miércoles, 6 de marzo de 2024

POEMAS DE SVETLANA GARZA

 

 

El Gorila

 

El Gorila quería, más que nada,

las botas rojas de Vincent Galo.

Creo que las quería para volver a casa.

(como Dorita)

 

Nunca le dije que para usarlas

iba a necesitar talones,

para no hacerlo llorar en mi cama.

 

Yo, más que nada, quería

que me engullera entera

para lamer su panza desde dentro.

 

Que su estómago infinito y negro

escaldara de cosmos mi lengua.

 

Mientras, mis dedos de tiza

pintarían murales de colores

en las paredes de su vientre.

 

Nunca me faltaría espacio.

Todo mundo sabe que las panzas de los gorilas

son más grandes que su pecho,

que su hambre…

 

Y al fin mi troglodita

conocería las cosquillas

y las constelaciones.

 

 

El Alebrije o poema de opción múltiple

 

Dicen que sólo existes en mi mente,

pero llevo las marcas de tus ____________

 

a) Dentelladas

b) Lengüetadas

c) Asfixias

d) Zarpazos

e) Otra: ____________

para probarte verdadero.

 

Convertiste mi piel en cofre

donde resguardo incansable tus

 

a) Plumas

b) Pezuñas

c) Molares

d) Uñas

e) Pinzas

f) Otra: ____________

con que llenabas mis ____________

 

a) Ansias

b) Ganas

c) Nalgas

d) Horas

e) Acantilados

f) Otra: ____________

Qué esperas para venir a _______________

 

a) Envolverme

b) Enrollarme

c) Embalarme

d) Vendarme

e) Cercarme

f) Circundarme

g) Sitiarme

h) Acorralarme

i) Otra: ____________

en tus ____________

 

a) Brazos

b) Alas

c) Escamas

d) Tentáculos

e) Fauces

f) Lenguas

g) Armas

h) Ancas

i) Sábanas

j) Otra: ____________

Qué ganas de ensalivarte todo

desde el ____________

 

a) Pico

b) Asta

c) Aleta

d) Exoesqueleto

e) Caparazón

f) Tórax

g) Otra: ____________

 

hasta la ____________

 

a) Médula

b) Aleta dorsal

c) Penúltima raya

d) Última escama

e) Otra: ____________

Jálame del cabello hasta que ____________

 

a) Relinche

b) Barrite

c) Cante

d) Aúlle

e) Implore

f) Grazne

g) Tararee

h) Otra: ____________

Pero si no vas a volver nunca,

al menos ____________

 

a) Enhébrame

b) Traspásame

c) Perfórame

d) Hiéndeme

e) Horádame

f) Remáchame

g) Empálame

h) Ensártame

i) Cálame

j) Picotéame

k) Taládrame

l) Engárzame

m) Traspásame

n) Acribíllame

ñ) Socávame

o) Trepáname

p) Barréname

q) Todas las anteriores

una última vez.

Tomado de:

https://desprendida.com/2021/09/01/svetlana-pribilowska-bestiario-de-mis-exes-poesia-mexicana-poesia-erotica/

 

 

El Homúnculo

 

Aunque diminuto

era casi humano,

temía aplastarlo por la noche

pero también era escurridizo.

 

Cegaba mis piernas peludas

como campos de trigo:

Pan y vodka como soy

alimentaba de mí a su pueblo.

 

Medía un centímetro de alto

pero su báculo crecía hasta el cielo

y como un minúsculo Moisés

lo clavaba en mis arenas.

 

Así atravesaba el mar rojo

que lo obedecía y se abría en dos

–como yo toda–

para bienvenirlo.

 

Cuenta una leyenda

que dejó en algún túnel

un mapa hacia mi punto G

tallado en braille.

(Quién pudiera leerlo).

 

El homúnculo vivía en mis grecas

a veces sin yo sentirlo.

El homúnculo vivía con miedo

y tuvo que escaparse un día.

 

Cuando se fue me parecía sentirlo

recolectando la cosecha de octubre

juntando leña para el invierno.

(Homúnculo prevenido vale por dos)

 

Nunca lo vi partir

un día fue solo el silencio.

A lo mejor sigue aquí en mi sacro

martillando mis lumbares.

 

Quién sabe si él es mi ciática

quién sabe si él es mi lordosis

quién sabe si él es mi distrofia

quién sabe si él es mi dolor.

 

Poema para cogerse un mango

 

Tener pareja es difícil;

cogerse un mango no tanto.

 

Hay muchas maneras

de cogerse un mango.

Hay muchos orificios

por donde cogerse un mango.

 

Se puede untar, pelado

entre los muslos o entre las nalgas.

Se puede meter

sin pelar, por la vagina.

 

Se le puede cortar en cuadritos

y frotarse con uno los labios

y los labios con otro,

acariciar con su piel mojada nuestros agujeros.

 

Se le puede despatarrar entre las tetas

y lamerse, después, de los pezones

(si no te alcanzas, usa los dedos índice y medio,

o improvisa)

 

Si el mango aún está vivo

asegúrate de tener consenso.

Si el mango ya está muerto

regodéate en tu necrofilia.

Malluga el mango, moretéalo.

Luego sana sus heridas con la lengua.

 

Mámale todo el hueso

métetelo entero a la boca;

encájale los dientes hasta el fondo

al fin no chilla.

 

Deja que sus vellos amarillos

te acaricien el paladar;

Succiónale hasta el último dulzor,

al fin no escalda.

 

Regresa a la oficina

embarrada de mango.

Ostenta tu fechoría en la blusa,

en las pantimedias.

 

Marca un número de teléfono

con los dedos pegajosos de mango

sube las piernas al escritorio

y pide que te pongan en espera.

 

Deja la cáscara en el piso de tu cuarto

como un condón usado

como un trofeo;

peores fetiches se han visto.

 

Cógete un mango a la hora de la comida

antes de dormir

o en la regadera.

Antes de salir

guarda un pedazo bajo la lengua;

para llevar su beso a todas partes.

 

 

El Gigante egoísta

 

Para el gigante no fui suficiente

me dejó muy pronto

por una giganta auténtica:

una giganta de cepa

mujer altiplano, intermontana

con ciclones en vez de rémoras.

 

Y si no hubieran regresado juntos

a comerse a mi pueblo,

me hubiera conmovido de su amor…

De sus cuatro ojos gigantes, baikales de ternura

de sus hijos gigantes

volteando la marea a risotadas.

 

Su amor pudo ser algo hermoso:

ese puño transformado en mano

al entrelazarse con la de ella.

Ese puño que me desmenuzaba

con sus dedos gigantes

con su amar desmesurado.

 

(Mi gigante insaciable

que para amarme

tenía que partirme en dos)

 

Pero su amor gigante

no estiraba tanto,

no los cubría completos.

Le parchaban con retazos

de carne de puerco

o en su defecto, carne humana.

 

Me sorprendieron con un arpón

apuntando a los ojos de la hembra

y soy yo la que terminó enjaulada.

Juro que fue en defensa propia,

yo que iba a saber que los gigantes

son especie protegida.

 

Ahora los turistas me avientan cacahuates

hacen caso omiso del letrero:

“No alimentar a la exnovia vengativa”.

 

 

El Warsie

 

Yo pude ser tu tabernera

y tú haber sido mi Chewbacca

(al fin que él también era un genio incomprendido).

Las peludas cabezas de los wookies,

incapaces de pronunciar con sus colmillos

palabra alguna,

pero todo lo entienden.

Más extraña es su sensibilidad

con más de quince formas de gruñir “violencia”.

Todo mundo sabe

que detrás de ese disfraz de alfombra,

esconden un miembro majestuoso,

enarbolado y animal.

Y aunque nadie lo diga en voz alta,

hay silencios en que a los actores de la película

se les nota que lo están pensando.

 

Nunca quise que fueras Harrison Ford.

No es mi estilo.

Y yo, más Carrie Fisher que Leia Organa,

bocafloja y borrachales,

me habría tenido que inventar un personaje

antropomorfo, pero no humano

capaz de cabalgar un wookie

por el kessel run en doce parsecs,

todas las veces que hiciera falta.

 

Una jedi azul con tubérculos

donde iría el cabello

y un pasado prostituto,

proveniente de uno de esos planetas

famosos por su trata de blancas,

tan letal con las armas blancas

(mis exnovios siempre lo han dicho)

como con un sable láser.

 

Nos habríamos conocido en la cantina

donde yo (encubierta) esté trabajando

y hubiéramos bailado toda la noche

(después de que hackearas la rockola).

A Han no le habría importado

que me llevaras al halcón milenario,

ocupado como estaba

con su princesa revolucionaria en turno.

El pretexto sería que tienes un vinilo

de una banda de una galaxia más lejana

o una matrioshka

de aquella vez

que traficaron cocaína en mi cuadrante.

O quizás sería yo quien te dijera,

–aficionada como soy a las armas–

que tienes que enseñarme tu ballesta

y ya insinuada en los albures subsecuentes

no me dejarías escapatoria.

Me llevarías a la cabina de mando

y me acorralarías contra los controles,

el motor se encendería varias veces

de tanto rebotar en ellos.

Y nos quedaríamos despegando toda la noche

en un planeta donde la noche

dura el doble de horas que el día.

 

En la mañana, todo tu pelaje

estaría preñado de mi aroma

mientras preparas un termo de café

que podría despertar a un Bantha.

Y nos quedaríamos sentados por un rato

sin ganas ni hora de irnos

pero sin pretexto para quedarnos.

O quizás habríamos coincidido en una aventura

donde rescatamos el pañuelo de la reina

de manos de un antiguo amante

que amenazara con contarle al rey

de sus viejos amoríos.

O quizás nos habríamos rescatado mutuamente

de morir en las garras o fauces o espinas

de algún monstruo intergaláctico

y nos estaríamos revolcando

bajo las lunas

unas doscientas veces.

(Todo el universo sabe

que los wookies se vienen

y hacen venir doscientas veces)

Y por ahí de la cientocincuenta

me habrías conquistado

no diría que, en silencio

pero sin palabras.

 

 

El Mandril de gimnasio

 

Al entrar al gimnasio

lo buscaba con la mirada

entre el follaje húmedo

de los aparatos grises.

 

Entre el follaje gris

de los aparatos húmedos,

me llamaba con sus bufidos

mi amado de gimnasio.

 

Y aunque no sabía de esdrújulas

me esdrujulaba entera.

(El mamado de gimnasio

nunca fue mío).

 

Más que pujar barrita

al levantar doscientos kilos

con sus ancas todopoderosas,

con sus patas traseras.

 

Su mugido

es más bien una ofrenda

que se consume respirando por la boca

abriendo la boca

masticando su aliento.

 

Mamado como está,

había sido gordo de niño

por eso suda en vez de llorar.

Yo siempre quise enjugar su llanto.

Tomado de:

https://www.laotrarevista.com/2024/02/poemas-humoristicos-escritos-por-mujeres-poemas-de-svetlana-garza/

 

 

Mentiras del psicoanálisis

 

Para Adrienne Rich

 

Esta inconsistencia tuya

que me parte la cabeza,

me partiría el corazón

si todavía tuviera.

Tantos poemas

de tantas mujeres

sobre un amor voluble…

para un amor errático…

Algunos más ERrÁTiCOs que otros.

Mi loquero decía

que la respuesta era simple:

“No te ama”

(Otro que me rompió el cerebro)

Un diagnóstico clínico:

“No te ama”

Un portazo definitivo

“No te ama”

Ojalá las cosas fueran tan sencillas

y no que así les han enseñado a amar,

que nadie les ha enseñado a amar,

mientras que nosotras,

excluidas de la educación

y del trabajo,

no sabíamos otra cosa.

 

 

Poema nación

 

Dime suciedades en francés

y yo te respondo

con gemidos en español

para no perder la patria

la patria ante todo

porque sin tierra

una se marchita.

Siembra tus dientes

en mi espalda

o no te llames hombre

en ninguna lengua.

Imponme tu lengua

y siente

cómo se defiende

la mía

Colonízame si puedes

o riega de ti mi tierra

porque sin tierra

una se marchita.

Fúndete

Fúndame

Entierra tus muertos

en mi vientre

que yo les daré patria.

 

 

Hombre piedra

 

No creo que fueras de obsidiana

pero eras mi espejo negro

mi piedra humeante

redonda como un grito.

 

Cuchillo de pedernal,

me escogiste para afilarte,

tu roca ígnea intrusiva

bruñirla con mis vapores.

 

Amaba amanecer embarrada

de tus abismos hirvientes

empinada al despeñadero

de donde brotaste monolítico.

 

Moldeado en magma y mugre.

basáltico y telúrico, te amé

pero no pude ser el viento

que te hiciera canto.

 

Atrás quedó solo el polvo,

granos encajados a mi espalda…

Cada uno un recordatorio

de que estoy viva.

Atrás quedó solo el tizne,

de tanta piedra de sacrificio.

 

Puente de ópalo y granito

preferiste volver a la tierra

desmoronarte en grava…

en dulce arena renegrida.

 

Entrada al Mictlán,

conducto o túnel de arcadas,

cuando moriste

atrancaste la puerta

detrás de ti.

 

 

El Martillo de Thor       

 

Tu arma se llamaba Miölnir;

no se llamaba, yo así le puse

forjada de tu hierro

en el horno de mis entrañas,

bautizada en el grial de mi boca.

 

Mjölnir, el triturador

empuñado por tus manos morenas,

más aptas para un guerrero jaguar

que para un dios nórdico rubio,

manos de guerra y sacrificio.

 

Nombrar es un acto de amor rotundo

y yo te di el nombre y el trueno,

germinado entre sus hermanos

de la tormenta de mis gemidos

en el retumbar de mi fragua.

 

A cambio solo te pedí una cosa

que cada golpe y estocada

esgrimiendo esta ofrenda mía

lo dieras en honor a nosotros

lo hundieras clamando por mí.

Tomado de:

https://altervoxmedia.com/2023/05/07/antologia-svetlana-garza/

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