Michael Benítez Ortiz. Nació en Bogotá. Ha publicado los poemarios Papeles para leer en el retrete (2014), Papeles para leer en el bus (2016) y el ensayo El nadaísmo me lo mama en reversa (2017). Prepara la publicación de Una mosca en el tocadiscos (cuentos). Sus textos han aparecido en varias antologías en América Latina y España, en las revistas: Puesto de combate, Marabunta, Surgente, entre otras. Ha ganado varios premios literarios, entre ellos: Primer premio en la modalidad de narrativa en el Concurso Literario Nacional e Internacional de Relato y Poesía “Palabras sin fronteras”, Argentina, 2013. Tercer premio I Concurso Internacional De Poesía Grupo Literario Poeta Osvaldo Ulloa, Chile, 2012. Co-dirige la editorial independiente Ediciones con Tinta Ebria.
DECAPITADOS
La imaginación de los niños
Pasa por la guillotina del colegio,
Remojan la vida en la sangre de las calificaciones
Aprendiendo de memoria
Las fechas de las muertes
De las bombas de las guerras
El presidente la capital
Que la Unión Soviética la Unión Europea
Pero nunca la Unión Libre de Bretón.
Las clases saben a vinagre en su boca
—Cajitas de fósforos, cementerios de
sueños—.
Los perros cantan a la noche
La inocencia perdida.
Burdel del conocimiento
—¿Cuánto cuesta, profe, un polvito en el
espejo?...
Dime y te pongo un cinco:
Un gargajo en tu epitafio.
Asesino sofisticado:
Yo le daba calvazos a la muerte en las
izadas de bandera,
Jugaba piquis con sus pezones,
Las bolas negras,
Las petroleras.
LA INÚTIL
Te busco
bajo desiertos de sombras
La noche habita entre los dos
cuando los relojes se ahorcan en el
tiempo
Esos besos sabor a chicle
son la raíz cuadrada del silencio
Te busco
en los espejos, los charcos, los buses
en la palma de mi mano
a la salida de colegio
Te busco inútilmente
Inútil
Poesía.
PAISAJE
La noche:
Fosa común de estrellas.
Los ríos:
Lágrimas de mujeres preñadas.
Las ramas de los árboles:
Brazos desmembrados de niños.
La lluvia:
Sangre condensada en la nevera del
cielo.
El arcoíris:
Paracaídas roto de los sueños.
El viento:
La sed de los ausentes.
Las montañas:
Escombros de la guerra.
El hombre:
Miedo que germina
en el fondo del olvido.
NOS SACARON LA MONEDA
Con mi amigo Pirulo
Madrugábamos al
colegio a desayunar
Unos
medio-crudos huevos con café
Que hacían unas
cocineras obesas
De harina y
chismes
Al reposar
repasábamos
Las niñas y los
cuadernos
Que —a la final—
Estaban
igual de vírgenes
Luego
Saltábamos la
reja
A jugar The King of Fighters 98
En la panadería
de la esquina
Sacábamos y
sacábamos
A los ñeros
Hasta que se
emputaban
Y nos apagaban
La máquina
Así todos los
días
Hasta que en el
colegio
Se aburrieron de
nosotros
Y también nos
sacaron
La moneda.
PREDICCIÓN
Un
día,
cuando
escribir poemas no esté de moda
y
sólo quedemos los más tercos,
alguna
reconocida editorial me buscará
para
ofrecerme sus monedas
a
cambio de estos papeles
Para entonces,
seguramente,
estaré
muerto.
LA DECADENCIA DEL SILENCIO
Mis sueños cuelgan en los postes de luz
al lado de cometas olvidadas en el tiempo.
Esto de no llamar las cosas por su nombre,
que la desnudez no sea quitarse el cuerpo
como una idea fija tatuada a la sombra.
Entrar en la poesía es meterse
por la calle más peligrosa del barrio
y el poeta, por paranoico, en todas ve
a la muerte fumando sentada en el piso.
Donde se nombre el vacío
ahí está mi cuerpo
—miedo parqueado en la mitad de la noche—.
La quinta pata del gato
es el poema.
Distancia-miento
Te amo así:
lejos
Sepultada en el olvido.
Porque la poesía
Siempre le quedó grande
A tu corazón tan estrecho
Y créeme
No existe
Otro remedio
Para la muerte.
Bogotá
Un bus ebrio subiendo
Lomas.
Una puñalada en las
entrañas de la noche.
Un beso, a escondidas,
entre dos policías.
Ambulancias locas tres dos
uno ya.
Crimen organizado jaque
mate.
Perros vagabundos orinando
tras las sombras de un asesinato.
Niño pidiendo limosna,
cicatriz afilada apuntando al cuello.
Otro joven fumando bazuco
en las pesadillas de su madre.
Atraco al medio día
devuélvame la simcard.
Una violación a punta de
condón usado.
El bus ebrio cayendo de
espaldas al mundo.
Es igual de fácil
encontrarse una moneda a una bala perdida.
Una oveja con ruana y gafas
negras se seca las gotas de sol a media
/noche.
Hombres que todos los días
juegan a la ruleta rusa con el revólver
/lleno.
¡Contraten escolta a la
paloma de la paz!
Envío
A Luis
Ernesto Valencia
Tiene diez años
Y se pregunta:
¿Cuántas veces
Junto al planeta
Habré dado vuelta al sol?
Y se marea
De sólo pensarlo.
Si hubiera sido mujer
Si hubiera sido mujer
Si hubiera sido mujer
ya habría sido niñera en Alemania
Mesera en un bar de rock
En ésos que solo admiten chicas lindas
o sólo chicas, por lo menos
Escribiría poemas
y quizá algunos poetas famosos dirían
que soy la mejor poeta de Colombia
-la revelación-
a pesar de no ser hombre
Tomaría gratis
los viernes y los martes,
y los otros días de la semana
Contestaría el teléfono
de algún escritor que tengan en cuenta en los periódicos
y para ser jurado
en los generosos concursos literarios nacionales
-Tal vez él escriba el prólogo
a mi primer libro de poemas-
Me invitarían a todos los festivales del país
No habría tenido hijos
ni sería la prostituta
que mis amigos quisieran
Nunca hubiera sido feminista
Mi vagina sería mi obra de arte
Mi pasaporte, mi visa
El aeropuerto de papel
para que se posaran mis sueños
Pero lo único cierto
es que si hubiera sido mujer
estaría borracha
y tal vez tendría un poco de remordimiento
Tal vez.
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