sábado, 30 de diciembre de 2023

POEMAS DE ZBIGNIEW HERBERT

 

Intento de descripción

 

Primero me describiré a mí mismo

empezando por mi cabeza

o mejor mi pie

o mi mano

o el meñique en mi mano izquierda

 

mi meñique

es tibio

un tanto curvado hacia adentro

termina en uña

está hecho de tres segmentos

cerca de mi palma

librado a sus propios medios

sería un gusano de buen tamaño

 

es un dedo muy especial

el meñique de una mano izquierda

único en todo el mundo

me lo dieron directamente

otros meñiques de una mano izquierda

son una fría abstracción

comparto con el mío

fecha de nacimiento

fecha de muerte

común soledad

sólo la sangre

ocupada en la escansión de oscuras tautologías

une playas distantes

con un hilo de mutuo acuerdo

 

Traducción de José Emilio Pacheco

 

 

La orilla

 

Espera en la orilla de un largo y lento río

en la otra orilla está Caronte el cielo brilla túrbido

(no es por lo demás ningún cielo) Caronte

ya está aquí se limitó a lanzar la cuerda hasta una rama

ella (el alma) saca el óbolo

que rápidamente se agriaba bajo su lengua

se sienta detrás en la barca vacía

todo esto sin una palabra

 

si al menos la luna

o el aullido de un perro

 

Traducción de Xaverio Ballester

 


El de ciencias naturales

 

No puedo recordar

su rostro

estaba de pie frente a mí en lo alto

al final de sus largas piernas separadas

veía

su cadenita de oro

su gris levita

y su flaco cuello

al que estaba prendida

una inerte corbata

 

fue el primero que nos enseñó

el anca de una rana muerta

que pinchada con un alfiler

violentamente se contrae

 

él nos introdujo

a través de un microscopio dorado

en la vida íntima

de nuestro bisabuelo

el paramecio

 

trajo un oscuro grano

y dijo: cornezuelo

 

instigado por él

en el décimo año de mi vida

fui padre

cuando tras una tensa espera

 

de una castaña sumergida en el agua

apareció un brote amarillo

y todo estalló en canto

alrededor

 

en el segundo año de la guerra

mataron al de ciencias

los malandrines de historia

 

si es que fue al cielo

 

quizá camine ahora

sobre largos rayos

vestidos con grises medias

con una enorme red

y una caja verde

alegremente bamboleándose a su espalda

 

pero si no se fue allá arriba

 

cuando en el sendero del bosque

encuentro un escarabajo encaramándose

a una pelotilla de arena

me acerco

me cuadro

y digo:

-buenos días señor profesor

permítame ayudarle

 

lo transporto delicadamente

y me quedo mirando un rato

hasta que desaparece

en la obscura sala de profesores

al final del corredor de hojas

 

Traducción de Xaverio Ballester

 


A Marco Aurelio

 

Buenas noches Marco Aurelio apaga la luz

y cierra el libro Encima de tu cabeza

se levanta una dorada alarma de estrellas

el cielo habla alguna lengua extranjera

este es el bárbaro grito de miedo

que tu latín no puede entender

un terror continuo un negro terror

contra la frágil tierra humana

 

empieza a golpear y triunfa Escucha

su rugido El flujo incesante

de los elementos ahogará tu prosa

hasta que se derrumben los cuatro muros del mundo

 

¿Y para nosotros? temblar en el aire

soplar las cenizas agitar el éter

roernos los dedos buscar vanas palabras

arrastrar las sombras caídas a nuestras espaldas

 

Bueno Marco Aurelio mejor cuelga tu paz

a través de las tinieblas dame la mano

Déjala temblar cuando el ciego mundo golpea

en nuestros cinco sentidos como en una lira caída

Traidores el universo y la astronomía

el cálculo de las estrellas la sabiduría de la hierba

y tu grandeza demasiado enorme

y Marco mis lágrimas indefensas

 

Traducción de José Emilio Pacheco

Tomado de:

https://www.zendalibros.com/5-poemas-de-zbigniew-herbert/

 

 

La piedra

 

La piedra es la criatura

perfecta

 

igual a sí misma

vigilante de sus fronteras

 

exactamente repleta

de pétreo sentido

 

con un aroma que a nada recuerda

a nadie espanta no despierta codicia

 

su ardor y frío

son justos y están llenos de dignidad

 

siento su duro reproche

cuando la apreso en mi mano

y su noble cuerpo

absorbe el falso calor

 

                -Las piedras no se dejan domesticar

                hasta el final nos mirarán

                con su mirada tranquila clarísima

 

1961

 

De "Informe sobre la ciudad sitiada".

Traducción de Xaverio Ballester

Madrid, Ediciones Hiparión, 1993. 2.ª edición, 2008

 

 

Leer la mano

 

Todas las líneas descienden al valle de la palma

hasta un hueco en que burbujea la diminuta fuente del destino

Aquí está la línea de la vida

Mira recorre como una flecha

el horizonte de los cinco dedos iluminados por su corriente

que se levanta venciendo todos los obstáculos

y nada es más hermoso ni más fuerte

que su lucha por seguir adelante

 

Comparada con ella qué indefensa la línea de la fidelidad

como un grito en la noche un río en el desierto

concebido en la arena y muriente en la arena

Tal vez continúa más abajo de la piel

parte el tejido de los músculos y penetra en las arterias

para que de noche podamos ver a nuestros muertos

 

allá abajo allá adentro donde la memoria y la sangre fluyen

tiros de minas pozos cámaras

llenos de oscuros nombres

 

Esta colina no estaba aquí

Después de todo recuerdo

que había un niño de tan redonda ternura como si

una lágrima ardiente de plomo

hubiera caído en mi mano

Después de todo recuerdo el pelo

la sombra de una mejilla

frágiles dedos y el peso de una cabeza durmiente

 

¿Quién destruyó el nido, quién apiló

el monte de indiferencia que no estaba aquí?, ¿Por qué no pones la palma de tu mano

contra tus ojos?

 

Nosotros echamos la suerte

Estamos aquí para saber

 

De "Informe sobre la ciudad sitiada"

Traducción de José Emilio Pacheco

Universidad Autónoma Metropolitana

Azcapotzalco, D.F, México   1992

 

 

Nike cuando vacila

 

Nike más bella en el instante

en que vacila

la diestra bella como una orden

descansa en el aire

mas las alas vibran

 

ha pues divisado

a un joven solitario

sigue el largo surco

de un carro de combate

por un gris camino en un gris paraje

de rocas y ralos matojos de enebro

 

aquel joven morirá pronto

de hecho, el platillo de la balanza con su destino

ya está cayendo violentamente

hacia la tierra

 

Nike desea

acercarse

y besarle la frente

 

mas teme

que él que aún no conoció

la dulzura de las caricias

al sentirla ahora

podría huir como los otros

hicieron durante la batalla

así que Nike vacila

 

y al final decide

quedarse en esa postura

que le enseñaron los escultores

avergonzada de aquel instante de ternura

 

sabe bien

que mañana al alba

encontrarán a ese muchacho

con el pecho abierto

los ojos cerrados

y el amargo óbolo de la patria

bajo su lengua entumecida

                                                       (1956)

 

De "Informe sobre la ciudad sitiada".

Traducción de Xaverio Ballester

Madrid, Ediciones Hiparión, 1993. 2.ª edición, 2008

 

 

Un país

 

En la misma esquina de este viejo mapa hay un país que añoro.

Es la patria de las manzanas, las colinas, los ríos perezosos, del vino agrio y el amor.

Por desgracia una gran araña tejió sobre él su tela

y con su viscosa saliva cerró las puertas del sueño.

                 Y es siempre así: el ángel con la espada de fuego, la araña y la conciencia.

 

(1957)

 

De "Informe sobre la ciudad sitiada".

Traducción de Xaverio Ballester

Madrid, Ediciones Hiparión, 1993. 2.ª edición, 2008

Tomado de:

http://amediavoz.com/herbert.htm

 

 

EL TRENO DE FORTINBRÁS

 

para M. C.

 

 

 

AHORA que nos hemos quedado solos podemos hablar príncipe

   de hombre a hombre

aunque yaces tendido en la escalera y ves tanto como una hormiga muerta

es decir, un negro sol de rayos quebrados

Nunca pude pensar en tus manos sin una sonrisa

y ahora que yacen sobre la piedra como nidos derribados

están tan indefensas como antes y es este precisamente el final

Las manos yacen aparte La espada yace aparte Aparte la cabeza

y los pies de caballero en blandas pantuflas

Tendrás un funeral militar, aunque no fuiste soldado

es el único ritual con el que estoy algo familiarizado

No habrá cirios ni cantos sino mechas y estruendo

el crespón negro arrastrado por el empedrado yelmos herradas

botas caballos de artillería redobles redobles lo sé nada del otro mundo

serán mis maniobras antes del traspaso de poderes

es preciso agarrar a la ciudad por el pescuezo y sacudirla un poco

 

Antes o después tenías que morir Hamlet no estabas hecho para la vida

creías en ideas de cristal y no en la arcilla humana

vivías en continuos calambres como en un sueño cazabas quimeras

con voracidad masticabas el aire y al punto vomitabas

no sabías ninguna cosa humana ni siquiera respirar sabías

 

Ahora tienes paz Hamlet hiciste lo que te correspondía

y tienes paz El resto no es silencio, sino que me pertenece

elegiste la parte más fácil la estocada efectista

mas qué es una muerta heroica frente al eterno velar

con la fría manzana en el puño en el sitial alto

con la vista sobre el hormiguero y la esfera de un reloj

 

Adiós príncipe me espera un proyecto de alcantarillado

y el decreto concerniente a prostitutas y mendigos

debo también idear un mejor sistema de prisiones

ya que como con razón observaste Dinamarca es una prisión

Parto hacia mis asuntos Hoy en la noche nacerá

la estrella Hamlet Ya nunca nos encontraremos

lo que tras de mí quedará ya no será materia de tragedia alguna

 

Ni darnos la bienvenida ni el adiós vivimos en archipiélagos

y estas aguas estas palabras qué pueden qué pueden príncipe

 

(1961)

 

 

QUÉ PIENSA DON CÓGITO DEL INFIERNO

 

EL más bajo círculo del infierno. Contra la opinión generalizada no lo habitan ni déspotas, ni matricidas, ni quienes rondan tras el cuerpo ajeno. Es el asilo de los artistas, lleno de espejos, instrumentos y retratos. A primera vista, la más confortable sección del infierno, sin alquitrán, fuego o torturas físicas.

 

 

Todo el año se celebran aquí concursos, festivales y conciertos. No hay temporada alta. El lleno es permanente y prácticamente absoluto. Cada trimestre surge nuevos rumbos y, según parece, nada está en disposición de detener el triunfal avance de la vanguardia.

 

 

Belcebú ama el arte. Jactase de que sus coros, sus poetas y pintores ya casi sobrepujan a los celestes. Quien tiene el mejor arte, tiene el mejor gobierno –por supuesto. Pronto podrán medirse en el Festival de los Dos Mundos. Y entonces veremos qué queda de Dante, Fra Angélico o Bach.

 

 

Belcebú apoya el arte. Asegura a sus artistas paz, buena pitanza y estricto aislamiento de la vida infernal.

 

(1974)

 

 

SEQUOIA

 

 

GÓTICAS torres de acículas en el valle del torrente

no lejos de Mount Tamalpais donde al alba y al atardecer

densa la niebla como oceánicos ira y arrobamiento

en esta reserva de gigantes enseñan un árbol cortado

        éneo tocón de Occidente

de vetas desmesuradamente regulares como círculos en el agua

y algún perverso inscribió aquí las fechas de la historia humana

a una pulgada del centro del tocón el incendio de la lejana Roma de Nerón

en la mitad la batalla de Hastings la expedición nocturna de los drakkars

el pánico de los anglosajones la muerte del desdichado Harold

está referida con la ayuda de un compás

y finalmente aquí en la orilla de la corteza el desembarco de los aliados en Normandía

 

El Tácito de este árbol era un geómetra no conocía adjetivos

no conocía la sintaxis que expresa terror no conocía ninguna palabra

así que contó añadió años y siglos como queriendo decir que no hay

nada salvo nacimiento y muerte nada sólo nacimiento y muerte

y en el interior la cruenta pulpa de la sequoia

 

 

(1974)

 

 

TONADA DE DON CÓGITO

 

VÉ donde fueron aquellos hasta el linde oscuro

tras el vellocino de oro de la nada tu último premio

 

ve erguido entre los que están de rodillas

entre los que vuelven la espalda y los derribados en el polvo

 

te salvaste no para vivir

tienes poco tiempo has de dar testimonio

sé valiente cuando la razón desfallezca sé valiente

en el cómputo final esto es lo único que cuenta

 

y qué tu ira impotente sea como el mar

cada vez que escuches la voz de los humillados y los golpeados

 

que no te abandone tu hermano el Desprecio

para los delatores verdugos cobardes –ellos vencerán

irán a tu entierro y con alivio arrojarán un terrón

y la carcoma escribirá tu biografía retocada

 

y no perdones en verdad no está en tu poder

perdonar en nombre de los traicionados al alba

 

guárdate sin embargo del orgullo innecesario

contempla en el espejo tu rostro de bufón

repite: ¿fui reclutado –acaso no había mejores?

 

guárdate del corazón árido ama la fuente matinal

el ave de nombre desconocido el roble invernal

la luz sobre el muro el esplendor del cielo

ellos no precisas de tu cálido aliento

existen para decirte: nadie te consolará

 

vigila –cuando la luz en las montañas dé la señal– levántate y vé

mientras la sangre haga girar la estrella obscura en tu pecho

 

repite las viejas maldiciones de la humanidad los cuentos y leyendas

pues así conquistarás el bien que no conquistarás

repite las grandes palabras repítelas con terquedad

como quienes marcharon por el desierto y murieron en la arena

 

y por ello te premiarán con lo que tengan a mano

con un azote de sonrisas con un homicidio en el basurero

 

vé pues sólo así serás aceptado en el círculo de las frías calaveras

en el círculo de tus antecesores: de Gilgamesh Héctor Roldán

de los defensores del reino sin linde y la ciudad de las cenizas

 

Sé fiel Vé

 

(1974)

Tomado de:

https://www.laraizinvertida.com/detalle-1903-poemas-de-zbigniew-herbert

 

 

Petrificados pero vivos

 

Tridimensionales ilustraciones en los lamentables libros de texto. Mortalmente pálidos, con la cabellera envejecida, el carcaj vacío y el torso eternizado. Inmóviles en estas islas estériles, entre piedras vivas, bajo un cielo frondoso. Simétrica Afrodita, Júpiter por perros aullado, Baco embriagado con yeso. Oprobio de la naturaleza. Herpes de las alamedas.

Los verdaderos dioses sólo por un momento y sin gusto se incorporan en la piedra. Su poderoso ministerio encargado de producir truenos, tormentas y alboradas, plagas y lluvias de oro, exigía extraordinaria movilidad. Huían de las ciudades calcinadas. Sobre una ola servicial navegaban hacia lejanas islas. Pordioseros harapientos, borraban fronteras de tiempos y civilizaciones.

Perseguidos y perseguidores, sudados, gritones, en una imparable carrera hacia la huidiza humanidad.

 

 

¡Jamás Ángel!

 

Si después de la muerte quieren convertirnos en una miserable flamita que divaga en los senderos de los vientos, hay que rebelarse. ¡Para qué el descanso eterno en el seno del aire, a la sombra de la amarillenta gloria, entre los balbuceantes coros bidimensionales! Hay que incorporarse a la piedra, al árbol, a la hendidura de la reja del jardín. Más vale ser rechinar del piso que horror transparente de perfección.

 

 

El abismo del señor Cogito

 

En casa no hay peligro

pero detrás del umbral

cada vez que el Señor Cogito

sale por la mañana a pasear

se abre delante de él

un abismo

no el abismo de Pascal

tampoco el despeñadero de Dostoievski

es un abismo

justo a la medida

del Señor Cogito

su calidad particular:

nada insondable

ni aterrorizador

 

lo sigue como si fuera una sombra

lo espera frente a la panadería

en el parque junto con el Señor Cogito

por encima de su hombro

lee el periódico

 

molesto como un tumor

apegado como un perro

y ni siquiera tan profundo

para absorberlo con la cabeza

las piernas y las manos

 

un día

el abismo tal vez se haga más grande

más maduro

se ponga serio

 

¡ay si se supiera

qué agua darle

con que semilla

alimentarlo!

 

ahora

basta con que el Señor Cogito

recoja un puñado de arena

para taparlo

 

sin embargo, no lo hace

al regresar a casa

deja al abismo tranquilo

detrás del umbral

ocultándolo cuidadosamente

con un viejo trapo

Tomado de:

https://materialdelectura.unam.mx/index.php/poesia-moderna/16-poesia-moderna-cat/74-031-poesia-polaca?showall=1

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