(1613-1690)
Poema Seducción
Tus undosos cabellos,
que a tu rostro dan sombra,
a la espalda te caen
y fulgura radiosa
tu pupila brillante,
y se ríe tu boca.
que a tu rostro dan sombra,
a la espalda te caen
y fulgura radiosa
tu pupila brillante,
y se ríe tu boca.
Y me embriagan los ecos
de tu voz melodiosa,
como el vino aromático,
que se vierte en las copas:
¡y qué dulce es tu beso
y qué fresca es tu boca!
de tu voz melodiosa,
como el vino aromático,
que se vierte en las copas:
¡y qué dulce es tu beso
y qué fresca es tu boca!
Y al mirar tus mejillas,
que son hojas de rosa,
mis pupilas contemplan,
fascinadas, absortas,
los hoyuelos formados
al reír de tu boca.
que son hojas de rosa,
mis pupilas contemplan,
fascinadas, absortas,
los hoyuelos formados
al reír de tu boca.
Y si alguno te acusa
de tirana imperiosa
es un hombre inconstante,
de tirana imperiosa
es un hombre inconstante,
cuya fe, cual la onda,
si se pierde, no vale,
el reír de tu boca.
si se pierde, no vale,
el reír de tu boca.
Y tu beso dulcísimo
cual la flor, tiene aroma;
el perfume del cáliz
con que embriaga la rosa,
y las almas seduces
al besar de tu boca.
cual la flor, tiene aroma;
el perfume del cáliz
con que embriaga la rosa,
y las almas seduces
al besar de tu boca.
Tus traiciones olvido,
¡es tu faz tan hermosa!
cuando dices mirándome:
“¡Mis pecados perdona!”
y se ríen tus ojos,
como ríe tu boca.
¡es tu faz tan hermosa!
cuando dices mirándome:
“¡Mis pecados perdona!”
y se ríen tus ojos,
como ríe tu boca.
Mis amigos te llaman
desleal, veleidosa,
¡mas no hay otra tan bella!
¡Toda el alma me roban
tus pupilas negrísimas,
y el reír de tu boca!
desleal, veleidosa,
¡mas no hay otra tan bella!
¡Toda el alma me roban
tus pupilas negrísimas,
y el reír de tu boca!
Versión de Luis Castelló
Ahora yace tu amigo...
Ahora yace tu amigo
despierto en la noche templada,
tibio de ti todavía,
lleno aún de tu aroma,
de tu mirada, de tu pelo
y de tu beso,
¡oh medianoche,
oh luna y estrella,
y aire azulado de neblina!
Sólo tu rostro veo
como pálida flor,
y río en silencio
y extasiado lloro,
sólo estás tú, sólo nosotros,
sumergidos en el profundo Todo,
en el profundo mar,
allí estamos perdidos,
allí morimos
y para renacer volvemos.
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