El pájaro perdido
Un pájaro pequeño
más pequeño que un puño
posado sobre una rama del cerezo,
su nombre un manchón tierra
que la lluvia ha borrado de su ala.
Cuando abrí la ventana
sacudió sus alas
y huyó en vuelo
sin embargo, mis ojos capturaron su color.
Ahora en vuelo arará los cielos
sin
nombre,
sin color.
Ya no existen ojos
que puedan capturar su imagen –
Ha sido borrado
por mí
por la lluvia.
Hogar
Cientos de pájaros vuelan veloces sobre mi cabeza
llevan en sus picos palillos, ramitas para
construir sus nidos
Mi hogar aún no ha sido construido
vivo todavía en la tierra del sol y la lluvia
Los pájaros pasan una y otra vez sobre mi cabeza
llevando en sus picos palillos, ramitas
mientras mis labios
titubeantes como los de un niñito
malpronuncian: m-i-h-o-g-ar
(Versiones Esteban Moore, en colaboración con el
autor, Buenos Aires, 2012)
Tomado de:
https://alpialdelapalabra.blogspot.com/2013/05/zacaria-mohammed-poemas.html
EL CIEGO
Ciego como el interior de un anillo
en un dedo
Ciego como una mano
esposada a otra
Y porque la ceguera
es el vapor de la noche
Llené mi jarra con ella
Y porque la ceguera
es una bestia
La monté como a un burro
Yo soy el ciego
cuyos ojos han sido lanzados
al estanque
Soy el ciego
cuyos ojos
conforman asteroides
Y porque soy ciego
mi aliento
apagará el fuego
Ciego sin ataduras
Ciego con un anillo
soldado a otro
Y no hay esperanza de separarlos.
EL SEGUNDO HERMANO
Seguí tus pasos
Pisé tus huellas
hasta que caíste
en el foso de los muertos
De mi
hicieron primero
el carnero sin cuernos
Pero siempre seré el segundo
imprimiendo mis huellas por siempre
sobre aquellas huellas invisibles
que se extienden hasta la negra paz
EL UMBRAL
Una mujer labró un talismán
y lo arrojó por debajo de mi puerta
Al cruzar el umbral
caí muerto por el hechizo
Morí a causa de lo desconocido
EL ÁRBOL
El árbol trepa el aire
mascándolo como el camello masca el cactus
al igual que el espacio se raja como témpano
tabular en hendimiento
El árbol trepa el aire
como un ciego que sube las escaleras
golpeando su bastón a medida que avanza
lentamente
¿Hacia dónde te diriges, árbol ciego?
¿Adónde vas viejo camello
devorando ramas de aire?
El árbol trepa el aire
que cauteloso abre su puerta herrumbrosa
rechinantes bisagras oxidadas
PITÁGORAS
Escucha mi amigo Pitágoras
Tengo tus números
al respaldo de un sobre
Uno: Dejo a Dios
que barra la arena
de su playa desierta
Dos: El
palo
y la sombra
que en la noche se lo traga
Tres: Para
aquel que
se desgarró en la trinidad
el padre, el hijo y el espíritu santo
Cuatro: El
perro que
vigila la cueva
les ladra a las sombras, le ladra a la nada
Cinco: Es
para el pulgar
el único hipopótamo
en un bosque de renos
Seis: La
brecha entre
las palmas
la brecha que no se puede abrir
Siete: La
casa de Dios en el séptimo cielo
donde se enfurruña con la soledad
barriendo su playa desierta
Ahora sabes, Pitágoras
hechicero de números,
existe un número:
que al igual que la serpiente de Moisés
devoró todas las serpientes
Cada vez que paso
me asaltan sus llantos
como pájaros dementes
chillando y abalanzándose y descendiendo en
picada
Cada vez que paso
sé que me persiguen
como murciélagos locos
golpeando en picada mi pecho y mi cara
Si fuera de noche
Sé lo que vería
el casco, el escudo, la espada. La sangre,
y la enorme fogata devorando el aire negro de la
noche
Pero de noche no camino por aquí
Nunca vengo de noche
No me interesa mirar
la luna
lavando la sangre de los peldaños
con su agua plateada
Una vez vi suficiente con sólo mirar por encima
de la alcantarilla la lujuriosa yerba forrando su
boca
era yerba abundante, engordada con hierro
yerba oscura engordada con sangre
LA GUERRA
Secuestre al cabrito
cuando su mamá no esté mirando
Lléveselo,
después séllele la ubre
Deje que el crío bale
hasta que las rocas lo puedan escuchar
Deje que el crío bale
hasta que Dios escuche
Deje que la leche engorde
las hienas y los lobos
Para que la guerra se inflame
entre la boca y la ubre
entre el hijo y su madre
entre Dios y el creyente
Pitágoras Revista Prometeo # 54-55
Tomado de:
https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Revista/ultimas_ediciones/88_89/mohammed.html
Suicidio
Las bolsas plásticas no tienen alas para volar
pero insisten en intentarlo
Volar es el sueño de todas las criaturas
Es el desespero, más que la esperanza, lo que
empuja a estas bolsas alto
hacia el cielo
Ellas rellenan sus pulmones con aire como sapos
y saltan hacia el espacio
La mayoría caerá para ser atrapadas por plantas
espinosas
"Déjame sola", llora la bolsa.
"Quiero morir. Quiero lanzarme desde la más
alta construcción de Ramallah".
Pero la gente no deja de lanzar bolsas
Las lanzan como dados, viéndolas de reojo
Temiendo que aquellas que logren volar caigan
pronto sobre sus cabezas
como cuervos suicidas.
Fósforos
Mis días son fósforos usados
Cada día tomo uno para escribir con su cabeza
quemada una letra de mi nombre
y lo arrojo
Yo envidio a aquellos que tienen fósforos
intactos en sus cajas
Atrapando el fuego en sus manos son capaces de
amenazar al mundo
con un incendio.
El acuerdo
Dejamos al melocotonero muerto
yacer en nuestro jardín
Plantamos una enredadera
para que creciese alrededor de su tronco
Pronto cada centímetro del árbol
se cubrió de hojas
Ahora nuestro melocotonero es verde
incluso en invierno
Este es el acuerdo:
la muerte obtiene la raíz y el fruto
y nosotros obtenemos el premio
de estas falsas hojas verdes
Dolor
Mi dolor es un cántaro
sobre una mesa
No tengo el bastón
para romperlo
Traducción de G. Leogena
Tomado de:
https://otrascriaturas.blogspot.com/search/label/Zakaria%20Mohammed?m=0
1
Soy una estrella, una estrella diminuta
La luz se escapa de mi cuerpo
No, soy una hormiga
una hormiga que lleva en sus fauces las palabras
del diccionario
para mordisquearlas
en su casa
2
No hay muerte
Solo hay una nube diminuta que pasa y te tapa los
ojos
Como un amigo que viene por detrás y te venda los
ojos con las manos
No hay muerte
Hay una cabra negra y una mano tatuada ordeñando
una ubre
Leche blanca te llena la boca y fluye en tus ojos
Otra vez no hay muerte
Hay una frambuesa
Te agarra el hombro y te lastima
porque quiere abrirles camino a las tortugas
No hay muerte
No la
hay
3
No hagas que nadie te suture la herida
La herida es tuya
El hilo es tuyo
La sangre es tu pensamiento sangrando entre ellos
No mojes tu labio con agua.
Tu labio es hecho prisionero con vino
y rescatado por él.
4
Los asesinados están en la morgue
Subimos al refrigerador para identificar sus
cadáveres
Cada uno señala a su asesinado
y su labio fruncido
En cuanto a las almas
Nunca serán encontradas
Las balas las revientan como pompas de jabón
5
Una bandada de pájaros vuela al atardecer
En busca de un árbol donde posarse
y pasar la noche en sus ramas
Soy un árbol, un árbol oscuro, al atardecer
Por eso los pájaros se posarán
en mi codo, en mi hombro, en mi cabello y en mi
corazón
El ruido que hacen al posarse es insoportable
pero no puedo ahuyentarlos.
Este gran rebaño son las almas de mis hermanos
y yo estoy obligado a ser su hogar.
Una multitud grande, perdida y temblorosa
Soy el único árbol en esta llanura lúgubre
llamada noche
Las manos temblorosas quieren leña para
calentarse
Y yo, que parezco un árbol, estoy obligado a
alimentar el fuego con mis ramas
Esto es lo que llaman recuerdos.
6
Las palabras no sirven para nada
Seis de ellas son para el luto
Sólo una para la alegría
No, diez son para el luto y sólo una para la
alegría
Ah, si pudiéramos enviarlas de vuelta a Dios
Que las arrojó como una granada en nuestras bocas
y gargantas
7
El poema comienza con un deseo.
No hay idea, palabras ni ritmo.
Sólo un vago deseo sin nombre.
Luego subes escaleras oscuras
como si no estuvieran ahí, o aún no aparecieran
. Subes temiendo tropezar y romperte el talón
, pero cuando colocas tu pie en el último escalón
emana luz
Como si una puerta cerrada se abriera
repentinamente al sol
Ves las escaleras que subiste,
las escaleras que construiste
Luego bajas feliz
de contar los escalones que diste y subiste
8
Un día llegaré a la casa.
Tomado de:
https://www.jadaliyya.com/Details/33362
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