sábado, 29 de enero de 2022

POEMAS DE SHINKICHI TAKAHASHI

 



MOSCA

 

Quise vivir para siempre en lo ilimitado.

 

Lo ilimitado vivía dentro de una mosca.

 

 

 

Cada vez que la espantaba

 

volaba con lenta gracia.

 

 

 

Me resultaba entrañable

 

su calmo movimiento.

 

 

 

En la madrugada, brillaba la lámpara.

 

Yo leía un libro escuchando

 

el caer de la lluvia.

 

 

 

Sobre el libro extendido,

 

una mosca arrojaba

 

sombras de soledad.

 

 

 

Como las patas de la mosca

 

lo ilimitado es sutil y se dobla.


VALVA

 

Porque no hay nada,

 

no hay nacer o morir.

 

 

 

Vací la valva,

 

Arrancada su carne por las aguas,

 

 

 

Humedecida por la luna,

 

reseca por el sol,

 

duerme en la arena.

 

 

 

No será nunca el mar

 

Gestado en sus entrañas.

 

Nada se corresponde con nada.

 

 

 

Así como las olas se deshacen

 

se desgasta la valva lentamente.

 

 

 

TIEMPO

 

El tiempo pasó soplando sobre su rostro

 

como una ventisca que cruzara un lago.

 

 

 

En el sueño profundo

 

continuó su mente

 

destilando, evaporando ideas.

 

 

 

Algunas mañanas el sol, como una amenaza,

 

ascendía por el borde de las montañas.

 

 

 

Se calcinaron, tal esperanzas, los árboles.

 

La tierra agonizaba.

 

 

 

Despierto, encendía su pipa

 

e intentaba respirar el sol.

 

 

 

Como la lluvia,

 

como los frutos,

 

caía el tiempo.

 

 

 

Un barco hacia el pasado

 

flotaba mar adentro.

 

 

 

Él aferró con una mano la vela de lo eterno

 

y el eterno universo entró en sus ojos.

Tomado de:

https://cetr.net/es/shinkichi-takahashi-seleccion-de-poemas/

 

ESCUCHABA el sonido del viento entre los pinos,

inunda las entrañas su tristeza,

suena como el rumor del oleaje,

alto en el cielo meciendo las copas

de los grandes árboles.

Es espantoso y profundo el desamparo

del sonido del viento entre los pinos.

Desoladora música,

es imposible olvidarla.

Como si el mundo llegara a su término,

vibra el sonido del viento,

el constate sonido del viento,

del dios sin figura que rasguea

como un koto las copas de los pinos.

 

 

UN BOSQUE DENTRO DEL SONIDO

 

Los pinos meciéndose,

el humo dispersándose,

un bosque dentro del sonido.

 

Pérdidas mis piernas,

el narciso en el agua reflejado,

rostros desvanecidos en el sueño.

 

Frío viento,

recuerdo blanco de camelias,

intermitencia de la cálida lluvia.

 

En la orilla del río,

esperamos con calma a que se aclare el agua

y retoñe el sauce.

 

Quema el tiempo, aun ahora, en las ruinas del incendio.

Yo, que vivo aquí sobre esta tierra, soy otro.

 

 

 

PÉTALOS

 

 

COMO los pétalos

de una flor,

incontables,

el tiempo,

marchito, disipado.

La suma de las vidas

de los hombres

se hundió en silencio en el olvido,

alimento para el pez de cola roja.

Bajo la luz lunar,

en los rabiones,

fluían, flotaban pétalos.

Entre las rocas,

esparcidos,

en lo oscuro.

Pero continuaba el tiempo floreciendo.

Tomado de:

http://cajadetormentas.blogspot.com/2018/04/shinkichi-takahashi-poemas-de-en-la.html

 

poema 18

 

En coches urbanos, el sueño del vendedor de pipas

Asakusa, gelatina de agar, dulces de adzuki y miel

imposible de rasgar, poco probable de romper

los guisos desesperados hechos con sake dulce

durmiendo la siesta en una pared del undécimo piso

¿Qué tal si destruimos los icebergs del Polo Norte?

recuerda que estornudar también es limonada

la comida ingerida y vomitada es helado

las nalgas de esos rebeldes que se masturban a escondidas

dolorido por cagar arroz glutinoso

mujer de torso esbelto y piernas inflexibles

regocijémonos en la destrucción del país

paso, paso hasta que se estrelle

mantener los soportes geta

No se harán excepciones

 

Pollo a la parrilla en brochetas

la niña precoz encabrita el culo

juega con los pechos dentro de la ropa

irradia miradas hambrientas a izquierda y derecha

camina vorazmente

la mujer plana, casi un lenguado

se inclina hacia adelante, el desvergonzado

pies pasados ​​de moda, pasos de chorlito

tomar vuelo como norimaki sushi

fideos chinos de viuda arrugada, sesenta,

No me gusta, filete empanado de una ramera recién convertida

señora con un paseo de anguila

También aborrezco el tendón de la campesina

y disgusto por el arroz frito con puré de tofu que imita el sabor del ganso

a ella, a quien no le gusta tsukeyaki, me disculpo

sin embargo, en el café histérico

indigno soy de una taza de café

Me sirvo azuki hervido.

y sake dulce

el sirviente de piel suave como mochi, o maní, papa al horno

Prefiero sorber la salsa para pasta.

en la oficina de correos, donde el empleado está sano,

carne con arroz

moneda de diez centavos servida por criadas con manos sifilíticas.

 

 

(traducido por Diogo Kaupatez)

Tomado de:

http://revistamododeusar.blogspot.com/2015/01/shinkichi-takahashi-1901-1987.html

 

 

POLVO

Los ojos del gorrión son de cristal.

Nada pueden ver.

Cuando el gorrión mira hacia abajo

desaparecen el mar y las montañas.

Y aunque hubiera mar y montañas

nada serían para él.

 

El gorrión se recrea en un jardín vacío.

Nadie allí acude,

a nadie el pájaro permite la entrada

pues busca soledad.

Nada hay

y nada es necesario mirar.

 

Con un pequeño paso

llegó el pájaro a todas partes.

Con una sola mirada

lo vio todo.

 

Todo no es más que polvo.

No existe el fin

sino un constante acabamiento.

No existe la muerte,

sino un morir constante.

 

El gorrión miró hacia el cielo.

En el cielo tampoco había nada.

Ni siquiera el polvo puede enturbiar

sus ojos.

Tomado de:

https://grego.es/?p=9210

 

 

Dioses

 

Los dioses están en todas partes:

entre Koshi y Izumo

las tribus aún batallan.

 

El todo del Todo, lo Uno,

elimina las distinciones.

 

Los tres mil mundos

están en esta flor de ciruelo.

El aroma es Dios. 

 

 

Un pato

 

El pato vive eternamente,

todos los días. Despierto, encuentra

que ha dormido un billón de años.

 

El mismo centro del universo,

él sabe que no necesita

ojos, oídos, patas.

 

¿Qué uso tendrían para quien

ya conoce su mundo,

sus estaciones y satélites?

 

Liberado del tiempo,

sin cambios. El pato no

necesita ser enviado al espacio,

 

como el perro, en un cohete.

Además, él ya ha estado allí. 

 

 

Cielo nevado

 

El pájaro negro desciende

sus ojos dan sombra a la tierra, hay hojas muertas

y plumas inclinadas por la nieve.

 

Uno encuentra playas en todas partes,

aeropuertos, cielos nevados.

 

Apostado en la casilla de ventas

el pájaro negro observa

el avión de cuatro turbinas

aterrizando, los propulsores quietos.

 

Las hojas muertas caen de los cielos.

 

 

 

Un muro de piedra

 

Las flores brotan de las piedras,

en lluvia y viento

el perro husmea y apunta su orina.

El trazo de una mariposa, a través de la niebla,

donde los niños chapotean.

 

Sobre la pantalla de papel,

una mujer y sus piernas, blancas, rápidas.

No más deseos, estoy contento.

 

Más tarde la vi, las manos

bajo su espalda-

sin que algo le repulse, en realidad,

aceptando el sol

entre sus muslos.

 

Cerca a la pared de piedra,

una rama dorada.

 

 

 

Poesíazen3

 

Suave y fragante cabello

 

Enamorado de sus suaves orejas,

apilé las hojas para incendiarlas.

 

Su rostro inocente

ascendía en el humo – yo anhelaba

 

divagar en la espiral de esas orejas,

pero se aferraba, con fuerza,

 

a la correa del tranvía, suave

y fragante cabello, cubierto de humo de hojas. 

 

 

Mar del olvido

 

Futuro, pasado, el mar

del olvido.

Naufraga el presente.

 

El sol parte en dos

el mar-

una mitad perdida.

 

Las piernas, descansando en la playa,

una mujer siente

el cangrejo de la memoria

 

subir por su muslo.

En alguna parte

su amante se ahoga.

 

Sucios de arena, nadando

en sueños,

los jóvenes se arrojan

uno hacia el otro.

 

 

Un poco de luz

 

Árboles sin vida en el bosque,

hojas que ensombrecen la tierra.

En un amplio claro, la mujer

 

de abrigo rojo espera. Solo hay

un pestañeo de luz, una hoja

que vuela contra su rostro. El hombre llega

 

silenciosamente, se acuesta a su lado.

Pronto ella se aleja a solas,

cargando su maleta. Él reza

 

(lo escucho ahora) que todo

vaya bien. Un avión suena en lo alto,

él fuma un cigarrillo.

 

Dos hojas muertas son separadas por el viento.

Tomado de:

https://sonidodelagua.wordpress.com/2018/08/12/en-cada-particula-esta-el-universo-entero-poemas-de-shinkichi-takahashi-%E9%AB%98%E6%A9%8B-%E6%96%B0%E5%90%89-1901-1987/

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