miércoles, 22 de noviembre de 2023

POEMAS DE ALDOUS HUXLEY


Carpe noctem

 

No hay futuro, no hay más pasado,

ni raíces ni frutos, flores pasajeras solo.

Túmbate tranquila, túmbate tranquila y la noche perdurará,

silenciosa y oscura, no por un espacio de horas,

sino eternamente. Déjame olvidar

todo menos tu perfume, todas las noches menos esta,

la pena, el infructuoso llanto, el pesar.

Solo túmbate tranquila: este lánguido y suave embeleso

florecerá al borde del sueño y se esparcirá,

hasta que no haya nada más que tú y yo

abrazados en un silencio intemporal. Mas como

el que, condenado a morir, por la mañana estará muerto,

yo sé, aunque la noche parezca eterna, que el cielo

ha de iluminarse pronto antes del sol del mañana.

 

Aldous Huxley, poesía completa (edición bilingüe), edición,

traducción y notas de Jesús Isaías Gómez López, Cátedra (Letras

Universales), Madrid, 2011 (732 páginas).

 

 

El espejo

 

A cámara lenta, la luz de la luna una vez atravesó

el soñador espejo,

donde, hincados, inviolablemente hondos,

viejos secretos no olvidados albergan

inolvidables maravillas.

Pero ahora polvorientas telarañas se entrelazan

por el espejo, el que antaño

viera los dedos que retiraban el oro

de una despreocupada frente;

y las profundidades son cegadas a la luna,

y olvidados sus secretos, nunca dichos.

 

Aldous Huxley, poesía completa (edición bilingüe), edición,

traducción y notas de Jesús Isaías Gómez López, Cátedra (Letras

Universales), Madrid, 2011 (732 páginas).

 

 

Filosofía

 

«Dios no necesita bautismo

-murmura el panteísta-,

el amor abre los postigos

en el resplandor del cielo,

carne, ojo de la cerradura que escucha,

oye lo que Dios dice» …

Sí, pero Dios tartamudea.

 

Aldous Huxley, poesía completa (edición bilingüe), edición,

traducción y notas de Jesús Isaías Gómez López, Cátedra (Letras

Universales), Madrid, 2011 (732 páginas).

 

 

La rueda ardiente

 

Exhausta de tantas vueltas,

mortificada por tan frenético desasosiego,

ansiando perfilar el dolor circunferente

-la vertiginosa llanta a toda velocidad-

hacia el centro inanimado, y allí reposar,

la rueda debe ir de agonía

en agonía contrayéndose, hasta volver

al núcleo de acero.

Y por fin la rueda encuentra reposo, queda en calma,

agazapada en diamantino núcleo:

cumpliendo su voluntad en lo inmutable.

Pero los ansiosos átomos, en tanto se frotan

cada vez más cerca, más y más,

violentamente unidos, engendran

una llamarada que enhiesta se eleva,

hinchándose de un ardiente,

apasionado, fiero deseo de encontrar

la paz infinita del pecho de la madre.

Y allí la llama es un Niño Jesús durmiente,

luminoso, dulcemente radiante;

toda amargura disipada

en la infinita paz del seno de la madre.

Mas la muerte avanza en una marea

de lento olvido, hasta que la llama asustada

despierte del sueño de su calmo resplandor

y se incendie de nublada pasión y de dolor,

no sea que, al olvidarlo todo en la calma, fenezca.

Pues mientras arde y se angustia se aviva,

engendrando una vez más la rueda que añora

-aquejada de su velocidad- la espantosa quietud

del diamantino núcleo y de la cadena de fuerte acero.

Y así una vez más

girará la rueda hasta cesar su angustia

en la férrea angustia de la fijeza,

hasta que otra vez

la llama se expanda a lo infinito,

sumiéndose en el sueño luminoso

de tan vasta e inconsciente paz.

 

Aldous Huxley, poesía completa (edición bilingüe), edición,

traducción y notas de Jesús Isaías Gómez López, Cátedra (Letras

Universales), Madrid, 2011 (732 páginas).

 

 

Las puertas del templo

 

Numerosas son las puertas del espíritu que llevan

al más íntimo santuario:

y considero las puertas del templo divinas,

pues el dios del lugar es Dios mismo.

Y estas son las puertas que Dios dispuso

que a su casa llevaran: vino y besos,

fríos abismos del pensamiento, juventud sin tregua,

y tranquila senectud, plegaria y deseo,

el pecho del amante y de la madre,

el fuego del juicio y el fuego del poeta.

 

Pero él que venera en soledad esas puertas,

olvidándose del santuario de más allá, verá

de pronto abrirse los cierres,

revelando, no el trono radiante de Dios,

sino los fuegos de la ira y del dolor.

 

Aldous Huxley, poesía completa (edición bilingüe), edición,

traducción y notas de Jesús Isaías Gómez López, Cátedra (Letras

Universales), Madrid, 2011 (732 páginas).

 

 

Magnánimos romanos

 

Columnas y fuentes eternas,

chorros de escarcha y viva espuma,

desde las siete montañas dejémoslas saltar,

Las siete colinas de Roma.

 

Por resonantes arcos y bóvedas flanqueadas,

dejemos las calles marchar triunfales;

mandemos a los acueductos marchar

por la llanura de abajo infatigables.

 

Elevados como columnas hacia el aire azul,

dejemos a los Césares de mármol estar;

dejemos a los dioses, que en vida eran

romanos, una mano dorada levantar.

 

Muchos, pero cada uno solo, una multitud,

aunque de romanos, atestan sus sepulcros;

ellos mismos divinos fieles,

dioses ante dioses suntuosamente inclinados;

 

los romanos se inclinaban ante figuras que ellos,

escultores de la mente, liberaban;

suplicando poder ser

iguales que aquellos a quienes oran.

 

Aldous Huxley, poesía completa (edición bilingüe), edición,

traducción y notas de Jesús Isaías Gómez López, Cátedra (Letras

Universales), Madrid, 2011 (732 páginas).

 

 

Tinieblas

 

Mi alma tapiada jamás ha conocido

oscuridad tan íntima, paisaje deslumbrante,

como el punto ciego, del que brotan las visiones

en el corazón de la mirada crisólita…

la oscuridad mística que acaricia el trono de Dios

en un esplendor más allá de lo imaginable,

tan rápido y brillante.

 

Mas las muchas tinieblas retorcidas

que por la ciudad se despliegan,

sutilmente confusas, se cruzan y separan,

menguan y viscosamente fluyen;

tinieblas de lujuria y avaricia,

del cuerpo devastado y del corazón indecente…

yo conozco estas tinieblas.

 

Versión de J. Isaías Gómez López

Aldous Huxley: Poesía completa   Editorial Universidad de Almería, Almería 2008

 

 

Topiario

 

No siendo posible a veces comprender

por qué hay gente cuya carne ha de parecer

cual carroña tumefacta en fétida vaharada,

henchida de larvas ante el ojo que la mira,

henchida de larvas para el tacto de una mano;

por qué hay hombres sin piernas,

como balas en carritos chirriando

cual monos de interminables brazos:

no pudiendo ver por qué Dios el Topiario

ha de formar, esculpir y retorcer

los cuerpos humanos en tan fantasmagóricas figuras:

sí, ignorando la finalidad de todo esto, a veces deseo

ser algo fabuloso en la mente de un tonto,

o, en el fondo del océano, en un mundo sordo y ciego,

feliz y remoto, un gigantesco pez de desorbitados ojos.

 

Aldous Huxley, poesía completa (edición bilingüe), edición,

traducción y notas de Jesús Isaías Gómez López, Cátedra (Letras

Universales), Madrid, 2011 (732 páginas).

Tomado de:

http://amediavoz.com/huxley.htm

 

 

DOS REALIDADES

Pasó un vagón con ruedas escarlata

y carrocería amarilla, nuevo flamante.

"¡Espléndido! -dije-, qué bueno

es estar vivo, cuando la belleza pela

la dura cáscara de la vida". Y tú

dijiste: "¡Espléndido!". Y pensé que habías visto

ese vagón brillando calle abajo;

pero miré y vi que tu mirada había caído

sobre un niño que atizaba puntapiés

a una obscena inmundicia marrón.

Nuestras almas son elefantes, pensé,

aisladas tras estrechos barrotes,

con trompas que asomadas fisgonean

y sobre la realidad se abalanzan;

y cada cual según su dulce antojo

se apodera del pastel que más le gusta

dejando atrás los demás.

 

 

VARIACIONES SOBRE UN TEMA DE LAFORGUE

La juventud, entretanto se expande, desvela

la siniestra metempsicosis

de azucenas muertas, convertidas en rosas

rojas como un tormentoso amanecer.

Pero las azucenas, recuerda, son flores sepulcrales.

Navegan, entretanto, los lentos y vivaces pétalos de rosa

a la deriva en la música de las horas más felices;

y esas azucenas, pálidas y frías,

fogosas rosas guardan bajo el césped

del velo con el que la joven novia se despide.

 

 

LIBROS Y PENSAMIENTOS

Viejos fantasmas que olvidó la muerte transportar

al otro lado del Leteo de los años

-he aquí mis amigos, pues ante sus lágrimas

lloro y con su júbilo me regocijo.

Desde una atalaya, cuyas almenas

ponen todo el cielo ante mis ojos,

en las largas noches estivales entro en trance,

adormilado entre murmullos y fragancias

que manan de la tierra, en tanto el cielo sobre mí

con su paz funde la paz del alma mía,

lo profundo hallando lo profundo. No hay agitación que conmoverme pueda,

nada en mi liberación la calma rompe:

en vano la iracunda luz del sol maldice

ante el silencio y la penumbra de las cavernas polares.

 

 

LA ELECCIÓN

Camarada, ahora que estás alegre

y por tanto eres sincero,

dime: ¿dónde te gustaría morir

y hacer que tu amigo enterrase

lo que tú fuiste una vez?

"¿En lo alto de una colina

con una vista apacible

del país donde en calma todo permanece?"...

Dios santo ¡Yo no!

Yacería en la calle

allí donde dos arroyos se encuentran,

con un intenso rumor que llega

a los oídos,

mientras dentro del cerebro tocan

marchas de vida y muerte,

de gloria, júbilo y miedo,

de la paz que se muda,

del fragor de la contienda

y de desbandadas de ejércitos en estampida.

Libre, allí me conmocionaría

lejos de los hundidos ritmos

de mi indolente esencia.

Tomado de:

https://www.elespanol.com/el-cultural/letras/20110503/seleccion-poemas-aldous-huxley/8249666_0.html

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