Cualquier cosa
Esta noche juraría que el hombre en la luna es un
violador,
y las estrellas no son más que cicatrices,
heridas de balas disparadas por la humanidad desde un
coche
apuntando a la cara del cielo.
Esta noche llorar sería demasiado fácil.
Me satisfaría demasiado
y no, no quiero que me toques
porque tus manos están limpias
y yo soy asquerosa,
culpable con la sangre de algo bello cubriéndome
entera.
He sido débil y he echado tanto veneno
que en todos los ríos a mi alrededor se mueren los
peces,
y los árboles compiten por algo de luz
pero yo soy la noche eterna
escribiendo rimas sobre atrapasueños y la paz mundial
cuando incluso mientras duermo estoy luchando en
guerras
que pulverizan el esmalte de mis dientes
y me despierto con la mandíbula contraída y el cuerpo
doblado
pensando, ‘¿Cuántos platos he roto esta semana?’
en un intento de no romperme a mí misma
azotándome la piel brutalmente con el cinturón
porque es difícil querer sobrevivir.
Y todos los grandes terapeutas de este mundo dirían,
“Puede que tu ira sea buena.
Puede que tu rabia signifique que estás saliendo de la
jaula
de todo lo que has sido”
Entonces intento ser Zen, entonando mantras de
om mani padme hum
pero dios me tiene demasiado miedo como para escucharme,
y mi corazón golpea a otro niño en la tienda de
caramelos
y su madre llama a la policía
y cada vez que el reloj hace tick
yo empiezo tick tick tick diciendo más burradas,
mi voz sonando como la crucifixión de todo lo sagrado.
Hay ampollas en mi lengua
del golpeteo de mis uñas en los corazones de profetas,
y justo cuando creo que puedo pararlo
satán resucita dentro de mí
y todo a mi alrededor se convierte en infierno.
Anoche robé peniques de una fuente de los deseos
para comprar cuerda con la que linchar cada pulgada de
esperanza del planeta
y todo…
porque tú tienes otra novia y no lo soporto.
Quería que llegáramos a los ochenta años juntas,
quería que pariéramos poemas como si fueran bebés
juntas
y les viéramos crecer para salvar el mundo.
Porque nena, eres la única
que pudo hacer que el sol subiera dentro de mí.
Y juro que la tierra bajo mis pies
solo es suave porque caminas a mi lado.
Hubo momentos en los que pensé que estaba tan perdida
que ni dios me hubiera encontrado
y entonces te colocaste detrás de mí
y besaste una cruz en mi espalda
Y son cosas así las que me tienen loca
porque pensaba que a lo mejor los alientos que
tomásemos juntas
nos harían vivir para siempre
y ahora me estás matando.
Mírame, me estoy muriendo,
ni si quiera tratando de evolucionar cuando
quería estar ahí en cuarenta años
cuando el médico llamase para decir que
tu madre posiblemente no sobreviviera un día más.
Y no lo iba a hacer simplemente bien,
iba a hacerlo perfecto.
Iba a hacer que mi amor se sintiese
como la primera vez que montaste en tu bici sin las
ruedecillas,
iba a ponerme de rodillas delante de ti cada día
como si no hubiese nadie más delante de ti,
porque he escuchado tu corazón latir
como una brisa que podría hacer a cualquier violencia
ponerse de rodillas
y las mejores líneas que he escrito jamás…
Plagié cada palabra de tus pensamientos que escuché
mientras estabas sentada en silencio,
mirando hacia Marte
pero tú nunca pides deseos a estrellas fugaces
tú pides deseos a las que
tienen el coraje de brillar donde están
sin importar lo oscura que sea la noche.
Y cómo le doy la espalda a esta luz
cuando quería que llegáramos a los ochenta años juntas,
parir bebés como si fuesen poemas contigo
y dejar que se escribieran a sí mismos.
Iba a sostener tu corazón al lado de mi oreja como si
fuese una caracola de mar
hasta que pudiese escuchar las mareas de cada lágrima
que hubieras llorado,
después construir islas en los mares de tus ojos
para que vieses que hay tierra hacia la que nadar.
Sostener tu mano y decirte “Las tormentas nacen
del mismo cielo al que escribimos himnos cuando brilla
el sol.
Algunas veces son necesarias las tempestades para que
se despierten los arcoiris
que enrollarán nuestro dolor en aureolas.”
Iba a tallarme tu nombre en la muñeca
para que mi pulso pudiera besarte.
Iba a amarte tan bien
que me despertaría cada mañana
y te diría cosas como esta,
“Dichosos son los momentos en los que estás conmigo
cuando te vas la vida duele como un infierno
pero haría cualquier cosa para hacerte feliz
incluso si eso significa dejarte libre
para que estés con otra persona”
Andrea Gibson (2011) The madness vase. En The madness
vase. Long Beach, CA: Write Bloody Publishing.
Traducido por Nines B. Rodríguez
Tomado de:
https://batalladepapel.blogspot.com/2014/05/andrea-gibson-cualquier-cosa-poema.html
PÁJARO AMARILLO
Mi tío Billy es el principal vendedor del bocadito
relleno Little Debbie en toda Norteamérica.
Desde Miami, Florida hasta Vancouver, Columbia
británica, Nadie
vende más galletas redondas, arrollados u obleas de
nuez que él.
Mi familia está increíblemente orgullosa de eso
Se lo contamos a desconocidos,
a los respectivos maridos de nuestras sobrinas,
al empleado de la tienda,
lo susurramos en la iglesia,
“¿Supiste de Billy? Sí, él es el principal vendedor del
bocadito relleno Little Debbie en toda Norteamérica”.
Y yo nunca escribiré un poema que se acerque a igualar
esa grandeza.
¿Así que ganaste el Premio Nobel? Qué bueno. ¿Supiste
que Billy repuso seiscientos pasteles de crema del estante de un supermercado
en 3 días? ese estante estaba aterradoramente vacío.
¿Por qué
es arte la primera clase en ser desechada de cualquier
escuela pública?
¿Por qué las salas de música están vacías en los
secundarios desde Nueva York hasta Nashville, Tennessee?
¿Cómo
puedes grabar CD tras CD tras CD mientras llenas tu
tanque con una cantidad infinita de gasolina?
¿Cómo es que vale la pena financiar a la guerra, pero
no a la música?
Nuestra cultura es una cárcel.
Y la única que tiene la llave es la pequeña Emi Jones,
cubriendo cada centímetro de su prueba estandarizada con la mejor versión en
lápiz número 2 de una noche estrellada que nadie haya visto y sí,
hay un colibrí en su pecho.
Las alas están batiendo 80 veces por segundo.
Pero el segundo en que tú y yo entenderemos que el
Doctor King no escribió un discurso llamado Yo Tuve un Sueño, escribió un poema
llamado Yo Tuve un Sueño.
Todos ustedes, no sé si Dios tendrá un corazón púrpura,
pero sé que tenemos un arco
que podríamos poner sobre los cordones de una bota de
combate y hacerla cantar
como los ojos de un niño de 7 años
enfrentando el cañón de armas cargadas del Apartheid;
Gritando por el derecho a escribir historias; a cantar
canciones en su lengua Materna
Me señala en dirección a la gloria
Correré hacia una mano diminuta en el rincón más herido
de Palestina,
sumergiendo un pincel en la lata de pintura amarilla
para pintar una pluma en un ala en una pared que es tan
alta, solo los pájaros amarillos pueden escapar
Y cuando lo hacen, llevan los corazones de niñas
pequeñas en sus lomos
y cuando sus alas se agitan, hacen el ruido de himnos
reemplazados por el cielo.
Y juro que pude ver sus sombras atravesando tu cara
encendida
la noche que dijiste que nunca has dado a luz un niño
pero te desgarras cada vez que escribes un poema.
Estamos cultivando nuestro futuro
con cada lapicera prestada
Rezo esta noche en que podríamos escribir una lluvia
que cayera como las lágrimas en la Prisión del Estado de Folsom el día que
Johnny Cash estrelló su guitarra sobre la cabeza de la apatía.
El modo en que Frida Kahlo -en la prisión de su propio
cuerpo- tuvo años enteros en que no podía pintar más que rojo
pero ella pintó
a las rejas en las células cerradas de sus poros.
Lo mismo cuando los saxofones en Nueva Orleans tocaron
música bajo el agua,
sabiendo que algunas de esas notas se elevarían por el
aire llevando gente y esperanza a la orilla.
Todos ustedes, no creo en la piedad de los campanarios,
pero creo en el vidrio de colores
y en cada llave de cada órgano que está desesperada por
la luz porque nosotros estamos desesperados por la vida, por el espectáculo de
un auditorio cautivo negándose a seguir cautivo en la idea de que solo pueden
escuchar y mirar.
Picasso dijo que pintaría con su propia lengua húmeda
sobre el piso polvoriento de una celda de prisión si tuviera que hacerlo.
Tenemos que crear;
es la única cosa más fuerte que la destrucción;
es la única oportunidad de que las rejas se rompan.
Nuestras manos llenas de color
alcanzando el cielo, el golpe de un pincel en la
oscuridad
No es demasiado tarde
Esa noche estrellada no se ha secado todavía
Traducción: Yanina Audisio.
Tomado de:
https://inventarunpajaro.wordpress.com/2015/03/26/andrea-gibson/
PREGUNTAR DEMASIADO
Quiero que me hables sobre todas las personas de las
que te has enamorado.
Dime por qué las amaste, y por qué ellas te amaron.
Cuéntame sobre un día en tu vida que pensaste que no
superarías.
Dime qué significa para ti la palabra “hogar”.
Y descríbeme tu habitación de cuando tenías 8 años de
una manera en la que pueda adivinar el nombre de tu madre.
Verás, quiero saber la primera vez que sentiste el peso
del odio, y si ese día aún retumba a través de tus huesos
¿Prefieres chapotear en la lluvia o hacer bolas de
nieve?
Y si fueras a fabricar un muñeco de nieve, ¿romperías
dos ramas del árbol para fabricar brazos a tu muñeco?
¿O dejarías a tu muñeco de nieve manco por no ver al
árbol sin brazos?
Y si lo hicieras, ¿te percatarías de que el árbol llora
por ti desde que sabe que tu muñeco de nieve no tiene brazos para abrazarte
cada vez que lo beses en la mejilla?
¿Besas a tus amigos en la mejilla?
¿Duermes a su lado cuando están tristes, aunque eso
enfade a tu amada?
¿Piensas que el enfado es una emoción sincera, o solo
la respuesta tímida de un corazón frágil en un intento de alejar el dolor?
Quiero saber qué piensas sobre tu nombre.
Y si alguna vez te despiertas en la noche e imaginas la
alegría de tu madre al pronunciarlo por primera vez.
Quiero que me cuentes todas las maneras en las que has
sido desagradable.
Todas las formas en las que has sido cruel.
Cuéntamelo – sabiendo que a menudo me imagino a Gandhi
con diez años, maltratando a sus compañeros de escuela.
Si caminaras por una planta química, donde el humo se
filtra hacia el exterior y llena el cielo con oscuras, negras nubes, ¿gritarías
“¡veneno” realmente fuerte, o susurrarías, “esa nube parece un pez, aquella un
hada”?
¿Crees que María era realmente virgen?
¿Y que Moisés realmente dividió el mar?
Y si no crees en los milagros, ¿cómo me explicarías el
milagro de mi vida?
Quiero saber si crees en algún dios, o en diversos
dioses. O mejor aún, qué dioses creen en ti.
Y todas las veces que te has arrodillado sobre el
templo de tu persona, ¿tus plegarias se han vuelto realidad?
Y por el contrario, ¿no te sentiste rechazado? Y…
¿rechazado por quién[es]?
Quiero saber qué ves en el espejo un día que te sientas
bien.
Quiero saber qué ves en el espejo un día que te sientas
mal.
Quiero conocer a la primera persona que te enseñó que
tu belleza nunca podría quedar reflejada en una sucia copa de cristal.
Y si alguna vez alcanzaras una gran cultura,
¿recordarías cómo sonreír?
¿Alguna vez has sido una canción?
¿Pensarías peor de mí si te dijera que he vivido toda
mi vida fuera de tono, y no soy tan inteligente como mi poesía? Acabo plagiando
los pensamientos de la gente a mi alrededor que ha aprendido la sabiduría del
silencio.
¿Crees que el hormigón perpetúa la violencia?
Y si no, quiero que me digas de un prado donde mi
monopatín se elevaría.
Quiero saber más que lo que haces para ganarte la vida.
Quiero saber qué parte de tu vida gastas sólo en dar.
Y si te quieres lo suficiente para permitirte recibir,
también, algunas veces.
Quiero saber si alguna vez sangras a través de las
heridas de otra gente.
Y si sueñas, a veces, que la vida es sólo un globo que
puedes hacer explotar cada vez que lo desees – pero es algo que nunca harías
porque no quieres que nunca deje de seguir.
Si un árbol cayera en el bosque, y fueras el único en
oírlo, si su caída en el suelo no hiciera sonido alguno, ¿dudarías de la
certeza de tu propia existencia, o tomarías el sol en la dicha de tu nada?
Y por último, déjame preguntarte esto:
Si tú y yo diésemos un paseo, y no hablásemos en todo
el camino, ¿crees que nos besaríamos eventualmente?
No, espera. Eso es preguntar demasiado – después de todo,
es sólo nuestra primera cita.
Tomado de:
Tomado de:
https://libroemmagunst.blogspot.com/2014/04/andrea-gibson-preguntar-demasiado.html
Mucho pedir
Quiero que me hables de todas las personas de las que
te hayas enamorado.
Háblame de por qué las querías,
háblame de por qué te querían.
Háblame de un día de tu vida al que pensaste que no
sobrevivirías.
Háblame de lo que la palabra hogar significa para ti
y háblame de forma que adivine el nombre de tu madre
solo por cómo describías tu habitación
cuando tenías ocho años.
Mira, quiero saber cuándo sentiste el peso del odio por
primera vez,
y si aquel día todavía tiembla bajo tus huesos.
¿Prefieres chapotear en charcos de lluvia
o revolcarte en barriguitas de nieve?
Y si construyeras un muñeco de nieve,
¿arrancarías dos ramas de un árbol para ponerle brazos
a tu muñeco?
¿O dejarías al muñeco de nieve manco
solo para dejar aquel árbol intacto?
Y si así lo hicieras,
¿notarías cómo ese árbol llora por ti
porque tu muñeco no tiene brazos para abrazarte
cada vez que lo besas en la mejilla?
¿Besas a tus amigos en la mejilla?
¿Duermes a su lado cuando están tristes,
aunque tu pareja se irrite?
¿Crees que la ira es un sincero sentimiento
o solo el tímido movimiento de un corazón frágil que
intenta sacudirse el dolor?
Mira, quiero saber qué piensas de tu nombre
y si a veces te quedas despierta por la noche e
imaginas la felicidad de tu madre
cuando lo dijo por primera vez.
Quiero que me hables de todas las veces que hayas sido
mala.
Háblame de todas las veces que hayas sido cruel.
Háblame, sabiendo que a veces imagino a Gandhi con diez
años
pegando a los pequeños del colegio.
Si pasaras junto a una planta química,
donde las columnas de humo llenasen el cielo de nubes
negras,
¿gritarías: «¡veneno!, ¡veneno!, ¡veneno!» muy fuerte
o susurrarías:
«esa nube parece un pez
¡y esa nube parece un hada!»?
¿Crees que María de verdad era virgen?
¿Crees que Moisés de verdad separó el mar?
Y si no crees en los milagros, dime,
el milagro de mi vida, ¿cómo me lo podrías explicar?
Mira, quiero saber si crees en algún dios
o si crees en varios dioses.
O mejor aún,
qué dioses creen en ti.
Y tras todas las veces que te has arrodillado ante el
templo de ti misma,
¿se han cumplido tus plegarias?
Y si no, ¿te sentiste rechazada?
Y si te sentiste rechazada, ¿rechazada por quién?
Quiero saber lo que ves cuando te miras al espejo
un día en el que estás bien.
Quiero saber lo que ves cuando te miras al espejo
un día en el que estás mal.
Quiero saber quién fue la primera persona en enseñarte
que tu belleza
se podía reflejar en un barato trozo de cristal.
Si alguna vez alcanzas la iluminación,
¿recordarás cómo reír?
¿Alguna vez has sido canción?
¿Pensarías mal de mí si te dijera
que he vivido toda mi vida un poco desafinada?
Y no soy ni de lejos tan brillante como mi poesía.
Yo solo plagio los pensamientos de la gente que me
rodea
y que ha aprendido la sabiduría del silencio.
¿Crees que el cemento perpetúa la violencia?
Y si así lo crees
quiero que me hables de un prado donde mi skate pueda
elevarse.
Mira, no solo quiero saber de qué estás trabajando.
Quiero saber cuánto tiempo de tu vida pasas regalando,
y si te quieres lo suficiente como para también recibir
a veces.
Quiero saber si sangras a veces
a través de las heridas de otros
y si sueñas a veces
que esta vida es solo un globo
que si quisieras podrías explotar
pero nunca lo harías
porque no lo quieres parar.
Si un árbol cayera en el bosque
y solo estuvieras tú para oírlo,
si su caída al suelo no provocara ruido alguno,
¿te entraría el pánico por miedo a no existir
o te deleitarías en la dicha de no ser nada?
Y, por último,
déjame preguntarte una cosa:
si tú y yo fuésemos a pasear
y al pasear no quisiéramos hablar,
¿crees que al final nos besaríamos?
No, espera. Eso es mucho pedir:
después de todo,
es solo nuestra primera cita.
Tomado de:
https://repositori.uji.es/xmlui/bitstream/handle/10234/107320/TFG_2013_fernandezS.pdf?sequence=1
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