Acupuntura
Entre los objetos personales en una tumba China de 2100
años de antigüedad,
los arqueólogos encontraron 9 agujas de acupuntura:
cuatro de oro y cinco de plata.
Mucho antes de saber por qué,
aquellos médicos sabían que el dolor
habría de combatirse con dolor
Es muy simple: un grupo de agujas en tu brazo
para la salud del corazón y los pulmones.
Agujas en los pies para el alivio del insomnio y la tensión.
Agujas entre los ojos contra la infertilidad.
Un poco de dolor aquí
y el efecto se siente en otra parte.
Cierta vez un grupo de exploradores partieron a plantar
una bandera al
polo sur;
una aguja en el talón del globo, en medio de la nada.
Pero antes de completar la misión
Inició una nueva guerra mundial.
El impacto de la aguja se sintió en el cerebro del mundo,
en el lóbulo responsable de la memoria a corto plazo
Cuando Rusia usó la ideología como acupuntura -una aguja
sobre
los Urales-
impactó al páncreas y el nivel de azúcar.
Estados Unidos pagó diez veces más por el Whisky de la
prohibición
y en las oficinas de correos, copias del
«inmoral» Ulises de Joyce se acumularon para ser quemadas
El universo funciona como un solo cuerpo. Las estrellas
forman líneas de
agujas
cuidadosamente insertadas sobre una oscura espalda
Su impacto se siente en el tracto digestivo; cada día
empezando otra vez ¿Cómo puedes empezar un nuevo día
sin haber absorbido las proteínas del día anterior?
Era una niña cuando mi primer maestro
pronunció mal, dos veces, mi apellido. Aquello me punzó
como una aguja
Una pequeña aguja en el lóbulo de la oreja. Y de repente
mi visión se aclaró:
vi la poesía
el disfraz perfecto
Tomado de Wikaráame poesía del mundo y sus alrededores.
Compilador: Edgar Trevizo Secretaria de Cultura de Chihuahua, México, año 2018.
Tomado de:
https://lugarpoema.com/poesia-albanesa-luljeta-lleshanaku/
Realidades verticales
Despertarse es una obligación:
tres generaciones abren los ojos todas las mañanas
dentro de mí.
El primero es un niño viejo: mi padre;
siempre elige su suerte y su ropa un talle más chico que
él.
Después está mi abuelo… En su época no existía la palabra
“diagnóstico”.
Se murió de pena, nada más, seis meses después que su
mujer.
No se desperdició el tiempo. Sobre sus cadáveres
Se alzó una fábrica de uniformes para portuarios.
Y el bisabuelo, si es que alguna vez existió,
ni siquiera sé su nombre. Ahí mi memoria entra en hiato,
mis orígenes campesinos cortados como las uñas gruesas y
amarillas
de quienes trabajan la tierra.
Tres sombras se yerguen como un bosque sobre mí,
me dicen qué hacer
y qué no hacer.
Me escuchaste decir “buenos días”
pero o era un elefante aporreando un piano
o las costuras de la estrecha campera de mi padre
deshaciéndose.
Y es cierto, mi padre, su padre, y su padre antes que él,
no están tratando de cambiar nada
tampoco es que se nieguen a cambiar algo; el jabón de lo
efímero
los deja sintiéndose limpios y frescos.
Sólo desean tocar suavemente el mundo de nuevo,
a través de mí, como los guantes de látex
tocan amorosamente las pruebas
en una escena del crimen.
Hombres
La existencia humana es como una lengua muerta
de la que sólo queda una expresión, una cita o una única
palabra.
Pero un hombre sin hijos varones es una mutación.
Su nombre pasará de un oído a otro en un limpio susurro
femenino
mencionado como un sueño sin conflicto
difícil de recordar después que la noche termina.
Seis hijas, cada nacimiento un fracaso
como el buscador de oro
que sólo trae a casa seda y hierbas medicinales.
Al faltar un hijo varón en la familia,
no hay río que lleve los restos tóxicos
de su negra y blanca ira,
nadie que augure la guerra en los huesos del carnero
sacrificado para la cena;
nada de guerras, de nacimientos o muertes
cuando la vida se vuelve pereza en tiempos de paz.
Su celda es una cueva
bosquejada con ingenuos dibujos de carbón:
el cazador contra la bestia, el cazador contra la
naturaleza,
hasta que la mujer aparece junto al fuego.
Entonces la fuerza pasa de sus músculos
a sus ojos
y el ángulo con el que apunta la flecha cambia
Ése es el fin de la era de hielo
el fin de la claridad.
Existe un secreto que extingue a los hombres desde dentro
como estrellas enanas
que cambian de amarillo a blanco
y luego… a negro, una mancha en el cosmos
No hay hijo varón que herede el secreto del padre…
no el secreto en sí
sino el arte de la soledad.
Traducción del albanés al inglés de Henry Israeli, con
revisión de la autora.
Traducción del inglés al español de Azucena Galettini.
Como un plus, también compartimos los poemas de Luljeta
Lleshanaku publicados en la edición papel del número 9 de La balandra, esta vez
en el idioma original.
Tomado de:
https://la-balandra.com.ar/poetas-extranjeros-luljeta-lleshanaku/
Se apresuran a morir
Mueren uno tras otro;
echar paladas de tierra sobre ellos se ha vuelto tan
normal
como espolvorear sal sobre el pan.
Son de la misma generación, mi familia, o más
exactamente, de una época,
y los hijos de una época son como los perros amarrados al
trineo:
en búsqueda del oro
o corren juntos o caen juntos.
No es matemático,
pero se parece más a los peines, los peines que doman la
rebelión de cualquier cabello
después de un flirteo loco frente a un espejo.
El tejado de la casa de la mujer loca
Es medianoche, y el trabajador que vuelve
del segundo turno en la fábrica de conservas
comprueba qué fuerzas le quedan
tirando piedras contra las tejas
de la casa de la mujer loca.
«¡Malditos seáis todos, hijos de puta!»,
maldice desde el interior.
Ella es la historia, incapaz de culpar a nadie.
Ella es la llave maestra, la maldición colectiva
en una noche que apesta a sardinas y enzimas.
Cuando el amor empieza a…
Entra en mis días arrogantemente
como el silencio después del golpe
de mazo del juez.
Me balanceo en la brisa más ligera
a lo largo del campo de trigo
aguardando la cosecha.
Llega cuando pienso que estoy segura
cuando pienso que todo lo que soy es sólo espina,
fuerte, sin pecho ni vientre,
sin ombligo —
como una bodega repleta de alimentos
almacenados para el invierno.
Titubeo un instante
preparada para empezar de nuevo
con la paleta limpia de un pintor
huella oscura en su centro.
Luego emprenderé el mismo viaje
cuyo final tan bien conozco:
una bala fría llena mi bolsillo
la que cada buen soldado guarda
para el día en que se encuentra sitiado.
Libro amarillo
En épocas sin verdad no hay tabúes.
Quizá este libro amarillo es uno de los pocos que
sobrevivió
aunque el acto de esconderlo
vive en nuestras mentes.
En medio de un calor achicharrante, la cena se sirve
torpemente cada noche
a la misma hora, la hora en la que luz y la oscuridad nos
cubren por igual.
Algo se cocina rápido; quizá la cabeza de un ternero, del
que me voy
a llevar la lengua.
Dicen que si te la comes tu lengua crecerá
y si te comes los ojos serás un francotirador
y si te comes los libros te comerás a ti mismo
poco a poco, desde los bordes hacia el centro
como tractores cosechando en granjas colectivas.
Desde lo alto de la mesa, el cabeza de familia
toca sus verrugas mientras sermonea acerca de la
evolución:
«El más fuerte muere, el más débil sobrevive.»
Nada distingue esto de una cena santa
en la que la comida y el vino se reparten por igual –
sólo la verdad es leída en secreto
por el perplejo, compartiéndola
como un libro amarillo. [1]
[1]
Los “libros amarillos” estaban prohibidos durante el régimen comunista, en
especial durante la llamada revolución cultural en Albania. Eran de literatura
clásica rusa o literatura occidental que el régimen consideraba decadente.
Estas obras se denominaron simbólicamente «libros amarillos» por el color
amarillento que adquirieron mientras se mantenían ocultos. [Nota de la
traductora].
*
Ausencia se publicará próximamente en editorial Aeronáutica.
Tomado de:
https://periodicodepoesia.unam.mx/texto/cinco-poemas-de-ausencia/
EL DESPERTAR DEL EREMITA
Todas las ideas se
me escapan
una por una, se
deslizan secretamente
como testigos de
un crimen político.
Cuando se
arrastran de vuelta, lentitud-de-tortuga
el aire tiembla
nerviosamente en su silla de ruedas
y yo me levanto.
Mi sombra,
liberada, vaga
por el cuarto
sobre una cuerda invisible
gravedad súbita
como una mosca muerta
caída del nido de
una araña.
Todas las ideas se
me escapan-
cuán lejos esta
vez no sé decirlo.
Tal vez aparezcan
en una estación de tren en alguna parte
en un pueblo donde
todavía son poco gratas.
Afuera, la luna
presiona contra las colinas
como la lengua de
un profeta contra su paladar.
Las paredes,
protestando,
devuelven mi voz
dos, tres, cuatro veces
en un eco que se
replica horriblemente a sí mismo
mientras
lentamente dentro mío
se despierta el
eremita.
TRAICIONADOS
Mujer traicionada,
como una camisa que ha quedado chica
como el agujero
gastado de un viejo cinturón
como un cuello
almidonado...
Mujer traicionada,
que se despierta de pesadillas
sintiéndose como
una basura en el rincón de un ojo
como una pava
retirada de la cocina
todavía humeante.
Sus caderas se
balancean rítmicamente
en un movimiento
masticatorio
mientras se mueve
en diagonal a través de la casa.
¡Los niños, ah los
niños, burbujeando!
Tarde a la noche,
una tapa de aluminio
sobre un ramito de
perejil-
nervio blando
flotando en un caldo frío con sabor a limón.
Hay un hombre
traicionado, también,
traicionado por
ángeles oscuros
con los hombros
cubiertos de helechos.
Hombres
traicionados y mujeres
aceptan noblemente
el destino
como uno podría
aceptar un turbio vaso de agua
en una parada de
descanso a lo largo del camino.
Traicionados
hombres y mujeres
en un largo viaje.
AUSENCIA
La luna
la nicotina de un
beso...
Una mirada de
soslayo
como el mástil de
un barco pirata
detrás de una isla
lejana.
ESPERANDO UN POEMA
Estoy esperando un
poema,
algo agreste, ni
elaborado ni fuera de control,
algo imperturbable
por las ofensas, un cuervo blanco
liberado de la
oscuridad.
Las palabras que
vienen naturalmente, sin apuntarle a nada,
una bala sin un
blanco,
tiros de
advertencia al cielo
en tierras recién
ocupadas.
Un poema que brote
de mi pecho
Y hasta que llegue
escucharé a mis
hijos peleando en el cuarto de al lado
y arrojaré mi
mirada a lo largo de la mesa
a un vaso de leche
vacío
con un trazo de
blanco alrededor del borde
mi cuello envuelto
en plata
una servilleta en
un aro servilletero
esperando que
arriben los tardíos invitados...
Tomado de:
https://inutilesmisterios.blogspot.com/2020/07/poemas-de-la-albanesa-luljeta-lleshanaku.html
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