sábado, 26 de septiembre de 2020

POEMAS DE JOSÉ DOMINGO GÓMEZ ROJAS

 (Santiago,Chile 4 de agosto de 1896-  29 de septiembre de 1920)

Miserere

              

La juventud, amor, lo que se quiere,

ha de irse con nosotros. ¡Miserere!

 

La belleza del mundo y lo que fuere

morirá en el futuro. ¡Miserere!

 

La tierra misma lentamente muere

con los astros lejanos. ¡Miserere!

 

Y hasta quizás la muerte que nos hiere

también tendra su muerte. ¡Miserere!

 

Simil

 

              

En el bello jardín de mis ensueños

Donde nacen las flores. mis quimeras,

Nacieron muchos lirios que risueños

A la vida entonaron sus primeras

Canciones de dulzuras, halagüeños.

 

Mas sopló el vendaval y esas mis flores

Dobláronse en sus tallos juveniles;

¡Oh blancos lirios, flor de mis amores!

Desde entonces las flores infantiles

Con su olor no calmaron mis dolores.

 

Los lirios del jardín, son ilusiones;

Sus risas y cantares, pensamientos;

Y el vendaval de fieros aquilones,

Son las pasiones viles que cual vientos

Sin cesar despedazan corazones.

 

Sobre tus ojos de mujer

              

Sobre tus ojos de mujer

se habrá de cerrar un día

el sol de un atardecer.

 

En tus dos pálidas manos

se apagarán los fulgores

de los luceros lejanos.

 

Sobre tus labios marchitos

pasará la eternidad

con sus besos infinitos.

 

Y cuando yazgas dormida

la muerte dirá en tu oído

que un hombre te amó en la vida:

yo también me habré dormido.

 

Día de lluvia

              

                         (En el puerto)

 

 

Hay algo de tristeza en el paisaje

la mañana

penetra con su luz por mi ventana

a mi ser interior y es como ultraje

al fastidio sin fin de mi tristeza.

 

Aunque trate

de no ver el paisaje exterior, miro

en una pieza

que hay frente a frente a la ventana mía

dos viejecitas: una que bosteza

y otra que lentamente bebe mate...

 

Yo siento no se qué melancolía.

De vez en cuando pasa por la calle

un transeúnte que fuma un cigarro

o pasa algún chiquillo que contento

pisa las pozas salpicando barro.

 

El paisaje brumoso

serpentea en los cerros, tortuoso

y se desliza por las calles planas.

 

Crepúsculo:

              

I

 

Frívolos madrigales de las sutiles rosas

ritman en los jardines las musas de belleza

y comulga en los ritos del alma de las cosas

como una ofrenda triste mi llanto: voz que reza.

En las gamas exóticas de la tarde doliente

finge la luz un iris -raro florecimiento

crepuscular-. Y pasa rozándome la frente

el murciélago sombra en las alas del viento...

La sombra ya penumbra la arena de las sendas,

perfúmanse de rosas los líricos jardines

y reinan en las pantas fabulosas leyendas.

Los nocturnos de seda de ignorados violines.

¡Crepúsculo de ensueño y evocación de amadas!...

La tarde con mi espíritu la comunión empieza

y al final, como epílogo de oraciones rezadas,

dominará en mí la sombra, la noche, la tristeza

Noche:

 

II

 

Como una enorme sierpe sus escamas de plata

desenrosca la noche; como raras pupilas

de luz, en los azules, su estelación desata

el infinito... El viento va girando las lilas

¡El recuerdo una amada que se fue...!

Y en la fría

nostalgia -voz de tumba- un suspiro que se arranca

en las alas sutiles de la melancolía

que empuja los lirismos de una tristeza blanca...

¡El recuerdo: unos labios mortales...! se deshoja,

perfumando de rosas, un rosal florecido...

¡Unos labios mortales y una rosa muy roja

pusieron en mi carne besos de amor y olvido...!

 

III

 

Despiertan los aromas nocturnos... (Los enanos

juegan con princesitas en sus reinos)...(Las rondas

de sátiros y ninfas tomadas de las manos

fraternizan -mintiendo- en las sagradas frondas)

 

IV

 

La luna mis ensueños, romántica, ilumina.

Las rosas a la luna protestan sus querellas,

y un paisaje interior se disfumina

en florecimiento de mágica estrella.

 

12-III-1914

Tomado de:

http://www.poemaspoetas.com/jose-domingo-gomez-rojas

 

 

El parque dormido

 

 

Sendas que se bifurcan todas blancas de luna;

árboles que proyectan sus formas recostadas;

escaños solitarios; fuentes cuyas cascadas

remedan una orquesta. Sobre la gran laguna

la brisa orla su peplo. Pilastras con jarrones

donde el fauno sonríe con sus belfos lascivos

mientras la ninfa mueve sus dos flancos esquivos

dando a su cuerpo esbelto violentas contorsiones…

 

Cada estrella ha encendido su blanco lampadario.

Cada árbol es como un perfumado incensario

que entonara las glorias del parque florecido;

y vagando por los aires indefinibles notas.

Mientras las fuentes ríen sus carcajadas rotas

llora la luna un salmo sobre el parque dormido.

 

Polvo y viento

 

Hoy caen los crepúsculos de mi alma

y dormido me encuentran las auroras;

tengo tantas estrellas en mi ensueño

que hay un divino azul hasta en mi sombra.

 

Es tan honda la noche de mi espíritu

que en un éxtasis vivo su belleza

y la muerte se acerca hasta mis besos

como virgen vestida con estrellas.

 

Yo dormiré algún día bajo tierra

y ni mi sombra vagará perdida;

no seré ni recuerdo, ni fantasma,

ni amor lejano, ni canción perdida.

 

Sólo entonces, tal vez, duerma tranquilo,

sin inquietud alguna… Las estrellas

seguirán en los cielos, y los hombres

viviendo sus dolores por la tierra.

 

Y yo estaré tranquilo con el polvo

sobre mi corazón, sobre mis labios;

pasarán los millones de centurias…

habrán muerto y nacido muchos astros…

 

Así quiero dormir bajo los siglos,

vestido con el polvo de lo eterno;

yo que rodé cual lágrima en el mundo

quiero apenas ser polvo sobre el viento.

Tomado de:

https://poemasamoryamistad.com/jose-domingo-gomez-rojas

 

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