- Canción
- Vejez es estar de cuclillas
Agazapado en el hogar
Temblando porque la bruja
Ponga el perol en la cama
Y traiga el ponche
Ella llega en las cenizas
Quien amada no fue conquistada
O conquistada no fue amada
O algún otro pesar
Llega a las cenizas
Como en esa vieja luz
El rostro en las cenizas
Esa vieja luz de una estrella
Otra vez en la tierra.
Canciones en el teatro
- Vino a la cocina un perro
A robar de pan un pedazo.
Con una cuchara de hierro
El cocinero migajas lo hizo.
Luego otros perros vinieron
A cavar tristes su sepultura.
Sobre la lápida escribieron
La historia que hoy perdura:
Vino a la cocina un perro
A robar de pan un pedazo.
Con una cuchara de hierro
El cocinero migajas lo hizo.
Cascando
- 1
Por qué no simplemente no esperar
A ser ocasión de
Un vertedero de palabras.
¿No es mejor abortar que ser estéril?
Después de tu partida las horas son tan tristes
Siempre empiezan a rastras demasiado pronto
Los garfios desgarrando con ceguedad el lecho de miseria
Rescatando los huesos los amores antiguos
Cuencas una vez llenas con ojos como tuyos
¿Es mejor siempre demasiado pronto que jamás?
Negra necesidad salpicando los rostros
Diciendo una vez más nunca flotó lo amado nueve días
Ni nueve meses
Ni nueve vidas.
2
Diciendo una vez más
Si no me enseñas tú no aprenderé
Diciendo una vez más existe un último
Atardecer de últimas veces
Últimas veces de mendigar
Últimas veces de amar
De saber no saber simular
Un último atardecer de últimas veces de decir
Sino me amas nunca seré amado
Si no te amo ya no amaré nunca.
Un batir de palabras gastadas una vez más en el corazón
Amor amor amor golpe de un émbolo antiquísimo
Moliendo el suero inalterable
De las palabras.
Una vez más aterrado
De no amar, de amar
Pero no a ti
De ser amado y no por ti
De saber no saber simular
Simular.
Yo y todos los otros que te amen
Si te aman.
3
A menos que te amen.
De grulla del infierno a estornino
- Ohlibá encanto de mis ojos
Hay una cueva sobre Zoar
Y un asno español ahí.
No necesitas llevar vino a esa no-relación.
Y él no sabrá
Quién cambió su nombre
Cuando Jehová dislocó la cavidad del muslo
En Peniel, en Peniel
Después de haber enviado los treinta camellos
Amamantándose de la dulce muerte
Y tantas potrancas
Que no quiero lápidas de madera.
Señor Jacobson señor Hipólito-en-el-Infierno Jacobson
Todos sabemos
Cómo intentaste regresar con tu pa.
Bilha chismorrea siempre.
Porque Benoni bordeó la segunda cosecha
De mis adoloridos riñones
Nunca lo verás
Enrojecer el muro en dos dimensiones
Y si así fuera
Te podrías ahorrar el correo a Caldea.
Pero hay un culo condenadamente fino
Saltando con cerveza e impurée de pommes
En la colina sobre Zoar.
De Tagte es
- Redime lo que reemplaza a los adioses
La sábana de agua que navega en tu mano
A quienes nada tienen ya para la tierra
Y el espejo sin niebla encima de tus ojos.
Después de bajar un poco
- Después de bajar un poco
A través de la inmundicia
Donde todo es oscuridad
Sin tener que mendigar
Sin tener nada que dar
Sin palabras sin sentido
Sin tener necesidad
A través de la inmundicia
Bajar un poco aún
Donde todo es oscuridad
Se vislumbra el manantial.
Gnomo
- Pasa tus años de aprendiz derrochando
Valor por tantos años de ir vagando
A través de un mundo que con cortesía
De la torpeza de aprender se libra.
El buitre
- Arrastrando su hambre por el cielo
De mi cráneo casco de cielo y tierra.
Bajando a los postrados que pronto deberán
Tomar su vida y marcharse.
Burlado por un tejido que acaso no sirva
Hasta que hambre tierra y cielo sean carroña.
Enueg I
- Exeo en un espasmo
Cansado del esputo rojizo de mi amada
De los asuntos secretos
Del Hospital Privado Portobello
Y avanzo hacia la cresta del peligroso puente en precipicio
Y él sobre mí lo cruzo desconcertadamente bajo el chirrido de la empalizada
Alrededor dela brillante entumecida bandera de la empalizada
Hacia un oscuro oeste
Ahogado entre nubes.
Sobre las casas árboles algummin
Las montañas
Mi cráneo hoscamente
Coágulo de ira
Clavado en la altura estrangulado por la argolla del viento
Muerde el mismo modo que un perro al que castigan.
Ruedo rápidamente sobre mis pies ruinosos
A nivel mismo del lívido canal;
Cerca de Puente Parnell una muerte gabarra
Llevando cargamento de clavos y madera
Con suavidad oscila sobre el claustro espumoso de la esclusa;
Lejos en la otra orilla unos pobres diablos parecen arreglar un armazón.
Luego durante millas el viento solamente
Y la prosperidad que se desliza muy cerca sobre el agua
Y el mundo abriéndose hacia el sur
A través de un disfraz de campo hasta las montañas
Muerta al nacer la tarde ya casi verde inmundo
Estercolando el hongo de la noche
Y la mente abolida
Náufraga por el viento.
Chapoteé cerca de un viejecito con aire fatigado, Demócrito,
Que caminaba aprisa entre una muleta y un bastón,
Cogido su muñón horriblemente, como garfio, bajo los pantalones, fumando.
Luego porque a la izquierda estalló un campo en una repentina llamarada
De gritos e insistentes silbidos y mazos color azul y rojo
Me detuve y subí sobre un ribazo para mirar el juego.
Un muchacho nervioso me gritó desde fuera "Nos está permitido entrar, Señor?" "Naturalmente" dije "sí que está".
Pero, atemorizado, se alejó por la calle.
"Oye" grité tras él "¿por qué no entras?"
"Oh" respondió, con aire inteligente,
"Estuve en este campo antes y me expulsaron".
De esta manera sucesivamente
Desamparado
Como desde un matojo de aliaga ardiendo en la montaña después de oscurecer
O en Sumatra, el himen de la jungla,
La aún fragante rafflesia.
Y luego:
Lamentable familia de gallinas grises y verminosas,
Agonizando en medio de un campo en hondonada,
Temblando, adormiladas, contra el portón cerrado del refugio, sin poder
Apoyarse sobre el palo.
La gran seta de pulpa venenosa,
Verdinegra,
Escupe sus miasmas sobre mí,
Empapando el cielo desgarrado con tinta como de pestilencia,
Sobre mi cráneo se vuelve el viento fétido,
El agua...
Y luego:
Colina abajo desde Fox y Geese hacia Chapelizod
Una cabra malévola y pequeña, exilada en sendero,
Que raramente embiste las puertas de su prado;
Almacenes Isolda perturbación enorme de los héroes sudados,
Vestidos de domingo,
Apresurados bajan en busca de una pinta de nepento o hierba moli o mitad y mitad
Desde donde miraban a los jugadores sobre el Kilmainham.
Borrones de amarillo sentenciado en el poso del Liffey,
Al parapeto unidos garfios de las escalas,
Incitando;
Légamo de gaviotas vigilantes en el vómito gris de la cloaca.
Ah la bandera de la carne que sangra
En la seda de los mares y las flores del Ártico
Que no existen.
Enueg II
- Mundo mundo mundo mundo
Y el rostro serio nublado
Contra el atardecer.
De morituris nihil nisi.
Tímidamente el rostro deshaciéndose
Ya demasiado tarde para enlutar el cielo
Que se hace rojo con el atardecer
Temblando a lo lejos lentamente.
Verónica mundi
Verónica munda
Por amor de Jesús, dános un velo.
Sudando como Judas
Cansado de la muerte
Y de los policías
Los pies en mermelada
Sudando en abundancia
El corazón en mermelada el humo más frutal
El viejo corazón el viejo corazón
Que estalla extra congreso
Te lo aseguro doch
Tendido en Puente O'Connell
Viendo con grandes ojos unos tulipanes del atardecer
Los verdes tulipanes
Brillando al volver la esquina como un ántrax
Brillando sobre las barcazas de Guinness.
El armónico el rostro
Ya demasiado tarde para dar brillo al cielo
Doch doch te lo aseguro.
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