Poema con color local
Pintan a tu aldea y serás universal.
Tolstoi (citado de oído)
Vivo en el Chaco en la ciudad de Resistencia y conozco
el
quebracho, el algodonal y el viento norte
en las
siestas del verano
sus templos sacramentales y las lluvias interminables
no obstante eso ojeo la enciclopedia que en fascículos
llega a los
quioscos
y leo sobre “La infancia de la humanidad”
“La
estructura de las máquinas”
Soy de la primera generación de Tarzán y el
Tit-Bits fui
Sobrino del Capitán y ahijado de Fantomas
y no veré
seguramente
la colonización del planeta Marte
no
obstante eso miro los lapachos florecidos
con cierta nostalgia becqueriana.
Qué es poesía me preguntas mientras
clavas en
mis ojos tu pupila azul
Un delirio naufragante de las memorias recuperadas
en un galeón perdido en el mar de los Sargazos
es decir
la calle de los Muertos bajo el escándalo del sol
en Teotihuacán
(y los bichitos del jardín)
La
respuesta de los abismos en el asma de Marcel
los
trabajos de oficina de Franz Kafka
la
despedida de Cruz y Fierro en el desierto
(las asociaciones interminables)
y
tú.
También la poesía es desacuerdo con el
mundo
Puede haber un cuervo
en el
subterráneo imperio de las sombras:
sin comparaciones obligadas él rechaza la palabra
“conocimiento”
como una prueba paciente de las fórmulas.
No sé tampoco por qué insistimos en perseguirla
con signos cuneiformes
o si somos acaso perseguidos por ella como un mar de
[adentro
en las despedidas de Odiseo
o
someternos. Al fin y al cabo
no somos antenas de la raza (pararrayos celestes) sino
una poca cosa
falsificadora
suave en los
instrumentos
corolarios innecesarios
doctores de la
vanidad personal
incompatibles con el mundo.
Adán y Eva
En segundo lugar las fanerógamas y los vermes
dictan sus
formas con otras fórmulas químicas
aviesas en la continuidad de las especies.
De la misma
manera los ocultos segmentos de la
[locura (momentánea)
se transfieren de un cuerpo a otro y convierten en globos
[terrestres
a las cándidas hijas de las matronas.
La monogamia y sus disculpas
En tercer lugar los cerebros de las víctimas
eran comidos por
los naturales de la sociedad carnívora
y eso provocaba ansiedades en la tribu.
Por este camino
se crearon las batallas de los
[Amadises
y
los caballeros salieron a cazar doncellas
cuyos largos
cabellos rozaban la cara
de los dominadores
en el momento de la violación.
Catálogo de necedades de los pueblos
conquistados
Los pueblos conquistados desde ahora podrán ponerse
[como
nosotros
los Infieles plumas de Caburé entre los ojos/Crin de
[veloces caballos entre las piernas
y parir sus mujeres no bajo dibujos de Audrey Beardsley,
[no bajo
palios de
oro con incrustaciones de dragones que echan fuego por
[la
boca sino en las maniguas
o los cocoteros sobre las hamacas colgantes. También
[estos pueblos
conquistados
deberán echar al fuego sus pinturas la cosmética de
[Carnaby
Street los cristales
de Murano o las
(fastuosas)
(luminosas) (bellas) mariposas de color
[de los vitrales de
Saint Chapelle,
[por ejemplo,
y extraer en cambio de los frutos de las papayas la leche
[transparente
con la cual curamos las heridas o frotamos para bien de
[los ancianos de la tribu
el nido de las sacerdotisas antes del sacrificio ritual y
para
[colmo
cuando dejamos nuestras piraguas en la costa marina lo
[único que extrañamos
fueron los volcanes y aquella tierra azul que de pronto
[tiembla/se abre/
nos traga. Informo a los etnólogos y también a los
[antropólogos de las
pirámides
que la tierra conquistada no sufre alteraciones de su
[continente desde la
prehistoria. Por eso todas las necedades de su lógica
[tienen el
prestigio de sus jardines de Versalles: aquí se pueden
prever las
estaciones y los cambios del dólar con
[mucha anticipación. Hemos percibido
también en estos naturales un arraigado orgullo de raza
y que las tortugas de los experimentos atómicos se
[arrastran lentamente hacia
una playa de sombras.
F/plagios
Por
imágenes fragmentarias
Él es rápido, piensa con imágenes claras;
yo soy lento, pienso con imágenes fragmentarias.
Robert Graves
Él es fuerte piensa con imágenes rápidas
yo soy oscuro todo se me ocurre en la escalera al salir.
Él es decidido piensa con las consignas del Partido
yo soy confuso me pierdo en los jardines detrás de una
sombra.
Él es buen orador convence de inmediato sobre lo
mediato
yo soy torpe en las mesas redondas me quedo callado.
Cuando los hechos se le escapan él cuestiona su
[importancia;
cuando el hecho se me escapa yo desconfío de mis
[imágenes.
Él persiste con las fechas exactas y las cronologías no lo
[turban
yo confundo los cines con las escenas de Macbeth, las
[matanzas de
Cholula con los dragones del paraíso, los besos de los
[sueños con los tuyos,
y así sucesivamente.
Y por último
Y por último la función de la palabra o del lenguaje
de los monos que
apenas suple
la
transmisión del pensamiento.
O sea la escritura el tiempo que lleva para componer
un discurso un poema un tratado loable en las más raras
[circunstancias a saber:
en una tumba como discurso de despedida del amigo
[ausente
en el poema que todos leen muy ligero porque llaman al
[almuerzo del domingo
en la protesta que se dibuja sobre los muros de la ciudad
[para convencer
a los que
quieren creer en la caída de los ángeles
[anacrónicos
en las revistas para la mujer con sus horóscopos colocados
en lugares
visibles
y por último
en un eco que
rebota en las paredes de
[la selva
y es
comido por los pumas
de la memoria.
Apología de la ballena
Una ballena en el Chaco es un hecho insólito
un escándalo de
la temperatura del planeta
una desviación
del comportamiento de las especies
un signo perdido
en capas geológicas sólo comparables
con las arañas del Corán.
No obstante yo la he visto: enorme en la humedad de
[los helechos
con esa condición efímera de las grandes costillas
[ancestrales
capaces de
soportar la altura de tus largas piernas
enfundadas en un
jean o de tus cabellos
llenos de sal
marina.
De pie dentro de la ballena te vuelves imponente
y en un intento
de renovación vivimos la era del
Paleolítico
sin preocuparnos por el arte de las cavernas o los
[deshielos
o de la inocente sorpresa de Jonás,
exactamente 7 años A.C.
Monos en el parque Ávalos
No estuvieron en San Juan de Puerto Rico bañándose
en el mar de las fosforescencias
no recorrieron el Museo del Espacio de Washington
con amigos inteligentes y jamás cometerán
el pecado de soberbia.
En cambio
desde los árboles del Parque Ávalos se mueven
con una experiencia singular
gritan saltan
se despulgan tiernamente sobre los turistas
y así mueren sabiamente al margen de la historia.
Hormigas
Delicadamente transportan grandes piedras para
las pirámides de
los faraones
apenas se tocan desde lejos
con las antenas
versátiles
tristemente ignoran el sentimiento de los
amantes separados en los aeropuertos
y tampoco nada sintieron dentro del hormiguero
cuando la noticia de la muerte de Chaplin
recorrió el mundo en su silla de ruedas.
Según los especialistas de ciencias naturales
toda esa soledad de las hormigas no se siente
simplemente
porque no se acoplan porque sus huevos
son fórmulas del anonimato,
y porque de la lluvia sólo sienten sustancias líquidas
no sus nostalgias y eso
les impide silbar un viejo bolero de Armando Manzanero.
Especies vegetales
La palmera pindó es una envidiable introvertida
como un ejecutante de jazz que improvisa sus temas bajo
[el
vuelo
de los
loros,
el jacaranda en
cambio es un árbol femenino
sin inhibiciones y más bien con un orgullo legítimo por
[su
belleza;
el palo borracho aún pálido y anémico por el
[problema de sus
glándulas
jamás puede disimular ese complejo de su apariencia
[que lo hace
desconfiar de todas las conversaciones en las cuales cree
oír alusiones a
sus formas.
Solamente el gomero, suave y refinado, silencioso y
[seguro de sí mismo
cultiva el arte de la percepción frente a los más severos
[críticos
y con buenos modales en las fiestas mundanas
sonríe para adentro sabiéndose dueño de un secreto
[poderoso.
Retrato de Filodendro
Si Monet pintó varias veces una parva de heno
en el mismo día para demostrar que la luz cambia el
[color de las parvas,
por qué yo no voy a escribir otro poema al filodendro
[de mi casa
si siempre los amigos que llegan lo entrevistan
y le toman fotografías y él crece orgulloso contra la
pared igual que una vedette del cine mudo
porque el orgullo es objeto de la vanidad y eso se le nota
en los días de lluvia cuando desdeña las gotas pequeñas
y sólo deja caer sobre sus hojas art nouveau o de medusa
[verde,
las gotas grandes y las más sonoras, ah, hijo, le reprocho
con Hipócrates:
la vida es corta, el arte largo, la ocasión fugitiva,
la experiencia falaz, el juicio dificultoso…
y él me sonríe y me cuenta que otra planta que no me
[quiere
nombrar lo ama tiernamente en el jardín de las
[penumbras.
Además, agrega, la felicidad consiste en saber disfrutar
lo que no se tiene, y no sé por qué enredos vegetales
[manifiesta
ahora un poco serio: “por eso yo no me mezclo en
[rencillas de palacio
Mi casa es una parte del universo
Los que la vieron dicen que la tierra
es una esfera en el espacio, un planeta
más bien pequeño
del tamaño del dedo pulgar de los astronautas.
Yo no lo dudo porque he visto las fotografías
y porque ahora estoy a casi medio planeta de mi casa.
Lo mejor de todo esto es que en ese pulgar
también mi casa es una parte del universo.
Cómo no serlo si en el patio del fondo
hay un filodendro de gigantes hojas y también gusanos bajo
la tierra
aptos para la pesca, y ahora que me acuerdo
el olor de los helechos contra la pared
la cara de Delfina o Federico entre los árboles
y aquel canario que se nos voló de noche.
Rainy taxi
Llueve sobre las mujeres solitarias
cometas de plantas hechizadas
vienen corriendo entre los
gigantes gemidos
delirios fúnebres
bocas pintadas en forma de corazón
y al mismo tiempo
no sé por qué —alegres, empapadas—
con un paraguas negro
y unos guantes deliciosamente muertos las manos adentro
sus uñas violetas sus espaldas comidas por los caracoles.
¿Desde qué antiguo esplendor viene este taxi
bajo la lluvia
en la desnudez de las dos mujeres solitarias?
Podría decir que van para un museo
si no fuera que naufragan constantemente en los círculos
[del Dante.
Nada se pierde todo se transforma
Deja que se vayan igual volverán
cabalgando en otros caballos más briosos
las riendas hay que dejarlas sueltas
no las
tires hacia atrás hacia tu pecho
y verás que vuelven
(los
paladares los tigres los fetos
el ocio y los engranajes)
Si escoges un huevo de perdiz
tendrás el
rumor del vuelo
Si pierdes la costumbre del agua
adquirirás
de pronto la humedad
Si esperas
podrás
ocupar un sitio de tu preferencia
Si corriges
más vale
quemar los papeles.
Poema levemente descriptivo
Me limitaré a describir el polvo por las calles
que emerge
soplado por el viento norte en una
desobediencia pertinaz
de sapos muertos
en el sol
y esta
pregunta
municipal
¿nos tapará
la polvareda
con
sus edificios sacramentales
este mediodía
en el
pueblo?
Espiemos desde las
ventanillas de
las casas que se fugan
seamos
hábiles en el trance de poner
el viento en sus
dominios
el calor
en los bolsillos de los disidentes
y
desde
luego
aprendamos a leernos en la sequedad de
esta
geografía
en donde permanecemos
hasta alcanzar cierto grado de locura
los
informes meteorológicos anuncian grandes
[lluvias
en el Chaco
pero las
tribus nos arrojan sus granos de arena
sobre los ojos
ni alegres
ni tristes estamos en el claustro
codiciando el desperfecto de la máquina solar sentados en
el calor.
Explosivos
Estoy cargado como un cañón a bordo un viejo y
[herrumbrado
armatoste que de pronto se pone unas mariposas en
las orejas
un tatuaje en los brazos o
un beso que me dejaron en el estómago
sin para qué
que tuvo su porqué de
gris y de llovizna
cuando
remamos en el mar de los corales
y un marinero se ponía la mano a manera de visera
y oteaba “el proceloso”
el ruido
que hacían las mariposas
no sé pero me cuido muy bien de prender la mecha
por ahora
los delfines nos siguieron durante
varios días recorriéndonos las bocas
los peces voladores fueron amables
contertulios desde el fondo de sus
ojos miré el largo cuerpo de Ayesha
que no llegaba que no llegaba
nomás, “los corazones no dejaban casi respirar”
mientras,
pienso que pronto tendré que empezar a
dibujar un
nuevo mapa del universo y también el
Diccionario
La temperatura del cuerpo es normal
la humedad ambiente alcanza 100 grados
el cigarrillo se consume en el cenicero o en los bronquios
el papel donde revuelvo este disparo
es de color azul como mi camisa
(meticulosamente desabotonada)
y aquí en
el Chaco llueve desde hace varios días.
Tomado de:
Antipanfleto arrojado por los Harriers sobre las Islas
Malvinas
Muchachos ¿recuerdan a los Beatles?
¿No se acuerdan de John Lennon?
Un día su hijo trajo del colegio un dibujo titulado
“Lucy en el cielo con diamantes?, Lucy su compañera de
banco
la de las trenzas rubias como el oro del Perú
estaba volando por un cielo color azul pintado que no era
el de las islas
¿por qué ponerle título a todo mi querido Paul? ¿Por qué
no pensar
que algún día tendrás sesenta y cuatro años?
Esos detalles que ustedes saben de la música de
los Beatles con los cuales crecieron; y los que escucharon
“Lucy in the sky with Diamonds” tradujeron
simplemente LSD, él lo niega en sus memorias ahora que ha
cumplido
40 años y no sabe que pronto lo asesinarán en Nueva York
frente a Central Park.
Conscriptos argentinos de 19 años
¿recuerdan a los Beatles?
Entonces ¿qué hacen ahí en esas trincheras de agua casi
muertos de frío
lejos de sus casas tibias y musicales?
Ríndanse obstinados.
¿Qué harán ante el cuchillo de los gurkas mercenarios y la
fuerza del imperio?
Ríndanse insensatos.
Posdata: El perverso panfleto de la guerra no dio
resultado, porque ninguno
de los chicos se rindió (aunque los mayores los obligaron
a entregar
las gastadas armas calientes de heroísmo) y ahora algunos
todavía
sonríen bajo la nieve con John el de Liverpool
cuando ven a Lucy por el cielo con sus trenzas rubias de
diamantes,
en los mares del Sur.
Las cartas de relación de Hernán Cortés
Yo mandé mis hombres a mirar las montañas lejanas
acompañados por nativos del lugar, pisando piedras
incandescentes
pasando por encima de las hierbas mágicas
tratando de dar objetividad a los humos que salían de las
puntas de sus colinas altas como senos de mujer.
Quería dar una relación exacta de lo que estaba lejos.
Quería ser testigo fiel ante los Reyes y Gobernadores
de lo que mis ojos (o los ojos de otros cronistas) veían
en este continente, quería en el fondo, modificar las
ilusiones
de los ensueños colectivos y acercarme a una zona
que era más científica que las meras suposiciones de los
volcanes
En el fondo mandaba que el discurso estuviera libre de
toda torpeza
imaginaria, sabiendo que el progreso es una forma del
poder.
De la misma manera observaba (trataba) a las mujeres de
piel
de color canario de la costa, colocándolas bajo la luz del
haz de reflexiones
pero en ambos casos fracasaba porque jamás pude entender
cómo
esas montañas exhalaban humo o cuál era el límite que
cerraba
a los cuerpos de las mestizas
cuando ellas se abrían bajo el sol de la meseta mexicana.
Desde entonces vago por estas tierras
como una sombra del Infierno
y no puedo regresar a sus orillas porque al quemar las
naves
pasé del reposo a una inquietud desolada.
(De Laboratorio Central, 1991)
Tomado de:
https://literariedad.co/2019/01/27/alfredo-veirave/
Nunca más
Nunca más los gordos caballos de la muerte entrarán a la
plaza
a destrozar los canteros de plantas y de flores
(amarillas)
de las tipas asustadas; nunca más los bastones
golpearán con esa furia las cabezas ensangrentadas de los
que ahora corren
bajo las nubes cirros, estratos, cumulus o nimbos; nunca
más estas flores
de lapachos temblarán en la noche su color rosáceo al oír
los aullidos;
nunca más esos aullidos cruzarán la calle subiendo desde
el sótano
en el subsuelo de la madrugada.
Nunca más esos gritos terribles descarnarán la corteza de
los murales
de la plaza desnuda, nunca más explotarán entre los
intestinos
o las bocas del cuerpo / las convulsiones de la
electricidad violenta;
(nunca más llamarás gritando a tu mamá en la violácea
oscuridad lila
y azul que oyeron solamente los jacarandaes florecidos de
la plaza)
Solamente?
Nunca más? No lo sé
porque hoy he visto a un tigre de Bengala correr a una
gacela por la
llanura, a una boa constrictora devorar a una ranita
saltarina,
a una araña correr sobre la tela al oír un zumbido.
Ybirapitá
El ybirapitá es un árbol que da grandes sombras a
Ulyses
cada vez que regresa en busca de Itaca; navega
entre las sirenas que enloquecen sus viajes
intercontinentales
y con sus bellos ojos de mujer
lee los
manuscritos que el héroe dibuja obstinadamente
en un mapa de islas
que los
otros ven en navegaciones diurnas
y que ella, la africana Rama Kan, con negros tordos en la
copa
cambia como en un caleidoscopio según sus arrebatos como
le dije
esta
mañana
al
entrar al jardín botánico
cuando al lado
del frondoso ybirapitá de los anhelos
pude conversar en medio de un torbellino de auto
móviles que
pasaban sin hacer
caso a los semáforos a las miradas de los vecinos de la
ciudad
real, quienes comentaban esa conversación entre Ulyses y
Penélope
que como el ybirapitá destejía el telar de una manera
risueña
volvía a colocar las agujas debajo de su
brazo y se marchaba rápidamente al compás de músicas que
habían
crecido en ese cruce de avenidas:
extraños soles pequeños diálogos que crecen a la sombra
del gran árbol
de la mitología de sus llamados, cada vez que al
concentrarse le
reprocha sus viajes sus ausencias sus navegaciones y hace
volar
los
tordos del pecho de la inmensidad del año que termina.
Cuando
se abrazan de nuevo el ybirapitá de Itaca entra en
una
furiosa alegría y así Homero
lo cuenta en
la Odisea.
Tomado de:
https://alpialdelapalabra.blogspot.com/2011/11/alfredo-veirave-poemas.html
Reportajes sobre la realidad
Al ver caer las flores rosadas del lapacho sobre las
imágenes
de este árbol que anuncia en sus cielos la actividad de la
mirada sentimental, el elogio simple de un espectáculo que
no es sintáctico, cualquier novelista diría que ellas (las
flores)
son personajes delicados, seres emergentes de voces que
descubren
la realidad de los objetos, en este caso hermosos para la
escritura
de las estaciones del año, el recuerdo guardado en el
pecho de sus criaturas
inventadas. El poeta que transgrede los géneros literarios
cerraría los ojos y en sus frases respondería con otros
resultados
a la ansiedad de sus lecturas compartidas en un reportaje
circular: ¿qué es lo que veo, qué es lo que quiero ver,
qué es lo que
no puedo ver de estas flores del lapacho sobre
la alfombra rosada de la vereda, que aquí se ha formado
hoy como
una metáfora de la vida o de la muerte?
La idea simple de una alfombra tejida de rosadas flores
volátiles
es una antimonia de la realidad, una respuesta posible al
cuestionario,
una metáfora de la imaginación o de la inteligencia,
quizás,
simplemente, un homenaje al amor distante de quien las
mira:
—El significado de un poema sólo puede ser otro poema,
pero ¿cómo
diferencia usted a la poesía de estas flores del lapacho?
—Es muy simple, porque el poema tiene el aspecto
geométrico
de la poesía.
—¿Y cómo la reconoce?
—A primera vista, por el sonido mental de ese momento,
y además
porque la poesía nos enriquece la realidad, como el
lapacho.
Escuela o movimiento al cual pertenece
Pertenezco a la escuela o movimiento denominado
“Repentismo”,
inventado por mí que por supuesto en este instante
no soy Huidobro ni menos aquel francés ladrón de fuego,
sino argentinamente (simplemente) un poeta repentista:
una especie de ebrio momentáneo que después corrige
sus (alcoholes)
—lo que está entre paréntesis se puede intercambiar
y las comillas indican otro texto:
“la energía verbal de un hombre rechazado
por tus hermosas piernas de gata complicada”
un acuático camalote de la especie
en una gran laguna del Gran Chaco
que sinceramente les advierte:
no tiren sobre el agua ni una hoja del infierno
porque las ondas concéntricas son capaces de inventar
un Paraíso, y ya verán
de pronto en esas selvas Roussonianas las razones por
las cuales
la pareja es arrojada del Edén; así lo menos,
para no explicar ahora
a cuáles modos en el uso de las hojas pertenecen
los vestidos desnudos de ella y él, o el rapidísimo festín
de las imágenes que inventamos ahora en este cine.
Perplejos y abismáticos
espectros que la vida borra con el codo. Sí, yo también
entre ellas
pertenezco
solamente al movimiento de las hojas.
Tomado de:
https://www.revistaaltazor.cl/alfredo-veirave-2/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario