martes, 24 de marzo de 2015

Poemas de Gérad de Nerval

Poema A Madame Ida Dumas de Gérard de Nerval

Yo cantaba sentado a los pies de Miguel;
Mitra sobre nosotros su tienda habia cerrado;
dormía el Rey de reyes en su lecho radiante,
y los dos entre sueños por Israel llorábamos
cuando en la nube ardiente se levantó Tippoo…
Venganza habían gritado tres veces junto al cielo;
  él llamó desde arriba a mi hermano Gabriel,
y volvió hacia Miguel su pupila sangrante:
“Mirad venir el lobo, el tigre y el león…
Uno Ibrahim se llama, Napoleón el otro
y el otro Abd-el-Kader que en la pólvora ruge;
La espada de Alarico, de Atila el sable tienen…
Mi lanza y mi mandoble están allí también;
pero el César romano el rayo no ha robado”.
Versión de Aníbal Núñez

Poema El Desdichado de Gérard de Nerval

Yo soy el Tenebroso, -el viudo-, el Sin Consuelo,
Principe de Aquitania de la Torre abolida:
Mi única estrella ha muerto, y mi laúd constelado
lleva en sí el negro sol de la Melancolía.
En la Tumba nocturna, Tú que me has consolado,
devuélveme el Pausílipo y el mar de Italia, aquella
flor que tanto gustaba a mi alma desolada,
y la parra do el Pámpano a la Rosa se alía.
¿Soy Amor o soy Febo?.. Soy Lusignan o ¿Byron?
Mi frente aún enrojece del beso de la Reina;
he soñado en la Gruta do nada la Sirena…
He, doble vencedor, traspuesto el Aqueronte:
Modulando unas veces en la lira de Orfeo
suspiros de la Santa y, otras, gritos del Hada.
Versión de Aníbal Núñez

Poema Era Él, Ese Loco, El Sublime Insensato de Gérard de Nerval

¡Era él, ese loco, el sublime insensato…
Ese Ícaro olvidado que escalaba los cielos,
ese faetón perdido bajo el rayo divino,
el bello Atis herido que Cibeles reanima!
El augur consultaba el flanco de la víctima,
la tierra se embriagaba de esa sangre preciosa…
El cosmos aturdido colgaba de sus ejes,
y el Olimpo un instante vaciló hacia el abismo.
“¡Dime!” gritaba César a Júpiter Ammón,
  ¿quién es el nuevo dios, que se ha impuesto a la tierra?
¿Y si acaso no es dios es un demonio al menos… ?
Mas se calló por siempre el invocado oráculo;
  uno sólo en el mundo explicar tal misterio
  podía: -el que entregó el alma a los hijos del limo.
Versión de Aníbal Núñez

Poema Nobles Y Criados de Gérard de Nerval

Esos nobles de antaño de que hablaban las gestas,
paladines tremendos de imponente semblante,
cuyos cuerpos dotados de unos huesos gigantes
parecían tener en el suelo raíces.
Si volvieran al mundo, si el antojo tuviesen
de ver los herederos de su nombre inmortal,
Laridones verían frecuentando palacios
de ministros, estirpe degradada y rampante;
alfeñiques con faja, peto y muchos postizos;
sólo entonces podrían entender esos nobles
que en los últimos tiempos a su sangre selecta
  han mezclado sus hijas mucha sangre de criados.

Poema ¡hombre! Pensador Libre de Gérard de Nerval

¡Y bien! Todo es posible.
Pitágoras
¡Hombre! pensador libre, crees que sólo tú piensas
en este mundo en que la vida estalla en todo:
  de las fuerzas que tienes tu libertad dispone,
pero de tus consejos se desentiende el cosmos.
En las bestias respeta un espíritu activo…
cada flor es un alma abierta a la natura;
  un misterio de amor en el metal reposa:
todo es sensible; ¡y todo sobre tu ser actúa!
Teme en el muro ciego una mirada espía:
a la materia misma un verbo está adherido…
No lo hagas servir para impíos menesteres.
Hay en el ser oscuro un Dios oculto a veces;
y, como ojo naciente cubierto por sus párpados,
un espíritu crece tras la piel de las piedras.
Versión de Aníbal Núñez



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