación;
Más vivífico es el aire,
Más hermoso alumbra el sol.
Tu presencia es luz radiante,
Dulce música tu voz;
Todo es gloria, y gozo, y dicha
Cuando a par contigo estoy.
Cuando estoy a par contigo
Se dilata el corazón;
A tu vista por encanto
Todo mal se disipó.
De ti ausente, me parece
Noche todo, todo horror;
Y aún morir me fuera dulce
Si es que a par contigo estoy.
Arriba
¡Oh, ven!
(Traducción de Miguel Antonio Caro incluida en el libro
Traducciones poéticas, 1889)
¡Oh, ven!, en el seno mío
Ven a reposar tus sienes;
Si ya rebaño no tienes,
Aquí tus lares están.
Aquí una sonrisa encuentras
Que no empaña nublo insano;
Y un corazón y una mano
Que jamás te faltarán.
¿De qué el amor serviría
Si no brillase lo mismo
Sobre el espantoso abismo
Que en el mágico pensil?
No sé yo, saber no quiero,
Si es tu corazón culpado;
Sé que eres mi único amado,
Yo tu amante veces mil.
Ángel tuyo me llamaste
En momentos de ventura;
Quiero en horas de amargura
Como ángel guiar tu pie.
Entre tanto horror no temas
Que jamás de ti me aparte;
¡Vengo a escudarte, a salvarte,
O contigo me hundiré!
Tomado de:
https://grandespoetasfamosos.blogspot.com/2009/01/thomas-moore.html
LA ÚLTIMA ROSA DEL VERANO
Es la última rosa del verano,
que solitaria queda floreciendo;
Todas sus adorables compañeras
Han marchitado y se han ido;
No hay flor de su linaje,
No hay capullo cercano,
Que reflejen su rubor,
O devuelvan suspiro por suspiro.
No dejaré que tú, solitaria!
Languidezcas en el tallo;
Ya que las adorables duermen,
Ve tú a dormir con ellas.
Así yo esparciré, suavemente,
Tus hojas sobre el lecho,
Donde tus compañeras de jardín,
Yacen sin perfume y muertas.
Tan pronto como pueda seguirte,
Cuando las amistades decaigan,
Y desde el círculo brillante del amor,
Las gemas caigan alejadas.
Cuando los corazones sinceros yazcan marchitos,
Y los bondadosos hayan volado,
¡Oh! ¿Quién habitaría
Este mundo sombrío en soledad?
Tomado de:
Una balada: el Lago del Lúgubre Pantano
Escrito en Norfolk, Virginia
“Le hicieron una tumba, demasiado fría y húmeda
para un alma tan cálida y verdadera.
Y ella se fue al Lago del Lúgubre Pantano,
donde, junto a una lámpara de luciérnagas,
rema toda la noche en su blanca canoa”.
“Y su lámpara de luciérnagas pronto veré,
y su remo pronto escucharé.
Larga y amorosa nuestra vida será,
y ocultaré a la muchacha en un ciprés,
cuando la pisada de la muerte esté cerca”.
Lejos hacia el Lúgubre Pantano corre —
su camino fue accidentado y doloroso,
por enmarañados enebros, lechos de juncos,
por ciénagas donde la serpiente se alimenta,
y el hombre nunca antes puso un pie.
Y, cuando en la tierra se hundió para dormir,
si el sueño sus párpados conocieron,
yació donde la mortal vid llora
su venenosa lágrima y cada noche empapa
la carne con ardiente rocío.
Y cerca de él la loba removió el matorral,
y la serpiente cabeza de cobre respiró en su oído,
hasta que comenzó a llorar, despierto de su sueño,
“¡Oh!, ¿Cuándo veré el oscuro Lago,
y la blanca canoa de mi amada?”.
Vio el Lago, y un radiante meteoro
veloz sobre su superficie jugó —
“¡Bienvenida, luz de mi amada!”, dijo.
Y en la difusa costa resonó muchas noches
el nombre de la muchacha muerta.
Hasta que ahuecó con corteza de abedul
un bote que lo llevó lejos de la costa.
Lejos, lejos, siguió la chispa del meteoro,
el viento era potente y las nubes oscuras,
y el bote ya nunca más regresó.
Pero a menudo, desde el campamento de caza indio,
el amante y la muchacha tan verdaderos
son vistos a la hora de la húmeda medianoche
cruzando al Lago con una lámpara de luciérnaga,
y remando en su blanca canoa.
Tomado de:
https://buenosairespoetry.com/2018/06/20/una-balada-el-lago-del-lugubre-pantano-thomas-moore/
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