(1935-1985)
La Lenta muerte llega
Tengo ganas de un poco de entusiasmoque no siento hace tiempo.
No sé por qué no sabe a nada vivo
ni el mes, ni la avenida, ni la luz,ni el orgasmo.
En realidad también tengo la culpa
y me declaro honestamente reo de una gris negligencia
que por todo mi cuerpo se pasea
y que de todo mi fervor disfruta.
Pero, además, declaro
que han entrado en mis días muchas gentes
armadas de agresivas pasividades turbias
y han saqueado mis horas una a una
hasta dejarme sólo esta inopia profunda.
Han tomado mis sueños,
mis molares,
mis palabras usuales
y mis vísceras.
Con mis ideas han envuelto carne
y ropa sucia con mi vida íntima.
Protesto.
Yo protesto.
Tengo ganas de un poco
de entusiasmo tardío y trasnochado,
del estricto, del justo y necesario
para morir mi almuerzo.
General | |
General —no importa cuál, da lo mismo, es igual—: Para ser General, como usted, General, se necesita haber sido nombrado General. Y para ser nombrado General, como usted, General, se necesita lo que usted no le falta, General. Usted merece bien ser General, llena los requisitos, General. Ha bombardeado aldeas miserables, ha torturado niños ha cortado los pechos de las madres rebosantes de leche, ha arrancado los testículos y lenguas, uñas y labios y ojos y alaridos. Ha vendido mi patria y el sudor de mi pueblo y la sangre de todos. Ha robado, ha mentido, ha saqueado, ha vivido así, de esta manera, General. General —no importa cuál—: para ser General, como usted, General, hay una condición fundamental: ser un hijo de puta, General. DécimasManso remanso del río. Estrella en el cocotero. Tanta paz cabe en enero para tanto dolor mío. Tanto color. Tanto frío. Cocotero con su estrella. Camino con tanta huella. El río con su remanso. La hamaca con su descanso. Y yo, aquí, solo, sin ella. * * * Pasaste como cantando aquella semana aciaga. Tú me curaste una llaga que se me abrió no sé cuándo. Ya me estaba acostumbrando al calor de tu cintura, a tu caliente ternura y a tu modo de besar. Pero te empecé a olvidar con dolor y sin premura. * * * No sé qué casualidad te trae hoya mi recuerdo. Pero te busco y me pierdo y sigo en mi soledad. Sé que es una necedad querer volver a la infancia como es, en última instancia, algo tan torpe y tan fútil llamarte, porque es inútil: ya te tragó la distancia. Epigrama para AntonioEs famosa la méntula de Antonio por su tamaño, en todo desmedido. Mas, mientras él la luce por las termas, su mujer me murmura en el oído: -prefiero tu pequeño gladiador al gigante dormido Epigrama para CasiaConmigo, en el amor, mi dulce Casia es más que Cicerón en la tribuna: conoce los secretos de la cama, es entusiasta y única. Mas su torpe marido la olvidó y sólo busca cortesanas de puerto. Qué sabio fue quien dijo que no es la margarita para el cerdo. Epigrama para FedraSin saber que de Lesbos practicabas los rituales extraños, un día gris, inadvertidamente, puse un beso en tus labios. Hoy sonrío en la calle y me pregunto -tras aquel desencanto-: ¿no sienten algo al verme tus amigas, las que indirectamente yo he besado? A una brother EP44Del dictado infantil y analfabetatorpemente llegué a la letra escrita: mesa, papel, paredes, pizarrita, jugando sin saberlo a ser poeta. Luego la tinta, es ropas indiscreta, y el lápiz que jamás se precipita, hasta que llega al fin la maquinita tartamudeando como metralleta. En la máquina eléctrica el sonido de la impresión monótona ha perdido su rítmica elocuencia personal. Ahora, ante este onírico instrumento, electrónico, mágico, me siento con algo de astronauta sideral. Escándalo públicoCuando una hormiga caeninguno se da cuenta. Cuando yo estoy sufriendo hasta la médula sólo yo lo averiguo. Y se me antoja hoy-no sé por qué zodíaco- que si sufro lo sepa todo el mundo. Y que no es justo que padezca solo. Y que alguna mujer debiera estar llorando sobre mis metacarpios. Al menos, ayudándome a llorar. Me siento solidario con todo aquel que tiene alguna torva pena, alguna neuralgia, alguna madre agónica, alguna cárcel suya. Y sólo pediría una brocha imponente para llenar los muros de palabras soeces, hasta que todos sepan lo enfermamente triste que un hombre puede estar de igual manera, de igual simple manera como caer una hormiga. |
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