(1 de enero de 1898, Mont-de-Marsan, Francia - 7 de agosto de 1978, Chiddingly, Reino Unido)
*
Existe el fuego arde y yo naufrago soy el agua
oh niña fría.
La tierra es mi amiga
También su doncella la luna
así al acceder a las cuevas
los pausas los desmayos lejos de todo acodadas
pasamos la noche intimando
en torno al fuego tres fuegos misteriosos y
hermanos.
Tengo las flores más bellas
la quimera más bella
el espejo más bello
soy el agua que se canta.
***
De este corazón incauto a fuerza de presagios
de luces en alerta
las hojas expectantes exigen el milagro.
Las reinas amasaron el devorado resplandor
las praderas recibieron las llaves del fuego de la
danza.
Perturbada la masa
atormentado el círculo
sobre el color a elegir
vacila la claridad.
Junto a ojos que vendrán la luz insiste
las bestias hacen ronda en torno al claro.
Va a abrirse a florecer al fin único de ti
soltando aire y pompas un globo va a subir
y vieja la cabeza de metal alumbrará
por una noche oh tú
signada de estrellas inconexas
en orden y en desorden como el bosque.
***
Y sin embargo, al modelar el arabesco
con flores brazos
mujer rumorosa de follajes
un único lujo persistente se consumaba en ramas
un único lujo tañía su final de mundo.
Aquí este punto
entre dos dedos
aquí la mano
extrae el grano.
Sobre el trigal se estiran las zarzas azuladas
hacia aves torpes y sanas el cereal reluce
altivas y hermosas las hojas de reversos blancos
no han de ceder jamás su corazón amurallado.
Y sin embargo dulce el viento
y sin embargo dulce el agua
semillas que se funden se deslizan
el gris el tierno Acuario.
***
Dónde estás tú que recomienzas
tus cabellos como un ramo
sosteniendo los globos y las copas.
La flor del sol se ajaba
yo te ofrecí las riendas verdes
y tú saltaste al solo corazón que cuenta
sin girar sin vacilar
sin confusión
inmóvil
en medio de la sangre de la luz.
Tomado de:
POEMA ‘VENUS’
Qué hacen los amantes se quieren y atormentan
Aman y se atormentan para poder seguir amándose un
poco más
Y en el ir y venir bajo sus propios árboles
Yacen diseminados los brazos rotos por el bosque
Mascando aún trozos de flechas y ramas.
Desocupados constantes al empezar y abandonar
Encantador rebaño resguardado en el bosque de la
magia
Por la más fuerte y la más indolente de las manos
Qué hacen los amantes se quieren y atormentan.
Su habla su lenguaje
Sus perlas sus abejas
Su fuerza reincidente
Cuando la altiva caza
de las diosas del alba
Luego la antigua quietud.
Qué hacen los amantes se aman y se atormentan.
Tomado de:
A FRANCESCA
Manos dulces no-me-olvides en la culata de los
fusiles
lucho me prostrerno
ante los muertos en tus cabellos como guadañas
tú cantora de los huessos profundos de los marineros
los soldados
de Poemas, 1937
Cuidado con las mujeres cuyas hermanas son bellas
Cuidado con las mujerzuelas cuyas amante son bellas
en el gentío donde nuestros ojos
intercambian sus miradas
estériles
*
Vayamos a los confines donde el sol es frío
Donde sea imposible ingresar al pasaje.
De las cosas que vendrán unas desconcertadas firmes
otras
Ellos hablan conjeturan
Nunca hubo nada tan hechizado. Adiós mi bienamada
Tu mujer de clamores está en el paisaje
Adiós Rubia.
*
Ven a dormir conmigo al lecho de estos ancestros
Donde se forjaron los bríos de tu belleza viva.
Regresa, oh absorbente. Ante los velos de tu cadera
Donde me arrodillo
Como no ha rogado nadie
Te ruego que me dejes dormir y mezclarme con los
tiempos.
*
¡Oh rubia! esto que hemos saboreado de la feliz
forma viviente
Esta muerte abundante esta noche conjurada
Demasiado extendida hoy para mi soledad.
de Dones de las Femeninas, 1951
LOS TEMPLARIOS DE PIERREFITTE
Bajo los grandes reflejos de hierro violeta
Junto con la hiedra el vellocino emblema
Que duerman bajo el arco mitral. Empuñadura de
espada
Cruz lujuria guardadas orden de las estaciones.
Ahí arriba sobre el trigo parsimonioso
No más recolección. La estéril violeta.
No más parejas de hermanos ni otoños ecuestres
No más normas de Oriente. Templarios, dormid.
NOCHE
Volverá la noche de invierno
para tenderme a tu lado.
Las fachadas beberán austeras
El claro de luna y su luz
Será expulsada de nuestros besos y brazos.
El cuarto yace solo con las cortinas bajas
Tú yaces sola con los ojos bajos
El claro de luna es el claro de tus brazos
La noche trae su nave imperturbada.
de Las magias, 1972
Tomado de:
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