martes, 28 de junio de 2016

POEMAS DE LES MURRAY



(Australia, 1938)

POESÍA Y RELIGIÓN


Las religiones son poemas. Hacen confluir
nuestra vigilia y nuestros sueños, nuestras emociones,
instintos, nuestros gestos innatos, nuestro aliento

en el único todo concebible: la poesía.
Nada de lo dicho fue soñado más allá de las palabras
y nada es verdadero hasta que no figura en ellas.

Un poema, al lado de una religión organizada,
es como la breve noche de bodas de un soldado,
por la que ha de vivir y de morir. Pero esta es una pobre religión.

La plena religión es el poema largo que amorosamente se repite:
como cualquier poema, ha de ser completo, inagotable,
con giros que nos hagan preguntarnos ¿por qué hizo esto el poeta?

No se puede rezar una mentira, dijo Huckleberry Finn:
no se puede poetizar con otra. Es el mismo espejo:
mudable, oblicuo, que llamamos poesía,

y que una vez centrado, llamamos religión,
y dios es la poesía atrapada en cualquier religión,
atrapada, no presa: atrapada como en un espejo

que él atrae, siendo en el mundo lo que la poesía
es al poema, una ley contra su clausura.
Siempre habrá religión en torno mientras haya poesía

o mientras falte. Ambas son un don, e intermitentes,
como el vuelo de esos pájaros –palomas moñudas, rosellas multicolor-
que cierran las alas, las baten, y las cierran de nuevo.


                                          Les Murray
                                          Traducción de Abraham Gragera


la lógica del niño


La niña más pequeña
en la banda del niño salvaje
Enviado el dedo
Su idea de la hacha de guerra -

Le duele mal, dejando caer fuera.
El sabía que había ido demasiado lejos
y corrió, que reúnen los demás.
Más tarde, él mutilar a su hermano.

Se quedó en el monte
hasta el atardecer, escribió
con sangre en los registros, y
con muescas, agarró su mano, con miedo

lo que diría su familia
a los residuos de un dedo.
La falta de cuidado. niños locos.
Ella había hecho un poco de manera incorrecta.

Polvo de la luz


Encorvado en la granja de UTE
lona contra el viento
las copas de los árboles de la luna persiguiendo
ya que amarillea en noche
nosotros, ir al cine
por cierto bosque Estado
conducir el hermano de mi compañero

estamos en la edad
Que, dado que se ha deslizado
hacia abajo, hacia los niños pequeños
para quien-adultos y sueños
en su mayoría no tienen nombres todavía.
Lo meneado en la pantalla a continuación,
hecha de polvo de la luz
La gente estaba en la música
que hizo y dijo de vestir
cosas en Spagnolo o americano
besado enfrentado lento con cruzado
flicked de pequeño a grande
en un instante, y luego
estaban de vuelta en Australia

creímos que era Australia -
Entonces nuestros conductores que nunca
asistido saldrían a la superficie películas
a partir del cortejo y recoger nosotros
no mucho antes de la televisión.
Y la gente, algunos de sujeción
teléfonos como tarjetas de la cara, todavía preguntan
"Buena película? ¿Quién estaba en ella?"
Sonrío y digo "actores"
pero rara vez añadir ahora
contratado fuera del aire. 

espacio 3.Autovelox


Date prisa a casa de la ciudad
en una oscuridad lluviosa. Dada la falta de anchura,
a continuación, las principales carreteras, a toda velocidad rápida.
Una furgoneta en la cola para nosotros, de rebote, que nos ilumina espejos
maraña de madroño nos mantuvo las luces bajas

y nuestra autopista carril fue amurallada
tamarindos rosa. No hay espacio para dirigir -
sino que surge de los troncos de un animal
con un gran cuello, hocico y cuernos, que buscan Placid
la velocidad del juego y la velocidad opuesta.

El frente da una inyección de pezuña hacia adelante, plantado en el asfalto
y nuestro pequeño espacio corrió directamente a una decapitación
o más bien de ser devorado por la alta proa del camión.
Sin inmersión desde el asiento me bajaría
suficiente para escapar de la influencia de la grúa que la cabeza

y su carnicería inminente y vidrio.
Pero él se había ido.
La mandíbula monstruosa debe haber retratado
en un aliento que me diera la salvación.
Tenía el cerebro todavía está lleno de su labio hinchado,

el bolo goteo. La bomba golpe
Se sigue casi sucedió.
Ghost vidrio y duchas de lluvia aún scrosciavano
directa de mi cara para el hombre
cuya mano de hierro que tenía

rechazar cualquier dirección.

 SUEÑO DE AMOR FRANCÉS

Voy a escribir este poema hasta que te desnudes
y te detengas
en medio de la noche riendo:
       ¿qué hago acá
       sin ropa?
voy a seguir seguir con los versos
hasta que digas basta
y no puedas dejar de sentir
el sabor hambriento
de viandas y frutas que abarrotan
cada espacio en
este cuerpo antiguo
voy a cantar sin piedad en el balcón
hasta que pidas por favor
dame un cigarrillo que
no me quiero ir
las manzanas y el café están deliciosos
y la luna ya se esconde en tu almohada
voy a seguir voy        a seguir y
cuando caiga exhausto
en la madrugada voy
a callar la oscuridad
de esta cama limpia
       llena de sol
de sudor        hambre
y vacío

ME QUEDAN 5 FRANCOS / POEMA PARA MI CUMPLEAÑOS

Me quedan todavía cinco francos
fotocopias gastadas y unas zancadillas.
¿Qué puedo hacer?
con una moneda
grande        silenciosa / hay
que pensar pensar
pensar y decidir qué
voy a hacer.
Me quedan cinco francos y tu foto
aburrida y cansada
de tanta risa tanta angustia
como una tía vieja
sin poder hablar siquiera
un silencio en la mañana.
Me quedan
todavía
cinco francos una carcajada y
una gran montaña donde se deslizan
whitman borges y neruda
wilde y manuel puig
flores perversas
que baudelaire vomita
sobre el cadáver rígido de conrad.
Me
quedan todavía
ropa vieja y una prima loca
que ama y llora la vida
y ríe
en la mañana
y ríe
cuando una alegría
pesa un kilo menos
y cuando muere
de risa vive.
Me quedan todavía 5
obsesiones nuevas y poemas viejos
que no dicen nada sólo
cantan
al último dios de los dioses viejos
con olor a vino
llorandó por nada
y en la nada amando.
Me quedan todavía y pasa el tiempo
a quién le importa
si
me levanto y busco otra cerveza
y sigo acá tirado pensando
con la mano en el bolsillo
lo que haré con cinco francos
cuando
ya no quede nada
de este cuarto vacío
el olor de mi cuerpo
y
de mi voz
       un verso.

LEYÓ MI CARTA EN EL LIVING TOMANDO UN CAFÉ

No escribo para que respondas
no escribo
para que te rías o siquiera
sonrías con metáforas
livianas / verdades
o un giro inteligente.
No escribo para que te pongas
colorada
la piel más brillante
los ojos densos las manos suaves
ni para que te atragantes
de emociones
salvajes y de luces insistentes.
No escribo para que digas
qué lindo
no escribo para que leas
ni para el deleite de las señoras
muchachos               señoritas tristes
no escribo para que escribas
ni tampoco para que mejores. no.
no escribo siquiera
para que digas basta
basta de basura dejá todo ahí
vení
vamos juntos a escribir
otra historia.
No escribo porque
me haga bien
no escribo por si me muero
no escribo para inspirarte
ni para que me odies
ni para que te sientas
realizada o
más o menos bien.
No escribo para
expresarme
no escribo como terapia
no escribo para mostrarte
amor / banderas
          pasión / dolores
. no.
No escribo para llenar
       una hoja con ideas
       los diskettes basureros
       impresoras fotocopias muertas
       correos editoriales ordenadores
       traductoras accionistas correctores
       guerrilleros. no. no.
No escribo para que te desvistas
no escribo para que suspires
buscando en los ojos tus ojos
en la noche la magia
en tus manos el aliento
cálido
del amor.
No.
No escribo siquiera para que te disgustes o
te escandalices
o más tarde en tu cama
despiertes               pensando
qué tonta
podría ser feliz mañana.
no. no y no. No es
cribo para que digas
qué bueno tengo un amigo que escribe
por dios. no.
no escribo para llenarte la boca
vaciarte el cerebro
calmarte las prisas
no escribo para millones
no escribo para vos
ni para mí o para mis hijos posteridad
epitafios panfletos
no
no escribo para nadie
no escribo para nada.
Lo que pasa es que
no tengo sueño y está todo cerrado /
quedan dos cervezas hace calor //
hace calor y la música está       tan buena.
entonces
escribo.



UN ARCO IRIS NADA ESPECIAL



Corre la voz por Repins,
corre el rumor por Lorenzinis,
en Tattersalls, los hombres levantan los ojos de las páginas de cifras,
en la Bolsa los pizarreros olvidan sus manos manchadas de tiza
y del Club Griego salen hombres con pan en los bolsillos:
un tipo llora en Martin Place. No pueden pararlo.

El tráfico en Geroge Street se amontona media milla
y pierde el movimiento. La multitud habla con desazón
y cada vez acude más gente. Muchos corren por calles secundarias
que hasta hace poco eran céntricas y bulliciosas diciendo:
Allí abajo hay un tipo que llora. Nadie puede pararlo.

El hombre al que rodeamos, el hombre al que nadie se acerca
simplemente llora, y no lo esconde, llora
no como un niño, ni como el viento, sino como un hombre
y no clama, ni se golpea el pecho, ni siquiera
solloza muy fuerte, sin embargo, la dignidad de su llanto

nos mantiene a distancia de su espacio, del hueco que forma
a su alrededor en la luz del mediodía, en su pentagrama de dolor,
y por detrás los uniformes, entre la muchedumbre,
que antes trataron de detenerle
se quedan mirándole fijamente y sienten con asombro que sus mentes
suspiran por unas lágrimas como los niños por el arco iris.

Algunos dirán, en años venideros, que un halo
o energía lo envolvían. No es así.
Algunos dirán que se escandalizaron y que hubieran querido impedirlo,
pero no habrán estado allí. El de más fiera hombría,
el más inflexible receloso, el más agudo superficial de entre nosotros,

se estremece en silencio y arden en inesperados
pensamientos de paz. Algunos que se creían felices
vociferan en medio del gentío. Solamente los más pequeños
y las criaturas que observan desde el cielo acuden a él
y se sientan a sus pies, con perros y palomas polvorientas.

Ridículo, dice un hombre a mi lado, y se tapa
la boca con sus manos, como si fuera a vomitar,
y veo a una mujer, radiante, que alarga la mano
y tiembla al recibir el don del llanto;
y a todos cuantos la imitan también les es dado

y muchos lloran con absoluta aceptación, pero los más
rehúsan llorar por temor de aceptarlo,
pero el hombre del llanto, igual que la tierra, no pide nada,
el hombre que llora nos ignora y grita
con su rostro atormentado y su aspecto nada especial

no palabras sino pena, no mensajes sino dolor
duro como la tierra, tan absoluto y presente como el mar,
y cuando al fin cesa, simplemente camina entre nosotros
limpiándose la cara con la dignidad de un
hombre que ha llorado y ahora ha terminado.

Música Para mí es como Días

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