( 25 de enero de 1931 en Helsinki, Finlandia - 6 de octubre de 2008 ) Imagen tomada de Internet |
"Ulises"
Ulises: yo soy también los diez pretendientes
en mi propia casa, han pasado diez años y está
negro el mar,
soy los diez pretendientes y he perdido el mar, es
el mar de otro hombre,
el cielo está siempre en mis ojos, el cielo es
celoso, como nosotros,
los segadores celestes están celosos, no sólo de
esta tierra, sino también
del cielo que está vacío: nuestro pensamiento en el cielo.
Hay un mar, el navegante está cerca de las
estrellas de perdición,
su frente lleva cobre, plata y oro de ley,
su viaje está maldito, no llegará nunca, su barco
es el último velero,
hemos estado celosos de sus viajes erráticos estos
diez años
en que la tierra esperaba el descanso de sus huesos,
hay un mar, él tiene el mar, el cielo
y a Penélope, todo esto pesa en la balanza menos
que su aflicción,
estábamos celosos sobre todo de su aflicción, la
aflicción en su frente:
huéspedes, invitados, todos bienvenidos, mi casa
desborda canción:
soy Ulises
Tomado de:
"Hay que ayudar a los vástagos de los árboles..."
Hay que ayudar a los vástagos de los árboles, los
abetos, a que surjan
de
debajo de la hierba.
Un
par de años, cinco, te lo agradecen.
Luego tienes que ayudar a la hierba a huir,
fuera del alcance de los árboles.
Todo
queda calvo a su alrededor,
majestuoso.
Y el pino que creció un metro en quince años en un
bosque de alisos
delgado, torcido, cargado de nieve,
comienza a sentirse
a gusto.
Mata todo lo que está a su alcance
los
doscientos años siguientes, anualmente.
Ahí es donde tiene que crecer.
No
digáis que crece en un lugar equivocado,
el árbol.
Tomado de:
Caminos distantes
"A veces has de estar dispuesto
a ir hasta el ático, a dejar tus pasos
en los corredores, sin pasar por las
habitaciones.
Vamos a hablar de los múltiples cambios
que nos gustaría evitar, y comenzando
una larga distancia hacia el pasado,
inútil para las flores que se congelan
en el terraplén del día.
"Regresemos a la frescura de las casas
abandonadas, donde los bienes reposan
en lugares inusuales, como el mismo
día, y como el anterior. "
Tomado de:
El vino escribe
El vino escribe en verdad mejor que yo
en la botella vive un espíritu furioso
mira
ahí en el estante hay una fila de libros, grandes
nombres
que él ha creado,
te ayuda
a ti
a altas horas de la noche
si quiere
hacerlo, cuando no queda ya
mucho de ti
no mucho,
tú vez cómo empieza a escribir.
Tomado de:
AHORA QUE TE HABLO DEL EMPERADOR…
Ahora que te hablo del emperador, tú lo ves, entre
todo,
ahora que te hablo del emperador, ves: es invierno,
el emperador está solo,
el emperador es una imagen que se aclara en la
penumbra,
el emperador es una imagen,
llega la penumbra,
hay una maraña de árboles como nido de águilas en
una pendiente,
el
seco grosor de ramas,
y el emperador está solo y está claro,
está en su refugio estival que es frío en invierno,
él es a quien ves más claramente en la oscuridad, y
el pensamiento,
el ave, la lechuza, tu invisible pensamiento pueden
ver también
al
emperador den la oscuridad.
Te he guiado extraviadamente y estás junto a una
montaña invernal
e intentas mirar por entre las ramas al emperador
que no está,
cuando cierras los ojos vuelves a verlo en su
refugio estival
y su imagen es clara,
te he guiado extraviadamente, abre tus ojos y no me
escuches,
el poder de tu imperio está en tu corazón, allí es
fuerte,
el imperio se encumbra y se desploma en un abrir y
cerrar de ojos,
muere al abrirse los ojos.
(Traducción del español de
Katriina Similä y Renato Sandoval Bacigalupo. De: Palacio de invierno y otros
poemas. Lima: Editorial Nido de Cuervos, 1989)
Tomado de:
Poema
Este poema quiere ser una descripción.
Necesito poesía casi sin sabor
y soy una cosa que,
como la hierba, espera.
Estos versos son poco verosímiles,
son excursión, atraviesan una lengua familiar
en dirección a un país que no es un lugar,
este poema debe ser cantado en pie
o leído en soledad:
yo dije, sí, también yo, que todo
está fuera y yo aquí
suspendido de un árbol como los pájaros de los
árboles
todas las puertas cerradas-abiertas,
doy mi firma al día, a la noche que pasa,
sin leerlos, como un periódico,
una página inútil, sin leerlos,
y mientras el sueño viene yo duermo
y en el sueño digo: yo.
Este bosque es denso, algunos árboles y su miedo,
y en este bosque
la voz tiene la humedad de lo que transpira.
Es un país donde los árboles florecen, en el
interior
el árbol ciego olvida que es visto,
este lugar ha sido excavado, todo está hecho a su
imagen:
el bosque abierto
al brotar de las flores que me confunde,
debería compararme a lo que aún no nació
y darme por perdido,
engullido por una carne toda maleabilidad, como de
seda
y plenamente hembra.
Yo no sabía lo que era
pretendía quedarme en silencio
quería comer las palabras y modificarme
a la fuerza, como en el nacimiento.
Llegué a este punto:
la casa queda en el centro,
mi mesa, la pluma cogida con fuerza, el papel,
esto está mucho más al norte pero mi espíritu es
denso,
escríbí el poema en otoño, de noche, en soledad
y no soy quien soy.
¿Es todo vulgar, aquí? Sí, aquí también.
Aquí quien se aleja es raptado antes del fin
por alguna razón.
En este poema soy una simple imagen llena de
sentido
que no pregunta por qué el fruto está en flor
y me interroga,
quiere saber si hay alguien
interesado en esas cosas, ese sentido,
cada cosa que pongo en la balanza
fluctúa en el aire como un barco redondo,
lento, navega el viento,
crucé el bosque y pasé de una línea a otra,
desde que se nace es posible saber si están ahí los
astros,
mi avidez se transformó en tristeza,
llovió torrrencialmente,
¿y qué es la poesía?
Quiero decirlo:
una casa pequeña, estrecha y alta
y una sala donde escribo esto.
¡Exagero!
Pero imagino que todo ocurre,
¿y quién no está solo? ¿Quién no es un mundo?
Callar todo cuanto es lenguaje.
Regresar al lugar de donde vengo.
Tomado de:
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