domingo, 3 de marzo de 2024

POEMAS DE TIMO BERGER


#PróximoMercado

 

Como si el mercado no fuera de repente

alegoría para valores cambiantes

movido por una mano sin cabeza

 

como si el mercado fuese ahora

un sofá en Panamá o la sala de música

parte de la decoración en todo caso

 

como si el mercado fuera un lugar

de descanso un centro de rehabilitación

con losas estériles

 

como si el mercado fuese

la nueva salida

un sitio de encuentros

 

como si fuera una lista

de cosas no adquiribles

un espacio futuro o cambio climático

 

como si el mercado fuese

de una vez concebible

sin vivanderos…

 

            y yo corro por el mercado

con un delantal manchado de sangre

buscando un repuesto para los conductos biliares

 

            el espaldar de belfos de los compradores

el alboroto de mercado las avispas las ratas

las cornejas la santa trinidad de guardianes

 

            de la depravación en el rincón

uno que aún cree en el merc-sismo

lee páginas amarillentas

 

            desde la memoria que resulta corta

que desmonta largas ondas

en ciclos veloces

 

            en algún lugar de este planeta

habrá siempre mercado y el maestro del mercado

asigna puestos slots espacio web

 

            opciones y chances

para un futuro cuya imagen está colgada

arriba de nosotros

 

            espejo de chapas onduladas

en el Mercado Central de San José

coma Costa Rica

 

 

Músicos urbanos

 

Siempre me inspiran ternura

los músicos

 

por más miserable que sean.

Con sus rastas y pulseras

 

tejidas. Cuando están

en el paso subterráneo

 

con su oboe de tono

tajante y agudo

 

tocando la Oda a la alegría

o Highway to Hell,

 

con el birimbao delante

de las puertas de la ciudad

 

o con la mandolina sobre las rodillas

debajo de un memorial de guerra,

 

con esa versión gitana

de una de Katy Perry.

 

Los músicos siempre

me inspiran ternura;

 

no hace faltan que estén tumbados

con el contrabajo

 

o que aleteen aplastados por su fagot

como la cucaracha de Kafka.

 

Basta con un cuello

que se abulta, una mancha amarilla

 

donde descansa el violín

o estas mejillas de sapo

 

de tanto soplar y soplar

la trompeta o el trombón.

 

Ustedes me animan, músicos

a la velocidad de paso;

 

detrás del sombrero y sobre los puentes,

cobran apenas

 

lo que gastan para mantener

el ritmo.

Tomado de:

https://periodicodepoesia.unam.mx/texto/un-domingo-de-verano-en-compania-de-las-silenciosas-maquinas/

 

 

EL AMANTE DE MISILES

 

Estuviste en El Paso, Wernher,

 

en un complejo habitacional

 

bajo observación

 

 

 

saltando a una pileta

 

desde una altura de tres

 

quizás cinco metros

 

hacía atrás

 

 

 

las pruebas balísticas

 

los muertos en los alrededores

 

de un pueblo polaco, el campo

 

de despegue

 

 

 

un niño, con el verso

 

que ya de niño tuvo la idea loca

 

de viajar a la luna

 

el satélite bien arriba

 

de todo

 

y los Estados Unidos abajo

 

 

 

las tropas ocupantes

 

recibien a los científicos de Peenmünde:

 

diez años más avanzados

 

que el resto del mundo, sabían

 

hacer explotar un cohete

 

a control remoto

 

 

 

y no eran chinos ni japoneses

 

que con el polvo negro

 

crean flores de fuego en el cielo, no

 

 

 

las diez toneladas

 

de explosivos vuelan

 

más rápido que el sonido

 

 

 

de noche unas flechas letales dan

 

en unos edificios de los alrededores de Amberes

 

en los jardines de barrios burgueses

 

de Londres.

 

 

 

Wernher Magnus Maximilian Freiherr von Braun**,

 

además de barón, you are a fucking

 

bastard!

 

 

 

No pasó un año desde el fin de la Segunda Guerra,

 

y ya despegan los wunderwaffen de vuelta

 

desde White Saints

 

como guardianes del Free World.

 

 

 

Los hombres de los misiles aprenden

 

inglés en el desierto…

 

Wernher sigue tocando

 

el piano, le encanta la música

 

clásica y su corte de pelo

 

un legado del régimen nazi.

 

 

 

Se siguen desarrollando el motor

 

y la conducta, Wernher

 

te veo radiante

 

en blanco y negro…

 

 

 

En la cinta de décadas pasadas

 

se borró tu participación en las SS

 

 

 

pero te llevaron a los E.E.U.U.

 

en una operación clandestina…

 

 

 

Wernher, querías ser el hijo pródigo

 

proponiendo el misil de dos compartimientos

 

con una bomba atómica

 

en la cúpula

 

 

 

Wernher… sabes cómo afinar

 

precisión y efectividad

 

de su destino

 

 

 

Wernher sabes cómo hacer vibrar

 

las cuerdas hasta las del celo

 

para volvernos una sonatina

 

de un compositor olvidado…

 

 

 

Eso, ¿qué tiene que ver?, reclama el encargado

 

militar de la sección lanzamisiles

 

en El Paso…

 

 

 

Mientras en el desierto explotan las bombas

 

el hombre en la luna da tres vueltas

 

saltando alrededor del módulo lunar

 

en la superficie de los sueños de Wernher.

 

 

 

Así se cuenta la historia

 

y ¿quién quiere hablar

 

de los miles de cuerpos en la fosa común

 

escondida en las minas de Turinga?

 

 

 

Provincia en que se fabricó

 

el arma milagrosa…

 

 

 

¿Quién quiere hablar

 

del tic de Wernher

 

de sus ojos aniñados

 

que miran el cielo

 

contando las estrellas

 

y sus posibles destinos?

 

 

 

Pregunta a Oppenheimer, el padre

 

de la bomba atómica: ¿cuán fuerte

 

tiene que ser el mecanismo

 

de activación?

 

 

 

Wernher, borrada

 

de tu biografía toda

 

incursión hitleriana

 

sos ahora un héroe nacional

 

 

 

El hombre que manda

 

al hombre a la luna

 

también borrada

 

por la bruma nocturna.

 

 

 

El prócer que hace posible

 

que su nuevo país defienda

 

al mundo libre

 

misil por misil

 

artefacto por artefacto

 

de los rusos tan temidos

 

y superando la vergüenza

 

del Sputnik…

 

 

 

No tienen la culpa, dice Speer

 

en los juicios de Nuremberg

 

sobre los ingenieros de Peenmünde

 

 

 

con su knowhow…

 

como si la tecnología fuese

 

lo que defendía Mallarmé

 

L’art pour l’art

 

y no una herramienta

 

en un contexto dado.

 

 

 

Wernher, te casaste con tu prima

 

(otro contexto dado)

 

la Von Quistorp… y la llevaste a bailar twist

 

a Nueva York…

 

 

 

Pero nunca saliste de un bien definido

 

largo y lúgubre corredor

 

de ideas, la súper-arma,

 

la estación espacial para vengarse

 

tras los más que probables ataques soviéticos

 

desde el cosmos…

 

 

 

O con tu hermano espiritual

 

Walt Disney

 

dibujando nuevos modos de usar

 

armas y espacios

 

pinceles y especies…

 

 

 

En un barrio de Huntsville

 

una colina llamada Sauerkraut Hill…

 

se fundan familias, aparecen niños…

 

 

 

Él amaba a sus niños, era un padre

 

tierno…

 

 

 

Más tarde, su esposa

 

diría en una entrevista

 

con una leve mueca de disgusto:

 

 

 

Tuve la impresión

 

de haberme casado

 

con un misil…

 

 

 

Yes, en algún momento hubiéramos reached the moon

 

without Von Braun…

 

 

 

Jamás la historia depende de un solo hombre…

 

 

 

Pero recién ahora estaríamos

 

llegando a la luna

 

 

 

y él saluda desde Marte…

Tomado de:

https://www.vallejoandcompany.com/poema-amante-de-misiles-por-timo-berger/

 

 

Costa Verde

 

 

En el Óvalo de Miraflores

encontraste tu musa, Miguel,

con dentadura de caballo y un cuerpo

blando, amasable,

 

 

 

en un día que –amanecido en

lluvia– besaba vidrieras, allí

estaba en la entrada del Cine Pacífico

y tú le tapaste los ojos

 

con las manos y se rió

y dijo, déjalo, Miguel,

te reconoció por tu olor

y la ternura de manos

 

que nunca trabajaron.

El Parque del Amor, Miguel

era tu destino preferido,

su cabeza en el corazón

 

de ladrillos, te valía una foto,

sus dedos sobre tu muslo,

las piruetas de los skaters

y de los dealers

 

en los arbustos cortados

en forma de delfines

una despedida provisoria

y el rencuentro como casual

 

en la puerta de una pensión.

El tiempo suplementario, Miguel,

en una pieza sudada que daba

al pozo de luz.

 

(de Microclimas (Ediciones VOX, Bahía Blanca/Argentina, 2014)

Escrito originalmente en español.

 

 

 

Pueblo joven

 

 

Este plano lleno de colores no

representa el límite actual

entre la ciudad y el desierto

 

 

 

tampoco desparece la planicie

de arena de un amarillo lavado,

se acomoda entre casitas

 

tiradas como dados recién arrojados,

pueblos adolescentes

que crecen carcomiendo el último

 

gajo de la cordillera

más allá de la ruta interregional

del radio de la planta eléctrica

 

los usurpadores no regalan

ni una capa de pintura sobre el ladrillo

de sus mansiones en progreso

 

cuestión de impuestos, dicen

falta de cultura, dicen otros

pero sorprende que a pesar

 

de la aparente falta de organización

las edificaciones se alinean

como anticipando al urbanista

 

que con trazos generosos

sobre mapas heredados

moldeara un futuro

 

que nunca llega ni llegará

sino más allá

de cualquier plano de la ciudad

 

acá arriba y lejos del centro

Celinda, sus tres hijas y el perro

no amanecen en la bruma costera

 

que en Chile se llamaría Camanchaca

y acá no tiene nombre aún

como tantas otras cosas.

 

(de Microclimas (Ediciones VOX, Bahía Blanca/Argentina, 2014)

Escrito originalmente en español.

 

 

 

Magdalena del Mar

 

 

Ahí escribí un poema

y lo perdí en el camino

 

 

 

Pasando el viejo convento

el cuartel de policía

 

la plazoleta con esa estatua

grosera, fruto de las ansias

 

de un gobernador local

de perdurar. Mi poema

 

escrito sobre el dorso

de una factura se lo llevó

 

la brisa salada de la costa

en Magdalena del Mar.

 

Hablaba de una pareja

de un policía en moto

 

para ser exacto que frenaba

en la bajada al Pacífico

 

y lo que parecía primero

un acoso –policía parando

 

al lado de una muchacha

de falda corta –con el beso

 

confianzudo se convirtió

en novela. Agarrada

 

de su espalda en el vehículo

tras la vuelta en u, subieron.

 

Me acuerdo que en el escrito

original hablaba del claxon

 

que tocaba el oficial

lleno de ilusión.

 

(de Microclimas (Ediciones VOX, Bahía Blanca/Argentina, 2014)

Escrito originalmente en español.

 

 

 

El standbye del beso

 

 

No me gusta salir en las fotos

esa maña la tengo desde chiquito

desde antes de la adolescencia

la edad en que los adultos se vuelven complicados.

En las fotos

que me sacaron el día

que nació mi hermano

demuestro cierta incomodidad

yo apenitas cuatro y algo de años

afilando el hacha

Después las fotos para la abuela que agonizaba

¿Por qué no te quedás quieto un momento?

Para la tía padrina que me hundía en sus besos mojados

y el marido de mi otra tía que dicen que le gustaban los chicos

la foto que nos sacaba el rígido fotógrafo

después de la confirmación

todas las chicas con faldas negras

salían en primera fila no me molestaba

medio que me escondía detrás de las cabezas

de las hermanas Sattig, gemelas mellizas

que inspiraban mis sueños durante un rato

Igual en un momento, mi papá de tanto

yo rebelarme, perdió el interés

de perseguirme con la reflex

que cada vez caía más en desuso

en un último intento de registrar mis pasos

por el mundo se volvió pionero en nuestro pueblo

comprando una cámara de video.

Igual no era lo mismo

ver un bebé en pañales o directamente desnudo

en una playa de la Costa Brava

registrado en Súper 8

y en tomas bien cuidadas

(porque el rollo duraba apenas 3 minutos)

que ese delirio pixelado de más de dos horas

que nunca se editaba y se solía mostrar

a deshoras, comiendo sanguiches

con pepino y queso, con mi madre borracha

y mi hermano peleador como un perro pastor.

 

 

 

Mi papa y yo nos perdimos el rastro

Él ahora se está muriendo de una enfermedad

que lo carcome desde adentro

yo hace meses que le debo

una foto de mi pareja y yo

con nuestro bebe.

La verdad, no me gusta verme en las fotos

siempre parezco alguien que quiere

estar en otra parte.

 

Pero tengo una

en que poso

con mi hermano recién nacido

lo abrazo desde atrás

pero parece que lo estoy ahogando.

Y tengo otra foto

que me acaba de llegar

por facebook

de una joven autora

que conocí hace poco

que se cortó el pelo

y ahora me manda una foto

con los cachetes rasurados

y una boca que tira un beso

el standbye del beso.

 

No sé cómo contestarle.

Sé solo que no me gustan las fotos

en que

de alguna manera

aparezco yo.

 

(inédito)

Escrito originalmente en español

Tomado de:

https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Festival/27/News/Berger.html

 

 

Sexo y tiempo

 

Imagínate que fuera verano y ninguno abandona

la cama, el hombre títere, por ejemplo, sobre mi

estantería de la cocina, ese que se aferra, por lo general,

al oso bebé o se esconde detrás de una caja de velas,

baila, baila, de repente, con la banda sonora

de Mauricio Kagel. ¿Quien será ese Kagel?

La tormenta sobre un lago cercano da la vuelta,

un rayo perdido desvía todavía los mocasines,

más ningún capricho, ninguna granizada bate

en el patio, solo vecinos con unos dados diminutos

tomando caña al son de los gemidos. Pero este verano

debe, debería una vez por todas terminarse, nos vamos

a volver todos padres y madres de hijos que con otro

tiempo hubieran permanecido sobre los estantes;

sus cabezas de pelusa escondidas detrás de una caja

que guarda las velas consumidas en noches de invierno.

 

(para Martín Solares)

 

 

2

 

Músico emergente

 

Su banda no se llama Cyber Camus, ni su estilo

Psychedelic Pop, son gemelos falsos

de los nichos de mercado

 

una teñida, la otra con Piercing

en medias rayadas y en alemán

haciendo el soundcheck

 

o como decimos nosotros prueba de sonido

 

y él, el auténtico, al collar de remache

rompe los palillos sobre el bombo

los corazones, el propio, en el camino hondo

entre barrios y boliches

 

salta, la lengua paseada por los hongos, el tranvía

el combo de Pankow del carril al talento

 

en el backstage enciende un vaso de vino

y a Los Natas, el día apunta

y cuerpos que se necesitan

van dejando manchas.

 

(para David Magnus)

 

 

3

 

 

Coquetería capitalina

 

Pasea la ciudad hacia el oeste

(está orientada)

estampándose manzana por manzana

en la pampa

una planta siempreviva, clara

como el día, anything goes

en el compás de la

urbanización (la ciudad es

una culebrilla,

su vestido una campera

de corderoy neo-

colonial, el barroco de moda

es hypermodernity

elevado a dos, a tres torres).

 

La ciudad aprendió nuevos pasos de baile

¿descuido o cálculo?

se podría mirar profundo

en su escote (el más cotizado

terreno de Baires: la

reserva erótologica)

un juncoso abismo más allá de antiguas orillas

acá lo llamaron Bajo

grava y légamo

sellado, obstruido con edificios

desdoblado para la oración:

La ciudad se desenvuelve

sobre una grieta capital –

el embalaje como siempre

lo más costoso.

Tomado de:

https://laseleccionesafectivas.blogspot.com/2006/07/timo-berger.html

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