sábado, 9 de julio de 2022

POEMAS DE CARMEN MARTÍN GAITE



Canción rota

 

 

Siempre que iba a cantar

algo se interponía

y a mí no me importaba,

¡había tanto tiempo!

 

 

Mi canción se quedaba en el alero,

confiada,

meciéndose en la espera

cuajada de horizontes.

 

 

Si alguna vez con mudo gesto

antiguo

acaricio las cuerdas,

el aire se retira

y el corazón me late nuevamente

con aquellos latidos turbulentos,

heraldos de mi canto.

 

 

¡Ay, mi canción truncada!

Yo nunca tenía prisa

y la dejaba siempre,

amor,

para después.

 

 

Por el mundo adelante

 

 

Me atrapa como un pulpo

el color ya sabido de las cosas,

me asfixian mis sonrisas,

no respiro en las de ellos.

Dormí noches y noches

con el balcón cerrado

y al recordar después

la imagen mentirosa,

multicolor del sueño,

siempre había a mi lado unos

oídos

y unos ojos abiertos;

me gustaba amasar

mi falaz pesadumbre

ante el espejo aquel.

Abrid ya las ventanas.

Adentro las ventiscas

y el aire se renueve.

Quiero huir de los ámbitos

calientes y tapiados,

salir sin compañía

por el mundo adelante.

Tomado de:

https://blogpoemas.com/carmen-martin-gaite/

 

 

Farmacia de guardia

No es Valium ni Orfidal,

no me ha entendido.

Se trata de la fe. Sí: de la fe.

Comprendo que es muy tarde

y no son horas

de andar telefoneando a una

farmacia

con tales quintaesencias.

Lo que yo necesito

para entrar confiada en el vientre

del sueño

es algún específico protector de

la fe.

¿Que le ponga un ejemplo más

concreto?

Pues no sé… Necesito

creerme que este saco

cerrado por la boca

y en cuya superficie

se aprecia la joroba

de envoltorios estáticos

puede volver a abrirse alguna vez

a provocar deseos y sorpresas

bajo la luz del sol y de la luna,

bajo el fervor clemente

de los dioses del mar.

¡Oh, volver a sentir lo que era

eso!

Y ni siquiera necesito tanto

ya es menos lo que pido;

simplemente creerme

que un día lo sentí

intempestivamente

cuando más descuidada andaba

de esperarlo,

y supe con certeza

que sí, que se podía,

que un corazón doméstico

cuando al fin se desboca

es porque está latiendo sin

saberlo

desde otro muy cercano.

 

Ya. Que no tienen nada.

Pues perdone.

Comprendo que es muy tarde

para hacerle perder a usted el

tiempo

con tales quintaesencias.

Ya me lo figuraba.

Buenas noches.

 

 

Muerte necia

Se me ha gastado el día,

atropelladamente

en idas y venidas,

en gestos y recados

que al hacerlos juzgaba.

necesarios.

 

Desperdiciado, débil y oscilante,

el número equis ene de mis

días

era un cabo de vela

y afuera lucía el sol de la

mañana.

 

El sol se hunde en silencio

y sopla las bujías

y se envuelve en su manto como

un rey.

 

El número equis ene de mis

días

murió de muerte necia.

 

Ahora lo estoy llorando

cuando veo a las nubes

ponerse un traje grana

para morir también.

Tomado de:

https://www.isliada.org/poetas/carmen-martin-gaite/

 

 

Tres eran tres

 

 

Tres eran tres mis bienes de

      antaño:

tu letra, tu voz y un pañuelo

      blanco.

 

Tu letra entre miles reconocería,

la T de "te quiero", el A de

      "alma mía";

tu voz brasa y miel en la noche

      fría.

Y desde el balcón, al rayar el día,

el pañuelo "vuelve" y "adiós" te

     decía.

 

Tres eran tres mis bienes de

     antaño,

y los tres son hoy recuerdo

     aventado.

 

Tu voz se me pierde por esos

     barrancos,

las cartas las lleva el viento a

     otro lado.

 

Ni letra, ni voz,

ni el pañuelo sabe

a quién dice adiós.

 

(Carmen Martín Gaite, en Poemas, 2001)

Tomado de:

http://elhacedordesuenos.blogspot.com/2012/07/tres-eran-tres-de-carmen-martin-gaite.html

 

 

Amor nómada

Cada pitillo una carta

y cada carta un amor

y cada amor una herida.

Así vas tú por la vida,

dulce poeta menor

de la palabra fingida.

Cuando han prendido la llama

tus ojos levantan vuelo

a hacer noche en otra tierra,

ciegos a quien los reclama

y a su celo,

corazón de fuego y guerra

que conquista y nunca ama.

No hay reposo ni guarida

para tu breve fulgor,

incierta hoguera aterida.

Así vas tú por la vida,

dulce poeta menor

de la palabra fingida.

Tomado de:

https://lecturadialogica.blogspot.com/2020/02/amor-nomada-un-poema-de-carmen-martin.html

 

 

CERTEZA

 

Habéis empujado hacia mí estas

    piedras.

Me habéis amurallado

para que me acostumbre.

Pero aunque ahora no pueda

ni intente dar un paso,

ni siquiera proyecte fuga alguna,

ya sé que es por allí

por donde quiero ir,

sé por dónde se va.

Mirad, os lo señalo:

Por aquella ranura de poniente.

 

                                                                                                                                                        

¿ERA POR AQUÍ?

 

¿Era por aquí?

¿O he perdido el camino?

Casi llego a lo alto de la cima

y aún la vislumbro un poco,

si vuelvo la cabeza,

serpeando allá abajo,

la veredita aquella

orlada de manzanos.

Tal vez era la mía.

Y las voces de antaño me

     despiertan.

Sopla un viento muy frío,

noto un poco de vértigo

y tengo que seguir

subiendo como pueda,

sin mirar para atrás.

Ya casi estoy llegando

a lo alto de la cima,

y me pregunto si era por aquí.

Tomado de:

http://micuaderno1.blogspot.com/2015/05/tres-poemas-de-carmen-martin-gaite.html

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