lunes, 16 de octubre de 2023

POEMAS DE GATA CATTANA POETA RAPPER

 


¿Qué es el amor?

 

Soy procaz, no soy sincera,

y el día que yo me muera

se muere lo que más quiero,

que no hay amor verdadero

para aquel que no se espera,

y como yo no te espero

soledad es mi compañera.

 

Pues ¿qué es el amor

para aquel que no lo encuentra?

Un anhelo insaciable,

verdugo del alma cuerda.

 

Pues ¿qué es el amor

para aquel que atormenta?

Un yugo sobre su frente,

víspera de muerte lenta.

 

¿Y para aquel que lo guarda

en su garganta hambrienta?

El amor es como un juego,

es ambrosía y néctar.

 

Para mí el amor no existe,

es cantar de los poetas,

pues no hay amor complaciente

para aquel que no lo espera.

 

 

Tan sólo soy el medio

 

Como Fidias escogía de entre las rocas

la más dócil para darle carne y hueso,

así busco en el lenguaje las palabras que utilizo.

No habrá una tilde, una coma, un punto.

Son dictados que me vienen de allá arriba,

se muestran impertinentes.

Si la forma no es precisa,

yo tan solo soy el medio.

 

 

Poesía

 

A ti te quiero triste.

 

No en mis cumbres

ni en mis gozos

ni en el éxito efímero.

 

Te quiero en el fondo del pozo.

A oscuras. Que duela.

 

Como se quiere a un amor muerto,

como se implora a dios, en vano.

 

A ti te quiero cuando no me quiero.

Cuando no puedo ser yo

y sólo quisiera ser tú.

Poesía.

 

Si la voluntad flaqueara,

si ansiara dejar de existir

y escribir…

Escribir pesares.

 

No hay males que duren cien versos

y si los hubiere serían los más ciertos.

 

Mi poesía es mi miseria;

mi histeria, mi historia.

Un grito.

Un poco de perpetuidad en un mundo finito.

 

Asirse al aire

en un gesto involuntario

mientras caes al vacío.

Un grito.

Un grito mudo ante el gentío.

 

A ti te hablo llorando,

sincera,

desnuda.

Te cuento mis dudas

mis angustias, mis miedos.

 

Y he de confesarte

que solo así, triste,

te quiero.

 

Con la nostalgia de un libro acabado,

de un fuego apagado;

no te quiero en presente,

te quiero en pasado.

 

Cuando caiga la noche

y todos se hayan ido

y no queden caminos ya

por recorrer…,

 

volveré arrastrándome,

a pedirte que seas

cuando yo deje de ser.

Tomado de:

https://www.zendalibros.com/no-vine-a-ser-carne-los-poemas-y-textos-ineditos-de-gata-cattana/

 

 

MALDITOS SEAN

 

Malditos sean los mapas,

las coordenadas, las carreteras

y las vías de la Renfe.

Malditas las unidades de medida:

las horas, los kilómetros, los números.

Malditas sean las comunidades autónomas,

el tendido eléctrico,

las líneas telefónicas,

las conexiones automáticas

y la red virtual.

¡Malditos los poetas!

¡Maldito Salinas, maldito Machado!

Y Gustavo.

Y Federico.

Malditas las tostadas

con café por las mañanas.

Malditas las canciones

que me arrancó, los testigos.

Malditas las camas de uno cuarenta,

la prisa, el alcohol y los planeas a la larga.

Malditos los pensamientos impuros,

las ideas lujuriosas y la libido.

Malditas sean también las comparaciones

y los dólares, la ley del suelo

y la burbuja inmobiliaria.

Malditas las parejas de la mano,

malditos los besos sin tapujos,

maldito el camino de vuelta.

Y tus ojos.

Y todas las cosas que me recuerdan que tú no estás.

 

 

TU OFICIO

 

Tu oficio, poeta,

 

no es almacenar palabras

eruditas,

rimbombantes,

ornamentales.

 

No es disponerlas en su

orden yámbico,

en perfecto soneto gongorino,

ni siquiera clasificarlas

burdamente en función

de la terminación

y la rima.

 

Porque tú nunca

fuiste matemático, poeta.

Tú nunca fuiste geógrafo ni físico

y no entiendes de distancias

ni unidades de medida

y no entiendes de lógica pura

ni de leyes invictas.

 

Porque tú nunca

fuiste científico, poeta,

y por eso mismo

no entiendes de estadística

ni de cuántica avanzada

ni de biopolítica

y no es tu oficio

establecer las fórmulas

del cosmos.

 

No es tu oficio el análisis forense

por más que te empeñes

así como no lo es tampoco

el psicoanálisis ni la neurociencia.

 

Tu oficio, poeta,

 

es esculpir utopías

donde no puede haberlas.

Acabar con la ley de la gravedad

y juntar el cielo con la tierra,

el bien con el mal,

de la forma más humana

y menos despreciable

que te permita tu especie.

 

Tu oficio, poeta,

es dignificar la especie.

Hacer que quepa la duda,

decir: "Algunos eran buenos.

Algunos no eran prescindibles"

 

Que mañana,

cuando hayan pasado los siglos

se diga:

 

"No todos fueron Judas.

Los hubo Robín Hoodes

y Don Quijotes,

los hubo Baudelaires

y Esproncedas,

las hubo Antígonas,

las hubo Safos...

Los hubo Valle Inclanes

y Cañameros."

 

Que de toda nuestra obra

una parte se salve.

 

Que merezca la pena

el raciocinio.

 

Que el conocimiento no sea

una amenaza.

 

Tu oficio, poeta,

es dignificar la especie.

Escoger las palabras

que pondrías en tu lápida.

Decir, por ejemplo:

"No todos eran prescindibles".

 

Merecerte la vida

hasta tal punto,

que tu muerte parezca

una injusticia.

 

Y dejarte ir,

como si nada,

como todos,

(poetas o no)

hacia la larga

y aburrida

eternidad.

 

 

CASO EMPÍRICO

 

Tú siempre estás, aunque no estés.

 

Aunque científicos de bata impoluta,

de gesto siniestro y mirada desierta,

hayan establecido las bases

y la impenetrabilidad de la materia.

 

Y ellos digan,

porque por decir que no quede...

que de repente tú y yo no podemos ser

la misma cosa,

el mismo fluir transeúnte

en el mismo tiempo

y en el mismo espacio,

el mismo ego que se abraza

a cuatro manos,

a cuatro patas,

la misma angustia que

se relame los bordes.

 

Y aunque digan, porque lo dicen,

que de repente ahora tengo que elegir

entre tú y yo,

entre aquí y allí,

porque la materia no puede ocupar

dos espacios simultáneamente

por el principio de exclusión y todo eso.

 

Y que para tres dimensiones está bien,

que qué más quiero.

A la mayoría de humanos le basta.

 

Pero yo, soberbia desde chica y a menudo

incauta y rechistona por espasmo,

les vine a derribar la pantomima,

sus leyes insensibles y anodinas

que a nadie consuelan,

que a nadie iluminan

con un caso irrefutable y empírico,

empiriquísimo:

 

Tú siempre estás, aunque no estés,

y al mismo tiempo yo también estoy aquí,

en el mismo sitio,

dejándote hacer y viceversa,

contemplando como caes sobre el papel,

cómo aterrizas,

cómo hablas por mí,

o desde mí,

o a través de mí,

hace ya que no distingo.

 

Hace ya que vengo desafiando

las leyes de la física y

hace ya que no me asusta.

 

Los científicos de batas radiactivas

sólo entienden de materias

y de fórmulas,

pero nada de este barro viscoso del nosotros,

nada de las nueve dimensiones,

donde tus moléculas, tus átomos,

pudieran ser los míos, pudieran confundirse,

como una frontera sin vallas,

o, con vallas, pero sin cuchillas.

 

Los científicos sólo quieren papeles

y casos empíricos.

 

Por eso vine yo,

y por eso viniste tú conmigo

aunque no vinieras.

 

Para demostrarle al mundo

que se puede estar, aunque no se esté.

Tomado de:

https://libroemmagunst.blogspot.com/2020/07/gata-cattana-4-poemas-4-1.html

 

 

Como aman los pobres

No aman de igual forma

los ricos y los pobres.

 

Los pobres aman con las manos.

Los pobres aman en la carne y con gula,

en las peores estampas,

en condiciones famélicas y con

todo en su contra.

 

Los pobres aman sin bonitos decorados.

Entienden de lunes y de tedios domingueros

y de gastos imprevistos

de facturas y de angustias

que embisten

mes a mes

a quemarropa.

 

El amor de los pobres

no sale por la ventana

aunque el dinero entre

por la puerta,

(que nunca entra),

(aunque no haya ventanas).

 

Los pobres han aprendido

a amarse a oscuras por eso mismo.

Han aprendido a amarse mal alimentados

mal vestidos, malqueridos,

porque el hambre agudiza el ingenio

y en sus jardines también crecen las flores

(aunque no haya jardines).

 

Los pobres han aprendido a aprovechar

los vis a vis, entre jornada y jornada

de trabajo,

(aunque no haya trabajo)

y saben darse placeres nunca tasados

de valor incalculable

y han aprendido a disfrutar las circunstancias

y la sopa de sobre,

el viejo colchón y la cuesta de enero.

 

Y parece que su amor se yergue

indestructible a pesar de,

a pesar de las miles de plagas,

de los sueños frustrados y fracasos andantes,

de las crisis cíclicas y de hambrunas y de guerras,

más valiente que Heracles,

más Odiseo que Odiseo.

 

Y parece que su amor se extiende y se multiplica

al ritmo que se multiplican los pobres,

al ritmo que se multiplican los infortunios

y los desastres naturales que golpean

siempre en las casas de los pobres.

 

Y ese amor está a la altura de Urano,

a la altura de Urano y de Gea juntos,

y es el única arma

que tienen los pobres

para defenderse.

 

Por eso han aprendido a cultivar flores

y a cantar bien sus penas

y han inventado las mejores obras

y los mejores instrumentos.

Por eso entienden de arte y saben

encontrarlo donde lo haya,

aunque no lo haya,

(que siempre lo hay).

 

Y han aprendido a aprovechar el carisma

y la jerga,

y a escribir poemas inmortales

sobre amores complicados,

y saben de cosquillas,

y saben de boleros

y saben de desnudos

y de darlo todo,

que no es más que lo puesto,

las manos y la lengua

la forma de otear el horizonte

y los cánticos en contra del patrón.

 

Yo solo sé amar de esta manera

yo te amo como aman los pobres

y me temo que durante mucho mucho tiempo

esto seguirá siendo así.

https://www.chhe.com.ar/tres-poemas-para-recordar-a-gata-cattana/

 

 

Letra sobre pliego

 

Si pudiera, fundiría mi piel

 

y mojaría mi pluma.

 

No vine a ser carne,

 

vine a ser espuma.

 

Letra sobre pliego.

 

 

Algo más

 

Para mí nunca nada es suficiente.

 

Me da igual que me cantes serenatas

 

o que conquistes ciudades en regiones

 

bárbaras bajo mi estandarte

 

o que lleves mi estandarte a Mercurio o a Urano.

 

Incluso aunque lo clavaras

 

en el cabecero de tu cama,

 

seguiría pareciéndome insuficiente.

 

 

 

Y haces bien en no regalarme flores.

 

Haces bien, porque ni las magnolias

 

ni los claveles ni los tulipanes,

 

ni siquiera las rosas negras,

 

me conmueven lo más mínimo

 

ni me parecen una honda declaración.

 

 

 

Ni siquiera los chocolates.

 

Ni siquiera las noches

 

en que te muestras elocuente.

 

 

Me despido

 

Me despido, y no como aquel que se despide

 

vacío, hueco, no como ese que se relame

 

ante pareceres dispares, ante adioses que

 

sólo son hastaluegos.

 

Me voy como lo que vine, como la antítesis

 

de lo ario, de lo puro, como aquel susto

 

que se repite, y no por no prevenirlo, sino

 

porque siempre es esperado.

 

Me voy y no sé lo que dejo: ¿amor?, ¿pena?,

 

¿alegría?, ¿sollozo?, ¿taciturnidad?, ¿apatía?,

 

¿desazón?, ¿éxtasis?

 

No sé, ¿vacío?

 

Dejar, dejo, ¿NO?

 

 

 

¿Qué sería de la gloria sin el legado?

 

Pues eso, que me piro, pero como aquel

 

que se va sin caminar,

 

con la sensación de que el camino es corto,

 

vamos, que me ha sabido a poco;

 

como aquel que corre como en sueños, sin moverse.

 

Me voy y no sé lo que dejo,

 

pero sí lo que me llevo: me llevo ese nosotros, esa identidad

 

hacia algo que hace que no tenga identidad,

 

que hace al hacer, que hace deshaciendo.

 

 

 

Desde tu masa cubierta de cráneo,

 

desde lo que queda en ti y sólo en ti,

 

no extrapolable a otros tú,

 

sino en tu tú, en se y por se,

 

quedará un yo, ese yo que sólo aparecerá

 

con un olor, con una risa, una nota,

 

un litro, una persona, un ruido, un silencio,

 

y, lo más importante, un pensamiento.

 

 

 

Solo cuando este cúmulo de pareceres

 

intangibles sea una masa que se simbiotice

 

con la masa cubierta de tu cráneo, que a su vez

 

quede simbiotizada con tu cuello,

 

solo ahí no me habré ido.

Tomado de:

https://verne.elpais.com/verne/2020/11/03/articulo/1604414818_615023.html

 

 

 

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