viernes, 21 de mayo de 2021

POEMAS DE ALFONSO ALBALÁ

(1924, Coria / 1973, Madrid, España)


Todo en la amada

 

Allá: todo está allí, en esa orilla.

Todo está en ti, mujer: todo en la amada.

Sobre mi seco pozo de silencio

espero la humedad de tu palabra,

 

lo mismo que la hiedra: brocal solo,

lodo y cal solo hacia las nuevas aguas.

Aquí todo está aquí, en esta orilla,

hacia mi pozo lleno de nostalgias.

 

Todo está aquí. Todo está en ti, canción;

eres canción, paisaje, tarde clara,

mis hijos, versos míos, tierra madre...

abre, llueve en mi pozo tu palabra.

 

Aquí, sobre mi pozo de silencio,

donde mi seca voz amurallada,

llueve, canción, mujer, llueve mi voz,

llueve tu voz, tu hiedra en mi antesala.

Tomado de:

http://poesiabreve-briefpoetry.com/alfonsoalbala.html


CON EL BARRUNTO DE LA MUERTE

Apenas hombre mozo, y ya me veo

caer a cada paso, con el barrunto

de la muerte detrás, como un recuerdo,

como un olfato triste que entibiara

la llaga de tu huella en el sendero.

 

Mozo apenas, y esta lenta mirada,

como una desazón, sobre mis sueños,

vuelta hacia el fondo claro de aquel día,

por empañarme el alma con su aliento,

y limpiar tu cristal, tu oscuro vidrio,

tu apelmazada mano sobre el miedo.

 

Sobre mi miedo, sobre mi árbol mozo,

se me ahueca el temor, con el misterio:

acaso el corazón será una fruta,

tal vez menuda hierba daré al huerto …

 

¡Otra antesala con la voz cimera,

madurando esperanza en Tus silencios!

 

 

TODO EN LA AMADA

Allá: todo está allí, en esa orilla.

Todo está en ti, mujer: todo en la amada.

Sobre mi seco pozo de silencio

espero la humedad de tu palabra,

 

lo mismo que la hiedra: brocal solo,

lodo y cal solo hacia las nuevas aguas.

Aquí todo está aquí, en esta orilla,

hacia mi pozo lleno de nostalgias.

 

Todo está aquí. Todo está en ti, canción;

eres canción, paisaje, tarde clara,

mis hijos, versos míos, tierra madre ...

abre, llueve en mi pozo tu palabra.

 

Aquí, sobre mi pozo de silencio,

donde mi seca voz amurallada,

llueve, canción, mujer, llueve mi voz,

llueve tu voz, tu hiedra en mi antesala.

 

 

RÍO ABAJO

Bajo el arco del puente y río abajo

volarán los vencejos.

 

Tarde clara,

encendido encinar,

luminoso amor de Dios.

 

Y las gavillas altas.

 

Agua de Dios, delgado viento,

bajo el arco del puente,

sobre el pretil del puente.

 

Luminosa memoria,

ara encendida, amor, amor de Dios.

 

Mi novia fiel, como las aguas,

con su horizonte amor, y su sonrisa,

y río abajo siempre, clara …

 

 

EL FRISO

Llovía sobre el friso,

como un recuerdo, entre nosotros;

llovía en la memoria yacente, en nuestra piedra;

llovía sobre el coro,

en la callada opacidad de algún recuerdo,

en la madera, sobre el hombro

continuo de los hombres

abatidos y unánimes, borrosos.

 

Llueve en la evidencia expectante

que talla sobre el friso este rastrojo

de ciegas voces doloridas

hacia la tapia blanca, entre los olmos.

 

La enterramos con lluvia,

en un oscuro atardecer de otoño,

cuando la luz tenía justo el color del friso,

del tiempo en el recuerdo con que nombro

su regreso.

 

¡Qué sorpresa interior,

y cuánta soledad entre los olmos!

 

 

SONETO ÚLTIMO

Casa, casa de Dios me busco, hermanos,

hilvanando la voz de mi pobreza

a esta arena de Dios que pisa y reza

mi palabra desnuda por sus llanos.

 

Por los llanos de Dios izas tus manos,

almenando tu sangre, y la aspereza

de este tacto sin Dios, en la tibieza

de mi memoria anclada hacia tus vanos.

 

Huecos de Dios, lejanos, agua quieta

siempre de luz en siempre lejanía,

cae sobre mi tiempo toda, agrieta

 

esta agria masa de melancolía

en mis llanos de Dios, en la meseta

de mi ausencia total sin Tu armonía.

Tomado de:

http://extremaduraxxisiglosdepoesia.educarex.es/index.php/poesia-existencial

 

ESTE VERSO QUE HUELLA MI GARGANTA…

 

Este verso que huella mi garganta,

esta voz que no es voz, esta voz muda,

larva de voz que mi garganta anuda,

¿por qué me hace llorar? ¿por qué no canta?

 

¿Por qué en mi corazón hoy no levanta

este verso su antena, y se denuda

de forma, y llena el pecho, y hace ruda

esta voz que a su paso se adelanta?

 

Este verso sin voz, ni prisionero,

como brisa sin viento en la alameda,

verso del corazón, su carcelero,

 

punzante aguja de dolor, vereda

que lleva hacia el Señor, desde mi otero,

¿por qué se apaga y a mis voces veda?

Tomado de:

https://poeticas.es/?p=2925

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