jueves, 30 de abril de 2015

walt whitman


walt whitman 

(1819-1892) 

algunos poemas de walt whitman 


Surgirá un nuevo orden 
y sus hombres serán 
los sacerdotes del hombre, 
y cada hombre será 
su propio sacerdote. 



NO TE DETENGAS 

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, 
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños. 
No te dejes vencer por el desaliento. 
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, 
que es casi un deber. 
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario. 
No dejes de creer que las palabras y las poesías 
sí pueden cambiar el mundo. 
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta. 
Somos seres llenos de pasión. 
La vida es desierto y oasis. 
Nos derriba, nos lastima, 
nos enseña, 
nos convierte en protagonistas 
de nuestra propia historia. 
Aunque el viento sople en contra, 
la poderosa obra continúa: 
Tu puedes aportar una estrofa. 
No dejes nunca de soñar, 
porque en sueños es libre el hombre. 
No caigas en el peor de los errores: 
el silencio. 
La mayoría vive en un silencio espantoso. 
No te resignes. 
Huye. 
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo", 
dice el poeta. 
Valora la belleza de las cosas simples. 
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas, 
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos. 
Eso transforma la vida en un infierno. 
Disfruta del pánico que te provoca 
tener la vida por delante. 
Vívela intensamente, 
sin mediocridad. 
Piensa que en ti está el futuro 
y encara la tarea con orgullo y sin miedo. 
Aprende de quienes puedan enseñarte. 
Las experiencias de quienes nos precedieron 
de nuestros "poetas muertos", 
te ayudan a caminar por la vida 
La sociedad de hoy somos nosotros: 
Los "poetas vivos". 
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ... 


LO QUE SOY DESPUÉS DE TODO 

¿Qué soy, después de todo, más que un 
niño complacido con el sonido 
de mi propio nombre? Lo repito una y otra 
vez, 
Me aparto para oírlo -y jamás me canso de 
escucharlo. 

También para ti tu nombre: 
¿Pensaste que en tu nombre no había otra 
cosa que más de dos o tres inflexiones? 

Con el reflujo del océano de la vida 

" (...) Mientras recorro las playas que no conozco 
mientras escucho la endecha 
las voces de los hombres y mujeres náufragos 
mientras aspiro las brisas impalpables que me asedian 
mientras el océano, tan misterioso 
se aproxima a mi cada vez más 
yo no soy sino un insignificante madero abandonado por la resaca 
un puñado de arena y hojas muertas 
y me confundo con las arenas y con los restos del naufragio. 
Oh! desconcertado, frustrado, humillado hasta el polvo 
oprimido por el peso de mi mismo 
pues me he atrevido a abrir la boca 
sabiendo ya que en medio de esa verbosidad cuyos ecos oigo 
jamás he sospechado qué o quién soy 
a no ser que, ante todos mis arrogantes poemas 
mi yo real esté de pie, impasible, ileso, no revelado 
señero, apartado, escarneciéndome con señas y reverencias burlonamente amables 
con carcajadas irónicas a cada una de las palabras que he escrito 
indicando en silencio estos cantos y, luego, la arena en que asiento mis pies. 
Ahora sé que nada he comprendido, ni el objeto más pequeño 
y qué ningún hombre puede comprenderlo. 
La naturaleza está aquí a la vista del mar 
aprovechándose de mí para golpearme y para herirme 
porqué me he atrevido a abrir la boca para cantar. 

He oído lo que decían los charlatanes sobre el principio y el fin, 
Pero yo no hablo del principio y del fin. 
Jamás hubo otro principio que el de ahora, ni más juventud o vejez que las de ahora, 
Y nunca habrá otra perfección que la de ahora, 
Ni más cielo o infierno que éstos de ahora. 
Instinto, instinto, instinto. 
Siempre el instinto procreando el mundo. 
Surgen de la sombra los iguales, opuestos y complementarios, siempre sustancia y crecimiento, siempre sexo,
Siempre una red de identidades, siempre distinciones, siempre la vida fecundada. 
De nada vale trabajar con primor; cultos e ignorantes lo saben. 
Seguro como lo más seguro, enclavado con plomo en las columnas, abrazado al poste firme, 
Fuerte como un caballo, afectuoso, soberbio, ecléctico, 
Yo y este misterio aquí estamos frente a frente. 
Limpia y tierna es mi alma, y limpio y tierno es todo lo que no es mi alma, 
Si falta uno de los dos, ambos faltan, y lo visible es prueba de lo invisible, 
Hasta que se vuelva invisible y haya de ser probado a su vez. 
Cada época ha humillado a las otras enseñando lo mejor y desechando lo peor, 
Y yo, como conozco la perfecta justeza y la eterna constancia de las cosas, 
No discuto, me callo, y me voy a bañarme para admirar mi cuerpo. 
Hermoso es cada uno de mis órganos y de mis atributos, y los de todo hombre bello y sano, 
Ni una pulgada de mi cuerpo es despreciable, y ni una debe ser menos conocida que las otras. 
Me siento satisfecho: miro, bailo, río, canto; 
Cuando mi amante compañero de lecho, que ha dormido abrazado a mí toda la noche, se va con paso quedo al despuntar el alba, 
Dejándome cestas cubiertas con lienzos blancos que llenan con su abundancia mi casa, 
Yo las acepto con naturalidad, ¿pues habría de tasarlas hasta el último céntimo para conocer exactamente el valor de su regalo? 

¿Quién anda por ahí anhelante, místico desnudo? 
¿Cómo es que saco fuerzas de la carne que tomo? 
¿Qué es un hombre, realmente? ¿Qué soy yo? ¿Qué vosotros? 
Cuanto diga que es mío deberás apropiártelo. 
De otra forma, escucharme sería perder tu tiempo. 
No voy gimoteando a través de la tierra: 
Que los meses se pasan, que la tierra es fangosa, miserable y muy sucia. 
Gemidos y plegarias serviles son remedios para enfermos e inválidos; quede el conformarse muy lejos de mi vida, 
Yo me pongo el sombrero dentro y fuera de casa. 
¿Por qué tengo que orar? ¿Y adorar y andar con ceremonias? 
Después de escudriñar en los estratos, de analizarlo todo, de hablar con los expertos y calcular minucias, 
He llegado a saber que el sebo más sabroso va adherido a mis huesos. 
Me veo en todos, ninguno es más que yo, ni es menos un grano de cebada. 
Sé que soy fuerte y sano, 
Todo marcha hacia mí, constantemente, 
Todo me escribe y debo descifrar lo que me dice. 
Sé que soy inmortal. 
Sé que mi órbita no podrá ser descrita con compás de artesano, 
Que no me perderé como se apaga la espiral que en la sombra traza un niño con fuego de un carbón encendido. 
Sé que soy venerable, 
Y no fuerzo a mi espíritu a que explique o defienda, 
Pues las leyes más fijas nunca piden disculpas 
(Después de todo no soy más orgulloso que el cimiento que sustenta mi casa), 

Existo como soy, con eso basta, 
Y si nadie lo sabe me doy por satisfecho, 
Lo mismo que si todos y uno a uno lo saben, 
Hay un mundo al que tengo por el mayor de todos, que soy yo y que lo sabe, 
Si llego a mi destino, ya sea hoy ya sea dentro de millones de años, 
Puedo aceptarlo ahora o seguir aguardando, con igual alegría. 
La base donde apoyo mis pies es de granito, 
Me río cuando dicen que puede disolverse, 
Porque conozco lo que dura el tiempo. 


Cosmos 

" Quién contiene a la diversidad y es la Naturaleza 
quién es la amplitud de la tierra y la rudeza y sexualidad de la tierra 
y la gran caridad de la tierra, y también el equilibrio 
quién no ha dirigido en vano su mirada por las ventanas de los ojos 
o cuyo cerebro no ha dado en vano audiencia a sus mensajeros 
quién contiene a los creyentes y a los incrédulos 
quién es el amante más majestuoso 
quién, hombre o mujer, posee debidamente su trinidad de realismo 
de espiritualidad y de lo estético o intelectual 
quién después de haber considerado su cuerpo 
encuentra que todos sus órganos y sus partes son buenos 
quién, hombre o mujer, con la teoría de la tierra y de su cuerpo 
comprende por sutiles analogías todas las otras teorías 
la teoría de una ciudad, de un poema 
y de la vasta política de los Estados 
quién cree no sólo en nuestro globo con su sol y su luna 
sino en los otros globos con sus soles y sus lunas 
quién hombre o mujer, al construir su casa 
no para un día sino para la eternidad 
ve a las razas, épocas, efemérides, generaciones. 
El pasado, el futuro, morar allí, como el espacio 
indisolublemente juntos. "

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