¿Por qué no puedo vivir para siempre?
La muerte es un ciego flamenco cazando peces.
No quiere decir engullirte a ti o a mí...
Y cuando el columpio localiza su pico no desea
nunca
asustarnos. ¡Si solo pudiera ver!
Por la noche, deja el aceite en busca de compañía.
Así que les pido que presten atención a las
ostras.
Su ceguera es la que lo mantiene célibe:
Este chapucero cree besar cuando mata.
Desearíamos no morir. Desearía
que una noche desplegara sus alas y volara
a los planetas más altos en busca de muchos peces
y peces.
Pero está habituado a la Tierra
y se quedarse propone.
A los nobles muertos, mis maestros
Tibios murmullos de las épocas, no la época -
y extraviados y pocas resonantes sois-
hacedme aprender más de lo que puedo oír.
Ampliado el calado de mi anclaje.
Exaltadme cuando hurgo demasiado en las tumbas
y vituperadme cuando me tambaleo demasiado su bre
los zancos.
Por todos lados me llamó: Permaneció disperso como
las olas
y un embargo único y sonoro como el océano
hasta que la vida sea dulce y se descalzas como la
devoción
y cada uno muera arroparse con cobertores.
Peter Viereck (Nueva York, 1916-South Hadley,
2006), Alberto Girri, 15 poetes norteamericanos. Segunda serie, Editorial
Bibliográfica Omeba, Buenos Aires, 1969 (edición no bilingüe)
Tomado de:
https://campodemaniobras.blogspot.com/2011/02/peter-viereck-dos-poemas-sobre-la.html
¿Quién de nosotros dos?
Cuando por la ternura ambos somos fuertes,
demasiado impetuosos
En nuestra unidad como para separarnos o
reconciliarnos;
Cuando aún el contacto de la punta de los dedos
puede sacudirnos
Hacia tan oscilante reciprocidad
De opuestos apretados con tanto calor como para
fundir un árbol
Más unido a su dríade que a su propia corteza;
Cuando ninguno bromea o está desanimado o tan solo
odia
O despierta desenredado del otro;
Cuando más-tibio-que-el-alma- y
más-profundo-que-la-carne son uno
En matrimonio del esqueleto mismo;
Cuando, luego, el suelo despelleja la mera carne
de la mitad de este amor
Y lo cierra por la desvestida mitad de arriba,
¿Quién está seguro de qué lado del suelo se
encuentra?
¿He yacido aquí, de este modo, segundos o años?
No estoy seguro de nada sino de la soledad.
Y la oscuridad. Aquí hay tanta tiniebla como para
colmar una tumba.
O es simplemente medianoche en un cuarto no
compartido.
Conteniendo mi aliento por temor a haberlo
perdido,
Inmóvil y temeroso de moverme,
Sólo sabiendo que de algún modo te has ido de mi
lado.
Aquí yazgo, preguntándome quién de nosotros dos ha
muerto.
Tomado de:
https://es.scribd.com/doc/52722639/Peter-Viereck#
Kilroy
También Ulises una vez, esa otra guerra.
(¿Es porque encontramos su garabato
Hoy en todas las puertas de los retretes
Qué olvidamos su antiguo papel?)
También estaba allí -lo hizo por el salario-
Cuando un genovés borracho de Catay zarpó.
Cada vez que mucha gente para entrar en las peregrinaciones',
Kilroy está allí;
cuenta El cuento del molinero.
A veces parece un rey paranoico
que estampa su escudo en las paredes y dice
'¡Mío!'
Pero al final se desvanece como una melodía
perdida,
Agitado aquí y allá, a quien cantan todas las
brisas.
'Kilroy estuvo aquí'; estas palabras suenan
débilmente alegres,
altivas pero cansadas por la larga marcha.
Es Orestes- ¿culpable de qué crimen?-
a quien las Furias siguen buscando;
Cuando llegan, el encontrar a su presa
(dejando su nombre para burlarse de ellos) se fue.
A veces no huye de ellos a tiempo:
'Kilroy estaba...'
con su sangre un moribundo
Escribió la mitad de la frase en Batan.
Kilroy, ten cuidado. 'HOME' es la trampa final
que te acecha en muchas formas astutas:
en pipa y pantuflas más un sabueso leal
o tonteando, solo tonteando.
Amable con los viejos (su cálida Penélope)
Pero feroz con los niños,
así el 'hogar' se convierte en ese mar,
Horriblemente disfrazado, donde siempre te
ahogaban-
(¿Cómo podría perdonar la Creta suburbana?
¿Los hilos que habrías enviado por V-mail desde el
sol?) -
Y los peces campechanos beben té icario.
Una puñalada de alas desesperadas imprimió su
exultante firma de Kilroy
sobre el cielo puro para que todo el mundo mirara:
'¡Yo estaba allí! ¡Yo estaba allí! ¡Yo estaba
allí!'
Dios es como Kilroy. Él también lo ve todo;
Así es como Él sabe de la caída de cada gorrión;
Por eso rezábamos cada vez que se resquebrajaba la
cuerda floja
Sobre la que nuestros más encantadores payasos
tramaban su número.
El GI Faustus que estaba
en todas partes
Paseó de nuevo a casa. '¿Cómo era afuera?'
Preguntado No puedo, con sus buenos vecinos
Debería y Pero
Y pálido Quizás y con ojos serios Mejor no;
Porque 'Kilroy' significa: el mundo es muy ancho.
¡Él estaba allí, él estaba allí, él estaba allí!
Y en los suburbios no pudo, se sentó y lloró.
Tomado de:
https://www.poemhunter.com/poem/kilroy/
“La madurez lo es todo”
A lo largo de las noches de oblicua lluvia,
Marchando plantan el dolor
Los jardineros con sus botas.
Plantan tiernas semillas de minas,
Allí, donde la magra luz de las linternas brilla
Cultivando las viñas de alambre,
Ocultando sus raíces.
Muchachos de verdes impermeables rondan
El pasto que muy pronto se humedecerá,
Cuando madure el crimen.
¡Cómo crecen de súbito las semillas, y cuán alto!
Floreciendo hacia el cielo
Vuelan los pétalos pomposos del dolor
Blancos, con reborde escarlata.
Tomado de:
https://descontexto.blogspot.com/2013/01/la-madurez-lo-es-todo-de-peter-viereck.html
No hay comentarios.:
Publicar un comentario