(25 de agosto de 1931, Departamento de Kouilou, Congo - 22 de abril de 1988, Bazancourt, Francia)
"Ofrenda"
Inicia Y aquí en la llanura que habito
mi mano es ancha sobre mi puerta
dadme mi ración de fruta
aunque yo no sepa de qué árbol viene
dadme mi ración de llanto
aunque yo no sepa que corazón consume
No tardéis
ya estoy lejos de mis fuentes
No tardéis
puedo ser útil
ya arreglé mis uñas
rasuré mi cabeza
estoy limpio ante la noche.
Tomado de:
"El denigrador"
Bebo a tu gloria dios
que me has hecho tan triste
y un pueblo me has dado que no es destilador
¿Qué vino beberé en tu jubileo?
En esta tierra que no es tierra de viñas
En este desierto cactus son todas las zarzas
cogeré flores del año
por las llamas de la zarza ardiente de tu deseo
Dime en qué Egipto mi pueblo lleva cadenas en los pies
Cristo me da risa tu tristeza
oh dulce Cristo mío
Espina por espina
tenemos corona común de espinas
Me convertiré pues que me tientas
José ven a mí
En el pecho ya mamo de la virgen tu madre
Cuento con más judas en mis dedos que tú
Mis ojos mienten a mi alma
en la que el mundo es cordero tu cordero pascual-Cristo
bailaré un vals al son de tu tristeza lenta
¿Tan sólo soy tu hermano?
Ya me han matado en tu nombre
¿Era culpable de mi muerte?
Tenía flores de amor todas sombra en los ojos
mis manos figuraban las palmas de latanias en la noche
Al besar tu cruz la sangre enrojece mi boca
¿No era acaso tu hermano?
A tu tristeza bailo
Ni padre ni madre pongo por testigo
y no obstante mi dolor vale tanto como el tuyo
El agua de mi río es dulce, id allá golondrinas,
La roca ama al mar que loco y cansado la golpea.
Me tientas
y yo gozo
Me pierdo por esta música de tu alma
no son sólo las cerdas las que desafinan su canto,
y bailo muerto por la tristeza lenta
Los vicios de mi piel son los tres clavos de acero
en tus manos y pies.
Qué sucio andas Cristo de andar con los burgueses
Su lujo es becerro de oro al cuello de sus burguesas
Camina por la senda de mi pueblo por donde yo cojeo
Me dirás en qué Egipto gimiente está mi pueblo
Mi corazón no es el desierto habla ya oh Cristo habla
¿Pusiste tú oro vivo en mi vino exultante?
¿Te debo mis dos fuentes?
¿Mi corazón y mi alma?
¿En mi corazón no hiciste dos ventrículos
tan minúsculos?
¿Por qué dime habría de sufrir amar con el recuerdo?
Un árbol de vida muerto florecía mi olvido.
Sigues inmóvil
Su pena parte al Congo
Ah, qué sucio andas Cristo de andar con los burgueses
Cristo de mi santa Ana
Dime qué vino he de beber
para mentir a mi pueblo
mi alegría es muy vistosa
mi tristeza muy sucia
para ser fuego de sabana
Perros me seguían
cuando era mendigo
Por la Eucaristía mendigaba errante el vino la sal la
levadura
Yo fui Judío errante
para traicionarte a ti que me habías traicionado
Me han matado en tu nombre
traicionado y vendido
La tarde marchitaba las rosas
que de dolor se deshojaban.
Tchicaya U Tam'si en Epithomé (1970), incluido en Poesía
negra. Antología de poesía africana francófona contemporánea (Colegio Oficial
de Aparejadores y Arquitectos de la Región de Murcia, 2007, selec. y trad. de
Francisco Torres Monreal).
Tomado de:
Pincel de fuego
El fuego del río, es decir,
el mar para beber siguiendo la arena
los pies, las manos
dentro del corazón para amar
este río que vive en mí, me reprende
solo a ti, dije alrededor del fuego,
mi raza
fluye aquí y allá, un río,
las llamas son las miradas
de aquellos que lo mienten,
te dije
mi La raza
recuerda
el sabor del bronce ebrio.
Tomado de:
CONTRA DESTINO
...
Confieso
que tuve vicios,
pero ¿podría
soportar tener
hijos,
sus padres y madres golpeados
uno frente al otro,
aquí estoy en el limbo de todo sufrimiento,
jorobado ,
qué audacia me abrió los brazos?
con los templos perforados
por longitudes costosas,
no necesitas el amor
que no gana la carrera
oh mis expedientes
y todavía he cazado,
no me dejes amar a Sammy
con todas mis fuerzas,
le doy la espalda a los placeres
, déjame vivir para ti
pero no
pobre
el incienso el pus nos asombramos
. Trabajé en mi juventud.
Tuve que hacer el tonto
para mi primera
tos ferina
. Adorné mi garganta con fragmentos de vidrio multicolor
. Deseé la patada en el culo Afortunadamente,
mi segunda victoria fue
una pequeña viruela cerebelosa
y ya no sé cómo salvarme
. Soñé con volver
a mi pueblo con los
ojos tras los lentes oscuros
. Tenía que temer a mi hechicero
. Salté al mar.
con mi insomnio carnal
tengo sal en
mi cabeza esta noche arma a mi gente
contra su destino
es necesario nombrar después de
un número dorado
ganó la muerte
viva el amor
EL TESORO
No.
Yo digo que no.
La luna quiere ser redonda.
Sin respuestas: no.
Nos llamamos desde el vientre.
El vientre no dice: no.
La lluvia cae ampliamente
sobre la canción ya empapada en sangre.
No !
Yo digo que no !
¡La luna es redonda!
Sin respuestas: no!
¡Como tengo un alma gruesa,
me meto los interruptores
de un ferrocarril de vías múltiples
en mi cabeza!
No ?
Yo digo que no ?
¿La luna quiere ser redonda?
Sin respuestas: no?
Deja que el vientre responda!
El vientre responde al vientre
. Vemos, a menudo,:
¡El amor le da la espalda al corazón!
¡Para castigarlo, la sangre fluye más rápido
en los prados
que en las venas!
Tomado de:
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