martes, 22 de octubre de 2024

POEMAS DE HECTOR ESCOBAR GUTIERREZ

 


Autorretrato

 

Tantrista, goético, del demonio devoto,

asiduo lector de los impíos grimorios,

iniciado en el arte de ritos amatorios,

en el desnudo altar deposité mi exvoto.

 

Del pavor en que vivo mi ser está inmoto,

ardo en las simas de báratros ustorios,

actúo tras la faz de rostros ilusorios,

mi espíritu vaga desde un siglo remoto.

 

De las musas recibo sus mágicos soplos,

la rima decanto con buriles y escoplos

y el ritmo percibo de las altas esferas.

 

Mi voz con fe musita su treno diabólico

y mi ser abrasa un círculo parabólico

en cuyo centro arden míticas hogueras.

Tomado de:

https://www.poesiacastellana.es/poema.php?id=Autorretrato&poeta=ESCOBAR+GUTIERREZ+%2C+HECTOR

 

 

FLORACIONES

 

Como una floración, extraña y multiforme,

Mis poemas resurgen con un acento propio;

Al calor de los vinos y los sueños del opio,

Mis poemas divagan por el espacio enorme.

 

El Diablo me los dicta con su boca deforme

Y temblando de miedo en el papel los copio,

De sus oscuras voces, en el acto me apropio,

Y las escribo en verso de medida uniforme.

 

Mis estrofas fascinan al cándido lector,

Velozmente lo sumen en abismos de horror,

Mis poemas exhalan un raro olor de azufre.

 

Mi musa sólo canta con preferencia al Mal,

Al hombre que naufraga en la sima abismal

Y que al verse sumido desconsolado sufre.

 

 

HAMLETIANO

 

Cruzan los cuervos el ojo de la noche

Con las alas del insomne suspendido,

Y en la negrura de su sórdido vestido

Reluce su nocturnal y áspero broche.

 

Mira su pupila la comba y su derroche,

-cual filosófico Hamlet, enlutecido-

Con su oscuro monólogo, enfebrecido,

Aunando un cierto gesto de fantoche.

 

Ardua es la cuestión, la duda inmensa,

Y él mismo es el otro, ¡oh lucha intensa!

Con el fantasma tedioso que lo abate.

 

El príncipe vislumbra lunas ciegas,

Sus ojos dardan asconas palaciegas

Y con su espectro reanuda el combate.

 

 

INVOCACIÓN

 

Del Necronomicón leí el versículo maldito

Bajo la tenebrosa noche del gélido saturno,

Para evocar al monstruo, cuyo ojo taciturno,

Taladraba el firmamento con su rayo ignoto.

 

Prepotente era el porte de su ser de granito,

Híspido y serpenteante su pelaje nocturno,

Y las mil sombras, una a una, en riguroso turno,

Acudían a la llamada del necromántico rito.

 

Del fantástico libro pronuncié el conjuro,

-el terrible versículo de contenido oscuro-

Y las negras legiones acudieron premiosas.

 

¡El temor envolviose con su horda de espanto,

La delirante noche me encubrió con su manto

Y del Demonio entreví sus alas membranosas!

 

Del libro Cosmogonías (1985)

 

 

PROFÉTICO

 

La lectura de arcanos manuscritos

Bajo soles en llamas,

Afirma las visiones

Del anciano profeta y los oráculos.

 

Redoblar de cascos multiplicados,

Trompetas, justicia,

Mares ígneos, belfos

Eructando sus iras apocalípticas.

 

Continentes rasgados cual la seda,

Atlantes y gigantes

Refundidos con la sal y con la arena.

 

Malignos torbellinos estremecen

Los aires y la tierra:

¡la brújula apunta hacia el oriente!

 

 

 

 

 

Del libro Estetas y Heresiarcas (1987)

 

 

JOSÉ ASUNCIÓN SILVA

 

Melancólico esteta de nocturnos reflejos,

De pliegues y brocados en alcobas profusas,

De tapices mullidos, de artesones y espejos,

De áureas presencias y de sombras confusas.

 

Escanciaste el bouquet de los vinos añejos

Que con mano galante te brindaron las musas,

Conociste el misterio de murmullos y dejos

De las hadas fraternas y de obesas medusas.

 

Loaste de la infancia las dóciles ternuras,

Las mejillas rosadas y los castos ensueños

Con los tonos salientes de hondas amarguras.

“¡Poeta, di paso!” el cortejo de voces enlutadas,

Cinceladas con sabios y virtuosos empeños

Y vuela al encuentro de sombras bienamadas.

 

 

LO TEMPORAL

 

No caímos del tiempo. En él estamos.

Sólo el morir nos libra de sus redes,

De estas cuatro y altísimas paredes

Que nos impide ver a dónde vamos.

 

En el tiempo atrapados nos quedamos

Y por mucho que pienses jamás puedes

Ni podrás entender, por qué concedes

Al amor el amor, si a Dios odiamos.

 

Todo nos contradice y nos apena

Por esta soledad que nos condena

A estar en compañía abandonados.

 

No hay salida posible mientras viva

Y siga el hombre yendo a la deriva

Dentro de estos espacios clausurados.

 

 

LA ORACION DE JUDAS

 

Con el alma maldita por venderte,

Estoy en este infierno condenado;

Por hacerte sangrar en el costado

No puedo, buen Jesús, dejar de verte.

 

Por sentirme culpable de tu suerte

El corazón, sangrante, llevo ahorcado

Del palo de tu cruz, ¡Maestro amado!

Y éste será el estigma de mi suerte.

 

Mas, tú resucitaste, Señor mío,

Y yo sigo aterido por el frío

De un eterno desdén, incomprendido.

 

Pero tú sabes, Dios, allá en tu gloria,

Que mi traidora acción aunque irrisoria

Era un pacto con Cristo… y he cumplido.

 

 

 

Del libro Sonetos Profanos (2009)

 

 

SON TANÁTICO

 

De puntillas la muerte se aproxima.

Navega por las venas. Tras la frente,

La muerte agazapada se presiente

Y otras veces de golpe cae encima.

 

Cuán distante se intuye y qué cercana

Al comienzo y al fin de la jornada.

Jamás la muerte duerme. Descarnada

Va en pos de ti en la noche y la mañana.

 

Pisa tus huellas siempre, corrobora

Tu agonía constante hora tras hora

Y en el momento justo se aparece.

 

Dejas de ser quien fuiste, ya no eres…

Otra vida distinta nunca esperes

Cuando ésta que has vivido se oscurece.

 

Del libro De los Mitos y Otros Poemas (Inédito)

 

 

XXXIV

 

Se va mi intensa vida consumiendo

En la espiral del tiempo interminable;

Cual vieja torre, rota, deleznable,

Mi existencia entre ruinas se va hundiendo.

 

Sin dar tregua he venido descendiendo,

Paso a paso la escala irreparable

Que conduce hacia el límite espantable

De ese vacío en mí, que se va abriendo.

 

En torno mío, adentro, afuera… ¡nada!

Ni tan sólo el rumor de un alma amada,

Mitiga esta ansiedad que me tortura.

 

Sigo bajando al fondo de la escala;

Siento de pronto que mi pie resbala

Y que en mí se abre negra sepultura.

 

 

ALEISTER CROWLEY.

                                          Maestro Therion

 

Que Lucifer me asista al invocar tu sombra,

Cada vez que me apreste a recorrer contigo

El siniestro sendero eludiendo el castigo:

¡Hermano, mago negro, cuyo valor me asombra!

 

Que seamos para siempre emisarios proscritos

Por haber profanado de lo sacro el misterio,

Ocultado en la cripta de un alto monasterio

Donde antaño oficiamos los rituales malditos.

 

Que descendamos ambos a los fondos del Mal,

Sin temer al demonio que custodia el umbral

Con sus rojas pupilas de rayos incendiarios.

 

Que bajemos impávidos con nuestros ojos fijos

Hacia el hórrido averno de arcaicos acertijos

Para afirmar los pactos, secretos, temerarios.

 

 

XLII

 

Que era de un dios la arcaica sepultura…

Que en su nombre se alzaron los menhires…

Se afirmaba además -no eran decires-

Que el Diablo custodiaba esa negrura.

 

Se afirmaba también que un hechicero

Junto al dios había sido sepultado

Y que él, en ciertas noches evocado,

Se aparecía con su rostro fiero.

 

El sitio era espectral; pero en el acto,

Encendí el negro cirio mortecino

Para hacer con el brujo un cruento pacto.

 

Sin embargo hoy me acuso en lo profundo

Por cometer el torpe desatino,

De haberlo hecho venir del otro mundo.

 

 

LXIX

 

Pactemos con el Mal que nos impulsa

Desde abajo y arriba y el subfondo;

Pactemos con Satán, que desde el fondo,

A nuestra alma la inspira y la compulsa.

 

Pactemos con la fuerza que nos lanza

A blasfemar de Dios y la existencia;

A sentir ante el Bien la indiferencia,

Porque el Mal es afín con la venganza.

 

Vivamos con nuestra alma consagrada

Al servicio irrestricto del Demonio

Y su angélica hueste sublevada.

 

Reneguemos de un Dios que nos conmina

A rendirle alabanza y testimonio,

Aún sabiendo que es él quien nos fulmina.

Tomado de:

https://www.laraizinvertida.com/detalle-1955-34-hector-escobar-gutierrez

 

 

Me Condenan
a la Hoguera

 

Me condenan a la hoguera

es la sentencia suprema

se alza mi voz y blasfema

contra la ley que impera.

 

Ríe la turba vocinglera

Y me enrostra su anatema,

Con una insidia extrema

La estulticia me lacera.

 

Sufro en medio del fuego

Y aun así piedad no ruego

Ni al monje no al verdugo.

 

Crece el fuego en la pira

Y la plebe de odio delira

Porque no acepte su yugo.

 

Satanás
Ronda en la Roca

 

Satanás ronda en la roca,

En la herrumbre mineral,

Desde su hondura abisal

Derruye todo lo que toca.

 

Nuestra voluntad apoca

Con su malicia infernal

Y allá en su averno fatal

Nos condena y nos enroca

 

Satán anida en la piedra;

Nadie —ni dios lo arredra—

Su maldad jamás reprime.

 

Si nuestra alma fulgura

El la hunde en la negrura

Y con gran saña la oprime.

Tomado de:

https://literaturarisaraldensebygermanherrerajimenez.wordpress.com/2014/10/22/1499/

 

 

En el amor es factible equivocarse. En el odio, jamás.

 

***

Más de cien palabras es un complot contra la lucidez. Un libro es el colmo de la pretensión y fatuidad.

 

***

Mientras esperas el mañana desmoronándote, observa cómo el ayer te carcome desde adentro en el presente.

 

***

Soñar no cuesta nada. Pero vivir para poder soñar cuesta todo el oro del mundo.

 

***

Nunca hables bien de nadie. Evítate sospechas innecesarias.

 

***

Quien se suicida por amor, por honor o por cualquiera otra insulsa razón, es un cretino. Uno solo debería matarse por físico aburrimiento.

 

***

Los misiles nucleares son los dedos del Diablo echando en cara a Dios su incompetencia.

 

***

Tachar de un plumazo todo cuanto hayas escrito, para que alcances de una vez por todas la brillantez del estilo perfecto.

 

***

No es Dios el que ha condenado al hombre. Es el el hombre el que ha crucificado a un Dios para hacerlo expiar la estupidez de haberlo creado.

 

***

Esa despreocupada placidez que reflejamos cuando dormimos, se malogra de golpe al escuchar el retintín del despertador.

 

***

Aprende a condensar en un eructo todo el fastidio, todo el horror de haber nacido.

 

***

Solo reencarna los demonios.

 

***

Ser satánico es ser egoístamente adverso a todo.

 

***

Ejercicio espiritual: hacer de Dios el blanco de nuestros odios más negros.

 

***

La fe es una enfermedad hereditaria.

 

***

¿Cuánta tela de juicio será necesaria para cubrir la desnudez del loco?

 

***

El aforista que de veras aprende a pensar contra sí mismo, quintaesencia de la sintaxis, agudiza la eficacia de su estilo.

 

***

La inmortalidad de los dioses yace insepulta en el infinito olvido.

 

***

Los ensayistas suelen ser prestidigitadores y discursivos. Los aforistas, ácidos y rotundos.

 

***

Bienaventurados los que se acuestan y no amanecen, porque ellos nunca más padecerán de insomnio.

 

 

LA SOMBRA: DEL MALESTAR INDIVIDUAL AL COLECTIVO

***

Comprende que lo difícil es aprender a escribir con sangre, mientras supura la herida de tu espíritu.

 

***

La fidelidad conyugal es falta de oportunidades… o de apetencia.

 

***

Jamás hagas de una amante apasionada la madre gruñona de tus hijos.

 

***

La cicatriz de una cesárea merma la ardentía del más impetuoso enamorado.

 

***

Un hombre de pelo en pecho suele ser a veces un imberbe de corazón.

 

***

La vida es la trotacalles de la ilusión.

 

***

Quienes ejercen el periodismo de opinión, engañan, apestan. Reflejan las pústulas de la sociedad donde pululan.

 

***

Lo que hace sospechosa a la nada, es que otros la han intuido antes que nosotros.

 

***

Compensación excepcional: ser testigos del fin del mundo.

 

***

Ser cualquier cosa. Pero diferentes.

 

***

Acritud, sarcasmo, aspereza. Tríada de una dialéctica irrefutable.

 

***

¿Doctorado en filosofía y letras? ¡Qué presuntuosas letrinas!

 

***

Un hombre vertical en sus principios termina indefectiblemente convertido en un difunto horizontal.

 

***

El gran temor a la muerte solo dura mientras vives.

Tomado de:

https://www.lacoladerata.co/cultura/hector-escobar-gutierrez-aforismos/

No hay comentarios.:

Publicar un comentario