domingo, 10 de marzo de 2024

POEMAS DE JOSEPH COLEMAN DE GRAFT

 



Un desayuno no-africano

 

[Pronunciado con un solo de guitarra]

 

 

 

Así que estoy aquí, esta mañana

 

Temprano en la cocina.

 

 

 

El aroma de café recién servido, hirviendo

 

Aroma que inunda la nariz de buen café recién hecho,

 

hirviendo;

 

Y es bueno estar en la cocina

 

Y bueno, escuchar el agua haciéndose café

 

       balbuceo burbujeante dentro del tarro de cristal

 

       cabeza de la cafetera eléctrica;

 

Y la buena esposa aún dormida en su cama vono4

 

Soñando buenos sueños, espero,

 

¡Sobre mí!

 

 

 

Toda la noche la barriga no ha estado bien

 

Fluyendo como si no quisiera tener nada más

 

que ver conmigo por comer

 

cosas desconocidas –

 

Toda la noche una barriga fluyendo;

 

Hasta que, al fin, muerto de cansancio

 

Caigo en el olvido entre las 4 y 5

 

Bastante inconsciente –

 

       Profundo olvido

 

       Dulce como plumas…

 

Luego, saliendo de ningún lugar

 

El día blanco irrumpe

 

A través de mis cortinas escarchadas…

 

 

 

¡Y es bueno estar vivo!

 

 

 

Bueno, ciertamente, estar vivo,

 

Así que gracias demos a dios

 

Por todo,

 

       Y los millares de gorriones

 

       Trinando, afuera, en el fresco sol matinal

 

       Mientras la cafetera burbujea.

 

 

 

Y aquí una barra de pan

 

Y allá un frasco de mermelada

 

Y azúcar para la esposa durmiente

 

Y leche saliendo de su lata azul

 

rodando ahora

en su espalda

como un gato,

 

Y más allá un sartén en la estufa de gas

 

Y dos huevos crepitando –

 

Yema de huevo dorado escoltada

 

De cebolla y pimiento verde con guiños rojos

 

recién cortados,

 

Y un poco de sal

 

            un poco de sal…

 

¡Oh, maldición!

 

Una gota de aceite escupidor casi me da

 

En el ojo.

 

 

 

Sí, querido lector,

 

¿Qué dices?

 

 

 

Oh, ¿no debería?

 

No debería tomar buen café en la

 

mañana

 

No debería comer buen pan y mermelada

 

       para desayuno,

 

No debería freír huevos en la estufa de gas

 

       Mientras mi esposa buena

 

       Sigue acostada soñando

 

Y tampoco debería leer libros, supongo.

 

Ni escribir poesía,

 

Porque –

 

¿Qué dices?

 

Porque

 

¡No son africanos!

 

 

 

Pero escucha

 

La radio en mi sala de estar

 

(Debí haberte dicho sobre la radio):

 

Escucha –

 

Sonido de tambores a 15 megaciclos

 

Señalando el nuevo día en África,

 

El sonido explota

 

Llamando al continente a levantarse

 

Para el Show del Desayuno,

 

Muchas-lenguas de voces

 

Desafiando a todos los hombres de todas las partes

 

A respirar los vientos frescos del amanecer

 

Soplando a través del mundo cambiante.

 

 

 

Y los caciques guerreros pasan

 

Y las mozuelas bailandopasan adornadas de cuentas

 

Y nosotros nos sentamos por las corrientes de agua

 

Y lloramos por una inocencia que se ha ido.

 

 

 

Pero aquí –

 

Los huevos están listos;

 

 

 

¡Y todavía es bueno estar vivo!

 

 

 

Y a pesar de que no puedo silbar a viva voz

 

Yo sé que hay alegría

 

Burbujeando como café en mi interior,

 

Dulce alegría aromática

 

De estar vivo,

 

Así que gracias demos a dios

 

       Por todo

 

       Y los millares de gorriones

 

       Trinando, afuera, en el fresco sol matinal

 

       Mientras la cafetera eléctrica balbucea,

 

Y yo siento la vida venir dentro de mí

 

El primer movimiento

 

 De un poema no-africano.

 

 

El poema que no puedo escribir

 

 

 

Yo quisiera moldear un poema

 

Sobre ti

 

Sólo

 

Que las palabras se romperían al tallarte

 

Demasiado quebradizas y toscas para copiar tu forma

 

Esa mística serenidad tuya;

 

Así que yo me quedo con la memoria de

 

Una dama ofreciendo caridad –

 

       Aparición de la gracia          

 

entre pordioseros –

 

Inimitable, tú

 

            Ofreciendo caridad.

 

 

El gen

 

 

 

El Tiempo se fue a cenar con la Ciencia

 

Y la rosa tambaleante de torrentes de sangre humana,

 

Úlcera carmesí ardiendo en su cromosoma.

 

 

 

Esta es la hora de silencio antes del holocausto:

 

 

Y yo

 

Y tú –

 

Víctimas que esperan con paciencia

 

Ser masacradas en altares decadentes

 

Por mundos infectados desde el útero.

 

 

 

¿Quién salvará el futuro?

 

El Tiempo es hermafrodita,

 

Y la úlcera carmesí arde en su cromosoma.

Tomado de:

https://circulodepoesia.com/2012/10/patente-de-corso-joe-de-graft/

 

 

La vieja cadena del mar

 

 

 

Al final de esta grada

 

Más allá de las grandes olas espumantes,

 

Los barcos viejos, navegantes, solían reposar

 

Acicalando sus blancas alas en la brisa

 

Mientras esperaban su cargamento.

 

 

 

¡Mira ahora, cómo las algas verdes

 

Cubren toda la grada!

 

 

 

Ahora siente,

 

Siente con la suela de tus pies pequeños

 

El fiero dragón de roca bajo la sedosa yerba,

 

Dientes-de-dragón de roca teñidos rojo pardo

 

Como de sangre primigenia–

 

Sangre que ni todas las aguas del mar

 

Pueden lavar.

 

 

 

Entonces, mira al otro lado del océano;

 

Más allá de las grandes olas

 

Mucho más allá de la curva

 

Donde cielo y océano se encuentran

 

Y dime lo que ves.

 

 

 

¿Nada?

 

 

 

Sin embargo, en esos días ancestrales

 

Yacía una cadena –

 

Una cadena de carne y acero forjado;

 

Que sujetaba más allá de esta grada

 

Extendiéndose al océano

 

Más, más allá de la curva

 

Donde cielo y océano se encuentran,

 

Al otro lado del Atlántico.

Tomado de:

https://circulodepoesia.com/2016/02/ghanaian-poetry-joe-de-graft/

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