Intento de descripción
Primero me
describiré a mí mismo
empezando
por mi cabeza
o mejor mi
pie
o mi mano
o el meñique
en mi mano izquierda
mi meñique
es tibio
un tanto
curvado hacia adentro
termina en
uña
está hecho
de tres segmentos
cerca de mi
palma
librado a
sus propios medios
sería un
gusano de buen tamaño
es un dedo
muy especial
el meñique
de una mano izquierda
único en
todo el mundo
me lo dieron
directamente
otros
meñiques de una mano izquierda
son una fría
abstracción
comparto con
el mío
fecha de
nacimiento
fecha de
muerte
común
soledad
sólo la
sangre
ocupada en
la escansión de oscuras tautologías
une playas
distantes
con un hilo
de mutuo acuerdo
Traducción de José
Emilio Pacheco
La orilla
Espera en la
orilla de un largo y lento río
en la otra
orilla está Caronte el cielo brilla túrbido
(no es por
lo demás ningún cielo) Caronte
ya está aquí
se limitó a lanzar la cuerda hasta una rama
ella (el
alma) saca el óbolo
que
rápidamente se agriaba bajo su lengua
se sienta detrás
en la barca vacía
todo esto
sin una palabra
si al menos
la luna
o el aullido
de un perro
Traducción
de Xaverio Ballester
El de ciencias naturales
No puedo
recordar
su rostro
estaba de
pie frente a mí en lo alto
al final de
sus largas piernas separadas
veía
su cadenita
de oro
su gris
levita
y su flaco
cuello
al que
estaba prendida
una inerte
corbata
fue el
primero que nos enseñó
el anca de
una rana muerta
que pinchada
con un alfiler
violentamente
se contrae
él nos
introdujo
a través de
un microscopio dorado
en la vida
íntima
de nuestro
bisabuelo
el paramecio
trajo un
oscuro grano
y dijo:
cornezuelo
instigado
por él
en el décimo
año de mi vida
fui padre
cuando tras
una tensa espera
de una
castaña sumergida en el agua
apareció un
brote amarillo
y todo
estalló en canto
alrededor
en el
segundo año de la guerra
mataron al
de ciencias
los
malandrines de historia
si es que
fue al cielo
quizá camine
ahora
sobre largos
rayos
vestidos con
grises medias
con una
enorme red
y una caja
verde
alegremente
bamboleándose a su espalda
pero si no
se fue allá arriba
cuando en el
sendero del bosque
encuentro un
escarabajo encaramándose
a una
pelotilla de arena
me acerco
me cuadro
y digo:
-buenos días
señor profesor
permítame
ayudarle
lo
transporto delicadamente
y me quedo
mirando un rato
hasta que
desaparece
en la
obscura sala de profesores
al final del
corredor de hojas
Traducción de Xaverio
Ballester
A Marco Aurelio
Buenas
noches Marco Aurelio apaga la luz
y cierra el
libro Encima de tu cabeza
se levanta
una dorada alarma de estrellas
el cielo
habla alguna lengua extranjera
este es el
bárbaro grito de miedo
que tu latín
no puede entender
un terror
continuo un negro terror
contra la
frágil tierra humana
empieza a
golpear y triunfa Escucha
su rugido El
flujo incesante
de los
elementos ahogará tu prosa
hasta que se
derrumben los cuatro muros del mundo
¿Y para
nosotros? temblar en el aire
soplar las
cenizas agitar el éter
roernos los
dedos buscar vanas palabras
arrastrar
las sombras caídas a nuestras espaldas
Bueno Marco
Aurelio mejor cuelga tu paz
a través de
las tinieblas dame la mano
Déjala
temblar cuando el ciego mundo golpea
en nuestros
cinco sentidos como en una lira caída
Traidores el
universo y la astronomía
el cálculo
de las estrellas la sabiduría de la hierba
y tu
grandeza demasiado enorme
y Marco mis
lágrimas indefensas
Traducción de José
Emilio Pacheco
Tomado de:
https://www.zendalibros.com/5-poemas-de-zbigniew-herbert/
La piedra
La piedra es
la criatura
perfecta
igual a sí
misma
vigilante de
sus fronteras
exactamente
repleta
de pétreo
sentido
con un aroma
que a nada recuerda
a nadie
espanta no despierta codicia
su ardor y
frío
son justos y
están llenos de dignidad
siento su
duro reproche
cuando la
apreso en mi mano
y su noble
cuerpo
absorbe el
falso calor
-Las piedras no se dejan
domesticar
hasta el final nos mirarán
con su mirada tranquila
clarísima
1961
De
"Informe sobre la ciudad sitiada".
Traducción
de Xaverio Ballester
Madrid,
Ediciones Hiparión, 1993. 2.ª edición, 2008
Leer la mano
Todas las
líneas descienden al valle de la palma
hasta un
hueco en que burbujea la diminuta fuente del destino
Aquí está la
línea de la vida
Mira recorre
como una flecha
el horizonte
de los cinco dedos iluminados por su corriente
que se
levanta venciendo todos los obstáculos
y nada es
más hermoso ni más fuerte
que su lucha
por seguir adelante
Comparada
con ella qué indefensa la línea de la fidelidad
como un
grito en la noche un río en el desierto
concebido en
la arena y muriente en la arena
Tal vez
continúa más abajo de la piel
parte el
tejido de los músculos y penetra en las arterias
para que de
noche podamos ver a nuestros muertos
allá abajo
allá adentro donde la memoria y la sangre fluyen
tiros de
minas pozos cámaras
llenos de
oscuros nombres
Esta colina
no estaba aquí
Después de
todo recuerdo
que había un
niño de tan redonda ternura como si
una lágrima
ardiente de plomo
hubiera
caído en mi mano
Después de
todo recuerdo el pelo
la sombra de
una mejilla
frágiles
dedos y el peso de una cabeza durmiente
¿Quién
destruyó el nido, quién apiló
el monte de
indiferencia que no estaba aquí?, ¿Por qué no pones la palma de tu mano
contra tus
ojos?
Nosotros
echamos la suerte
Estamos aquí
para saber
De
"Informe sobre la ciudad sitiada"
Traducción
de José Emilio Pacheco
Universidad
Autónoma Metropolitana
Azcapotzalco,
D.F, México 1992
Nike cuando vacila
Nike más
bella en el instante
en que
vacila
la diestra
bella como una orden
descansa en
el aire
mas las alas
vibran
ha pues
divisado
a un joven
solitario
sigue el
largo surco
de un carro
de combate
por un gris
camino en un gris paraje
de rocas y
ralos matojos de enebro
aquel joven
morirá pronto
de hecho, el
platillo de la balanza con su destino
ya está
cayendo violentamente
hacia la
tierra
Nike desea
acercarse
y besarle la
frente
mas teme
que él que
aún no conoció
la dulzura
de las caricias
al sentirla
ahora
podría huir
como los otros
hicieron
durante la batalla
así que Nike
vacila
y al final
decide
quedarse en
esa postura
que le
enseñaron los escultores
avergonzada
de aquel instante de ternura
sabe bien
que mañana
al alba
encontrarán
a ese muchacho
con el pecho
abierto
los ojos
cerrados
y el amargo
óbolo de la patria
bajo su
lengua entumecida
(1956)
De
"Informe sobre la ciudad sitiada".
Traducción
de Xaverio Ballester
Madrid,
Ediciones Hiparión, 1993. 2.ª edición, 2008
Un país
En la misma
esquina de este viejo mapa hay un país que añoro.
Es la patria
de las manzanas, las colinas, los ríos perezosos, del vino agrio y el amor.
Por
desgracia una gran araña tejió sobre él su tela
y con su
viscosa saliva cerró las puertas del sueño.
Y es siempre así: el ángel con
la espada de fuego, la araña y la conciencia.
(1957)
De
"Informe sobre la ciudad sitiada".
Traducción
de Xaverio Ballester
Madrid,
Ediciones Hiparión, 1993. 2.ª edición, 2008
Tomado de:
http://amediavoz.com/herbert.htm
EL TRENO DE FORTINBRÁS
para M. C.
AHORA que
nos hemos quedado solos podemos hablar príncipe
de hombre a hombre
aunque yaces
tendido en la escalera y ves tanto como una hormiga muerta
es decir, un
negro sol de rayos quebrados
Nunca pude
pensar en tus manos sin una sonrisa
y ahora que
yacen sobre la piedra como nidos derribados
están tan
indefensas como antes y es este precisamente el final
Las manos
yacen aparte La espada yace aparte Aparte la cabeza
y los pies
de caballero en blandas pantuflas
Tendrás un
funeral militar, aunque no fuiste soldado
es el único
ritual con el que estoy algo familiarizado
No habrá
cirios ni cantos sino mechas y estruendo
el crespón negro
arrastrado por el empedrado yelmos herradas
botas
caballos de artillería redobles redobles lo sé nada del otro mundo
serán mis
maniobras antes del traspaso de poderes
es preciso
agarrar a la ciudad por el pescuezo y sacudirla un poco
Antes o
después tenías que morir Hamlet no estabas hecho para la vida
creías en
ideas de cristal y no en la arcilla humana
vivías en
continuos calambres como en un sueño cazabas quimeras
con
voracidad masticabas el aire y al punto vomitabas
no sabías
ninguna cosa humana ni siquiera respirar sabías
Ahora tienes
paz Hamlet hiciste lo que te correspondía
y tienes paz
El resto no es silencio, sino que me pertenece
elegiste la
parte más fácil la estocada efectista
mas qué es
una muerta heroica frente al eterno velar
con la fría
manzana en el puño en el sitial alto
con la vista
sobre el hormiguero y la esfera de un reloj
Adiós
príncipe me espera un proyecto de alcantarillado
y el decreto
concerniente a prostitutas y mendigos
debo también
idear un mejor sistema de prisiones
ya que como
con razón observaste Dinamarca es una prisión
Parto hacia
mis asuntos Hoy en la noche nacerá
la estrella
Hamlet Ya nunca nos encontraremos
lo que tras
de mí quedará ya no será materia de tragedia alguna
Ni darnos la
bienvenida ni el adiós vivimos en archipiélagos
y estas
aguas estas palabras qué pueden qué pueden príncipe
(1961)
QUÉ PIENSA DON CÓGITO DEL INFIERNO
EL más bajo
círculo del infierno. Contra la opinión generalizada no lo habitan ni déspotas,
ni matricidas, ni quienes rondan tras el cuerpo ajeno. Es el asilo de los
artistas, lleno de espejos, instrumentos y retratos. A primera vista, la más
confortable sección del infierno, sin alquitrán, fuego o torturas físicas.
Todo el año
se celebran aquí concursos, festivales y conciertos. No hay temporada alta. El
lleno es permanente y prácticamente absoluto. Cada trimestre surge nuevos
rumbos y, según parece, nada está en disposición de detener el triunfal avance
de la vanguardia.
Belcebú ama
el arte. Jactase de que sus coros, sus poetas y pintores ya casi sobrepujan a
los celestes. Quien tiene el mejor arte, tiene el mejor gobierno –por supuesto.
Pronto podrán medirse en el Festival de los Dos Mundos. Y entonces veremos qué
queda de Dante, Fra Angélico o Bach.
Belcebú
apoya el arte. Asegura a sus artistas paz, buena pitanza y estricto aislamiento
de la vida infernal.
(1974)
SEQUOIA
GÓTICAS
torres de acículas en el valle del torrente
no lejos de
Mount Tamalpais donde al alba y al atardecer
densa la
niebla como oceánicos ira y arrobamiento
en esta
reserva de gigantes enseñan un árbol cortado
éneo tocón de Occidente
de vetas
desmesuradamente regulares como círculos en el agua
y algún
perverso inscribió aquí las fechas de la historia humana
a una
pulgada del centro del tocón el incendio de la lejana Roma de Nerón
en la mitad
la batalla de Hastings la expedición nocturna de los drakkars
el pánico de
los anglosajones la muerte del desdichado Harold
está
referida con la ayuda de un compás
y finalmente
aquí en la orilla de la corteza el desembarco de los aliados en Normandía
El Tácito de
este árbol era un geómetra no conocía adjetivos
no conocía
la sintaxis que expresa terror no conocía ninguna palabra
así que
contó añadió años y siglos como queriendo decir que no hay
nada salvo
nacimiento y muerte nada sólo nacimiento y muerte
y en el
interior la cruenta pulpa de la sequoia
(1974)
TONADA DE DON CÓGITO
VÉ donde
fueron aquellos hasta el linde oscuro
tras el
vellocino de oro de la nada tu último premio
ve erguido
entre los que están de rodillas
entre los
que vuelven la espalda y los derribados en el polvo
te salvaste
no para vivir
tienes poco
tiempo has de dar testimonio
sé valiente
cuando la razón desfallezca sé valiente
en el
cómputo final esto es lo único que cuenta
y qué tu ira
impotente sea como el mar
cada vez que
escuches la voz de los humillados y los golpeados
que no te
abandone tu hermano el Desprecio
para los
delatores verdugos cobardes –ellos vencerán
irán a tu
entierro y con alivio arrojarán un terrón
y la carcoma
escribirá tu biografía retocada
y no
perdones en verdad no está en tu poder
perdonar en
nombre de los traicionados al alba
guárdate sin
embargo del orgullo innecesario
contempla en
el espejo tu rostro de bufón
repite: ¿fui
reclutado –acaso no había mejores?
guárdate del
corazón árido ama la fuente matinal
el ave de
nombre desconocido el roble invernal
la luz sobre
el muro el esplendor del cielo
ellos no
precisas de tu cálido aliento
existen para
decirte: nadie te consolará
vigila
–cuando la luz en las montañas dé la señal– levántate y vé
mientras la
sangre haga girar la estrella obscura en tu pecho
repite las
viejas maldiciones de la humanidad los cuentos y leyendas
pues así
conquistarás el bien que no conquistarás
repite las
grandes palabras repítelas con terquedad
como quienes
marcharon por el desierto y murieron en la arena
y por ello
te premiarán con lo que tengan a mano
con un azote
de sonrisas con un homicidio en el basurero
vé pues sólo
así serás aceptado en el círculo de las frías calaveras
en el
círculo de tus antecesores: de Gilgamesh Héctor Roldán
de los
defensores del reino sin linde y la ciudad de las cenizas
Sé fiel Vé
(1974)
Tomado de:
https://www.laraizinvertida.com/detalle-1903-poemas-de-zbigniew-herbert
Petrificados pero vivos
Tridimensionales
ilustraciones en los lamentables libros de texto. Mortalmente pálidos, con la
cabellera envejecida, el carcaj vacío y el torso eternizado. Inmóviles en estas
islas estériles, entre piedras vivas, bajo un cielo frondoso. Simétrica
Afrodita, Júpiter por perros aullado, Baco embriagado con yeso. Oprobio de la
naturaleza. Herpes de las alamedas.
Los
verdaderos dioses sólo por un momento y sin gusto se incorporan en la piedra.
Su poderoso ministerio encargado de producir truenos, tormentas y alboradas,
plagas y lluvias de oro, exigía extraordinaria movilidad. Huían de las ciudades
calcinadas. Sobre una ola servicial navegaban hacia lejanas islas. Pordioseros
harapientos, borraban fronteras de tiempos y civilizaciones.
Perseguidos
y perseguidores, sudados, gritones, en una imparable carrera hacia la huidiza
humanidad.
¡Jamás Ángel!
Si después
de la muerte quieren convertirnos en una miserable flamita que divaga en los
senderos de los vientos, hay que rebelarse. ¡Para qué el descanso eterno en el
seno del aire, a la sombra de la amarillenta gloria, entre los balbuceantes
coros bidimensionales! Hay que incorporarse a la piedra, al árbol, a la
hendidura de la reja del jardín. Más vale ser rechinar del piso que horror
transparente de perfección.
El abismo del señor Cogito
En casa no
hay peligro
pero detrás
del umbral
cada vez que
el Señor Cogito
sale por la
mañana a pasear
se abre
delante de él
un abismo
no el abismo
de Pascal
tampoco el
despeñadero de Dostoievski
es un abismo
justo a la
medida
del Señor
Cogito
su calidad
particular:
nada
insondable
ni
aterrorizador
lo sigue
como si fuera una sombra
lo espera
frente a la panadería
en el parque
junto con el Señor Cogito
por encima
de su hombro
lee el
periódico
molesto como
un tumor
apegado como
un perro
y ni
siquiera tan profundo
para
absorberlo con la cabeza
las piernas
y las manos
un día
el abismo
tal vez se haga más grande
más maduro
se ponga
serio
¡ay si se
supiera
qué agua
darle
con que
semilla
alimentarlo!
ahora
basta con
que el Señor Cogito
recoja un
puñado de arena
para taparlo
sin embargo,
no lo hace
al regresar
a casa
deja al
abismo tranquilo
detrás del
umbral
ocultándolo
cuidadosamente
con un viejo
trapo
Tomado de:
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