sábado, 19 de agosto de 2023

POEMAS DE JACQUES DUPIN

 



La inicial

Polvo fino y seco en el viento,

te llamo, te pertenezco.

Polvo, rasgo por rasgo,

que tu rostro sea el mío,

inescrutable en el viento.

 

 

La línea de ruptura

Destruir la escritura de este espacio opresivo y perderse escribiéndolo

para la indivisión en el fuego contra el letargo de las fuentes

las migas del festín están de pie sobre el mantel irreprochable

mimando lo que vuelve ejemplar su execración, el “yo” hostigador y plural, diezmado

se mezcla con el agua legamosa de las incorruptibles parcelas

en el cuarto contiguo su sacrificio o su sueño, y el refugio

los bloques aparejados a su comitiva, y sustraídos a la interpretación

 

***

El prisionero

Tierra mal abrazada, tierra yerma,

contigo comparto el agua helada de la jarra,

el aire de la reja y el camastro.

Sólo el canto insumiso

se vuelve más pesado aún con tus gavillas,

el canto que es guadaña de sí mismo.

 

Por una grieta en la pared,

el rocío de una sola rama

nos devolverá todo el espacio vivo,

 

estrellas,

si tiráis de la otra punta

La elipsis del cuerpo en el cuerpo

del poema

obsequiosa obscenidad

del trabajo de las placas de las caídas de las canicas

contra la turba de magma

trabajo del prisma

de las bielas de los silbidos

de los espirales de flores de aceite entre

el murmullo de las vocales

de la explosión del número y de la agonía

de los flujos de los parásitos de los estertores

de los abismos y de la piedra

de la síncopa de los procedimientos

y del endurecimiento de los cálculos y de la sombra

durante su asunción lunar

obsequiosa obscenidad

de las tramas

sibilinas

del signo – canceroso

en el aliento fuera del aire

cuerpo vacante

excluido del azul

que yo inyecto a su videncia

sobrevuelo sin alas por una superficie

sin tierras

minúsculos tintineos en el aliento

de mi muerte fuera del aire

como una irrupción del aire

 

Traducción de Lucrecia Arcos Alcaraz

Tomado de:

https://www.isliada.org/poetas/jacques-dupin/

 

 

El arnés

 

El manantial donde nos bañábamos los ojos

En lugar de secarse, se agriaba.

 

Llevo su sajadura en el rostro,

El reflejo que desconcierta.

 

Desde que en él cualquier flor

Te oprime, luz, hermética luz.

 

Al brusco asentamiento del cuerpo, de la voz,

Responde, húmeda todavía, la hierba de un rostro

Cuya oscuridad se desgarra.

 

Mi pie se arquea lentamente

Como el mar

 

Antes de retomar el sendero,

La milenaria estrofa,

 

El sol creciente.

Tomado de:

http://www.puntodepartida.unam.mx/index.php/1411

 

 

HISTORIA DE LA LUZ

 

A punto de convertirse en su denegación

 

su torniquete

 

 

 

 

 

él dobla

 

senil

 

el cuerpo destruido

 

 

 

en el aire

 

contra el espacio

 

 

 

 

 

él parpadea              no se borra

 

no renuncia

 

 

 

a disolverse en la lengua

 

————————————————

 

 

 

 

 

Ella

 

          enigma en el calor

 

 

 

 

 

derramada                brota

 

 

 

 

 

su lectura

 

culmina

 

 

 

cae

 

contra una peana chorreando

 

de inscripciones

 

 

 

 

 

por la pérdida de sí siempre futura              siempre

 

parte conmovedora y gélida

 

 

 

 

 

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Sencillez de figura

 

 

 

su movimiento un brillo gris

 

de sílex o cadera

 

la escoria

 

 

 

de mi deformidad en el ciclo

 

conjetural

 

 

 

que la subrogación del fuego rectifica

 

ensancha        restituye

 

 

 

aria de la noche y del asentimiento

 

 

 

más allá

 

la iluviación de la hoja

 

 

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El triángulo del antifaz se desgarra

 

 

 

 

 

al contrario

 

la peana narrativa tambaleando

 

 

 

por un brusco desgaje del suelo

 

o por un cálculo

 

de sonoridades y alturas

 

 

 

por este ángulo del pliegue la rémora

 

ella

 

de destruirse           la rémora

 

de conmover la cifra

 

 

 

 

 

un estremecimiento de hojas

 

bajo el agua negra

 

me une a su respiración

 

a su filo

 

 

 

 

 

la peana se mueve               bloque negro

 

desgarre

 

 

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Nada más que una hoja presiona la piedra

 

 

 

y la hoja pisada que la piedra

 

sin inscripciones      macla

 

de un deslumbramiento enmarañado                      bloque

 

 

 

negro           desgarre

 

 

 

 

 

 

 

 

 

como una ecuación de simios

 

en el disparo de la espina

 

araña la ornamenta

 

el peso del humor                la acritud

 

 

 

de una lengua desinfectada.

 

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Son cuchillas sin mar

 

 

 

chillas sin tejas

 

y la prohibición

 

 

 

un niño

 

 

 

elevado con el fuego

 

que sube en nuestras vértebras

 

 

 

 

 

 

 

de pronto roto el nudo

 

reventado el sello    despedido

 

el garfio de hierro

 

 

 

hacia el antepasado y su encubrimiento

 

para arrancarle el hijo

 

difunto

 

 

 

una sombra en la luz

 

cortante en su centro el libro

 

                                   cortante

 

el cielo y el sentido

 

————————————————

 

 

 

 

 

ninguna palabra alternativa

 

o agonía

 

ni los granos de la luz

 

 

 

siembran los bajíos

 

donde los asesinos se hunden

 

lentos

 

y definitivos

 

 

————————————————

 

 

 

 

 

Entonces comienza el color

 

el viaje

 

 

 

 

 

multitud en resonancia con

 

lo unánime

 

rotura

 

cuya instrumentalidad

 

 

 

desmienta la locura             libera

 

el cuerpo     distingue la danza

 

y el cuerpo

 

 

 

 

 

y une el rechazo

 

de la ojera

 

y del ensombramiento

 

 

 

 

 

en el tiro/rayo de la línea abierta

 

 

 

a la simplicidad que rompe el cuerpo

 

y la tierra

 

 

 

con una ausencia agorera de sentido

 

 

 

por crueldad del entendimiento/acuerdo

 

————————————————

 

 

 

 Línea desocupada línea abierta

 

 

 

 

 

 

 

a lo que se juega mortalmente

 

en el espacio escrito

 

 

 

por un desarme de nudos

 

y la tergiversación

 

del oído/la escucha

 

 

 

línea abierta múltiples líneas

 

 

 

como su barbarie

 

se enciende contra el mar

 

y reaviva

 

 

 

otra frescura

 

por debajo

 

 

 

 

 

————————————————

 

 

 

 

 

Y arden

 

dos cuerpos devastados                  unidos

 

 

 

 

 

a la celebración de un escombro

 

donde el viejo bosque corrido deja

 

brotar

 

          las venas          las líneas

 

de cúmulo y dispersión

 

 

 

 

 

líneas de magnitud de los astros

 

líneas

 

de consunción del glaciar

 

————————————————

 

 

 

 

 

Y sobre el reverso sedoso del viaje

 

 

 

un cuerpo distante resurgido

 

poda

 

sus rastros               y la muerta

 

 

 

de su nativa ficción estallara

 

 

 

se juega el espacio y

 

lo imposible suspendido

 

por un instante claro

 

 

 

 

 

a su labio negro

 

en el bisel de mi flauta de hueso

 

 

 

 

 

 

 

en exceso de sentido

 

y de cielo

 

 

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Solsticio

 

 

 

 

 

calco y preceder

 

del amor

 

único

 

 

 

 

 

en la distancia del cuerpo apretado                        nebulosa

 

 

 

 

 

esquiva y reglada

 

de grieta en escarpa sobre la tierra

 

 

 

 

 

 

 

el calco y la precesión

 

del amor único

 

 

 

impersonal

 

 

 

como la serpiente

 

 

 

y el grito

 

 

 

cuando nada pasa en el aire

 

salvo el grito

 

                    los golpeteos

 

de alas de pájaros de noche            fumarolas

 

sobre los escombros

 

 

 

 

 

                         chillidos

 

de la pluma sobre la hoja —

 

 

 

 

 

música para acabar que se ensambla

 

y reniega

 

a la muerte              a la luz

 

 

 

 

 

a través de la estopa

 

de una mordaza de palabras ensangrentadas

 

 

 

contra la boca

 

 

 

contra la piedra explosionada

 

de la larga intriga

 

de tu boca en mi lengua

 

 

 

 

 

de una mordaza de palabras contra la boca

 

fluye el color

 

 

 

 

 

                    — madrasta ya leída               depurada

 

rodante

 

 

 

entre mis dientes los cadáveres

 

y el antiguo imperio

Tomado de:

https://www.vallejoandcompany.com/historia-de-la-luz-por-jacques-dupin/

 

 

La reprimenda

La apariencia de la vida, mi máscara ya descorrida, me falta. Convertida, a fuerza de delicadeza, en el estricto esbozo de mi raza acabada, vengo del lugar donde va el viento, quiebro tu caricia… Tu brazo ya no tiembla, mis extravagancias son imperceptibles.

 

En este éxodo en el que tantas miradas dudaron, en el que tantos puños sólo golpean el cerco de jardines huidizos, estoy cerca de vos. Te doy la fuerza para entrar en tu ciudad y el orgullo de no reinarla. En mi luz caminás, mi ala es la que acrecienta el viento. Mi transparencia es la de los monstruos benéficos, mi perfume aquel de la rosa después del diluvio.

 

 

Fuente cegada

Mutilan sus rasgos para que retrocedan los espejos, y es una máscara la que grita. La tierra ya no sufre. Una breve humareda se abisma en la máscara. Afuera, con oscuras precauciones, se abre el agua corrompida, el agua apaciguada, el agua minúscula…

 

La fatalidad que ilustro no es ejemplo de ruptura, de felonías, de temblores: mis imprecaciones, mis tachaduras. Pero ya la raíz del templo perforó el pie del caminante que se pudre. Ya el destello cambió de prisión.

 

 

El palimpsesto

Los sapos son estados de ánimo, no existen. Sólo estanques, melopeas… El niño instruido en la amargura de los brotes, el niño privado de la leche oscura, frágil como el cristal. Una nieve irreprochable cosecha los sollozos, los brillos de una elevación lunar tal. Y la maquinaria alegre de la primavera se aloca, se exilia…

 

Vestido ridículamente con jirones de un crimen perpetrado por manos extranjeras en un cuerpo entumecido, progresás, interrumpís las claridades y los signos, temblás en el elogio, morís de sequedad en los alrededores de la pirámide. Dentro, tu pesadez, tu exégesis embalsaman. La felicidad ruge, es de noche.

 

Hay que crecer con suavidad y desmesura. Rejuvenecer los abismos, hacinar a los reyes, enorgullecerse. Las ventanas salvajes y los amores postrados dan hacia un perfume.

Tomado de:

https://opcitpoesia.com/jacques-dupin-versiones-de-carolina-massola/

 

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