AUDITORIO
El saxofonista, da la espalda a la vitrina
como si nada le importara
quien habita tras de ella
.
Abre el estuche del instrumento
deja a la vista de todo transeúnte
su estómago de
hambre, mientras sopla
cuenta las monedas.
Nadie como el saxofonista
tiene público a
su espalda,
gente ilustre detenida
que aplaude con sus hojas el concierto.
Pasajeros pasan
frente a él
con el afán de cada día
nada ven, nada escuchan del artista.
El saxofonista ignora que la tarde
estuvo aliada a inmortales
que a su espalda lo escucharon.
(No lo contó la
Caoba- 2021) (Inédito)
Más allá de la ventana
Cuando escribo, con el vaho tibio de la lluvia
diluyo la mirada, profunda hacia el vacío
al confín a donde llegan a dormir los días
al mismo, al que parten recicladas mis angustias.
.
El tiempo se evapora.
Aquí sigo
con mi alma en la palma de la mano
esperando gotitas líquidas de agua
que la humedezcan.
(Para no seguir
callando- cuadernos de poesía- 2017)
.
Amor en Pandemia
“El amor se hace más grande y noble en la calamidad”
Gabriel García Márquez
¿Cuánto del amor
nos resta al final?
.
Invítame a tus labios
Déjame penetrar
en tus puntos suspensivos…
.
No quedarán mis huellas
sobre tu piel vencida
no tus besos
que saben a distancia
no el aire
que nos envolvía en uno.
.
No alcanzan
nuestros oídos
alegoría alguna
que venga desde el alma.
Solo magnificencia
de ésta desnudez que nos arrasa
y nos conduce al fuego de los siglos
como tránsito
de tiempos epidémicos
azote del miedo hacia el sepulcro.
.
Sin embargo, nos sabemos
en un viaje marinero entre espuma.
Eso basta, amor mío
para estar en la estela de la vida
y si hemos de sobrevivir
como dos plumas,
legaremos nuestra historia.
(No lo contó la
Caoba- 2021)
.
Canción del pescador triste
A los pescadores de Ituango
Donde levitan las estrellas
la luna se está bañando
el sol extiende
las últimas alas cobrizas.
.
La noche
comienza a sentir
el levitar de los dioses,
atarraya y pescador
vienen cantándole al día.
Su malla está tejida
con hilos de la esperanza,
.
Palea el
pescador
con total fuerza sus brazos
que se abren entre oro y tierra
y pasa la calma horadando
el amanece de la playa.
.
¡Acaso… los peces duermen!
¿Acaso se mudó la corriente?
¡acaso la han exiliado!
.
El cielo conspira en tormentas
no sabe de levitar
la atarraya surca la arena.
Tristes los dos trascienden
esparcen la voz del silencio.
.
Eróticos se han fundido
pescador y atarraya
entre el polvo de una danza
sobre la arena caliente.
.
Donde levitan las estrellas
la luna se ha bañando
el sol recoge el rocío
entre sus alas cobrizas.
.
Donde levitan las estrellas
continúan en espera
pescador y
atarraya.
Tomado de:
https://occidentexxi.com/rosaura-mestizo-mayorga/
Íntimas
Íntima
una sábana desprovista de sentencias
Una almohada
Custodia de confesiones
Una sábana el camino de un milagro
Una almohada
El acto forastero del oasis
Una sábana puede ser la ciudad asolada
Una almohada
El vértice de una tarde entorpecida.
Las dos callan y entre burbujas de agua,
restregan el olvido.
Tragicomedia
El día despierta despeinado
como una mujer con labios de sed en invierno
como una mujer trenzada al pasado,
suspendiendo mil quehaceres
en el vientre de un armario heredado.
El día también va despertando,
como la niña que juega a callar
una lluvia de piedras.
El día comienza sin rumbo
Mas
Ella y él, cautelosos sonríen
de nada
frente al espejo.
Tomado de:
https://www.poesiabogota.org/rosaura-mestizo-mayorga/
Meridiano 74 oeste
En ciertas noches de abulia asumo la ventana
tomo por mar el cemento de mi calle donde juegan
las sombras al teatro,
mientras la noche va entrando en parsimonia
al dominio de la hondura del océano.
Palea el remo, o la pértiga de las embarcaciones
iza una bandera como insignia, en su calma de mujer.
Así es la noche
al ponerme en el encuentro de mí, misma
bien, sea que a ella aún no la encuentre, y no sé qué
es.
Bien sea ella quien me busque, sin saber quién soy.
Acudo en ese viaje mar adentro
busco el meridiano de mi noche
y me interno en el zumbido que devora el oído
de algún mágico lugar, algunas empinadas y escarpes
algún ritmo de marimba, de tambora
como el llamado de una guasa al otro lado
mientras viene atravesado el meridiano por los trópicos
y me devuelve a la realidad, en este – Pacífico- mar,
Después, bajo la cortina, bajo el telón alucinado
de la noche arrulladora
y del mar, solo queda nuevamente el pavimento
una copa furiosa y vacía, lamiendo su intersticio
y la humedad de ésta mujer que llevo.
Del
libro Para no seguir callando / cuadernos de poesía (2017).
Displicencia
Sucede que pierdo
el apetito
si el insecto zumba
alrededor del plato
cuando los vapores
áureos de la exquisita noche
sobre el pavimento
y la hierba dibujan
un graffiti
de estrellas enlutadas
desfilando frente a un féretro sin nombre.
Vuelvo entonces, a la anterior arista
a mi plato.
Venero el paso-vuelo ingenuo del insecto,
admiro su bella música que me acompaña.
Del libro Lecturas Urgentes de Poesía. Antología
internacional (Santiago de Cali, 2015).
Dialéctica
Sin premisas…
El mundo pasa
por el ojo de una aguja
Sin réplicas…
La cabeza del alfiler
cierra su paso.
Del libro Semiótica del Silencio (2006).
Tomado de:
https://altervoxmedia.com/2022/02/25/antologia-rosaura-mestizo-mayorga/
ACUARELA
En sólida tarea
agua se derrama
al moretón, la acuarela drena,
El pintor paciente
se sumerge en el cartón
limpia lo impuro
de un soplo recrea el universo.
EN EL LENGUAJE DE LOS PERROS
El perro observa el letargo, el denso sueño de su amo
el semblante habitual y el mismo atuendo de los días
No hay flauta o violín, ni grito del tráfico o golpe al
cemento
que le arranque el sudario y la oración
en las horas de su trance.
Solo el paso atolondrado del papel y los desechos
acompañan su ayuno prolongado.
A largo rato, despierta entre sus muertos y bebe
de nuevo bebe,
la misma pócima que lo libera en el espíritu de nadie
Ahí sigue el perro, lamiendo sus heridas
Lame con tal gusto, con tal fuerza
que convierte en bocado el lametazo.
Más tarde,
cuando el hombre regresa de su vértigo
lame también este, el hambre de los dos
y el perro, amoroso lo saluda.
Un hombre pasa, una mujer pasa, un niño pasa
llevan su mascota vestida y perfumada.
Solo ella…
Los saluda.
SUMIDA LA MANO AL PAÑAL INFANTE
despierta el mundo con su llanto
abreva el alimento del seno
suma el hipo a su conciencia,
ahí dentro
donde enhebran los nervios
y queda reclamando el vientre.
EMANCIPACIÓN FRUGAL
Un tomate maduro
sobre la tabla del sacrificio
antes del dolor por la punzada
rasga el vestido, expulsa las semillas
extendido, desangrado
descubre la libertad,
antes de ir al guiso.
ACRÓBATAS
Son las sombras reposadas en las verjas
en los campos de Hefesto, perennes y lapidarias.
Un bosque en la pradera,
siembra un bosque de sombras
El bosque prendido en fuego,
siembra el mismo sus sombras
Sombra, devuelve al aire
el crujido del bosque que ya no es,
devuélvele palabras huérfanas,
arranca la voz al silencio y desahoga su mudez
del escombro en que se esconde,
algún perro guardián
muévete en acrobacia y defiende tu honor
Devuélvele sombra al aire, el quejido de la lluvia
antes que caiga el telón y regreses al inframundo.
OFICIOS MENORES
Desde el ascensor panorámico
se ve la rutina del centro comercial:
los mismos cinturones que vigilan
los mismos driles consumidos
en un aviso “¡peligro!, alta tensión”
Los mismos traperos acicalando las baldosas
Los mismos uniformes
brillando lo brillante
alguien alimenta las plantas.
los mismos tapabocas
moviéndose entre basura y reciclaje.
Siempre a la misma hora.
Desde el panorámico ascensor
se observan
mujeres y hombres alistando el comercio
no son los mismos de ayer, ante-ayer
ni demás ayer-es
y se van, y se van, y se van
como si fueran des- rostrados e invisibles
se van.
OFICIO DEL SILENCIO
Que hace el silencio en la noche,
que no se ve barrer
Qué hace el silencio en la noche,
que no prende la hoguera
Qué hace el silencio en la noche,
en las bragas de la muerte
las sirenas lo acusan en las calles,
de no hacer.
¿Qué hace el silencio en la noche?
Dice del espacio nocturno
En el entrecejo del poeta noctámbulo
con su terca búsqueda
recorre caminos épicos
y por los agujeros negros
busca las palabras
las extrae
si es necesario
a la misma boca muda de la luna
Tomado de:
https://www.laraizinvertida.com/detalle-2909-93-rosaura-mestizo-mayorga-
ESFINGE
Ahí está. Quieta; silenciosa
en momentos de masacre, en revueltas
en carnavales.
¡Qué, de ella! en las décadas que nacía
cuando solo recibía toques y silbido de cinceles
y el escultor, aquello que hacía, era acariciar la
obra.
¡Qué del barniz!
que a diario en su rostro de historias de héroe o
bandido
le ungen las palomas.
UNA VEZ: LA MAR
Me dijeron que ella, se agitaba
algo peligrosa perdiéndose la gente
algo alongada, traviesa, juguetona
de voz aguda; que ni ella misma
conocía las fronteras a donde pernoctar.
A preguntas infantiles, respondía
como si este azul marino, nos fuera indomable
Yo temía. ¡Cómo no…!
mi lugar estaba en una jungla de cemento
y no veía
la plenitud del blanco-ceruleano sobre él
moviéndose en una manta roja incandescente,
cayendo
cayendo,
también caía mi oscilante fantasía a su tráfico
como algo extasiada-mente mágico
Allá, gaviotas de cristal, vi fácilmente en vitrinas
niños obligados, temprano a callar
gritos y murmullos de risas y de juegos
debían ahogarse en almohadas, no en la mar.
Temí por caracolas que venían aturdidas a la playa
constante desafío entre viento y olas por llegar
yo, me reconstruía en alegrías
me sumía por primera vez al santuario de oleadas
¡Ay mar! ¡Ay!, hermosa epopeya de piratas y de héroes
balada de instrumentos
que me arrolla, me acaricia tibiamente
como un vasto cuerpo homogéneo de las dos
en un incendio de agua y de impulsos.
Me llevas a espacios donde estratos no existen
donde puedo ser mía, al mismo tiempo
criatura de la propia infinidad de tu espuma.
¡Ay mar!
APOLOGÍA A LA DISCORDIA
Ya quisiera ser indiferente
Ya fantasma en un campo fantasmagórico
Presumiendo venerable arquitrabe
Y dentro, muy adentro del cimiento
Atizando, bezo a la traición.
La palabra sobre el hierro.
La horca al final.
PUHELIN I HELSENKI
La discreta cabina telefónica
aún se levanta en el letargo de la nieve
como una niña restregándose los ojos
frente a la ventana.
En esa urbe, disputa de suecos y de rusos,
guarda los secretos de un objeto que existió.
Por él se encajonaba la grieta de las lágrimas,
en el invierno adherido a las bufandas
se dijeron congelados los versos tristes
de Bo Carpelan,
El testimonio de los presentimientos
en los pasos de mujeres y de viejos.
con la espera del timbre angustioso,
algún mensaje corría por la sangre
y su voz entrecortada...
avisaba: -ha muerto en la guerra-
mientras las cúpulas de San Nicolás
siguen de pie,
extendidas como un legendario zar.
ANIVERSARIO
El des encuentro es un manglar de corazones rotos
el re encuentro es el tiempo sellando cicatrices
el des encuentro es apabullar a otros
el re encuentro son los labios sellando un parque
solitario
el des encuentro congela ciertas palabras a una hora no
propia
cuando alguien se ha cubierto la boca en una fotografía
el re encuentro el solfeo de una canción nos cala
el des encuentro es un libro de historias deshojadas
el re encuentro la verdad contada fielmente.
Todo cuanto viene, es simple
es la vida cotidiana de amaneceres, atardeceres
con ocasos y con albas
y en medio de ellos, lluvias y truenos
saldado los des encuentros
el y ella con sus manos rugosas celebran el
aniversario.
AMNESIA
La memoria duerme
ama al silencio
que todo agita dentro
no hay esclusa
no hay barrera
para atrapar
alguna bocanada
de sus voces
La memoria despierta
no recuerda nada.
Como un flash
pasó la vida.
MÚSICA
Sedosa, abrasiva
Como cincel, volátil a la roca
alguien agita alegría,
angustia o despecho.
En espiral, súbita al firmamento
Es ella
Es ella
Es ella
Nada más que la noche recostada
atenta a la perpleja luz
escucha en silencio
su armonía.
Las notas como flechas
Se esparcen entre ramas, aliadas con el viento
en espasmos de milagro.
Más, un resplandor del claroscuro
se vierte a la espuma nublosa.
Es la melodía girando desde aquí a las alturas
Arrítmica primero, rítmicos los soplos esfumados
desde los pulmones de los instrumentos.
Sedosa y abrasiva
la música acaricia, toda incertidumbre.
Tomado de:
https://eugeniasancheznieto.blogspot.com/2019/05/rosaura-mestizo-mayorga-esfinge.html
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