viernes, 14 de enero de 2022

POEMAS DE CLARK ASHTON SMITH

 


A la oscuridad.

Has arrebatado la luz de muchos soles,

sellados ahora en la prisión de la oscuridad.

Como la llama de una vela que se apaga,

ha tomado las almas de los hombres

con vientos que soplan desde un lugar vacío;

en el abismo están escondidos,

y los abismos están sobre ellos,

como el peso de muchas montañas,

como la profundidad de muchas mares;

tus escudos están entre ellos y la luz;

han pasado su carga y su amargura;

las lanzas del día no las tocarán,

las cadenas del sol no las allanarán.

 

Hubo muchos hombres allí,

en los días que ahora son de tu reino,

hombres que han marcado con el sello de muchas profundidades;

sus pies eran como alas de águila en la búsqueda de la Verdad.

Sí, poderosamente deseaban su rostro,

cazándolo a través de las tierras de la vida

como hombres en el nada del páramo

que buscan un tesoro real enterrado.

Pero contra ellos estaban los velos

que las manos no pudieron rasgar ni los sables perforar;

y se les ocultó la Verdad

como el agua que, distante, se ve al amanecer,

y al mediodía se pierde en la arena

ante los pies del viajero.

El mundo era un yermo estéril,

y los jardines eran como el desierto.

Y ellos se volvieron a la aventura de la oscuridad,

al viaje por tierras sin caminos,

a la navegación del mar que no tiene faros.

¿Por qué no han regresado?

Su búsqueda encontró un final en ti,

o probablemente habrían regresado

al lugar desde el cual partieron,

como hombres que han viajado a una tierra infructuosa.

Han visto tu rostro,

y para ellos es el rostro de la Verdad.

Tu silencio es más dulce para ellos que la voz del amor,

tu abrazo más querido que el beso de la amada.

Se alimentaron con el vacío más allá del velo,

y su hambre se llena;

han encontrado las aguas de la paz,

y ya no están más sedientos.

Ellos conocen un descanso más profundo que los abismos,

cuyo sello es irrompible como el sello del vacío;

duermen el sueño de los soles,

y lo vasto es una prenda para ellos.

 

El pozo de la melancolía.

Marcado por el desatinado Sacerdocio de la Noche,

por los sombríos e imprecatorios árboles,

cipreses que custodio los secretos de los bosques

y las tumbas que aguardan las fauces del ghoul,

me acerqué al pozo de la melancolía,

rodeado por los más cuidadosos centinelas,

aquellos cuyas raíces se hunden profundo en el campo muerto.

Ahí, donde las hojas tejidas se encuentran húmedas y frías,

como a través de una delgada y ponzoñosa neblina,

me acerqué para marcar las estrellas cansadas

que se asoman débilmente a través de ramas,

y me estremecí en esas aguas con súbito espanto,

en esas oscuras profundidades donde la luna parecía ahogarse,

una niña demacrada, con el rostro muerto y desesperado.

Tomado de:

http://elespejogotico.blogspot.com/2019/01/clark-ashton-smith-poemas-destacados.html

 

¿Dónde Duermes, Eldorado?

Vida mía, en tu alteza

Nunca olvides nuestro amor;

En tu dulce gentileza

No rechaces mi dolor.

Por siempre desterrado

De las playas del placer

Y de la magia del ayer.

¿Dónde duermes, Eldorado?

Nunca olvides este amor

En las tardes más triunfales…

Y recuerda el gran calor

Y los altos robledales;

Y recuerda nuestro mar

Soñoliento en la lejana

Dicha de una edad pagana…

No rechaces mi pesar.

 

Lo Ignoto

Las bóvedas del tiempo y del abismo

no conocen otro ejemplar de tu beldad;

y ningún escultor es capaz de cincelar

la esencia de tu forma y de tu faz.

Atraídos por un engañoso magnetismo,

buscamos y no hallamos tu fugaz

palacio… y el farol del ocultismo

no te ha revelado en tu magnitud.

¿Te escondes en la noche estrellada?

¿o moras en el átomo profundo?

¿Descubierta, serás pira humeante?,

¿o llama nueva de un mundo inaudito?…

¿o luz del cielo en faros terrenales?…

¿o fuego fatuo de los tremedales?

 

La Isla Del Naufrago

Huérfano de naufragio

estoy en una tierra sin jardín,

sin campos cultivados,

una isla que el volcán ha desolado

en parte, y los salvajes han invadido,

dominando ahora su mitad mayor,

las frutas y el pescado son su botín.

Ellos me sitian y me retienen

lejos de los bananos y del mar:

En este lugar

no tengo más que la desnuda roca,

en donde crecerán

un día los líquenes, cuyas hojas

mañana tras mañana no pueden

marchitar…

Ninguna vela

blanquea los verdinegros mares…

¿En tal islote,

puedo sobrevivir con los otros insulares?

 

Memoria Roja

Este recuerdo vuelve todavía

de un jardín de amaranto más retinto:

los lagos del ocaso, coloreando

mi desvarío como un vino tinto;

y los rubíes, hundidos talismanes,

en tus profundos ojos de jacinto.

Un esplendor de bermellón bañaba

las hiedras y las flores fúnebres;

y de tus labios yo bebí la sangre

que de un dios manaba fuera del ciprés1;

y de mi corazón llovía la vida,

la esencia de sanguinos árboles…

Pero la noche vino a apagar

los mágicos rubíes y el fuego rojo

con el licor del dios… En vano busco

aquella claridad en cielo y ojos…

hallando ya en símbolos y palabras

la orilla del río Leteo 2 y flojo.

 

Los Poetas

Somos los dueños

De todos los sueños

De la noche o del día.

Y siempre entonamos

Esta melodía:

El mundo es el suyo,

El sol es el tuyo,

La luna es la mía.

 

Dos Mitos Y Una Fábula

¿Dónde vais, guerreros orgullosos,

con cotas fulgentes como la luna?

 

Salimos a matar al Basilisco 3,

en simas que sólo sus ojos alumbran.

¿A dónde vais, valientes marineros,

en un bajel tintado con los colores del otoño?

 

Navegamos en busca de la verdina ribera,

postrer asilo de los Unicornios 4.

¿A dónde vais, innominados brujos,

con mantos más bermejos que el ocaso?

 

Vamos a hallar de Salomón las Clavículas 5,

y a liberar a los genios encerrados.

Tomado de:

https://www.isliada.org/poetas/clark-ashton-smith/

 

alejandrinos

Conociendo el cansancio de los sueños, y de los días y de las noches,

La grande y dolorosa vanidad del gozo y del dolor;

Amores frágiles que pasan, donde quedan languideces infinitas,

Fervores y largas desesperaciones y desesperadas, breves delicias;

 

 

sabiendo cómo en los cerebros estúpidos de los que eran,

el gusano somnoliento y consorte ha prosperado y ha muerto;

Sabiendo que, para siempre, por la luna y el sol

moran Las tinieblas permanentes se estancaron en el sepulcro;

 

 

Conociendo las hojas vacilantes que tiemblan, arden y caen,

la rosa que se marchita dulcemente, los albores y las estrellas que se desvanecen...

Conociendo estas cosas, el corazón y el alma desolados están hambrientos

del único sueño perfecto que llena, pliega todo.

 

Alquimia del dolor

Uno con su fervor informará

Al mundo, y uno con todo su dolor:

Uno ve un mañana alegre e inquietante,

Uno oye el susurro del gusano.

 

 

Hermes desconocido, cuya mano ayuda

en Mi trabajo y llena mis sueños de miedo,

Por ti soy el lúgubre par

De Midas, el primero de los alquimistas.

 

 

El oro fino en hierro corruptible

convierto, y el paraíso en infierno;

En sábanas sinuosas de nubes y levin

Un querido cadáver diviso;

Y construir sobre las orillas del cielo

Imponentes sarcófagos orgullosos

 

Vida anterior (La Vie Anterieure)

Hace mucho tiempo, viví en majestuosos pórticos que daban frente

a la marea con enormes y atestados pilares,

donde el día moría como en cavernas basálticas

con destellos marinos a lo largo de las columnas que se desviaban.

 

 

Las olas rodaron el reflejo de los cielos

ante mis portales, mezclando místicamente

su consonancia de acordes solemnes interminables

con el nácar y la rosa encendidos en mis ojos.

 

 

Me acosté boca arriba a través de los días con el aroma del ámbar,

Iluminado de azul por la ola vasta y errante,

Guardando un secreto sombrío que nadie podía saber:

 

 

En el pecho lleno de un esclavo dorado

Mis pies reposaron, y las reinas de sable inventaron

el amor Fantástico para burlarse de mi dolor cansado.

 

anodino de otoño

Completamente madura en la rama,

pende ahora la manzana brillante,

y las heces caen del vino sin nubes.

Estos recuerdos que regresan

vierten de su urna melosa

un anodino soñador y delicioso.

 

 

¡O amor! tu rostro, tus manos, Perdidas hace

mucho tiempo en tierras más tristes,

En algún lugar en medio de este valle dorado permanecen:

Todo lo que fue volado y querido

Mentiras de alguna manera cálidas y cercanas—

Nada se ha ido excepto la soledad y el dolor.

 

 

Todo el día sigo todavía,

en el oeste o en la colina,

el sueño vuelto a soñar, el encantamiento forjado una vez más: el

mañana trae por fin

todas las bendiciones del pasado

para el que bebe de la mandrágora del otoño.

 

 

No hay vientos amargos despiertos

En Tarn o freno lleno de juncos;

La puesta de sol citrón deja una luna naranja.

Ante mis sentidos flotan

Tus pechos, tus labios, tu garganta

Como frutos de Hesperus en un desvanecimiento de amapola.

Tomado de:

https://mypoeticside.com/poets/clark-ashton-smith-poems

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