miércoles, 26 de enero de 2022

POEMAS DE CARLOS OROZA

 



“Se prohíbe el paso”

Se prohíbe adelantar la brisa hacia esta orilla

 

Hay temor y se prohíbe el paso

 

 

Se prohíbe el paso

 

Atelaida está anidando su tisis -su grave tisis de silencio-

 

 

Se prohíbe el paso

 

Las ruedas de la vida se sostienen en el aire

 

Se prohíbe el paso

 

El grito de la libertad ha muerto intacto

 

Las llaves de las cárceles de atelaida están más allá de las fronteras

 

Se prohíbe el paso al aire de nuestro pueblo

 

El aire de nuestro pueblo cayó en un punto de eternidad en la frontera

 

Como un peso de niño de extrañas avenidas

 

Semáforo ¡cuidado!

 

Hay temor y se prohíbe el paso

 

Aquí se le cortó la gracia al viandante

 

El reflejo de una bayoneta rompe las alas de un pájaro

 

Un pez se suicida en el aire

 

Se prohíbe el paso

 

Un niño temeroso y triste pasa

 

Pasa con sus dos vidas entre el hombre

 

Es el rostro de un pueblo que se limpia con el gesto del tiempo

 

Se prohíbe el paso

 

En esta avenida se celebra el crimen cada año

 

Y desfilan los héroes achatados con sus laureadas y sus zapatos de pisar niños

 

Se prohíbe el paso

 

En este trozo del mundo se sientan los santos y los obispos

 

Los místicos y los asesinos

 

¡Todo el gran grito de la contrición!

 

La reserva moral de treinta y tantos años

 

Los inquisidores y los tiranos de entonces y los verdugos actuales

 

Semáforo ¡cuidado!

 

No saltes hermano de esta orilla a la otra orilla

 

El cielo está al habla con la policía

 

El cielo baja a los tejados para ametrallarte

 

No dejes con tu limpia sangre con tu inmensa sangre roja limpien sus pálidos crepúsculos

 

Espera hermano espera

 

El cielo está al habla con la policía

 

El cielo baja a los tejados para ametrallarte.

Tomado de:

https://www.nosdiario.gal/opinion/branca-novoneyra/prohibese-o-paso/20201229194703112686.html

 MALÚ

Parece entonces como si yo y yo fuésemos dos personas que se persiguen mutuamente.

Es en la evasión donde está el sentido de mi propia seguridad.

Oh eva

évame malú

évame malú

 

Hoy en ferragosto o julio triste prohibido e inasequible. Solo

Oh eva.

Évame eva.

Évame si me transito.

 

Era de noche por tus ojos de fiebre - ómnima por tus manos que me acarician.

Era extraño cómo subsistía por la noche cada noche deviniendo por mis pasos

para encontrar dormido el cuerpo enfermo en la otra casa.

 

Mi cuerpo contra mí - Tu boca caliente y sofocada -

conflúyete

abrázate

no rompas el silencio no toques la pared

me conforto en tu aliento

miro por tus ojos empujo por tus ojos

y me encuentro con las últimas cenizas.

 

Me dejo en libertad - ómnima mis pasos

y corro - corro por la playa hacia la casa abandonada.

 

No sé que hacer si estoy detrás de mí

tengo miedo tropezar tu cara

mirar tus ojos y verme divisado

aspirar tu aliento y verme subsistido

tropezar tus manos y verme aderezado

cariño eva évame.

 

Ómnima si mi pálpito se pierde por los trenes y pulula por los gemidos

mi pálpito pegado al viento dolorosamente ernesto a tu cintura nati

mismo

cuando me dejo en libertad

y corro corro - corro por la playa hacia la casa abandonada

ómnima

ómnima

ómnima

mientras subsisto extraño por la noche deviniendo por mis pasos

para encontrar dormido el cuerpo enfermo en la otra casa.

 

Oh eva

évame eva

évame si me transito

 

Intento translucirme malú para llevar contigo

Y no hay apoyo vital para afirmarme

Y es como llegar a mí malú contigo

Madre por una sola vez si me transcurres

Mientras subo o me adelantas la luz para llegar arriba

Por una sola vez una vez dos veces tres veces golpeándome en las sienes

Tus brazos retenidos en las sombras

Tu mano y tu latido

Tu voz poderosa desde abajo – contigua hacia el balcón

Para decir que ha muerto alguno en esta casa

Pudo haber muerto alguno en esta casa

Y es como llegar a mí malú contigo

Inmersa

Golpeando fuertemente desde abajo

Golpeando en la escalera

Metiendo tus manos tus codos tus brazos por los huecos

Golpeando la pared

Tremándome en la vértebra

Demorando mis pasos por las sombras.

 

Una vez me escupiste cenizas en los ojos

Y yo te dije

Sigue sigue sigue

Te me adelantas. Tengo miedo. Estás golpeando al mundo.

Pero tú me das malú – malú – malú

Malú para llegar arriba.

 

Oh eva - Évame - Eva - Évame si me transito.

Tomado de:

http://www.poesiasolidariadelmundo.com/2013/08/poema-de-carlos-oroza.html

 

Ni un murmullo ni un ápice ni un atisbo

Solo el silencio -sin embargo el silencio espectante-

 

Contemplamos ilesos el accidente

Tal vez yo sea el error

El accidente

La estatua

La actividad

Corporativa la moral

En su obviedad lo neutro lo secundario

Los criterios formados en la era del múltiple

 

Y cuando todo nos falla sólo nos queda la poesía

 

Iluminada su presencia

Como un río que viniese a besar esta provincia enajenada

Cariñoso salvaje sometido corazón saciado encima de mi sombra

Qué difícil subir a tientas la escalera

 

Sin embargo la cordura -el estilo-

La austeridad que goza del favor de la concordia

 

Preciso en lo inesperado

En los límites la lucidez

Una luz puntual donde nace la corriente -la palabra y el número-

La palabra que canta de la mar el amor que profeso

El tanteo el intento la ola

La madre en cuanto a distancia que nos da el origen

 

El cinco ha quedado atrás

No obstante las mareas se precipitan

El horizonte ase alarga y nos muestra el ocaso

El universo se convierte en vocales

La ascensión del cópul

Su itinerante -el ave- el alma -los reflejos-

Las simpatías de los opuestos y los embarques

Ellos van donde nosotros ya estuvimos

En el propósito de continuar

No cesaré en el empeño hasta convertir el territorio en mi estatura

Difiero de su parecer

No me gustan los adverbios

Sus adyacentes las estatuas

La impresión moral de su geografía restaurada

 

Pasa el viento lento

Y sus sombras se deslizan con suave complacencia en la corriente

Unívoca la voz

De encendidos tonos de color las mareas

Las maneras y el modo

La intuición

El estilo -el instinto- la gracia

En el lugar -no en la hora-

En el lugar estaré siempre atento

Pero no dejaré nunca que la forma llegue al fondo para que todo siga igual

 

El narrador divaga

Y se muestra con cautela ante lo inesperado

Preciso en la contemplación

 

En el sedal de fiebre hay una escalera blanca

Oscurece

Sube la temperatura y en los altibajos crece el fantasma.

Tomado de:

http://raulquinto.blogspot.com/2014/06/un-poema-de-carlos-oroza.html

 

Alicia

He venido a verme. Quiero salir y no puedo entrar.

Paso de lado simplememe y no me llaman.

Y veo a Cátin. La ciudad en sus números y la luz. La calma.

 

 

Era en un sexto de un seis de una calle que arrancaba del centro

Una distancia que sólo se conocía por teléfono

Y vino un desconcierto. La calma. Vino la calma.

 

 

La calma y mirarás. La mirarás decía

Y sus ojos tenían la precisión táctil de su boca

La calma. Vino la calma.

 

 

Y Alicia había declarado al mar calamidad sentimental

Y en el interior había vibraciones incrustadas

Manchas que se reproducían en latidos

Y se esparcían manifestantes y mu1titudinarios por los escaparates

Donde permanecían horas y días

Con la cabeza apoyada en los cristales.

 

 

Alicia tenía la sonrisa. La alegría del que pierde la respiración

Alicia era una mujer que se confundía en principio

Desde la primera escalera de un sexto izquierda

Un séptimo izquierda que arrancaba del centro

Una distancia que sólo se conocía por teléfono

O a través de sus gemidos en el estado íntimo de su soledad.

 

 

 

 

 

 

 

Y en la ciudad de cristal del arquitecto de Suiza

Alicia buscaba alivio

Alicia había quedado sola

Porque las lunas de los escaparates estaban todas ocupadas

Y no había ni un milímetro para apoyar su frente.

 

 

En los grandes edificios habían puesto andamios

Y en la parte de la ciudad alta

Todas las ventanas estaban ocupadas

Por los delirantes que tenían las frentes agujereadas.

 

 

Los hombres estaban suspendidos en el aire

Sobre los andamios con las frentes inclinadas en las ventanas.

 

 

Alicia fue a apoyar su frente a los stops

A los coches que habían quedado aparcados

Y los coches estaban también ocupados

Y las ventanas de los coches Los cristales

Estaban pegados en los frentes que deliraban de dolor.

 

 

Alicia fue a refugiarse en la púrpura de los ángeles

Y la púrpura de los ángeles estaba pegada en la frente dolorida

de los místicos

Y fue a buscar la cera de los laboratorios eclesiásticos

Y no había solución

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La ciudad de cristal del arquitecto de Suiza

Estaba totalmente ocupada.

Alicia anduvo recorriendo toda la ciudad

Y fue a los stops y a los anuncios publicitarios

Y todos los anuncios

Y los stops

Y la luz piloto de los coches

Estaban ocupados por las frentes que deliraban de dolor.

 

 

Alicia fue a ver los ojos abiertos de los animales muertos

Y los ojos abiertos de los animales muertos

Estaban ocupados por las golondrinas

Que se apoyaban contra el ojo derecho de los animales muertos

Del interior de la ciudad de cristal del arquitecto de Suiza.

 

 

Alicia fue a la estación

Donde estaban los coches de los ferrocarriles

A ver si había una posibilidad.

 

 

Mirar si había una rendija de luz

Que se introdujera por debajo de las puertas de los trenes

Para apoyar su frente

Pero no era posible

Porque aquella luz que bajaba por debajo de las puertas de los trenes Estaba ocupada por las frentes de los animales

 

 

 

 

 

 

 

Que antes se habían nutrido de los enfermos neurálgicos de los trenes.

Que viajaban a la ciudad de cristal del arquitecto de Suiza.

 

 

Alicia andaba sola

Y se perdía buscando un espacio en las ventanas

En las lunas de los museos

En los escaparates

Y no había ni un minuto para apoyar sus latidos

No había llanto

Y no era posible inclinar la cabeza sobre la humedad de una lágrima.

 

 

No eran posibles los extraordinarios Las horas fuera

En los relojes no había siquiera una hora

Que penetrase contra el punto neurálgico de la cabeza

Habían desaparecido los pinchazos exteriores

Para luchar contra el dominio interno de la cabeza.

 

 

Pero ahora ya no hay nadie en los andamios

Nadie está con las frentes en las lunas de los escaparates

Ya no hay más frentes acariciando la púrpura de los ángeles

Ya no hay más gente rociándose la frente

Con la cera derretida de los laboratorios eclesiásticos

 

 

Ya no hay más

Nadie

Nadie está mirando a los altares

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Aproximando la frente a los monumentos

Nadie está suspendido en esta ciudad.

 

 

Nadie está de pie buscando el frío de los escaparates

Buscando el frío el viento de las alturas por el cráneo

Nadie

Absolutamente nadie.

 

 

Porque todos los que estaban suspendidos

En la ciudad de cristal del arquitecto de Suiza

Habían descendido

Se habían desplomado contra el suelo boca abajo

Y habían desocupado todas las estancias

Y sucedía entonces que por el suelo no se podía andar Porque el suelo estaba repleto de bocas boca abajo

Y el espacio aéreo fue ocupado por otras formas de animales.

Publicado 27th May 2019 por las alhacenas del sol

Tomado de:

http://poesiasalvaxe.blogspot.com/2019/05/carlos-oroza-recita-alicia.html

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