viernes, 30 de abril de 2021

POEMAS DE GÜNTER EICH

(1 de febrero de 1907, Lebus, Alemania - 20 de diciembre de 1972, Salzburgo, Austria)


FIN DE UN VERANO

 

¡A quién le apetece vivir sin el consuelo de los árboles!

 

¡Qué bien que participen del morir!

Los melocotones han sido cosechados, las ciruelas se cubren de color,

mientras susurra el tiempo bajo el arco del puente.

 

Mi desesperación confío al paso del pájaro.

Él mide con sosiego su porción de eternidad.

Sus recorridos

se hacen visibles en la fronda al modo de una fuerza oscura,

el vaivén de las alas da color a los frutos.

 

Hay que tener paciencia.

Pronto será descifrada la escritura del pájaro,

bajo la lengua puede sentirse el gusto del penique.

Tomado de:

http://fernandoaramburu.blogspot.com/2014/06/un-poema-de-gunter-eich.html

 

DE NOCHE

 

Oír de noche lo que nunca ha sido oído:

 

el centésimo nombre de Alá,

 

el jamás anotado sonido de timbal

 

cuando murió Mozart,

 

percibidos diálogos en el claustro materno.

***


TUS DÍAS

 

Tus días andan descarriados.

 

Tus noches están llenas de estrellas desérticas.

 

Siempre vienen centenares de pensamientos,

 

siempre se van centenares de pensamientos.

 

¿Te acuerdas aún?

 

Antaño eras

 

sólo una barca en un río verde,

 

antaño tenías los pies de un árbol

 

y estabas anclado en el puerto de la tierra.

 

Debes volverte allí,

 

sorber la vieja lluvia y hacer que nazcan hojas.

 

Tus pasos se precipitan demasiado,

 

tus palabras, tu cara te hace vulgar.

 

Debes volverte mudo, leve.

 

Ser un mosquito, una ráfaga de viento, un lirio.


***

EL HOMBRE DE LA CHAQUETA AZUL

 

El hombre de la chaqueta azul

 

que regresa a su casa con la azada al hombro

 

lo veo detrás del seto del jardín.

 

Así regresaban por las tardes en Canaán,

 

así regresaban de los arrozales en Birmania,

 

de los campos de patatas de Mecklenburgo,

 

regresaban de los viñedos de Borgoña y de los /jardines californianos.

 

Cuando la lámpara se enciende tras ventanas /empañadas,

 

les envidio su felicidad que no debo compartir,

 

la tarde patriarcal

 

con olor a fogón, a ropa de niños, a modestia.

 

El hombre de la chaqueta azul regresa a su casa.

 

La azada que lleva al hombro

 

parece, al caer la noche, un fusil.

 

Traducciones de HANS LEOPOLD DAVI

 

EL ORIGINAL DE LOS POEMAS SE ENCUENTRA EN “AUSGEW AHLTE GEDICHTE”,  SUHRKAMP-VERLAG, FRANCFORT, 1960.

Tomado de:

https://lamecanicaceleste.wordpress.com/2020/12/21/poemas-por-gunter-eich-1907-1972/

 

Tango

 

Eres de pronto todo rostro y nombre.

 

Paisaje que fue, la boca imprecisa,

 

landas de piel sin marco que la asombre,

 

pradería y frente que se alisa.

 

 

 

Asómate al cristal, nunca perdura

 

la vieja imagen, la boca que ha sido

 

se difumina, en esa hora oscura,

 

unas nubes sobre el pelo recogido.

 

 

 

Tus pies entre un granate de amapola.

 

Recuerda ahora la bahía, el mar,

 

recuerda el canto de una gramola,

 

la luna de otoño, su grávido estar.

 

 

 

Estás ahí. Del azulado fondo

 

que es ese vasto cielo inexplicable

 

crecen tu aliento y el ojo redondo,

 

luz crepuscular, regocijo afable.

***

"Cautela"

Los castaños florecen.

Tomo nota,

pero me abstengo de opinar.

 

"Demasiado tarde para ser modestos"

Habíamos puesto en orden la casa

y corrido las cortinas;

en el sótano teníamos provisiones suficientes,

carbón y fuelóleo,

y escondida en las arrugas de la cara

la muerte en ampollas.

 

Por el resquicio de la puerta vemos el mundo:

un gallo decapitado

que corre como loco por el patio.

 

Ha dado al traste con nuestras ilusiones.

Colgamos las sábanas de los balcones

y nos rendimos.

***

Tomado de:

https://franciscocenamor.blogspot.com/2013/06/poema-del-dia-cautela-de-gunter-eich.html

 

Sueños

¡Despierta, tus sueños son malos!

Mantente despierto, la pesadilla se acerca cada vez más.

 

A ti también te llegará, aunque vivas lejos de

los lugares de derramamiento de sangre,

incluso a ti y a tu sacrosanta

siesta de la tarde.

Si no es hoy, mañana,

pero seguro que llegará.

'Oh, sueño placentero

en los cojines bordados con flores rojas,

el regalo de Navidad de Anita para ti, se sentó sobre las costuras durante

las tres semanas,

oh, sueño placentero,

siguiendo el jugoso asado y los brotes hervidos hasta convertirse en pulpa.

Mientras te quedas dormido, piensas en las

noticias de la noche de Fox de ayer :

juguetones corderos de Pascua, los movimientos de la naturaleza, la apertura del nuevo

casino en Baden-Baden,

con su nuevo entrenador australiano, los Light Blues pip the Dark Blues.

por dos

cuerpos y medio en la carrera universitaria,

más que suficiente para ocupar el cerebro.

 

¡Oh, el cojín suave, el plumón de ganso de primera clase!

Acostado en él, te olvidas de las irritaciones del mundo, este

ítem por ejemplo:

el médico acusado de procurar un aborto dijo en su

defensa:

la mujer ya tenía siete hijos, y vino a verme con

el menor

envuelto en papel de periódico

porque estaba incapaz de pagar pañales.

Bueno, estos son asuntos de la corte, no nuestros.

No hay nada que hacer si a

lo pasa mejor que b y, pase lo que pase, nuestros nietos pueden solucionarlo.

 

'Ah, ¿ya dormiste? ¡Un agradable despertar entonces, amigo!

La corriente ya está viva en el kraal de alambre y los

centinelas han sido apostados.

 

¡No, no duermas mientras los arreglistas del mundo están ocupados!

¡Sospeche del poder que dicen

tener para adquirir en su nombre!

¡Manténganse despiertos para asegurarse de que sus corazones no estén vacíos, cuando

otros calculan sobre el vacío de sus corazones!

Haz lo que es inútil, canta canciones que salen de tu boca

que van en contra de las expectativas!

¡Sé intratable, sé como arena, no aceite en la sedienta maquinaria

del mundo!

***

Inventario

Esta es mi gorra,

este es mi abrigo,

aquí está mi kit de afeitado

en su bolsa de lino.

 

Algunas raciones de campo:

mi plato, mi vaso,

aquí en la hojalata

he rayado mi nombre.

Lo rasgué aquí con esta

preciosa uña

que mantengo oculto

de los ojos codiciosos.

 

En la bolsa de pan tengo

un par de calcetines de lana

y algunas cosas que no hablo

con nadie,

y estos forman una almohada

para mi cabeza por la noche.

Hay un cartón

entre el suelo y yo.

 

El lápiz es lo

que más amo: de

día escribe versos

que invento por la noche.

 

Este es mi cuaderno,

este es mi impermeable,

esta es mi toalla,

este es mi cordel.

Tomado de:

https://www.poemhunter.com/g-nter-eich/poems/

1 comentario:

  1. Muchas gracias Fausto Marcelo por estos poemas de Gunter Eich y por el blog.

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