Concédeme tranquilidad
¡Concédeme tranquilidad,
tranquila impasibilidad,
Señor celestial!
¡Guarda mi pobre cordura,
mi corazón en cautiverio
pasado a espada!
A través de largos años de penitencia,
mi espíritu anhelaba sustento,
deseaba la salvación;
escúdame y vela conmigo,
no dejes que tu enemistad
cause mi condenación.
No sin trabajo
me salvaste, salvador mío,
por la muerte de tu hijo.
Por su bien, ayúdame para
que puedas completar
lo que habías comenzado.
Tus misericordias tan poderosas,
no mis pecados desagradables
deberían tener precedencia.
Tu gracia es eterna
aunque mis pecados infernales
clamen por la tumba.
¿Puedes
sufrir en la bienaventuranza la vicisitud
o la pérdida de posesión?
¿Puedes despertar
las filas de los desamparados
por tu intercesión?
¿Por qué habría de dudar,
cuando la desesperación se desvanece
en la confianza de tu palabra?
de
gracia me concederás la gracia que no me niega,
la recompensa de los fieles.
Señor, no me
resistas , abre tu gran puño,
sé tierno y amable,
perdona mis comienzos
y sana las alas desgarradas
de la mente lastimera.
Volando, te bendeciría,
adorando dirigirte a ti,
desafiando mi transgresión,
así practicado en el vuelo,
mi alma sanada podría
resucitar en mi muerte.
Bálint Balassi
Tomado de:
https://www.poemhunter.com/poem/grant-me-tranquillity/
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