EN UN PROCESO DE PAZ REAL ES MÁS IMPORTANTE
LA VERDAD Y LA REPARACIÓN QUE LA PRISIÓN
1. / PROCESOS ANTERIORES
A esta conclusión he
llegado. Luego de meditar, y ver procesos pasados en Colombia, como fueron los
ocurridos en los llanos orientales, con los liberales en los 50, y posterior a
estos, los de los 80 y 90 con el M-19, Quintín Lame y EPL.
En el caso de las
guerrillas liberales de los llanos, al poco tiempo de su amnistía, la mayoría
por no decir todos fueron asesinados, y por este motivo considero que de ahí en
adelante los procesos de negociación han estado cubiertos por un grueso manto
de desconfianza. Y luego, cuando las FARC intentaron negociar, y bajo el amparo
de la U.P. fueron exterminados la mayoría de sus dirigentes no podemos exigir
confianza, solo tratar de llegar a acuerdos que beneficien a todas las partes
en conflicto.
2. / LA CÁRCEL NO ES SINÓNIMO DE JUSTICIA.
De esto estoy convencido,
está claro que en ningún caso, por más años que pague un ser humano de cárcel,
jamás será esta una pena real, y menos aun garantía de no repetición.
3. / LA VERDAD
La verdad, o mejor el
esclarecimiento de la verdad histórica si puede convertirse en una suerte de
reparación, más aun si se tiene en cuenta, la carencia de veracidad en la
verdad oficial, en donde todos aquellos actores contrarios al estado, no dejan
de ser más que simples delincuentes, para mantener el statu quo el país, y de
esta manera quitar el valor real al derecho al levantamiento, que tenemos todos
los ciudadanos.
Llamo, a todos los
colombianos, a no seguir con esta ceguera, de que la única justicia real y
posible es la de la cárcel.
Pues está demostrado, que
la mejor justicia es la verdad, y la mejor reparación es la memoria, y la única
garantía de no repetición es el mejoramiento de las condiciones sociales del
pueblo.
4. /LA JUSTICIA NO SE MIDE EN AÑOS DE CÁRCEL
A esta conclusión he
llegado, pues muchos se rasgan las vestiduras y agitan de manera convulsiva sus
extremidades pidiendo que la guerrilla pase una temporada razonable en la
cárcel, esto a mi me parece una posición no solamente equivocada, sino anacrónica;
Foucault, ya nos lo había mencionado en su obra Vigilar y castigar, que la
cárcel realmente no hace bueno o convierte a un preso en mejor persona, lo
único, que yo veo, y que no lo leí en este filosofo, lo aprendí, del relato en
primera persona de algunos amigos de juventud que tuvieron que purgar alguna
pena, ellos estaban convencidos que la cárcel, y menos en un sistema tan
corrupto como el colombiano, jamás les hizo arrepentirse de sus actuaciones, y
por el contrario encontraron un excelente sitio de encuentro, y de
reforzamiento de relaciones con las personas al margen de la ley. Muchos me
refutarán, y dirán que hago apología al delito, nada más lejano de mi verdadera
intención.
5. /LA CÁRCEL NO ES GARANTÍA DE JUSTICIA
Esta es la certeza que
tengo, pues hasta ahora nadie ha podido comprobar que el hecho de que un
delincuente, o un alzado en armas, que es alguien muy diferente, pues no se
pueden equiparar al alzado en armas, con un delincuente común, pues el
delincuente común delinque sin justificación política, en tanto que el alzado
en armas es una persona que ha tomado la decisión de levantarse por razones
políticas e ideológicas, contra el establecimiento, intentando la toma del
poder para hacer un cambio de raíz del estado.
6. / ¿HABRÁ ENTONCES IMPUNIDAD?
Por
supuesto que no, lo que sucede es que debemos ir más allá de la simple y tonta
idea de que la justicia es colocar a un sujeto, o grupo de sujetos a sufrir
castigos de cualquier índole, no, la justicia tiene bastantes y diversos trajes
que podemos confeccionar, y así evitar que este punto aleje a las partes, y por
las mismas vías al proceso de paz.
7. /CONCLUYENDO
Para
dar por terminada esta breve columna, quiero hacer un llamado al entendimiento
y a mirar con otros ojos a quienes hasta ahora nos han vendido la idea de que
nuestros enemigos son nuestros compatriotas que desean un cambio, no, no
podemos dejar que los medios de comunicación nos cieguen con sus cantos de
sirena, y mucho menos lo hagan los discursos llenos de odio y veneno de algunos
líderes políticos, sociales y militares, quienes solo desean sacar partido de
este conflicto, bien sea para llenar sus bolsillos, o para erigirse como falsos
profetas del triunfo de una guerra de la cual tan solo han sido testigos
temerosos con ansias de poder así ya lo hayan ostentado en un pasado cercano y
de cuyas heridas aun no nos reponemos.
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