CUANDO LOS POLÍTICOS NO SON SOLUCIÓN LOS CIUDADANOS TOMAN LA DECISIÓN
1. / Consideración
Cada
vez me convenzo más, que nosotros los ciudadanos nos hemos dejado esclavizar,
desde muy jóvenes, desde el seno de la familia misma, nos han educado, y
formado para obedecer, dejar que los
demás elijan por nosotros; esto parece un comportamiento que se ha venido
repitiendo, desde los tiempos de las hordas. Desde que un ser humano, por algún
motivo, razón o alguna situación extraordinaria, se tomo el poder entre sus
semejantes, y desde entonces venimos repitiendo este absurdo modelo en donde
algunos obedecemos, y uno que otro nos desea dirigir.
2. /Los políticos:
Estos
individuos, a quienes desde los albores de la civilización, decidieron erigir a
una especie de personajes.
Desde,
Grecia, Roma, hasta la sociedad occidental de hoy día estos personajes han
marcado, y diseñado el camino de la sociedad. Tenemos ejemplos, pues desde el
patriarca Abraham, el fundador, y principal padre de las tres grandes religiones,
allá en la Ur Mesopotámica, desde este personaje, empieza, por una fábula, uno
de los más antiguos relatos fundacionales que inician en mi criterio; a este
ser, como un designado por los dioses, a este humano, que igual que los otros,
pero que bajo el supuesto de ser un bendecido, lo elevaron a una dignidad
especial que le permitió erigirse entre sus coetáneos como cabeza de su grupo,
y a partir de este momento, no solo se selló el matrimonio entre política y
religión, sino que a partir de este matrimonio, quizá el más largo de la
historia, la sociedad occidental no solo ha permitido ser llevados por los
vericuetos como un rebaño triste y obediente que se deja manipular por estos
supuestos líderes enviados por la divinidad.
No
solo, se inició la política en este sentido, además se delegó e hizo carrera,
la noción de una dirigencia hereditaria, tal vez lo que más daño le ha hecho al
mundo.
Es
que suponer que un ser igual a mí, por el simple hecho de ser descendiente de
una familia con tal o cual apellido, que eso lo eleva a una condición de
dirigente, no solo me causa desconfianza, sino que me parece una situación más
que molesta, miope, pues a quien se le puede ocurrir, que el liderazgo, y la
capacidad para solucionar los conflictos y las necesidades de la sociedad
puedan ser heredados, como si el discernimiento fuera una posibilidad, o una
característica filo genética de cierta raza, o grupo para dominar al resto de
sus semejantes.
3. / Los Ciudadanos
A
los ciudadanos, desde tiempos inmemoriales, nos han quitado nuestra dignidad de
seres libres y con autodeterminación; la primera vez, cuando uno de nosotros,
recibió la supuesta bendición, para guiarnos, y este primer bendecido tomó por
su cuenta nuestro camino, y comenzó a ordenar, y a condenar, se convirtió en
ley, y sus palabras fueron como si vinieran de la divinidad misma, desde
entonces, hemos sido considerados un simple rebaño, simple número más, sin
respeto a la individualidad y al respeto por la construcción de nuestro entorno
propio. Nosotros los ciudadanos, nos convertimos en la base esclava y humillada
de esta supuesta raza, o grupo social de mejor condición. Lo más aterrador es
que con esta historia nos han traído desde las cavernas, hasta esta época
espacial, y no nos hemos permitido la libertad de levantarnos contra esta
estirpe de supuesto origen divino; y en las pocas ocasiones en que algún otro
grupo se ha levantado, y ha derrocado a una parte de este grupo, el resultado
ha sido igualmente fatal, pues en poco tiempo, este nuevo grupo al contrario de
otorgar la libertad se ha embriagado con las mieles del poder, y se ha
transformado en un monstruo aun peor que al que buscaban acabar, y en este
círculo vicioso sin fin se han venido en una carrera de relevos, los políticos
de izquierdas o derechas. Eso sí, siempre bien asesorados y provistos de un
buen discurso, y con bases en diversas ideologías filosóficas y políticas.
4. / La búsqueda de la libertad, y la emancipación de los
ciudadanos
Esto,
más que un mero enunciado, puede y debe tomarse como el fin último, el grito de
batalla de los ciudadanos.
Y
esto no solo es un mero grito de batalla, no, los ciudadanos deben prepararse,
para la libertad, para exigirla y lucharla, y cuando hayan logrado este
objetivo, deben estar lo suficientemente preparados, para darse cuenta que
ostentan apenas un poder transitorio, de lo contrario se recaerá en el mal de
siempre, y se dará apenas paso a un nuevo dominio, perdiendo la dorada
posibilidad de hacer historia liberando al ser humano de las cadenas de la
opresión y la esclavitud a otros de sus iguales. Esto solo es posible cuando el
ser humano, esté lo suficientemente formado intelectual y moralmente para
asumir su propia libertad y la de sus iguales. Aquí el término moral se aleja
de cualquier interpretación religiosa, y se refiere más a esa suerte de
principios que como ser humano me impiden esclavizar a un igual, o erigirme sin
su consentimiento en un semi dios omnipotente, tan solo me es permitido cortar las
cadenas que atrofian la confianza en sí mismos, y debo permitirles volar, y
hacer historia, como lo deben hacer quienes llegan a su mayoría de edad, y se
disparan al mundo a crear su propia historia.
5. /Concluyendo
En
conclusión solo deseo, hacer ver al lector, que de alguna manera por milenios
hemos sido engañados, para servir, para ser un rebaño que sin pensar se dedica
a seguir a quienes les han enseñado a obedecer, nos convertimos en hormigas que
solo saben hacer lo que el grupo le exige, sin chistar, sin poner en duda la
certeza y verdad sobre este asunto. Y claro, es más fácil seguir de esta
manera, pues es muy cómodo estudiar algunos años, y luego seguir esta rutina de
obreros sin mente que viene desde tiempos anteriores, sin poner nada en tela de
juicio, sin concebir un pensamiento propio, para distinguirse de la masa
uniforme, haciendo exclusivamente lo que nos permiten, no profundizando en el
espíritu combativo y libertario de los seres humanos. Han cortado nuestras
alas, y remplazarlas al parecer es doloroso, y complicado, así que hemos tomado
la posición más cómoda, la de callar y obedecer. Es triste ver, que pudimos ser
magníficos, y terminamos atados por nuestra propia falta de fuerza de voluntad,
y porque es más fácil seguir el camino trazado por otros, que construir a
diario el propio.
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