martes, 31 de diciembre de 2024

POEMAS DE RUTH STONE


Camino

 

Era un viejo camino.

Ascendía hasta la cima atravesando bosques.

Tú ibas delante porque eras más joven.

"Es mi camino", dijiste.

Sí, estos caminos siempre pertenecen a alguien.

Se entrecruzan en mi mente,

las hojas tienen la fragancia de las fogatas,

los perros se separan en la maleza.

Salvo los bosques; suben tan rectos y angostos,

las hojas empiezan a cambiar,

las sombras se calman, diciendo:

"Dejadnos vagabundear y acostarnos juntas.

No desaparecer nunca, sino yacer aquí, bajo estos arbustos".

Tomado de:

https://campodemaniobras.blogspot.com/2021/11/ruth-stone-camino.html

 

 

MANTRA

 

Cuando estoy triste

 

canto, recordando

 

el murmullo del tordo.

 

Entonces no quiero nada

 

excepto regresar al pasado

 

a lo que tuve

 

antes de que el amor me entristeciera.

 

 

 

Cuando olvido llorar,

 

oigo a los sapos trepar

 

por la corteza de la higuera sagrada.

 

El amor yace dormido

 

y sueña que todo se encuentra

 

en su nido dorado;

 

y yo estoy atrapada allí, también,

 

cuando olvido.

Tomado de:

https://santarabiapoetry.com/ruth-stone-mantra/

 

 

Edén, Antes y Ahora

En el 29, antes de que las tormentas

de polvo arenaran Indianápolis,

creíamos en la compañía lechera.

La leche venía en botellas de vidrio.

Untábamos mantequilla coloreada,

ahora relacionada con el cáncer.

Trabajábamos de siete a siete

sin pago de horas extras;

jurábamos lealtad todos los días,

nos compadecíamos de los famélicos armenios.

Una mañana en medio de la plenitud,

hubo gente fuera de contexto,

quienes vivían en la nada.

Algunos dormían en chozas

a las orillas del río.

Los inversores dijeron

que este fenómeno pasaría.

Mi padre trabajaba en el periódico.

Él era un impresor sindicalizado;

balas de plomo y humo azul.

Él trabajaba con plomo caliente

en una máquina de dos toneladas,

en un asiento de poca altura;

una gorra de pico verdoso

colocada en la frente.

Él le daba a mi madre un dólar al día.

Se podría decir que éramos ricos.

Era la Edad del Jazz.

Por todo el país

los desposeídos vagaban

con sus hijos hambrientos,

acosados por la ley.

Cuando el mercado se rompía, los malos perdedores

saltaban por las ventanas.

Era el momento de poner una mesa elegante,

como lo es ahora; el paraíso corporativo;

la manzana antes de que se pudriera.

Era el mismo gusano

comiendo la misma fruta.

De hecho, el mismo Edén.

Tomado de:

https://esunaverdadsinalfabeto.wordpress.com/2022/06/08/traduccion-apocrifa-dos-poemas-de-ruth-stone/

 

 

1941

 

Llevaba un sombrero de ala grande.

Como las mujeres en los anuncios.

¡Qué delgada estaba!: ¡qué piel!

Sí. Fue Indianápolis;

Un sabor a pecado.

 

Tenías un afro natural;

No hay dinero para un corte de pelo.

Estábamos en la zona sórdida;

los edificios todos deteriorados;

La tienda de discos, el jazz

Impecable. Nos movimos como

los ciegos, confiando en nuestro tacto.

En la cafetería de la esquina,

Después de una hora de juego, con nuestro

juego serio en papel,

La camarera nos preguntó

para seguir adelante. No fue mucho.

 

Oh amor mortal, tus huesos

eran hermosas las trace

con mis dedos. Ahora la luz

crece menos. Eras tan anguloso.

El aire se oscurece con el acero.

y humo. El mundo agrietado

a punto de desintegrarse,

en los brazos de mi felicidad total.

 

 

A los ochenta y tres años vive sola

 

Recinto calentado a vapor; ataúd de prueba.

Estás aquí; tu nombre en un buzón postal;

entrada a otro lugar como vapor.

Nadie te conoce. Nadie te habla.

Todas sus pollas miran fijamente hacia abajo desde sus pantalones.

en el suelo. Sus coños están ciegos.

Apenas te dejan pasar la fila de caja.

Que tengas un buen día. ¿Plástico o papel?

 

¿Eres origami? Un cisne de papel doblado,

¿Cómo los que hacías cuando tenías diez años?

Cuando viste las constelaciones, mintiendo

De espaldas sobre la hierba mojada,

Las flores de pera jabonosas flotando

y desperdiciando, y esas estrellas, las quemadas

cuya luz aún llegaba en oleadas;

Tu cuerpo era demasiado delgado.

¿Cómo podría contener tal masa?

Todavía en tus labios el sabor de algo.

 

Toda la noche esperaste la mañana, toda la mañana.

para la tarde, toda la tarde para la noche;

y aún el anhelo canta.

Oh, pájaro de papel con alas plegadas.

Tomado de:

https://www.poetryfoundation.org/poets/ruth-stone#tab-poems

 

 

Palabras

Wallace Stevens dice:

«Un poeta mira el mundo

como un hombre mira a una mujer».

 

Nunca puedo saber lo que ve un hombre

cuando mira a una mujer.

 

Ese es un universo sellado.

 

Fuera de la burbuja

todo se extiende hasta el infinito.

 

A lo largo del asfalto, los árboles tienen barbas de ancianos,

como hileras de mandarines de barba gris que asienten con la cabeza.

Sus barbas de segunda mano fueron tejidas por polillas gitanas hembra.

 

Todos los mandarines están atrapados en sus imágenes.

 

Un poeta mira el mundo

como una mujer mira a un hombre.

 

 

El repollo

Has alquilado un apartamento.

Llegas a este recinto con alivio físico,

tu pesado cuerpo subiendo las escaleras en la oscuridad,

la bombilla del pasillo fundida, el casero

de origen griego y posiblemente fatalista.

En el apartamento apoyado contra una pared,

el cuadro de tu hija de una gran col con volantes

contra un cielo oscuro con puntitos de estrellas.

La verdura ansiosa, abriéndose

como para comer el aire, o hablar en el

lenguaje de la col de los significados dentro de los significados;

mientras los puntos de las estrellas ocultan su violencia masiva

en la mitad superior oscura del cuadro.

Puedes vivir con esto.

 

 

Cortinas

Pongo cortinas nuevas,

otras ventanas se meten.

Como si fuera aquel primer invierno en Cambridge,

cuando tú y yo acabábamos de mudarnos.

Ahora, borscht frío a solas en una cocina vacía.

 

¿Qué significa si digo esto años después?

 

Escucha, anoche

estaba llorando a rabiar

con mi casero, el señor Tempestad.

Metí a escondidas dos gatos.

Él grita: "¡No se admiten animales! ¡No se admiten animales!".

Me convierto en mi tía Virginia,

orgullosa pero débil de la cabeza.

Recuerdo a Anna Magnani.

Lanzo unos cuantos libros. Grito.

Él se seca los ojos y abre las manos.

Vale, vale, quédate con los animales sucios

, pero sin clavos en las paredes.

Lloramos juntos.

Estoy tan nerviosa, dice.

 

Quiero desenterrarte y decirte: mira,

es como aquella vez, ¿recuerdas?,

cuando corrí desnuda a nuestra sala de estar

para deshacerme de aquel inspector de incendios.

 

¿Ves lo que te pierdes por estar muerta?

 

 

Gorilas machos

En la tienda de donuts,

veintitrés espaldas plateadas

están alineados en la barra,

sentados en los taburetes.

Es el día de café y basura de la mañana.

La camarera tiene una expresión seria,

considerada con los labios pintados de carmín.

No me dora las papas fritas.

Tengo que quedarme de pie en el mostrador

e insistir en mi pedido.

Llevo mi taza de café a una

mesa pequeña e inofensiva junto a la pared.

En el mostrador, la fila del coro masculino

está apretada.

Miro sus traseros casi idénticos;

sus hombros encorvados como compañeros,

la curva de sus antiguas espinas dorsales.

Están explorando metódicamente

su propio territorio.

Estos datos van a esa vasta

biblioteca confusa, la mente femenina.

Tomado de:

https://www.poemhunter.com/ruth-stone/

lunes, 30 de diciembre de 2024

POEMAS DE ANDRÉS URIBE BOTERO


El espejo análogo

 

Una mañana me levanté sin rostro. En el espejo sólo pude percibir la montaña que tras de mí se hallaba. Bajo ella deambulaba una multitud errante: rostros desesperados y miradas llenas de pánico reflejaban el inconsciente de la condición humana… En la mitad de este macabro paisaje se erguía un bello árbol de manzanas prohibidas, indiferente a la atmósfera que lo rodeaba.

 

El sol plantado en la mitad del cielo. El tiempo, como el gran astro, tampoco se movía, cansado del horizonte. A lo mejor era yo quien así me hallaba; tal vez el sol siempre había estado quieto y en mi terquedad me había encargado de moverlo generando el día y la noche para el mundo. En algún punto se desencadenó una psicosis colectiva, con la cual se dio comienzo a la noche y sus misterios.

 

Desesperado ante aquel paisaje monótono, sórdido, decidí tenderme en el lecho, ilusionado con la idea de que en el sueño mi mente quedaría atrapada en el tiempo… Moviendo mi no rostro de un lado para otro, busqué el reflejo de mi cama en el espejo. Cuando la hallé, me di cuenta de que era ya demasiado tarde para dormir: mi cabeza destrozada yacía sobre sábanas rojas. A su lado, el revólver aún caliente bajo la quietud del sol.

 

 

Nadie 

 

- ¿Cuándo llegó?

-No, aún no ha llegado.

- ¿Dónde está?

-Tampoco, creo que andan juntos.

- ¿Vendrán?

-No lo sé, hubo muchos muertos en la guerra.

- ¿Tú quién eres?

-Nadie.

- ¿Y qué haces en la puerta de mi casa?

-Espero.

- ¿Qué esperas?

-La hora de tu entierro.

 

***

 

Mujer no tan mía,

que pides un poeta…

Mejor sueña con un filósofo hedonista,

un académico esteta,

un ingeniero profeta,

un médico comunista,

o incluso un buen rentista…

Pero mujer no tan mía,

aprende a ser realista

no vuelvas a pedirle a Dios

un poeta.

 

 

***

 

Cazador de sueños

ten cuidado

en el valle de los gnomos

donde el árbol

se disuelve en la flor,

donde el aire perfumado

te ahoga entre venenos,

donde la ninfa con su

canto te abraza hacia el fondo

del lago.

 

Cazador de sueños

ten cuidado,

no sucumbas

al sueño que persigues:

mátalo o mátate

pero vuelve

con los ojos abiertos.

Tomado de:

https://opinionalaplaza956374467.wordpress.com/2019/02/24/cinco-poemas-de-andres-uribe-botero/

 

 

Poética

El acto mismo de la escritura,

más allá de toda estética, gramática y moral,

es la tabla de salvación de los santos y de los malditos,

la bola de cristal de los visionarios,

el puñal de los mercenarios,

la espada de los guerreros

y la sentencia de los tiranos.

 

El lenguaje va más allá de la palabra escrita.

No todo escritor es poeta y no todo poeta escribe.

La poesía es actitud y la vida misma es el poema. 

 

Soy el resultado de cada instante vivido,

y a la hora de escribir ni siquiera pienso,

incluso soy el lector de mí mismo.

Al conectarme para escribir

me desconecto al mismo tiempo.

 

No tengo la capacidad de crear personajes, lugares, ni situaciones. 

Los personajes de mis obras simplemente aparecen ante mí,

son tal vez mis propios fantasmas, fantasías y anhelos íntimos. 

 

Los escenarios aparecen de igual manera, 

unos son cabezas, otros espejos

y otros son simples proyecciones.

 

 

Monólogo frente al espejo

           “Yo es otro”

                       Arthur Rimbaud.

 

¿Quién eres? ¡No me digas! Siempre pensé que yo era yo y no tú, aunque la lógica me

decía que tú eras yo… Es cierto, yo tampoco he creído en la lógica…A eso me refiero,

querido, a la lógica propuesta por nuestra perpetua señora de la razón…

 

¿Sabes? Por mucho tiempo pensé que sin ti no podía vivir. Hacías mi vida un poco más

soportable. Fue con el tiempo que te convertiste en mi enemigo ya que me mostraste

cómo la vida se marchita, aun cuando en los años lozanos estemos dispuestos a creer

que el cuerpo tiene vida eterna. Tienes razón, todo es ilusorio, hasta la muerte

misma…

 

Imagínate que un día me la encontré sentada en un cafetín. Se tomaba un café negro

mientras rezaba un “Padre nuestro”. No te imaginas cómo sufre la desgraciada, qué

destino tan duro le ha tocado, sin embargo, tiene una apariencia vital. Y ¿sabes por

qué? Porque se alimenta de los años vividos de todos los mortales, lo que quiere decir

que ella vive a la inversa, cada año menos de un hombre, cada minuto e incluso cada

segundo, es su alimento… ¡Cómo sufrirá la pobre! No se conocerá a sí misma mientras

los hombres vivan.

 

¿Sabes? Cada día está más obesa. En el último desastre natural aumentó siete millones

de kilos y es que no es fácil ingerir los años de ciento cincuenta mil personas al mismo

tiempo… Fue muy duro para ella, incluso se indigestó; eso fue lo que me dijo… ¡En

serio! Estaba muy agobiada, desde Hiroshima no vomitaba tanto, quién lo creería,

querido, la vida en exceso mata. Pero volvamos a lo nuestro, ya le hemos dedicado

demasiado tiempo a un ser que tarde que temprano tendrá el nuestro… ¿Qué te

decía? Ah, sí, que eras mi enemigo, que me mostrabas mi propia decadencia, mi

descenso… Por eso te saqué de casa, pero fue en vano, desde entonces te veo en cada

rostro que contemplo, por momentos pienso que estás más vivo que yo. Bueno, eso

me dice la razón, porque a ciencia cierta tú y yo sabemos que no existes. Pero ¿sabes

qué me preocupa? Que ya no sé si yo existo, y cada vez que digo yo, no sé a quién me

estoy refiriendo, pues cada día se levanta otro. ¿Recuerdas el día que maté a aquel

hombre y que llorando te saqué del armario y te insulté durante dos horas? ¿Sabes por

qué lo hice? Porque el que lo mató fue otro. Por eso me declaré inocente en el

estrado: ¿recuerdas mi defensa? Fue impecable, elocuente y cierta.

 

Siempre he sido inocente, querido ¿y sabes por qué? Porque objetivamente nunca he

sido uno, he sido tantos como hombres he percibido…En fin, daría mi vida porque no

me siguieras atormentando. Aparentemente un revólver lo solucionaría todo, pero sé

que es inútil ser alimento de la Parca, ya que tarde o temprano se indigestará de

nuevo y vomitará y yo volveré a este mundo. Claro está, siendo otro, pero con la

ilusión de ser el mismo y de que esta sea mi primera vida, y entonces volverán a

aparecer los que no soy, pero que sin embargo he sido…

 

No sé qué más decirte, y más cuando sé que no existes y que siempre has existido…

Adiós, espero no volver a verte, aunque sé que es imposible…

 

 

Expreso dos mil siempre

           “La suprema tarea de la cultura, consiste en apoderarse del yo trascendental.”

                                 Novalis

 

Cuando decido bajarme del tren a tomar un respiro, me doy cuenta de que he perdido

la memoria. Alguien me informa que el aire acondicionado está en el segundo piso.

Es un tren expreso muy cómodo y sus pasajeros están bien atendidos mientras llegan a

ninguna parte… En las pantallas se pueden ver todo tipo de imágenes y programas

supuestamente educativos sólo para “mentes avanzadas” que, naturalmente, son las

de quienes allí viajamos. Contamos, además, con un sistema alimenticio único,

conectado a la piel con diversidad de fluidos que se acompaña también de exquisitas

imágenes mentales con las que nuestro inconsciente se deleita y satisface plenamente.

 

En este tren nos levantamos cumplidamente al desarrollo de nuestras actividades…

Diariamente tenemos ocho horas de descanso, las cuales en gran parte empleamos

recreándonos con ilusiones mentales. Entre tanto nuestras mujeres recorren

kilómetros en sus maravillosas bicicletas estáticas o hacen uso de las más sofisticadas

cámaras bronceadoras. Nuestros hijos, de gran importancia para los funcionarios del

tren y para nosotros, no ponen ningún problema en el proceso de su desarrollo, pues

cuentan con la más moderna tecnología digital, y sus juguetes son de tal realismo que

no necesitan salir a parte alguna.

 

En cuanto a nosotros, nos capacitamos diariamente en el desarrollo de la

ciencia, el arte y el diseño cibernéticos cuyos programas se orientan a mantener

soportable la vida en este tren que no para en ninguna estación.

 

 

*

No solo los brujos ven

Lo que la pitonisa calla

 

No solo la lágrima

se convierte en agua

 

La nieve se evapora

el fuego también se moja

 

El aire se hace piedra

en la garganta

de quien no escucha

 

La tierra se hace infértil

con la semilla seca

 

Los sueños mueren

con la promesa vana

 

La palabra muda

se convierte en grito

Tomado de:

https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/poeta/646572145e6b705e3973e35d

 

 

NO PIDAS UN POETA.

Mujer no tan mía,

que pides un poeta…

Mejor sueña con un filósofo hedonista,

un académico esteta,

un ingeniero profeta,

un médico comunista,

o incluso un buen rentista…

Pero mujer no tan mía,

aprende a ser realista

no vuelvas a pedirle a Dios

un poeta.

 

 

Ensueño

Por fin el poeta cumplió su objetivo: recordarse a sí mismo en el momento de cruzar la frontera de un sueño a otro. Sin abrir los ojos trató de mantener presentes una a una las imágenes sin aparente coherencia por las que atravesaba. Lentamente, se levantó del lecho, y de su escritorio tomó el estilógrafo y la bitácora aún virgen. Se dispuso a escribir con la mayor exactitud posible todas las experiencias vividas hacía un instante en las regiones oníricas.

 

Ahora en las mañanas, bajo el sol radiante y en silencio total, amigos y parientes pueden leer sobre la tumba gris donde yace el poeta, el viejo verso todavía no exento de desconcertante verdad: “La vida es sueño, y los sueños, sueños son”

Tomado de:

https://apoalajuntadapoesia.wordpress.com/juntados-2018/uribe-botero-andres-2/

 

 

**

 

Escribo al borde del abismo. No escribo, canalizo.

Soy otro que me habita.

Profunda conexión de la psiquis

con el nervio de la lengua.

¿Dónde habita el arquitecto de la obra?

Poema, relámpago

de la vigilia en el alma encendida del poeta.

 

 

**

 

Sobre el eje de la tierra un pájaro canta.

Expande ondas violetas

a través de la sensibilidad de piano del universo.

Es la aurora

un vestigio

de sombras coloridas bajo el arcoíris.

Brecha de horizontes sutiles y lejanos.

 

 

**

 

Yemayá

 

En tu nombre el recuerdo se hace carne.

En tu nombre el deseo se hace sangre.

Carne y sangre tu nombre.

Tomado de:

https://www.revistainnombrable.com/2020/10/que-es-la-poesia-poemas-de-andres-uribe.html

domingo, 29 de diciembre de 2024

POEMAS DE MANUEL MOLINA VIJIL

Te amo aun

 

Hubo un tiempo ¿recuerdas? que a tu mano

estrechaba la mía tiernamente;

hubo un día, es verdad, que allá en tu frente

mi ardiente labio se posaba ufano.

 

¿Quién me dijera entonces que cercano

estaba el fin de nuestro amor vehemente,

y que a tu corazón indiferente

mi corazón invocaría en vano?

 

Embriagado en tu rostro, yo creía

eternas tu pasión y mi ventura;

pero al fin de olvidarme llegó el día;

 

se extinguió de tu amor la llama pura,

y hoy miras impasible mi agonía

y yo adoro en silencio tu hermosura!

Tomado de:

http://poesiabreve-briefpoetry.com/manuelvigil.html

 

 

La Libertad

Ama el inocente niño

 

Lo que comprender no sabe;

 

Su hermoso plumaje de ave

 

Y su blancura de armiño;

 

Ama con puro cariño

 

A su doncel la beldad;

 

La líquida inmensidad

 

El pez de brillante escama;

 

Sus perfecciones Dios ama

 

Y el hombre, la libertad.

 

Yo la vi desfalleciente,

 

Ante Dios puesta de hinojos,

 

Con lágrimas en los ojos,

 

Con espinas en la frente;

 

Encadenada y doliente,

 

Cubrir de luto su faz;

 

Y por un héroe falaz,

 

Por más de un apóstol falso,

 

Pasar del trono al cadalso…

 

¡Envilecida… jamás!

 

En su honda melancolía

 

Devora su pena a solas,

 

Como devoran las olas

 

El rayo del medio día;

 

Ella en su misma agonía

 

Su santa misión pregona,

 

Y tiene cuando perdona,

 

Como sultana o cautiva,

 

Por todo centro la oliva

 

Un triángulo por corona.

 

De la América señora,

 

Es en Bolívar altiva;

 

En Wáshington progresiva;

 

Como en Lincoln redentora;

 

En Barrundia pensadora;

 

En Larrazábal afán

 

De alejarse del titán

 

Que le impusiera sus leyes;

 

Festiva en el Padre Reyes

 

y mártir en Morazán.

 

Con su benéfica influencia

 

Regenera las naciones,

 

Deifica los corazones

 

Y alumbra la inteligencia.

 

En su bendita existencia

 

Va derramando gloriosa

 

Con Soto la paz hermosa,

 

Su inteligencia y su calma;

 

Sus armonías con Palma,

 

Sus pensamientos con Rosa.

 

Palpita aquí donde estamos

 

En este solemne instante,

 

Como palpitó triunfante

 

En el Domingo de Ramos.

 

La sentimos y la amamos

 

Con infinita ternura,

 

Como ama una virgen pura

 

En sus dorados ensueños,

 

Los pensamientos risueños

 

De su primera ventura.

 

Tuvo su aurora inmortal

 

Tras una noche de horrores,

 

Y llenó de resplandores

 

Esta América Central.

 

La patria alegre y jovial

 

Pobló de himnos el espacio;

 

El sol tuvo por topacio

 

En su corona de estrellas,

 

Por su alfombra flores bellas

 

Y el limpio azul por palacio.

 

Es tan pura como el cielo,

 

Como la mar, majestuosa;

 

Cándida como una rosa,

 

Sublime como el consuelo.

 

Vestida de blanco velo,

 

En donde imprime su planta

 

Algo grande se levanta

 

De la humanidad en bien,

 

Como Jesús en Belén,

 

Y en Hungría Isabel santa.

 

Ella inspira del poeta

 

Las sentidas armonías,

 

Y las dulces melodías

 

Del desgraciado profeta;

 

En Cuba, al solio sujeta,

 

Agobiada de dolores

 

Como una mártir de amores,

 

De la noche entre el capuz,

 

Los cánticos de la cruz

 

Inspira a sus trovadores.

 

Aquí, cual madre querida,

 

En sus rodillas nos duerme;

 

Allá, cansada o inerme,

 

Arrastra una amarga vida;

 

De gloria aquí revestida,

 

Ventura y bien atesora;

 

Misericordia allá implora

 

Al peso de pena tanta;

 

Aquí clon sus hijos canta,

 

Allá con sus esclavos llora.

 

¡Dolorosa diferencia

 

Que arranca llanto del alma!…

 

Y tú en el destierro, Palma,

 

En pos de la independencia.

 

Tu pasas ¡ay! la existencia

 

Como e pájaro perdido

 

Que busca en extraño nido,

 

De su cantar el arruyo (sic),

 

El dulce calor del suyo

 

Por la inclemencia destruido.

 

Levanta al cielo las manos,

 

Ten en Dios los ojos fijos!

 

Mira cuál lloran sus hijos!

 

Ve cuál mueren tus hermanos!

 

Oye los ayes lejanos

 

Que en las alas de la brisa

 

Envía al mundo sumisa

 

Esa infeliz procelaria,

 

Que desmaya solitaria

 

Entre humo, sangre y ceniza!

 

¡Infeliz! En tu semblante

 

La sonrisa jugar veo;

 

¿En donde está Prometeo,

 

Tu corazón palpitante?

 

¿qué se hizo tu fe constante?

 

Tus lágrimas qué se han hecho?

 

¿O sonríes a despecho

 

De tus eternos agravios,

 

Dando esa miel a tus labios

 

Mientras desgarras el pecho?

 

No, no; tu sonrisa es pura,

 

Expresiva, humilde, franca,

 

Cual la sonrisa que arranca

 

El genio de la ventura;

 

Tiene la misma dulzura

 

Hoy que de glorias te bañas,

 

Que ayer que en notas extrañas

 

Cantabas de corazón

 

La primera Exposición

 

De la Patria de Cabañas.

 

Allí Honduras te escuchaba

 

Con inefable alegría;

 

De victores (sic) te cubría,

 

De aplausos te coronaba;

 

Allí tu rostro brillaba

 

Ya sonriente, ya sereno;

 

Y tu acento de amor lleno

 

Resonaba en ese día,

 

Del aura con la armonía,

 

Con la majestad del trueno.

 

Entonces, en el exceso

 

De tu ardiente inspiración,

 

Profetizabas la unión,

 

Santificando el progreso,

 

Dios te escuche y guarde ileso

 

De esta patria el alto Honor;

 

Que ella al brindarte, cantor,

 

Su inmarcesible laurel,

 

Dos cosas te ofrece con él:

 

Su admiración y su amor.

 

Recógelo! Es merecido,

 

Y colócalo en tu seno;

 

Que endulce un poco el veneno

 

Que el español te ha ofrecido,

 

Para que un día querido,

 

De tu patria, a los fulgores

 

De su libertad, implores

 

Olvido de penas a sus plantas

 

Como una ofrenda de amores.

 

Las gracias, las hermosuras

 

Que en este salón respiran,

 

Por medio de Soto miran

 

Brindarte su premio Honduras.

 

Ellas en sus almas puras

 

Victorean tu laúd;

 

Y toda la multitud,

 

De tus avances testigo,

 

Viene a decirte conmigo:

 

¡Salud, mil veces salud!

 

 

En Un Baile: A Dolores López

No sé si es blasfemar, pero yo creo

Que Dios de tus encantos se enamora,

Y que olvidado de los mundos vive

Contemplando tus gracias seductoras;

Yo sé que al darte vida sonreía,

Y que empeñó su omnipotencia toda

Para formarte cual ninguna tierna,

Para formarte cual ninguna hermosa.

Más pura que el azul del firmamento,

Más placida que el rayo de la aurora,

Y aún más sensible que la humilde planta

Que “sensitiva” el Universo nombra.

Es poca la existencia para amarte,

La humanidad para adórate es poca;

El hombre siempre al contemplarte sufre

Y al mismo tiempo en sus dolores goza;

Sufre al mirar la inmensidad que media

Entre él, insecto vil, y tú, paloma,

Cuánto puede sufrirse aquí en la tierra,

Cuánto puede gozarse allá en la gloria.

No vuelvas a los bailes

No vuelvas por favor

Que allí se hace pedazos

Mi pobre corazón.

No vayas al paseo,

Ni al templo del señor:

Tengo celos del mundo,

Tengo celos de Dios.

Tomado de:

https://manuelmolinavijil.wordpress.com/

 

 

EN TIERRA

Vuelvo, mi patria, a tu seno,

 

Donde de ventura lleno

 

Pasé mi primera edad;

 

Ya tus brisas

 

Mis sonrisas

 

Bañarán a todas horas,

 

Y mitigó mi dolor,

 

Si algún día

 

El alma mía

 

Te olvida, niega o infama,

 

Un rayo en tu cielo inflama,

 

Vengador.

Tomado de:

https://hondurasnuestropais.com/base-de-conocimiento/manuel-molina-vijil/