domingo, 24 de julio de 2022

POEMAS DE SAÚL YURKIEVICH


Pesadilla

 

Planillas presentadas fuera de plazo

¿trajo fotografías?

no puedo darle curso

olvidó el estampillado

llene una solicitud

corresponde multarlo

multarélo

¿multaráme?

múltolo

no me multe

lo multé

 

Fuente: Ciruela la loculira, Saúl Yurkievich, Ediciones del Asterisco, La Plata, 1965.

 

 

Revolución

 

a Emilio Pernas

 

Las sillas se sentarán sobre nosotros

las perchas se nos colgarán

los pisos habrán de arrastrarnos

seremos empujados por la puertas

pateados por las pelotas

tirados por las barajas

arrugados por los papeles

mojados por los pañuelos

encendidos por los fósforos

disueltos por los azúcares

revueltos por las cucharas

bebidos por el agua

y no será más que justicia.

 

Fuente: Ciruela la loculira, Saúl Yurkievich, Ediciones del Asterisco, La Plata, 1965.

 

 

Ladra lo crudo

 

ese perro ladra de noche

ese perro ladra sin parar

    

no aúlla ni rabia

no ladra por circunstancia

ladra por condición

    

¿es el ladrido su pesadumbre?

ladra su fundamento

sus húmeros ladran sus lagrimales su páncreas

ladra lo latente

la cifra de su substancia

lo carnal ladra en él

lo desolado

ladra lo crudo

ladra su atónito desamparo

la vaga vasta amenaza

ladra por todo lo hostil

    

de noche ladra contra lo oscuro

que lo traspasa

contra lo desalmado

ladra.   

Por igual

como perro de noche

por parecido desamparo

ante mí

llora mi amigo Ken

trata de contener su congoja

y desespera

convulso el llanto estalla

impúdico

allende toda urbanidad

el llanto lo rebasa

    

el cúmulo negro lo abruma

se desmorona su morada

su lengua se deshila

todo se agarrota

el sinsentido lo cerca

lo vacante lo anonada

 

 mi amigo Ken

ya no puede tenerse en pie

estremecedoramente

como perro que ladra de noche

por compulsión

estalla en llanto.

    

Hay que vivir –le digo.

La vida es un don.

  No obstante.

A pesar del pesar.

Es duro, pasmoso, insoportable don.

 

Fuente: Sueño del ojo y del espejo, Saúl Yurkievich, Galería Estampa, Madrid, 2002.

 

 

Esbozo

 

Confundes la belleza con el estremecimiento:

lo que porta con lo que aporta.

 

Es –dices– la trémula singularidad,

luego la gracia, el no sé qué,

el modo o la manera de,

lo muy poco y lo muy mucho,

la nada o el colmo; depende –dices.

 

No lo sublime, no precisamente;

más bien, en lo admirable, lo mirable.

(¿Suprimes lo sublime?: lo subsumes.)

 

Cosa de afectos y de efectos –dices–

efectos de los afectos, afectos de los efectos: remolino.

 

El dolor se fija en una forma,

en su figura queda suspendido

y se transfigura: deleita.

 

La figura: nube

a la vez visible e intangible.

 

¿Y lo informe? ¿Y lo feo?

Efectos de lo real –dices– de la razón insuficiente.

 

Pero la bella totalidad se deshace,

las palabras tienden vínculos inciertos,

el ser se separa de la idea,

se sabe sin saber.

 

Soy lo que soy –dices–

soy lo que no soy

no soy lo que soy

no soy lo que no soy: vértigo.

 

Eso no tiene nombre

(ningún eso lo tiene)

se da, se hace, transcurre, opera.

 

Apariciones son: apariencias

(pases, poses, posturas, imposturas)

pizcas de existencia

(ninguno, nadie, nunca, nada)

modos de ser: del ser: paradojas

por las que toda substancia

(todo lo substancial)

se extenúa: melancolía,

borratina: quizá sea así el mal,

el sinsentido como amenaza.

 

Otra voz, no la propia, cuando alcanza,

no poseída: posesa, llega.

 

Otra voz, pero de quién, de dónde.

Sublime, quizá, mas insumisa: ¿ignota?

sin mandamiento: relámpago.

 

Un momento el pandemonio esplende,

genera su sentido en la distancia

y la voz se ve.

 

(Como privada de expresión,

viéndose en el verse,

la voz se ve.)

 

Fuente: Vaivén, Saúl Yurkievich, UNAM, México, 1996.

 

 

Contar por sobresaltos

 

No medir,

contar el tiempo.

¿Cómo contar tu tiempo?

Por lo que acontece

distintamente

por eras personales

según vivas

dicha o dolor

–lo que en ti se destaque

agudamente

o se confunda en el corrimiento–

lo que te corroe

lo que te corrobora.

Contar por sobresaltos

o por sucesión

por prelaturas de celebrantes

de las sacerdotisas

en el santuario de Hera

cerca de Argos

o por genealogías

más y más vagas

a medida que remontan

en edad

o por hazañas de los héroes epónimos

por exterminación de las razas de hierro

por nacimientos señeros

o por las violaciones

que los dioses consuman con mortales

para generar distinta descendencia

tribus nacidas de mezcla.

Contar por capas de leño

o por las alternativas de tu carne

sus flaquezas

por las pérdidas que marcan tus días

por rememoraciones

por ese mismo sueño

que a través de variantes

en tu muñón perdura.

 

Fuente: Sueño del ojo y del espejo, Saúl Yurkievich, Galería Estampa, Madrid, 2002.

Tomado de:

http://lospoetasnovanalcielo.blogspot.com/2013/10/saul-yurkievich.html

 

 

Sospecha

Los Arcontes no ven.

No nos ven.

Enceguecidos por el resplandor

van tan desorientados

como nosotros

sin rumbo van

como los hombres

sujetos al tiempo de la precariedad

también desaparecerán

se perderán en el olvido cósmico.

 

¿Dónde los mirlos

dónde los rocíos

el leve trémulo sauce

entre trigales el camino

DÓNDE?

 

Videntes y no visibles

los Arcontes cejan, están cegados.

A tientas van

como los humanos

se encenagan.

¿Cuál la anchura del decir

cómo ensanchar el entender?

 

Teniente a Dios

no soy quito de mal

y con suciedad me untan.

 

Cuero y carne

mi vestidura

con la carcoma en derredor

a Su mezquindad.

Trabajosas las noches

me estremezco

se sobrecoge mi vislumbre.

 

2

 

¿Dónde los sones

dónde los dones

y los advenimientos?

 

De la casa del lodo eres

tierra es tu avenencia

y en el polvo

está

tu fundamento

tu tumbadero.

 

Los Arcontes ¿desde cuándo?

 

Desmontado

como ciclista que lleva

su bicicleta con la mano

me apeo

me allano.

 

¿Matar a Dios

para que no nos separe de los hombres?

 

Sometido estoy

a una persistente espera:

 

no veo el fin

 

 

MIS ENTRAÑAS

 

 

Tenues mucílagos elásticos tabiques

palpitación succión salpicadura

fibras afinadas redecillas

creciente crispadura capilar

aguas cutáneas granos glóbulos

aglutinándose enjugan licuan

raíces tensas asperezas

rizomas estrías movedizas

filamentosas extensiones

penetrantes inflexos incluso embebidos

se imbrican enclavan insertan

racimos de vejigas cartílagos mucosos

gotean grasos degluten glutinosos

empapan las pelambres pujan

hilos viscosidades que serpean

ramales de gomosas tuberías

mangas elásticas barbudas córneas

pulposa maraña que se embrolla

inyecciones deyecciones estertores

caldosos humores alcalinos

torrenciales esfínteres

torbellinos de jugos estirones

revueltos reductores se propagan

secretan acritudes deshilachan

mucosas papilas enervadas

granulaciones irritantes excrecencias

mórbidos bulbos burbujas aceitosas

cuajos blandos apéndices adhesiones adiposas

meandros afelpados dentaduras

algodonosas vísceras laxos túmulos cutículas

bolos pedículos pedúnculos

tendones sebosos tegumentos tupen

ácidas tintas colman las cavernas

se tensan y se laxan pulsátiles válvulas

membranosas costras crestas crespas

apelotonan ceban criban embuten ungen chupan

 

 

ADIVINA ADIVINADOR

 

Cresta, corona tiene, tiene corona y cresta de metal dentado, para y no para, fuego, echa fuego por la boca, en el pecho otros ojos, ojos el cuero escamado, cola cual fofa medusa, cala, cela, en una mano un cono reluciente, en la otra un colmillo de cobra.

 

Rajante, mancuerna o azafrana, rapapolvo prevarica en jerga, en perigonza groa, como rana brinca, como boa ciñe, como breva lecha, sosaina todo lo sancocha, escalda, puede electrizar, cuando no atenebra aterciopela, algo gaznápiro, un poco petate, defeca fetos o boñiga áurea, alobadado babea, la barba le da cepa, sobre todo en la loma cuando abre la puerta de su pecho y muestra la otra cara de la luna.

 

Si sopla desacuerda, si aspira reconcilia, sólo sus hojas ceden, el ralo resto consta, consolida, terebrante sobre la arena cárdena, poco sabe, sabe a poco, rara humedad, cierto revoloteo, vago frutal, algún rumor, ese sueño, lo malo son las uñas, tercas punzan, un endurecimiento, pero suceden pausas, la reverberación, el juego.

Tomado de:

https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Revista/ultimas_ediciones/51_52/saul.html

 

 

La Cifra

entre millares de grillos que gritan al unísono

hay uno que te canta

entre las nubes de libélulas

batiendo sus élitros zumbantes

hay una que algo te susurra

entre el revuelo de la mariposas

hay una que tremola en tu busca

en sus alas se cifra tu signo

también están tu cuervo tu rata tu murciélago

te rondan

te están destinados

y no los distingues

 

 

Gallo De Allá

esta noche vuelve

a cantar el gallo

rayo chirriador

despierta

memoria de los fondos

gallo remoto

erguido

con el pico trémulo

apunta al cielo

y lanza su cacareo

removedor

como entonces la ventana

como entonces está de par en par abierta

sábana húmeda

grillos luceros y luciérnagas

el calor agobia

quieto espero

la entrada de la brisa

olorosa a madreselva

sigilosos

dispersos

ruidos por la ilimitud

cedazo oscuro silente la noche

puntiagudo punza en la inmensidad

de esta penumbra penetrante

en esa bóveda

resuena

la llamadora llamarada

del quiquiriquí

¿cuándo?

allende

¿dónde?

antaño

mi gallo de allá ayer

atrás otrora

canta

Tomado de:

https://www.poemasde.net/poemas-de-saul-yurkievich/

 

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