PESSOA, FERNANDO
Se aparece a las cero horas, mientras leo
sus salmos perpetuos.
No vendo esta flor que resiste los siglos;
no compro otra flor mientras esta
transfigure mis cicatrices.
Árbol ardiendo, todavía.
Libélula impaciente, desde el 35,
sea Álvaro
o Bernardo, sea Ricardo o Alberto,
sea Alexander o Antonio al vaivén del
repliegue en sí mismo,
absorto en otras existencias que apresan
su insaciedad
y le marcan como hierros lejos de su
cuerpo.
Su huella está en la cumbre, hecha brasa.
Leo los pliegues de su alma,
¡y cómo me persigue tal pozo de tormentos!
Lo suyo es un Libro de Primicias
que increíble me acostumbra a respirar de
otra manera.
Otro poeta, su sombra,
(posiblemente yo), susurra:
Nunca he sido yo, pero quizás mentí para
decir la verdad.
Mañana, cuando despierte, bajaré a la
playa
para cumplir uno de sus mandatos:
“Al sol siéntate. Y abdica
para ser rey de ti mismo”.
SI LO HICIMOS
Si lo hicimos con el pulso abierto, sin
reposo, fue
porque se impuso la vuelta al principio, a
la tierra mortal
sabedor de lo que no es sueño ni patraña,
y sí calor supletorio
librando brasas de heredad, primicias
distribuyendo
sus encantos, sus danzas alrededor de la
vara. Oh pulpa viva
núcleo del hondo vuelo, verbena de lo
súbito
saladamente húmedo que inflama
gajo a gajo.
No es presagio de rígidos estambres. Si
lo hicimos fue para acabar con la última
soledad. Oíd
el roce de epidermis, las cataratas, las
sinfonías jubilosas
del numen carnal semiclandestino. Todo vuelve
a su sitio
en la hora hermosa, cuando un aroma de
orquídeas
pasa por el aire de arriba, venteando el
embiste, el canto
dulcificado de nuestro largo pensamiento,
de nuestro
repetir palabras sagradas sobre flores
acostadas.
Fue por la vida. Si lo hicimos fue por la
entrega sin réquiem,
sin máscaras en ningún instante, expuestos
de luz a luz a las lenguas de la noche,
ignorando a la suerte,
ajenos a las endechas, a las gárgolas, a
los perros
perdidos, a sus fétidas deyecciones que
nada tienen
que ofrecernos. No hay sino un descender
al fondo, un calibrar
inenarrable fuera de la colección de los
días
satisfechos, sin perdurables culpas, sin
anécdotas.
No en horas de eclipse. No naciendo de
tumultos. Si
lo hicimos fue porque estábamos en
territorio de pájaros
con la piel desnuda, postergando absurdas
ganancias, las caricias encendiendo su
fragua, el vuelco
de las estrellas, la construcción de los
sonidos que
nos separan de las nubes. Ah, Dios fue
testigo del goce
mojando nuestras bocas al crepúsculo, al amanecer
detenido un instante mientras bailaban las
estaciones.
Ved la señal en nuestros cuerpos. Si lo
hicimos
fue para quitarnos las oxidadas corazas,
la apoteosis de la
hipocresía. Vorágine tras vorágine lo
hicimos como dádiva
estival, sin reprobarnos nada, beodos
ahincados
en el deseo incancelable, repatriando las
manos, los
cabellos.
Ni arsenal de adioses ni cuerdas
inquisidoras
sobre lo que hicimos.
MIENTRAS TANTO
Mientras los inquisidores comprueban
que el hombre existe
y llena su zurrón de pérdidas y ganancias,
él sigue residiendo donde los relojes
avanzan
con su derecho a no dar la última hora.
Quieren taparle la voz con las manos de la
intriga,
mientras alzan sus copas color envidia
o perpetran postergaciones y panfletos;
pero el hombre sigue con su único
menester:
sumar a sus crónicas las primicias
de indesmayables vuelos.
Así camina entre el aliento de las gentes,
apartando celos y malentendidos,
ofreciendo amor con las pestañas de sus
ojos,
palabra a palabra dispuestas a perdonar
trampas de la ciudad pequeña.
Las ventanas de su corazón están abiertas.
Es cuestión de preferencias, de no huir
del asombro,
de saber que el tiempo es dulce y
mezquino:
así va sintiendo cómo la ciudad pequeña
va amarrándose al tallo envolvente de su
espíritu.
Mientras se empeñan en dejarlo de lado,
queriendo evaporarlo con amargos
incendios viscerales, él destila buen
humor,
ofrece de comer a los pájaros
y termina por creer que tantas zancadillas
sólo fueron sueño.
Tomado de:
https://circulodepoesia.com/2021/09/poesia-contemporanea-en-espanol-alfredo-perez-alencart/
SOL DE VERANO
A Jacqueline
Yo desaprovecho el sol, pero mi amada
disfruta y eso basta para que me apreste a
zigzaguear
otro verano incandescente.
Oh temperatura que inflamas para
desprender inviernos,
¡regálame al menos una brisa junto al río,
un tierno aliento que reanime mi cuerpo
acalorado!
En el estío todo mi yo se colapsa hasta en
las sombras,
mi intimidad da pasos inciertos, gatea,
huye del sol,
pero es el tiempo feliz de mi amada
y eso basta para que cuente las horas que
faltan
hasta la noche de un otro idilio, punto
feliz
para el festejo que Dios ordena sin
postergar deseos
ni al interior de nuestros sueños.
Cae el verano sobre esta meseta, ofrece
hermosas señales que entusiasman a las
gentes, fiestas
vis a vis, celebraciones que recomienzan
por todo un horizonte que poco duerme en
este tiempo.
Oh nubes que fluyen a intervalos,
¡edificadme
al menos un techo donde guarecerme
de los invictos relumbres de este sol que
mucho
se señorea sobre la piel de mi amada y eso
basta!
Con la noche de San Juan principian días
abiertos
a nieblas tempranas y a un sol amante
de acariciarlo todo: se descuelga para dar
más que tibieza de súbito en la cara y a
la densidad
del aire que nos deja sin camisa.
Se cortan los trigos y tras ello florece
la convivencia, el júbilo, el agasajo…
¡El sol me derrumba, pero disfruta mi
amada,
y eso basta!
Tomado de:
https://revistaanestesia.com/poemas-de-alfredo-perez-alencart/
LOS ÉXODOS, LOS EXILIOS
(Fragmentos)
I.
………………………¡Cuidado!, ¡no te confundas!
………………………Tener una casa no significa tener
una patria.
Una casa, y luego nada,
o la ruda necesidad de partir pegado a tu
sombra,
trocado en ruinas todo cuanto tenías,
errante por suelos sin color, por campos
resecos
redoblándote la agonía.
Tormenta y más tormenta en el otro existir
al que eres lanzado, cerca
de ningún lado de lo tuyo, roto el cordón
umbilical
por un inesperado amanecer:
exhausto,
desfalleciente cuando tus pies pasan
puentes
y luego no hay reclinatorios
donde sollozar a cuentagotas o soltar
vagidos de niño
u hombre enternecido.
No preguntes qué es la patria, porque
sagradas
son la respuestas y pocos saben lo
suficiente
de ése tembloroso suelo que muchos
tamborilean
de fiesta en fiesta.
………………………Tocarán a tu puerta, y será la
señal
………………………y no habrá ocasión para elegir.
Una casa, y luego nada, aunque invoques
dos veces
con labios limpios
y alces tu lámpara con mansedumbre.
………………………Irás a patria ajena
………………………y callarás,
………………………y aprenderás
………………………como huérfano sin heredad.
.
V.
¡Oriéntese la brújula
……………y destápese su arcón de imágenes!
…………… ¿Dónde quedará el lugar para otra
existencia?
……………Vidas y siglos han pasado.
Internamientos y expulsiones vendrán.
Pero alguien visita a gente suya que vive
en otra patria
y comprende hasta la última lágrima.
Comprende que el basto alboroto es
pirotecnia
y que este puente de oro se puede caer, y
que cuando
por aquí se palidezca, allí mirarán de
costado.
Por eso la intención profunda y las manos
en cuenco.
Por eso el mensaje resplandeciente.
…………… ¡Dóblense los arpones!
…………… ¡Acondiciónense propiedades
deshabitadas!
…………… ¡Acábense disputas tribales!
Migrar no hacia el eclipse
sino donde las abejas alzan novedosos
panales:
una distancia
y otra, y otra más hasta llegar en medio
del pueblo
o la ciudad, lagrimeando de verdad
porque así es el juego de la vida, salir
caminando
bajo soles de magnesio,
bracear hasta que llegue el crepúsculo,
desarraigarse por el pan creyéndose
golondrina.
……………Se recuerda cuando se aterriza.
……………Se recuerda cuando se cruzan las
aduanas.
……………Se recuerda.
……………Se…
…………… ¡No fajarse con los exhaustos!
.
VI.
Enflaqueció la bonanza. ¿Te quedas o
regresas?
…………… ¿Qué noticias tienes de tu aldea?
…………… ¿Qué contrapunto darás a esta flama
indecisa?
En tu mirada silba el fuego y lo atractivo
de otro mapa,
de otro rumbo apenas mensurable.
En tu mirada se engullen puertos y
aeropuertos.
En tu mirada prosigue su marcha el diario
ensamble
a la tierra que te has ganado.
En tu mirada coinciden dudas a degüello.
……………La ciudad almacena mil cuchillos
pero también benevolencias removiendo
corazones,
damas y caballeros que por ti caen de
rodillas…
……………Se abrevan lontananzas borrascosas.
……………Se atisban guardias encubiertos.
……………Se redoblan los himnos irrenunciables.
……………Se desvelan las lanzas invertidas.
……………Esperas otra ocasión,
a que se transfigure la mañana si
vislumbras cercana
la gracia, corpulenta para hacerte hermano
luego del bautizo, poniendo la cabeza
dentro del río,
empuñando una paloma ahíta de realidad.
A su tiempo, hoy tienes confianza
……………en la pura combustión
……………del espíritu, en la carne que no
aguarda el instante
……………de tu partida. Migrante: tú no serás
víctima
……………de rayos o espasmos que tallan
epitafios;
……………a ti no alcanzarán cámaras boreales
……………donde podrías desaparecer…
…………… ¡Bórrense las letras de leyes
impías!
.
VII.
……………Caminos. Desvelos.
……………Oh vida del extranjero que se acuesta
solo. Marcha
de una patria que no es suya a otra tierra
ajena.
Visceral mueca de la memoria, migraciones
gritándole
sus miedos, orándole con la mano en el
pecho;
oh desgraciado a quien tampoco ahora mismo
nadie espera.
¡Enseña
tus riquezas acumuladas: esa tristeza de
ser pobre;
ese gesto de prestar tu candil las noches
sin luna;
esos brazos que leñan árboles para el frío
de enero;
esos labios que no mienten!…
……………Te vas. La situación lo exige.
……………De nuevo intentas localizar tu Tierra
prometida.
Quieres únicamente lo que puede ser tuyo,
pero eso está al otro lado y llueve
y la ventisca se esfuerza en frenar tu
avance
y los truenos revientan sobre tu sombra,
y los rayos delatan tus pasos furtivos de
necesidad extrema.
……………Sólo conozco tu soledad, extranjero.
……………Tu soledad y tu migrancia
viajando hasta mi corazón, asidos al sentido
de las cosas,
ovillándose en la noche, temblando
en el invierno que no se aquieta
ni un instante.
Extranjero, tú no eres historia sino
reproche,
a pesar de tu debilidad…
…………… ¡Viéndote se engañan los autóctonos,
……………creyéndose dueños de una casa
……………que pronto bien puede ya no ser suya!
.
XII.
Dicen los errantes:
“¿Qué nativos nos hospedarán viéndonos en
andrajos
y sabiéndonos carne de exilio?
……………Vivíamos lejos de estos hombres,
tratábamos de huir
de sus tentaciones, de sus pisadas apresuradas…
……………… Nos sentábamos en grandes mesas…
…………… ¡Ay, vamos por antiquísimas tierras,
en diáspora rodando genuflexiones, pero el horizonte sigue desierto,
sin puertas que nos restituyan al centro
de la humanidad!
Memoria de abandonos somos, memoria de
reencuentros
somos: ahora estamos en confines
sospechosos
donde los perros ladran a la gran lechuza
y a los jóvenes lamedores de cenizas.
……………Henos aquí,
en algún sitio del mundo,
sintiendo que ya perdimos nuestra propia
tierra,
pero no las instrucciones, pero no al
mendigo que viene atrás,
incansable en su oficio de lavar nuestros
pies.
……………Así se dilatan los siglos,
aunque nos denieguen la petición de asilo.
Así saltan los huesos de las urnas y la
carne húmeda del bautismo:
convalecemos por desangres, por cadenas
oxidadas,
por naufragios en plena llanura.
……………Crece la extorsión.
……………Crece el despojo de quienes ya poco
teníamos.
……………Crece la incredulidad a manos llenas.
……………Crece otra frontera que no derrite
nuestras esperanzas”.
Tomado de:
HUMILLACIÓN DE LA POBREZA
(Nino de tres años vendiendo chicles)
No decir tu nombre. Decir tus ojos
reflejando fríos
decir tus manos extendidas; decir que
perdiste niñez
porque un remolino de pobreza te estrelló
por calles
donde escuchas palabras bruscas y palabras
huecas.
No decir tu país o tu ciudad. Decir tu
futuro en vilo,
dependiendo de valentías o vergüenzas
devoradoras;
decir que subsistes en medio de los días
quemados
y que no desfalleces aunque todavía eres
vulnerable.
No decir el color de tu piel. Decir que
las hambres
te gritan desde que naciste; decir que tu
foto no sale
en las páginas sociales; decir que el día
te hizo cauto
y que la noche y sus rapaces están ahí
para devorarte.
No decir discursos políticos o teológicos.
Decir que
nadie remienda tus zapatos; decir que tu
desamparo
se debe al orbe asqueroso de la codicia;
decir llanto,
injusticia procaz, rabia ciega; decir pan
mío para ti.
LAS MONEDAS
Se han puesto
a contar las monedas
que cobraron tras
el desahucio.
Así es la servidumbre,
sin pudores, pura erosión
de aquella algarabía
de unos pocos
saqueando a muchos.
Llegaron los mercaderes
y el ladrón presta
al prestamista, y el pordiosero
increpa al pobre
de nueva credencial
tras el eclipse.
Las monedas.
Se van. Vuelven. Defecan
su óxido sobre los peces
y los panes. Incitan
al simplísimo
crimen del hambre.
Ni dos peras
ni dos manzanas te dan
sin ellas.
SER O NO SER
No digas
que estás con las víctimas,
si eres del clan
de los verdugos.
No se inflen de pueblo
tus pulmones,
si no asumes
sus asuntos.
No hables
del pan para el mañana,
si los demás
no tomaron desayuno.
RESISTENCIA
Día tras día
te persiguen los feroces
con sus gritos
y condenaciones.
No toleran
el perfil invicto
de tus bolsillos vacíos,
el temple
de tu mucha exigencia
y el no mentir
jamás.
¡Están perdidos
en su mal gobierno,
ansiosos por usar
sus hachas!
Hoy mismo tu voz
tuerce sus hablas
que no tocan verdad.
La tuya es la historia
de los que resisten.
CAMPO DE REFUGIADOS
Y estos niños ¿qué combates perdieron sin
haberlos provocado?
Mujeres que solo esperan para enterrar a
sus criaturas.
Pues yo miraba ancianos entre el polvo o
el barro de esos laberintos,
hombres enfermos que ya ni cuentan lo que han
vivido.
Otra vez la gente agolpándose en el centro
de mi corazón,
otra vez la humanidad sin entonar su mea
culpa.
CARTEL
En la calle un hombre muestra
su cartel: “Sin trabajo
y sin recursos”.
En cuclillas, cierra los ojos
y muerde sus labios,
sin pausas.
Acudo hasta su último peldaño,
porque hace mucho
que está agotado
Vale tratar de ayudar:
es preferible.
MIRADA QUE RUEGA
Un ojo despierta
y el otro quiere dormir,
magnetizados
por las mortales peripecias
que tan pronto pudren
la vida.
Anclada en su necesidad,
tal mirada ruega
sobre el polvo del
camino.
Y pone a prueba tu fe,
invitándote
a pasar hasta el fondo
de su pena.
Unos ojos de niña
saben que no es
casualidad
tanta pobreza.
(Al pintor José Carralero, amigo)
HONESTIDAD
Una tela de araña
flotando,
cumpliendo la misión
de ocultar el horizonte.
Algunas manos sucias
y el desinterés
de la mayoría.
Y tú,
buscando eliminar
el asco,
las pústulas
que imponen su gusto.
Ser honesto
es la debilidad
que te hace fuerte.
PREFIERO ESCRIBIR DE LO QUE RASPE MI CORAZÓN
Yo nunca había escrito nada
del trabajo enjaulante
que clava sus agujas
en la espalda de los que cada sábado
tienen el cuerpo aleteando
sus ayes.
¿Es que nada debería decir
del trabajo que hipa subterfugios
para hacer trata de blancos o negros?
¿Es que debo callar como la mayoría
que cree bonito su feo silencio?
¿Es que el vivir mansamente,
con la boca desdentada,
nos hace caer en la indiferencia?
Tanto se ha acomodado la gente
que todo son remilgos a la hora
de anotar lo que avergüenza
o sobresalta.
¡Ay con la embriaguez de la bonanza
y con las rimas de salón
políticamente correctas!
Prefiero escribir de lo que raspe
mi corazón.
LOS HUESOS DE ALREDEDOR
Estos huesos de la fosa descubierta
iban por el camino recto
de la vida.
Desde hoy cambiarán de postura: sólo de
lugar,
nunca de destino, nunca como esos
cuya baba era de cal y de estólida locura
fusilante.
Hoy Pepe Mateos ha encontrado los huesos
de su padre (1936-2007): hoy lo he visto
sudar
bajo un cielo de granizo.
Lo he visto en un pueblo de Castilla,
escarbando
la tierra con sus uñas y con el ADN de su
sangre.
Lo he visto exhumando 14 cadáveres hasta
ordenar sus huesos más queridos.
Hoy he visto llorar a Pepe Mateos,
llorar con ojos de huérfano, como niño
todavía
con sus lagrimales resecos
soportando veintitrés mil días de duelo.
Lo he visto en Pelabravo
limpiando los huesos del padre para
inhumarlos
como corresponde, para que la muerte
no siga amasando más tristezas.
Lo he visto conversando con Luis Calvo
mientras peinaba sus canas y guardaba las
gafas,
porque desde hoy puede ver
cómo se alarga la sombra de su padre,
ya libremente
por la fría meseta castellana.
Tomado de:
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