“Poema 47 del libro de Sanaa
El espíritu de esta ciudad flota
Sobre el agua de los años.
No la despiertes, déjala gemir mientras sus hijos se ahogan.
No enciendas sus pálidos callejones,
Que las calles aún están mojadas
Con la dulce sangre de los mártires
Que murieron por su patria,
Y pasaron las páginas de la vida demasiado pronto
Que duerma para olvidar
Que duerma para recordar
No rasques con palabras
La tumba ella ha erigido
para su dolor.
Encima gimen cadáveres
Debajo se pierden.
“Por todos los medios
Es dormir, no murió.
Saldrá de su sueño
(después de un año)
Os digo, después de veinte años
Y lavará sus pies en la sangre de los reyes,
Bailará hasta la mañana
Y hasta la tarde
Arrancará los dientes y las uñas de su verdugo
Sin alegría maliciosa sin desesperación
el Sueño la dejará
Cuando sus buenos hijos emerjan de su sueño.
Las niñas de todos los ojos
¿Tus ojos se llenaron de miedo?
¿No te preocupan los ataúdes?
¿No se han roto las nubes del sueño y los espejos del
sueño en los bordes de las pesadillas?
Tomado de:
https://exilio.mx/columnistas/letra-del-sur/item/15145-canibales-relamiendo-a-un-pueblo-famelico
A UN RATÓN
Te fuiste como viniste, maldito de la tarde y del día,
tus largos días son una vergüenza
y tu época corta es un deshonor.
Más grande que tú es una hormiga,
más famosa que tú es una pluma en una pared.
¡Oh nuestro ayer sacrificado,
nuestro feo ratón
asesino de niños, destructor de vidas y hogares!
Creías que eras el dios… y nosotros los esclavos.
Haces lo que quieres,
juegas con el destino de la gente,
la conjetura y la integridad te traicionaron,
te convertiste en un montón de ceniza,
duermes solo
y te despiertas solo.
El viento y lo inanimado te preguntan:
¿Qué has hecho? Di,
¿qué has hecho por el país?
¿Qué recuerdo has dejado en su conciencia y de las glorias?
Ninguno, pequeño,
nada más que un juego de subasta.
Tus amigos son la garrapata, el rufián
y la tormenta de la corrupción.
¿Qué has dejado para los que leen?
¿Qué escribirán los niños de ti cuando crezcan?
Escribirán… pasó por aquí hinchado
un ratoncito vestido de verdugo aventurero.
DECLARÉ LA DESESPERACIÓN
Definitivamente soy mortal.
Entonces, ¿Cuál es la razón para retrasar mi muerte?
Mi cuerpo está envejeciendo
y también mi lenguaje y mi voz.
Aquellos a quienes amo han partido
y he perdido mis preguntas y mi tiempo.
Soy un caminante entre las tumbas,
huyo de mi silencio
a mi silencio.
Lloro
y se ríen de mi llanto
los lugares de culto y de distracción.
Extiendo la palma de mi mano hacia el cielo
y digo: compasión, Dios mío,
la tristeza de la creación,
de toda la creación
de seres humanos, aves y árboles
se multiplica
y la desesperación se los lleva mañana y tarde
en un suspiro.
Intenté no llevar puesta
mi desesperación
y parecer tranquilo
entre mis enemigos y mis compañeros
pero cuando viajé
a su interior
supe que eran como yo
y que la desesperación devoraba
cada corazón.
Declaré mi desesperación a todos
y dije que no me escondería.
Este es un tiempo de desgracia
y aflicción.
Satanás no ha dejado en él
espacio para la luz
ni tiempo para recordar el afecto
y el amor.
Sus días son polvorientos,
su cielo es polvoriento
y sus vientos negros
soplan en cabezas altivas,
desprecian la historia
y se burlan de la escritura.
Yo no tengo una patria
de cuyo nombre enorgullecerme
y decir cuando la vea:
¡Viva la patria!
Mi patria son las palabras,
la memoria
y algunas amarguras de la tristeza.
La vendieron a los inversionistas, los ladrones
y las guerras
y caminaron sobre sus restos
numerosos cargos, sectas
y luchas.
Sanaa…
¡Oh vieja casa
que reside en el alma!
¡Oh nuestra historia herida
y dibujada en el rostro de las ventanas
y las piedras!
Temo por ti del allegado,
y sin motivo
tengo miedo por ti de ti
y de los conflictos del emirato.
CUANDO LA MUERTE NO SE RÍE
A Mahmoud
Darwish, el amigo del corazón abierto
1.
La despedida fue hermosa
como deseabas:
las rosas son rojas y amarillas,
el ataúd marcha despacio
sobre sus cuellos,
unos ángeles custodian tus frondosos
poemas,
los niños de Hayfa, Yafa y Gaza
raptan con sus pupilas
tus palabras dispersas
y las lágrimas son rubias en los ojos de bellas chicas,
la muerte se asusta más
y contiene la respiración
mientras camina detrás de tu silencioso funeral.
2.
“Tú” mirabas el reloj de pulsera,
hacías un brindis de despedida con
agradables palabras
y mordías la manzana “de la muerte”
con una alegría infinita
porque a pesar de tu intensa fascinación
por los heroísmos y el amor
tenías miedo de las moscas que
salían de la papelera
para atrapar el rubí de las palabras
y las rosas de los mawales,
atrapar la última luz
que peinaba el cabello de la infancia
en los umbrales del poema
3.
¡Ay!
Jugador de dados
en un vasto y lejano país
convertido en dado
con el que juegan
y se pelean,
y desde que tu rostro desapareció de un presente miserable
la luz del país ha disminuido,
se ha secado el sonido de los violines
y ha aumentado el gemido de las piedras.
“Anota, soy árabe”
sorprendió a todas las cabezas
y a la capital del país de “los beduinos”.
El Ándalus de hoy sigue como el Ándalus del ayer
descalzo y desnudo.
4.
Escribo ahora la elegía del corazón,
el tiempo es silencio
y un campo de recuerdos
cuyos árboles codiciados
irradian en el alma.
Un caballo solo allí,
aquí un arroyo… mariposas del alba
y agua clara como el sueño.
Tu rostro es un icono sobre el pecho de las montañas,
una kufiya que usan las colinas
y ese sol de mediodía en que
te gustaba
echarte una siesta en los jardines
con el viento en calma
y las canciones que te hicieron errar
te han llorado
y se han posado sobre una roca inánime.
5.
Con ojos asombrados, elevados
hacia ti mientras caminas
solo
y tus ojos disfrutan del sueño
en un mundo de inocencia desmedida,
un mundo en el que no es apropiado matar
en el que no hay tristeza,
aburrimiento ni lápidas de los muertos
y de otros destinados
a morir.
La paz sea contigo,
has llegado al cenit de la muerte
y la tierra se ha abierto portando en tu lugar
los vientos de tus fatigas mortales.
6.
Ahora te sientas en presencia de la poesía
completo
y tienes todo el tiempo
sin envidias ni calumnias.
¡Qué extensa es la eternidad!
Mural en cuya superficie Dios escribió Sus más bellos poemas
y se elevó sobre el trono de la palabra.
Estás aquí… y allí
y tus poemas sosegados
viven y van despacio
hacia el trono de los corazones
y le cantas
por la ausencia presente:
Paz
¡oh muerte! Gracias.
Por fin has llegado
tras largo tiempo esperándote.
AL ÚNICO FARO
A la rosa,
a esta rosa,
a la única,
a esta gallarda, abierta,
adulta rosa,
a su profundidad de terciopelo,
al estallido de su seno rojo.
Pablo Neruda
La noche pasa por tu lado desnuda…
La tormenta inclina su estatura a tu alrededor
mientras permaneces inmóvil en tu lugar.
Nuestros sueños en ti son firmes, rectos,
tus raíces están en los ojos,
en el corazón,
tu sol es reptante,
las flotas pasan a ciegas a tu alrededor
y el viento está quieto y trémulo
porque tú eres nuestra esperanza y el resto de nuestro sol
en las arterias sangrantes.
Como la tierra y el alba
permaneces,
te clavaste en el rostro de la larga noche de los mongoles,
iluminas las tinieblas de los hambrientos
y plantas en nuestro camino esbeltas palmeras.
Te hemos rescatado de un puerto que las tormentas no pueden
extinguir
volándolo… imposible,
y las nubes de la noche no alcanzan sus profundidades.
¿Dónde?, ¿de dónde asciende el hermoso rayo?
Nos inmolaremos por ti.
Seguirás siendo la pasión de nuestra vida
nuestro sueño…
y la pasión de cada generación.
Las olas y la noche te cercan
y todos los mares te asaltan
pero tu rostro no cambia,
la luz del faro no cambia
y en un momento la ballena desaparece,
asustadas, las olas retroceden, muere el asedio
y tú sigues siendo un estandarte para nosotros y un barco para
los hambrientos.
Y sigues siendo para ella –para la vida- el faro
porque tú eres la vida, la ciudad
y la primera mañana.
Tú eres el día.
7-9-1973
Tomado de:
https://revistabanipal.com/declare-la-desesperacion-poema-de-abdel-azizi-al-maqalih/
La traición
Mi fe en la poesía es traicionada, mientras la sangre,
que brota del corazón de la plaza,
enmascara ahora el rostro de las palabras.
Mis ojos ya no pueden
distinguir la forma de las cosas,
el tono de las cosas.
Sangre, sangre y más sangre
. Envuelve mi alma, mi lengua
envuelve el horizonte
y mancha el pan de la gente,
cayendo sobre los platos,
las tazas de café
y los ojos de los niños.
¿Qué sombra oscura
proyecta su cadáver sobre nuestra patria,
en esta ciudad hecha de luz?
¿Qué día, largas horas sangrientas
acechan en la plaza pública,
en una época de oscuridad,
a la caza de jóvenes
en la edad de los sueños juveniles
y de la visión más hermosa
de los días venideros?
¡Qué vergüenza
cuando la luz muere,
acribillada por balas de odio ciego!
No tengo más palabras
que pálidas
y sólo puedo ofrecer lágrimas
que corren por mi rostro,
sobre las páginas
que les digo: este pueblo
ha enviado muchos, muchos héroes,
y ¡Ofreció muchos, muchos sacrificios,
a lo largo del camino hacia la libertad!
¡Oh Gaymán! ¡Oh Ayban!
¿No estás destrozado cuando las lágrimas
derramadas por la calle se convierten en piedra,
y el corazón de la plaza pública
se angustia ante el fallecimiento de hijos
que se sacrifican por el significado del cambio?
Se desnudan el pecho
y levantan la cabeza en alto
recibiendo las balas de la traición
en un abrazo total
del precioso suelo de la nación.
Decenas de muertos, cientos de heridos,
es suficiente, oh Ghaymaan,
que tu corazón llore,
es suficiente, oh Aybaan,
que tu alma esté tocado por la tragedia?
¿O debemos construir
una presa y montañas
hechas de seres humanos
para obstruir esta marea creciente salvaje
y detener los baños de sangre?
Traducción del poema de Stephen Day.
Tomado de:
https://www.poemist.com/abdulaziz-al-maqaleh/the-betrayal
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